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Tema: Argentina: así actuó la subversión marxista

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    Argentina: así actuó la subversión marxista

    Para entender el siguiente artículo, que comenta una obra del investigador francés P. Villemarest, debe tenerse en cuenta que aún existía el imperialismo de la URSS comunista (1917-1991) que pretendía apoderarse especialmente mediante la violencia (guerrilla marxista), de la América hispana, con su centro logístico en la Cuba de Castro.



    Revista FUERZA NUEVA, nº 755, 27-Jun-1981

    ARGENTINA: ASÍ ACTUÓ LA SUBVERSIÓN MARXISTA (Informe ECO)

    (I) Los estrategas del miedo

    Al celebrarse ahora (1981) -no sé si el vigésimo- de la fundación de Amnistía Internacional que en Europa llaman “Amnesia” Internacional, Televisión Española emitió un reportaje en el que además de cantar la bondad de los fines -defensa de los derechos humanos- sin distinción de ideologías, razas y credos…- aportó un mar de ejemplos sobre otros tantos casos en los que Amnesty se ha volcado: los desaparecidos de la Argentina, y la prisión de un ruso por los soviéticos.

    Ni que decir tiene que la Argentina consumió la mayor parte del tiempo destinado a la “gloriosa” efemérides, “equilibrando” la información con unas cuantas “gotas” respecto al ruso encarcelado.


    La conciencia universal

    El caso de la Argentina, tan aireado, constituye al decir de los especialistas no marxistas, un modelo de la técnica de la desestabilización política, expresión tan del agrado de nuestros demócratas que ven desestabilizadores antidemócratas por todas partes, cuando los que de verdad desestabilizan son ellos.

    La “conciencia universal”, según A. Sittinger, en artículo aparecido en una publicación belga, se fabrica en los salones “onusianos” y en las oficinas de la KGB -tomen nota nuestros obsesos de la desestabilización- para, finalmente, extenderse a través de los medios informativos, entre los intelectuales acabados y entre los “tontos útiles”.

    “Esta conciencia universal” desde que los militares argentinos accedieron al poder, no cesa de evocar “pisadas de botas”, torturas y sobre todo, desaparecidos, olvidando pensar en la gigantesca agresión que sufrió la Argentina antes de que el Ejército cumpliera con su deber. Descuida también describir el estado del país cuando la subversión izquierdista llevó a la nación a un paso de la bancarrota; y su memoria se difumina curiosamente olvidando recordar a los terroristas asesinos de miles de personas, entre las que figuraban mujeres y niños.


    Tragedia en dos actos

    Pierre de Villemarest, gran estudioso e investigador de la subversión y de las agresiones constantes de que somos víctimas, ha investigado “in situ”, interrogado a numerosos testigos y consultado toda clase de documentos, escribiendo el libro “Los estrategas del miedo, 20 años de guerra revolucionaria en Argentina”, publicado en Ginebra en 1980 (*), donde cuenta los sucesos que obligaron a la Junta Militar a tomar el poder.

    Tras hacer un resumen de la historia argentina desde su independencia en 1810, afirma que su historia se ha desarrollado hasta el momento (1981) en “siete oleadas”, iniciándose la séptima en el momento de constituirse la Junta Militar en 1976.

    Antes de esto, Argentina había conocido una tragedia en dos actos. Desde 1922, la acción del Komintern se había volcado en Iberoamérica pero sin demasiado éxito, habiéndose iniciado la tragedia con Perón en 1945, una primera fase que duró hasta 1955. Pero gobierna apuntando contra los Estados Unidos, sin darse cuenta que la KGB establece de modo lento pero seguro, sus redes, anuda alianzas y fortalece diversos movimientos.

    La segunda fase del primer acto tiene lugar en 1960, cuando Fidel Castro toma el relevo de la subversión, para en 1966-67, después de la Conferencia Tricontinental de La Habana, tomar la ofensiva cuando ya Moscú ha puesto en marcha por todo el mundo su sistema de desinformación. En el segundo acto el terrorismo, ya organizado, va a intentar desestabilizar la Argentina, cuando los militares dicen basta. (**)


    Apoderarse de la Argentina

    Después de poner la mano sobre otros países de Iberoamérica y realizando maniobras de diversión por todas partes, Moscú decide apoderarse de Argentina a través de la M.G.B. y el cuarto Departamento del Estado Mayor del Ejército -hoy (1981) KGB y GRU, respectivamente- que crearon la sección “F” instalada en Berlín Este, funcionando desde 1947 sus departamentos especializados en Belgrado, Budapest y Viena.

    Y es necesario recordar que el complot existió entonces y existe hoy (1981). En ningún momento, haya lo que haya dicho la prensa occidental, cuidadosamente orientada, y lo que hayan podido escribir los “tontos útiles”, en ningún momento ha existido un movimiento espontáneo del pueblo argentino para hacer de su país un estado socialista. Cada movimiento del complot, cada progresión hacia el terror han sido cuidadosamente organizados y premeditados. Los hombres de Moscú, sudamericanos de origen o de adopción, se han infiltrado progresivamente en los resortes del mando. Algunos han llevado su camuflaje hasta hacerse excluir de los movimientos de izquierda -comprendido el partido comunista argentino- para de este modo dar garantías a sus nuevos “amigos” pero sin que, curiosamente, ninguno de estos trabajadores, o denunciados como tales por sus antiguos camaradas, fueron objeto del menor atentado de la izquierda, es decir, al igual que ningún comunista italiano ha sido objeto de agresión alguna por parte de las Brigadas Rojas.

    Incluso Perón, que se creía el líder supremo de Argentina, fue engañado por los comunistas infiltrados en la CGT y en su propio partido, y hasta los nazis refugiados en el país han sido infiltrados y manipulados por la KGB hasta el punto de que habrá con frecuencia movimientos calificados de extrema derecha colaborando abiertamente con los de extrema izquierda en lucha contra el Gobierno. A este respecto cabe señalar que en el libro de Villemarest se relacionan todos los nombres, hechos, viajes y encuentros entre los distintos jefes de la subversión, número de agentes etc., siendo importante señalar que la mayor parte de estos últimos poseían hasta catorce identidades diferentes.


    Escuelas de reclutamiento

    Norma habitual de los soviéticos es la de mantener excelentes relaciones diplomáticas y preparar los golpes, realidad que los argentinos pudieron comprobar inmediatamente, descubriendo escuelas de reclutamiento internacional, o al menos para Iberoamérica. “Instructores” formaban sus alumnos en todas las modalidades de la guerrilla antes de dispersarlos por los distintos países allí donde su presencia podía servir de ayuda a Moscú, constituyendo otro importante elemento de información el descubrimiento de una valija diplomática procedente de La Habana, cuyo contenido era la prueba evidente del papel que jugaba la central de la subversión establecida por Castro en Cuba: el castrismo acababa de tomar el relevo de los falsos diplomáticos soviéticos, declarados personas no gratas en 1959, año que marcó el crecimiento de las actividades terroristas en Argentina y que curiosamente coincidió con el aumento de las adhesiones al partido comunista argentino.

    El 29 de septiembre de 1962, un accidente de aviación demostraba, si ello fuera todavía necesario, la complicidad soviético-cubana en el terrorismo en Argentina: los cadáveres correspondían a especialistas de la subversión cubana camuflados de agentes agrícolas, cuya documentación no dejaba duda alguna respecto al complot que estaba en marcha. ¡Y el complot afectaba a toda Iberoamérica!

    Las cosas llegaron tan lejos que la seguridad argentina descubrió en 1964 guaridas subterráneas, copia exacta de las de los norvietmanitas y pistas de aterrizaje destinadas a facilitar la indispensable ayuda logística a los “ejércitos del pueblo”. Los cubanos habían conseguido cubrir y aglutinar los movimientos de izquierda en Iberoamérica, incluso a los trotskistas. El pulpo había puesto los tentáculos en su sitio.


    “Tiempo de asesinos”

    La disputa chino-soviética, los misiles soviéticos enviados a Cuba y la desaparición de Kruschef de la escena política, supusieron una tregua para la Argentina. Durante varios meses, los servicios de seguridad, apoyados por elementos militares habían dado fin a la lucha inicial de los maquis que, en ocasiones, adquirió gran virulencia. Los Gobiernos después de que el país eliminara a Perón, habían fracasado en su intento de enderezar la situación política, económica y social, fracasos no sólo imputables a la incapacidad de gobernar, sino también y sobre todo, al sabotaje continuo de sus esfuerzos por los comunistas infiltrados en el “aparato” de dirección.

    El 28 de junio de 1966, el Ejército intentó poner fin a la confusión, poniendo a la cabeza del país al general Juan Carlos Onganía, decisión que el pueblo argentino acogió como un verdadero alivio.

    Desgraciadamente, existía ya una infraestructura terrorista sólidamente implantada en el país y con ayudas exteriores, por lo que Argentina acabaría viviendo sus más sombrías horas.

    El “tiempo de los asesinos” es el título de la parte dedicada por Villemarest al período 1966-1976, diez años en los que se producirán masacres sistemáticas de la población civil, los asesinatos de altos funcionarios, oficiales superiores o simples policías. Es un terror frío y científicamente organizado para poner a la población en continuo estado de nerviosismo, a fin de que acepte tarde o temprano un estado marxista como la mejor solución o, cuando menos, como un mal menor preferible a cuanto estaban soportando.

    La actuación inevitable de una democracia empleando sus últimos esfuerzos en la batalla defensiva fue presentada incluso alegremente por la prensa americana y occidental, como “salvaje” y brutal de una dictadura contra “la rebelión unánime de un pueblo”.


    Onganía estuvo a punto de ganar la partida, restableciendo la paz interior y la situación económica, pero el complot no podía permitirlo...

    (*) Pierre de Villemarest, "Les stratèges de la peur: Vingt ans de guerre révolutionnaire en Argentine, editions Voxmundi" (1980), Genève.
    Se publicó una versión en español.

    (**) Ver:
    https://hispanismo.org/historia-y-an...o-mundial.html

    (continúa)
    Última edición por ALACRAN; 15/09/2024 a las 16:36
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