Manila/Madrid, 6/10 junio 2010. Los lectores de FARO ya están al tanto de las constantes humillaciones a las que los gobiernos cipayos de España y Argentina someten a sus pueblos ante el bloque anglosionista. Otra nación hispánica, las Islas Filipinas, sigue sufriendo las humillaciones infligidas por los colaboracionistas con los Estados Unidos y los modos coloniales de los representantes de éstos, con la complicidad habitual de la Unión Europea. Repárese en la promoción de sedicentes "procesos de paz" y en la política pro mahometana, marcas del Nuevo Orden Mundial (N.O.M.) demasiado bien conocidas en España, en Europa y en el Cercano Oriente. Traducimos una reciente carta al director de Erick San Juan:


"Soberano electo"

Lo que pudo ser simple protocolo diplomático se convirtió en una visita polémica cuando el ex diputado Homobono Adaza se responsabilizó de llevar a los tribunales a los diplomáticos que hicieron su visita de cortesía (demasiado pronto) al Presidente electo Benigno "Noynoy" Aquino III. El Embajador de los EE.UU. Harry Thomas visitó al Senador Benigno Aquino III en su residencia de Times Street en Ciudad Quezón varios días ants de que empezaran las negociaciones en el Congreso. De esta forma la "visita" sirvió como señal para que otros embajadores la imitasen, concretamente los de China, Japón y los estados miembros de la Unión Europea.

El portavoz de la Minoría en el Senado, Aquilino Pimentel Jr., también ha comentado este asunto:
"Noynoy será seguramente proclamado, pero ¿es correcto que diplomáticos extranjeros le presenten públicamente sus respetos antes de la proclamación oficial? Se supone que las Filipinas son una nación soberana, no su feudo".

Otras personalidades, como Nicanor Perlas y J.C. de los Reyes, también publicaron sus observaciones en Facebook, haciendo notar que esa visita era prematura y preguntando: ¿Estamos bajo el poder de los Estados Unidos?

Históricamente, los EE.UU. se han inmiscuido en nuestra política, por ejemplo en las elecciones nacionales, mediante operaciones encubiertas. Y, tristemente, estas operaciones se llevaban a cabo sistemáticamente en colaboración con políticos corruptos.

La reacción de los nacionalistas ha sido señalar que esta nada diplomática acción de los estadounidenses (y de otros diplomáticos) equivale a intervención extranjera e intimidación descarada contra la voluntad soberana de los filipinos como nación. Al anunciar públicamente su apoyo por el Presidente electo Noynoy Aquino, de hecho se adelantaron a la proclamación oficial por el Congreso de las Filipinas y despreciaron enteramente el proceso. De alguna forma nos están indicando que no debemos cuestionar el resultado de estas elecciones ni del Sistema Electoral Automatizado (AES, Automated Election System) en su conjunto, incluso si está lleno de irregularidades y de estadísticas dudosas.

Obviamente, bajo la apariencia de una visita de cortesía, los países representados por estos embajadores ya expresaron su "especial interés" para su propio beneficio. Una vez más hemos entrado en una nueva fase de una relación "amistosa" que puede resultar muy perjudicial para este país. Esos diplomáticos ya habían señalado su interés en el llamado "proceso de paz" en Mindanao; especialmente la Unión Europea, que acaba de entrar en el proceso como parte del equipo de observadores internacionales. Otra vez en las mismas: los estadounidenses llevan una década "ayudando" en el proceso de paz en Mindanao, y aún prevalecen los problemas de insurgencia y presencia de secesionistas. ¿Qué puede hacer la UE cuando la única superpotencia del mundo no resuelve el problema de Mindanao?

Se me ocurre que estamos entrando en otra relación "diplomática" que puede amenazar nuestra soberanía; traducción: balcanización. Estas intromisiones extranjeras simplemente dan estatus de beligerancia a los secesionistas.

En lo que respecta al próximo presidente, Noynoy, debería haber recordado a los embajadores que, sea cual sea su intención, deben observar los procedimientos propios de las buenas relaciones diplomáticas entre naciones soberanas. El Presidente electo debe siempre recordar que tendrá que representar a toda la nación y que debe poner primero nuestros legítimos intereses ante nuestros "amigos" extranjeros.

Un amigo diplomático me decía que nuestros dirigentes deberían ser cuidadosos en sus relaciones con gobiernos extranjeros. Deberían evitar a toda costa reunirse con ellos sin preparación, sin políticas claras y sin asuntos concretos. Esos dignatarios extranjeros no fueron a la residencia de Aquino sólo a felicitarle, sino que fueron para evaluar sus planes y políticas futuras. Quieren que se les asegure la continuidad de las medidas y su renovación (traducción: qué sacan ellos). Pero, ¿qué sacamos nosotros? ¡Dios bendiga a las Filipinas!



El genocidio filipino a manos estadounidenses: El genocidio filipino The Filipino genocide




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