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Tema: El genocidio y destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EE.UU.

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    El genocidio y destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EE.UU.

    EL GENOCIDIO Y LA DESTRUCCIÓN DE LA CULTURA HISPÁNICA EN FILIPINAS POR LOS EEUU

    21 junio, 2019



    Voladura de una Iglesia católica en Filipinas

    La guerra filipino-estadounidense, la primera guerra de liberación nacional del siglo XX, fue un conflicto bélico acaecido entre Filipinas y el ejército invasor de Estados Unidos de América desde el 4 de febrero de 1899 hasta el 16 de abril de 1902.


    El gobierno estadounidense había asegurado a los rebeldes filipinos que su único interés residía en derrotar a España, y de paso, ayudar a los filipinos a conseguir la independencia. El presidente estadounidense McKinley había declarado públicamente que la anexión de las Filipinas, “habría sido, de acuerdo a nuestro código moral, una agresión criminal”. Pero tras la derrota de España a causa de la Guerra hispano-estadounidense, los Estados Unidos se volvieron contra los filipinos, quienes les habían proporcionado importante ayuda militar e información logística, y se apoderaron de las Filipinas convirtiéndola en una colonia estadounidense.

    McKinleyexplicaría que “los filipinos eran incapaces de auto gobernarse”, y que Dios le había indicado que no podían hacer otra cosa más que “educarlos y cristianizarlos”, a pesar de que las Filipinas ya habían sido cristianizadas por los españoles a lo largo de varios siglos.

    Comienza el primer Genocidio Filipino


    Según el Padre Fray Manuel Arellano Remondo, “la población disminuyó por razón de las guerras”, se refiere indudablemente a las víctimas de la Guerra entre la primera República de Filipinas de 1898 y Estados Unidos de Norteamérica. Esa disminución de la población filipina nos lo señala luego otra fuente, esta vez norteamericana, como constituyendo “la sexta parte de la población filipina”.


    Filipinos muertos en el primer día de la guerra.

    La fuente norteamericana a la que nos referimos es la del historiador James B. Goodno autor del libro The Philippines: Land of Broken Promises,Nueva York, 1998, cuya página 31 nos suministra esa importante cifra y dato. Si hemos de creer que fue la sexta parte de la población filipina la que pereció como víctima de las sangrientas masacres perpetradas por la soldadesca invasora de Estados Unidos entre 1898 y 1902, las bajas de una población total de nueve millones sumarían, de hecho, a un millón y medio (1,500,000).

    Y, diga lo que se diga, este hecho histórico es evidencia de nada menos que un genocidio cometido en contra del pueblo filipino que precisamente es dehabla española. Si ahora se puede inclusive decir que el español nunca se habló en Filipinas, ese resultado es la evidencia misma del genocidio perpetrado durante la guerra filipino-usense que se prolongó hasta 1907, —-incluyendo la masiva resistencia armada puesta frente a la invasión militar de Estados Unidos, por parte del segundo presidente y general de la República Filipina de 1898, Macario Sacay y de León.


    Soldados americanos posan ante filipinos masacrados

    Lo que pasó después ha sido varias veces revisado por los historiadores, desde los que lo consideraron una rebelión filipina, pasando por quienes reconocen que el conflicto fue una guerra en toda regla, hasta los que, en base a los resultados del conflicto, llaman a estos sucesos el «genocidio filipino». En efecto, los norteamericanos aplastaron sin contemplaciones el levantamiento filipino, pero de camino se llevaron por delante a un millón y medio de civiles filipinos, masacrados de numerosas formas a cual más cruel. En uno de los más vergonzosos episodios de esta sangrienta represión, el general Jacob Smith llegó a ordenar la ejecución de cualquier filipino mayor de diez años.Las masacres indiscriminadas de filipinos se prolongaron hasta 1913.

    El Segundo Genocidio Filipino.

    Entre el 3 de febrero y 3 de marzo de 1945 la ciudad de Manila, la Perla de Oriente, fue bombardeada indiscriminadamente por la aviación estadounidense.

    La misión era desalojar a los japoneses que la habían ocupado desde 1941.Muchos filipinos vieron en la ocupación japonesa la oportunidad de liberarse del yugo yanki que desde 1898 había sojuzgado y destruido la cultura hispánica y la lengua española que eran seña de identidad de la nación filipina.


    Soldados norteamericanos practicando la tortura de ahogamiento con agua con un filipino

    El bombardeo, estilo alfombra, que en 1945, adrede se ordenó sobre unIntramuros de habla española (juntamente con los distritos de Ermita y Binondo, donde también se hablaba el idioma criollo, o chabacano del español), queda considerado como una medida genocida tomada, no tan solamente en contra de las existentes iglesias católicas sino en contra también de la población filipina que rezaba en español en esas mismas iglesias.

    Cuando los estadounidenses tomaron de nuevo Manila la ciudad habíaquedado totalmente arrasada. Muy pocos lugares se salvaron de las bombas. Ningún bombardeo del siglo XX ha sido tan brutal y sistemático como la destrucción de Manila. Según algunos cálculos, unos 100.000 filipinos murieron a manos de los japoneses y a causa del despiadado bombardeo yanky.


    Alegoría de EEUU “civilizando” las Filipinas

    Lo duro no fue la destrucción, sino el desprecio que se hizo de las vidas humanas. EE UU y Japón, en nombre de la justicia y la libertad, destruyeron la justicia y la libertad de un pueblo, su cultura y su historia. No, no fue casual el bombardeo. El plan estadounidense para borrar la influencia española en el archipiélago, culminaba con este bombardeo, pues muchos españoles e hispanofilipinos murieron en el bombardeo. Al acabar la guerra, muchas familias españolas, incapaces de soportar el acoso y recuperar el antiguo esplendor, regresaron definitivamente a España con esa tristeza profunda de quien pierde sus raíces.

    Estados Unidos impuso la educación en inglés, favoreció la prensa y la comunicación en su lengua. Arrinconó toda muestra de cultura española.Alimentó una leyenda negra contra España como potencia colonizadora. En suma, acabo con la clase culta filipina y tuvo a su disposición a un pueblo ignorante incapaz de defenderse.

    El Genocidio de la Cultura Hispánica por los Estados Unidos de Norteamérica

    Vivieron muchos filipinos que rechazaron,muy de pleno y muy enérgicamente,la imposición usense del idioma ingles sobre sus hijos y sobre su gobierno.De hecho,fue brutalmente destruido por el neocolonialismo que habla ingles tal como queda representado por las fuerzas invasoras de EEUU que vinieron a estas islas desde 1898.El Filipino de aquellos tiempos,tanto el ordinario de la masa común como el de la capa social adinerada,nunca fue consultado sobre el idioma oficial que preferiría utilizar.

    La preponderancia del idioma español no solamente nos lo atestigua su usocuotidiano y oficial por la inmensa mayoría de los filipinos de los años 10 y 20 sino que hasta en los años 30 y 40 cuando la industria holiwoodense del cine norteamericano encontraba un potente mercado filipino para sus películas habladas en español.


    Un tanque estadounidense penetra los muros blasonados con el escudo de España del Fuerte de Santiago en Manila

    Se cometieron, por lo visto, dos verdaderos genocidios (uno entre los años 1899-1907 y otro en 1945) cuyos resultados posteriores todavía los podemos ver en la circular #59, serie de 1996, expedida por la actual “Comission on Higher Education”, o la “Comisión de alta Educación”, (CHED) por la que no se le quiere dar el menor espació a unas asignaturas regulares de español, a escoger frente al árabe, en el programa universitario de la “educación” de Filipinas. El truco consiste en no darle créditos en unidades a las asignaturas de español, o de árabe.


    Alegoria del supremacismo yanky ante los filipinos: “Escoge”, reza el texto

    La nefasta constitución Cory de 1987 y unilateralmente suprimió la oficialidad como la docencia regular de este idioma en los colegios filipinos. Esta medida “legal” constituye, a sabiendas o no, otra fase más de la agenda genocida en contra de los filipinos de habla-hispana, estén vivos o muertos; porque lo que se persigue, como objetivo final, es privar al entero pueblo filipino de su memoria como pueblo para luego entorpecerlo y económicamente explotarlo de forma absoluta.

    A pesar de esas medidas genocidas, quedan casi medio millón de filipinos que todavía son de habla hispana fuera de los de habla criolla que suman más de un millón aparte. Éstos se reparten entre Zamboanga, Basilan, Cotabato y Cavite. Su ventaja es vivir como una comunidad separada. Estos actuales supervivientes de habla-hispana podrían potenciarse mediante un atinado programa recastellanizador por parte del gobierno español de nuestros días mediante la Agencia Española de Cooperación Internacional y el Instituto Cervantes de Manila.

    Fuente: eldistrito.es


    https://somatemps.me/2019/06/21/info...-por-los-eeuu/

  2. #2
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    Re: El genocidio y destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EE.UU.

    LA HISTORIA DE CÓMO ESTADOS UNIDOS DESTRUYÓ LA CULTURA ESPAÑOLA EN FILIPINAS

    15 septiembre, 2019




    Filipinos muertos en el primer día de la guerra.

    Ocurre a veces -las más-, que los humanos pretendemos evadirnos de la realidad común por ser esta insoportable. Esto ocurre sencillamente porque no solo somos prisioneros de cuerpos mortales sino que, además, nuestra alma no tiene una configuración muy sólida y detectable, al tiempo que sus esperanzas son muy escasas en lo tocante a la felicidad, tabla de salvación utópica pero indispensable para conjurar tanto sufrimiento para el cual no hay muchas respuestas ni conjuros.
    A lo largo de la historia, el número de genocidios practicados por los seres humanos contra sus semejantes, ha sido incontable. Siempre nos viene a la mente las atrocidades infligidas por los nazis tras su ascenso al poder, curiosamente de manera democrática, en el año 1933 y con la aquiescencia, connivencia, silencio o sumisión ante el terror puro y duro de las dos terceras partes del pueblo alemán, que no quisieron o no pudieron enfrentarse a un monstruo escapado del Leviatán.

    EEUU, de la noche a la mañana, declaró en el congreso que los filipinos no estaban preparados para gobernarse, por lo que había que educarlos

    Ese terror intangible pero perceptible a la vez, estaba presente en lo cotidiano de tal manera que para huir de aquella atroz verdad, el número de conversos al nuevo orden, tenían crecimientos exponenciales. Toda la nación finalmente por cobardía, fue pasto del infierno más brutal que la historia ha padecido hasta donde sabemos. Por ello, volverse loco es una manera de escapar a veces ante un dolor insoportable sopena que este te devore en medio de una coalición de abrumadores despropósitos.

    Los “malos” hacen peores a los buenos

    Durante la guerra de Filipinas, en aquel desgraciado año de 1898, los norteamericanos de Estados Unidos -no es una redundancia- pidieron ayuda a los nativos para poder echar a los “invasores” españoles de aquellos predios en los que llevábamos cuatro siglos. Como resultado de aquellas promesas de independencia a los autóctonos, estos se pusieron muy contentos pero, la realidad vendría con las rebajas posteriores.


    Las tropas del teniente coronel Tecsón en Baler en Filipinas. (Wikipedia)

    El pueblo filipino en los cuatro años que van desde 1898 hasta 1902 perdería en una durísima represión a más de millón y medio de los suyos en la creencia de que Mc Kinley, a la sazón presidente de Estados Unidos, cumpliría sus promesas. Pero este conspicuo presidente que no tuvo valor para frenar a la prensa amarilla de Hearst y Pulitzer en los prolegómenos de la guerra de Cuba, era un fiel seguidor de la doctrina del Destino Manifiesto de Monroe que allá por 1823 dijo que América era para los americanos. Aquel majadero metido a político, que en principio pensaba o transmitía algo obvio, lo que quería decir en realidad era que todo el continente americano -y todo lo que pillaran de paso- era para los americanos. Esta doctrina tardó en ser comprendida por el resto de los terrícolas, pero hoy es evidente que todo el mundo la entiende sin reservas.

    Más de millón y medio de filipinos murieron y la cultura española fue erradicada por los estadounidenses en tan solo cuatro años

    Total, que a Mc Kinley se le olvidaron sus promesas hacia el pueblo filipino y, de la noche a la mañana, declaró en el congreso y senado que los filipinos no estaban preparados para gobernarse y que en consecuencia había que educarlos y “cristianizarlos”: religión en la que ya estaban embarcados desde hacía siglos los aborígenes locales. Entonces fue cuando el monstruo evidenció sus intenciones. El pueblo filipino se levantó y fue fagocitado por creer en la honestidad de aquellos políticos que en su breve historia solo han sabido usar la ley del palo, y que por cierto -ojo al dato-, en 244 años de presencia en este vagabundo planeta, no han tenido ni un solo día de paz, algo que es irrefutable y perfectamente verificable.


    Imagen de prensa mostrando la infame orden dada por el general Smith «MATAD A LOS MAYORES DE DIEZ (años)» New York Journal, 5 de mayo de 1902

    Pero la cosa no acaba ahí

    Un uniformado con categoría de general (la categoría a la que me refiero se la daba el uniforme no la conducta), un tal Jacob Smith, emitió una orden por la cual se debía de fusilar sin más preámbulos a cualquier sujeto que tuviera más de 10 años; así, tal cual.

    Pero los símbolos tradicionales de unidad del pueblo filipino, el idioma español y la cultura hispánica, si es que quedaba algo de ellos, fueron vapuleados con una intensidad brutal en 1945 en el intento de desalojo de la guarnición japonesa en las postrimerías de la II Guerra Mundial. La ciudad de Manila conocida como la Perla de Oriente quedo arrasada en un inmisericorde bombardeo de alfombra que se llevó por delante a más de 100.000 víctimas y al antiquísimo barrio español poblado de pequeñas iglesias católicas.

    Un bombardeo en Manila se llevó por delante a más de 100.000 víctimas y al antiquísimo barrio español poblado de pequeñas iglesias católicas

    El chabacano (un idioma criollo) y el tagalo, dos lenguajes mixtos con mezcla española en su confección de síntesis ya fuera oral o gramatical, fueron considerados acreedores del mismo rango de castigo que los nipoparlantes, pues igual daba que fueran de Osaka, Tokio o Manila; tenían los ojos oblicuos y a la vista de la ceguera que esgrimían, todos eran iguales de enemigos. Estados Unidos acabaría imponiendo el inglés como lengua común obligatoria al igual que la prensa y cualquier medio de comunicación.


    Los últimos de Filipinas (Wikipedia)


    Actualmente, desde las escuelas primarias y el entero tramo que lleva hasta la universidad, el español puntúa todavía menos que el árabe. Hoy, cerca de un millón de filipinos (105.000.000 son los habitantes de esta miríada de islas) todavía hablan español además de un número similar de población criolla en las zonas de Cavite y Zamboanga. La Agencia española de Cooperación Internacional y el Instituto Cervantes han dado pasos para revertir los efectos de aquella maquiavélica programación para desprogramar al pueblo filipino de sus raíces. Confiemos en que haya suerte en esta honorable apuesta para recuperar la memoria histórica de una hermosa relación que fue.

    Álvaro Van Den Brule


    https://somatemps.me/2019/09/15/hisp...-en-filipinas/

  3. #3
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    Re: El genocidio y destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EE.UU.


  4. #4
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    Re: El genocidio y destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EE.UU.

    IGLESIA DE SAN FRANCISCO EN MANILA, CONSTRUIDA POR ESPAÑA EN 1739 Y DESTRUIDA POR EE.UU EN 1945





    La Iglesia de San Francisco fue una antigua iglesia construida por los españoles en 1739 a lo largo de las calles San Francisco y Solana en la ciudad amurallada de Intramuros de Manila en Filipinas. La iglesia, que solía ser el centro de las misiones franciscanas en las Filipinas, fue destruida en 1945 por la artillería del Ejército de los estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

    Después del salvaje ataque de artillería estadounidense con obuses 240 mm contra la ciudad amurallada de Intramuros, la fachada de la iglesia de San Francisco consiguió salvarse pero el Ejército estadounidense decidió demolerla al igual que otros muchos edificios de Intramuros de Manila, que pudieron ser restaurados pero finalmente fueron derribados con excavadoras, en un acto premeditado de genocidio cultural al más puro estilo talibán, cuyo objetivo era borrar el legado arquitectónico y cultural dejado por los españoles durante casi tres siglos y medio de presencia en Filipinas.


    – fuentes: (skyscrapercity.com) y (wikipedia.org)
    #historiafilipina #intramuros #genocidiofilipino



    https://somatemps.me/2019/11/29/igle...ee-uu-en-1945/

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  5. #5
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    Re: El genocidio y destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EE.UU.

    DESTRUCCIÓN DE MANILA. LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS (18 DE FEBRERO DE 1945)






    Cuando en 1899, los últimos de Baler abandonaron sus puestos en el recinto de la iglesia del mismo nombre, no podían imaginar lo que iba a suceder, en aquellas islas, 45 años después, siendo protagonistas, esta vez, inocentes civiles, que no tenían intención ni posibilidades de defenderse con las armas en la mano.

    En 1898, con la firma del Tratado de París entre España y Estados Unidos, se ponía fin formalmente a la guerra entre ambos países y España cedía la soberanía sobre Filipinas a Estados Unidos. Debido a esto, los sitiados en Baler son conocidos como los últimos de Filipinas. Sin embargo, ello no significó la evacuación de los españoles residentes en las islas. Bajo la nueva organización, los españoles siguieron trabajando en la antigua colonia y a menudo con notable éxito.

    Los filipinos rápidamente se dieron cuenta que los Estados Unidos no deseaba la independencia del archipiélago y se desató una guerra de una crueldad inusitada. Murieron más de un millón de filipinos, hasta que en 1901 el insurgente Emilio Aguinaldo, firmó la rendición.

    A partir de esta fecha los americanos hicieron lo posible para borrar la memoria española en las islas, pero ante su sorpresa, no lo consiguieron y más bien se observó el efecto contrario. Varios motivos contribuyeron a este hecho. Por un lado, Filipinas no era un territorio de reciente presencia española. Desde que Legazpi desembarcó en el siglo XVI, más de doscientos cincuenta años habían transcurrido, durante los cuales, se había construido una sociedad mixta, con características propias. Durante el siglo XIX y a raíz de la independencia de los estados americanos, se había desarrollado un comercio internacional, basado en los conocimientos marítimos y de organización de varias sociedades del norte de España que habían dejado una fuerte impronta. Además, durante el primer tercio del siglo XX, una constante inmigración hacia las islas, producto de la situación económica en la antigua metrópoli, habían contribuido a mantener los vínculos con España.

    La guerra civil en España, incluso contribuyó a que estos vínculos se reforzaran. Republicanos y Nacionales, debatieron con denuedo, eso sí, dialécticamente, acerca de la que ocurría en la Península Ibérica y este hecho también tuvo su contribución en el reforzamiento de los lazos de unión con España. Además, los españoles o descendientes de españoles que habitaban en las islas, pertenecían en gran número a la elite de ciudadanos con mayor poder económico e influencia.

    A los americanos, no les gustaba en absoluto la situación, pero tampoco podían hacer gran cosa en un mundo que no entendían demasiado.

    Con la Segunda Guerra Mundial, y la invasión japonesa, la situación entró en un impase. Los japoneses eran teóricos aliados de los alemanes y los españoles éramos neutrales. Se respetaron las propiedades y derechos civiles, pero tampoco era bienvenida nuestra civilización cristiana, tan alejada de los modelos nipones. La situación estalló con la progresiva derrota de Japón y la llegada de las tropas de Estados Unidos, a las puertas de Manila con la intención de ocuparla.

    En la filosofía nipona, no entraba la idea de la derrota ni la de la clemencia. Ni siquiera con los no combatientes. En su última idea de resistir a ultranza, los robustos edificios construidos por la administración española en el barrio de Intramuros, se convirtieron en herramientas de su locura. No les importaba que estuvieran rodeados por civiles e incluso eso les molestaba. No querían que nadie fuera testigo de su derrota. Empezó una matanza indiscriminada de civiles por parte de las fuerzas niponas utilizando arma blanca, y explosivos de baja potencia.

    Por otro lado, los americanos no deseaban pérdidas humanas entre sus soldados y empezaron a bombardear a distancia con artillería pesada.

    El resultado fue la destrucción casi total de la ciudad. Más de 100.000 civiles muertos, entre ellos 300 de los 3000 españoles que vivían en Manila. Casi toda la arquitectura española arrasada. Culturalmente lo peor vino después, ya que más de 500 españoles se repatriaron casi inmediatamente, ya que loa americanos tampoco los deseaban allí y después los ingenieros de los vencedores, con sus excavadoras de limpieza, arrasaron con los restos de lo que había quedado, con la esperanza de borrar todo vinculo con España. Tampoco les fue muy bien. Después de la guerra, el 4 de julio de 1946, Estados Unidos concedió finalmente la independencia a las Filipinas, incapaz de entender a su pueblo ni a su cultura.

    La batalla duró desde el 3 de febrero al 3 de marzo de 1945. Pero hemos escogido el 18 de febrero como efemérides, porque este día en 1995, fue erigido en la Plaza de Santa Isabel, ubicada en Intramuros en Manila, un sencillo monumento que recuerda la masacre.

    Manuel de Francisco Fabre


    https://espanaenlahistoria.org/efeme...brero-de-1945/


  6. #6
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    Re: El genocidio y destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EE.UU.

    EN 1904 UN ZOO HUMANO EN EE.UU. OBLIGABA A LOS FILIPINOS A COMER PERROS PARA ATRAER MÁS VISITANTES.

    (In 1904 a Human Zoo in U.S. forced to the Filipinos to eats dogs during 7 months to attract more visitors)

    Imagen de varios miembros del "Zoo Humano Filipino" organizado en el año 1904 en la ciudad de St. Louis, en los EE.UU. La etnia filipina de los igorrotes fue alimentada diariamente durante 7 meses a base de perros, para atraer más visitantes al zoo. Esta etnia filipina en su hábitat natural no se alimentaba de perros, sino que eran utilizados solamente con fines ceremoniales. La prensa y el gobierno de los EE.UU. se valió de este tipo de escabrosos montajes para justificar la anexión de Filipinas, ya que según ellos los filipinos eran unos "salvajes" a los que había que CRISTIANIZAR y CIVILIZAR.

    - fuente. says.com





    https://www.facebook.com/porlavuelta...66371386801188
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

  7. #7
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    Re: El genocidio y destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EE.UU.

    ASÍ TRATABAN LOS NORTEAMERICANOS A LOS FILIPINOS, EXHIBIÉNDOLOS COMO ANIMALES

    12 marzo, 2020



    Coloreado por Kinulayang Nakaraan

    En esta foto (coloreada) se ve a una filipina en Coney Island, Nueva York (1900). Bajo España era una niña española como cualquiera de las niñas peninsulares. Pero con Estados Unidos llegó la infamia y filipinos como ella, fueron mostrados cómo atracción circense para justificar la invasión y asesinato de tres millones de filipinos. Con estas exposiciones querían mostrar su superioridad racial y moral.

    La pobre niña fue exhibida en el zoológico de Coney Island en 1914. Era una atracción del zoológico entre los monos y lagartos para mostrar las nuevas posesiones estadounidenses en Filipinas. Estaba atada con cuerdas y los visitantes le arrojaban cacahuetes. No fue un caso único, sino miles de filipinos fueron exhibidos en condiciones semejantes.

    El gobierno de los Estados Unidos, ansioso por justificar su anexión de Filipinas, importó 1.300 filipinos indígenas de diferentes tribus por un valor de $ 1.5 millones y los exhibió en la Exposición de San Luis en 1904. Esta es la historia. Y aunque los norteamericanos la han querido borrar, las imágenes hablan por sí solas








    https://somatemps.me/2020/03/12/hisp...como-animales/

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  8. #8
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    Re: El genocidio y destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EE.UU.

    Así exterminó el ejército de Estados Unidos todo rastro de la herencia española en Filipinas

    Según fray Manuel Arellano Remondo, autor de «Geografía General de Las Islas Filipinas», las guerras para aplastar a la insurgencia filipina provocaron matanzas, ejecuciones sumarias y un millón de muertos en el archipiélago


    César Cervera
    Actualizado:18/06/2019 09:42h





    En 1599, un sínodo celebrado Manila, con la asistencia de los principales jefes tribales del archipiélago, decidió aceptar al Rey de España «como su natural soberano» e incorporar sus respectivos estados étnicos a la Administración española establecida en Manila, «la muy noble y siempre leal ciudad». La complejidad tribal de este archipiélago, formado por más de 7.000 islas, impidió que en el castellano se extendiera en la totalidad del territorio, pero sí fue durante tres siglos la lengua mayoritaria y la oficial en cuestiones administrativas y comerciales. Pese a ello, solo un siglo después de la salida de España, en Filipinas hay solo dos idiomas oficiales, el filipino y el inglés, y se ha borrado toda presencia ibérica de los libros de historia.

    La independencia de Filipinas fue seguida de un periodo de dominio estadounidense, justificado en que, según el presidente William McKinley, «los filipinos eran incapaces de autogobernarse» y no cabía más opción que «educarlos y cristianizarlos», lo cual era un insulto a los españoles, que habían establecieron mediante decreto, en 1863, la educación pública gratuita en el país. No fue el único intento de EE.UU. encaminado a borrar la presencia de la civilización que vertebró la unidad política y religiosa del archipiélago por primera vez en su historia.

    No eran libertadores


    Mientras los llamados «últimos de Filipinas» resistían a la desesperada aún en la iglesia Baler, los filipinos que se habían levantado contra España en 1896 giraron abruptamente sus rifles y machetes hacia los estadounidenses, que habían decidido unilateralmente quedarse en propiedad el antiguo territorio de ultramar de España. En el Tratado de París del 10 de diciembre de 1898, en virtud del cual se puso fin a la Guerra hispano-estadounidense, EE. UU. no permitió la presencia de delegados filipinos o cubanos y obligó a España a ceder el archipiélago y las demás colonias del Caribe y Oceanía.

    A la vista de que los norteamericanos no llegaban como libertadores, sino como conquistadores, el líder filipino Emilio Aguinaldo leyó el 12 de junio de 1898 la Declaración de Independencia de Filipinas en Cavite justo cuando estaba terminando la guerra hispano-estadounidense. Además, convocó elecciones constituyentes que confluyeron en la redacción de la Constitución de Malolos, la primera Constitución de la historia de Filipinas, escrita en lengua española, la oficial del archipiélago.


    Ilustración de la Iglesia de Baler convertida en fortín por los españoles

    El 23 de enero de 1899, nació así oficialmente la Primera República Filipina, pero lo hizo a espaldas de los EE.UU, que se valió de las armas y de un ejército que llegó a sobrepasar los 100.000 hombres desplegados para revertir esta independencia. Según fray Manuel Arellano Remondo, autor de «Geografía General de Las Islas Filipinas», las guerras para aplastar a la insurgencia filipina provocaron matanzas, ejecuciones sumarias y un millón de muertos en el archipiélago.

    Como explica el historiador norteamericano Paul A. Kramer en un artículo publicado por la revista «New Yorker»en 2008, la quema de villas, la violencia y la tortura mediante el método del ahogamiento simulado por parte de las tropas norteamericanos provocaron incluso la indignación de una parte de la sociedad americana que se identificaba como antimilitarista y antimperial.

    «El español o idioma nativo no es esencial. Con la expulsión de los españoles, sigue que nuestro idioma se adopte inmediatamente en los tribunales»

    Según este autor, las primeras denuncias de torturas aparecieron en los periódicos norteamericanos a pesar de la censura impuesta por las autoridades militares a la información procedente de las Filipinas. En mayo de 1900, el periódico «Omaha World-Herald» publicó una carta del soldado A. F. Miller de un regimiento de voluntarios donde revelaba el uso generalizado de la tortura contra los prisioneros de guerra y en particular, el uso de la «water cure» como mecanismo para obtener información de los filipinos. Los insurgentes filipinos eran colocados de espaldas, sujetadas por varios soldados y se les colocaba un pedazo de madera redonda en la boca para obligarlos a mantenerla abierta. Una vez sometido el prisionero filipino, se procedía a verter grandes cantidades de agua en su boca y fosas nasales hasta provocarles asfixia.

    Los planes de EE.UU.

    Junto a la tortura contra la población, se abrió un periodo de exterminio de toda herencia española. El idioma inglés fue impuesto a la fuerza sobre los habitantes como lengua vehicular y oficial, lo cual no supuso un reconocimiento a los filipinos de la ciudadanía estadounidense. El cónsul en Manila, O. F. Williams, en una comunicación al secretario de Estado, Mr. Day, en la temprana fecha del 2 de julio de 1898, sugirió las líneas de actuación respecto a la política lingüística:

    «Cada empresa norteamericana en cada uno de los cientos de puertos y populosos pueblos de las Filipinas será un centro comercial y escuela para nativos dóciles conducentes a un buen gobierno según el modelo de Estados Unidos. El español o idioma nativo no es esencial. Con la expulsión de los españoles, sigue que nuestro idioma se adopte inmediatamente en los tribunales, puestos públicos, escuelas e iglesias nuevamente organizadas y que los nativos aprendan inglés».

    Este acoso estatal explica cómo el castellano pasó de ser, en 1898, la lengua más hablada de Filipinas a ocupar un papel marginal en la actualidad. La República, que siguió teniendo el castellano como lengua oficial, estuvo activa hasta la captura y arresto de Emilio Aguinaldo, calificado como «bandido fugitivo», por las tropas estadounidenses el 23 de marzo de 1901 en Palanan, Isabela. Macario Sakay continuó, a duras penas, la resistencia hasta 1907, cuando fue capturado y ejecutado. A partir de estas fechas, Filipinas se convirtió, en la práctica, en una colonia de EE.UU.

    En 1916, se otorgó un régimen de cierta autonomía, como Estado libre asociado, pero no fue hasta julio de 1946 cuando proclamó la independencia tras la ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial. Precisamente durante este conflicto los bombardeos americanos y las atrocidades japoneses sobre Manila y otras regiones se ensañaron con especial atención en los distritos de habla española y en los templos católicos.

    En pocos días, los últimos restos del colonial español de Manila, presente en sus edificios históricos, fue arrasado y alrededor de 300 españoles de los 3.000 censados murieron asesinados por los japoneses. La presencia de ciudadanos de españoles o descendientes de estos disminuyó en picado, ya que, además de los tres centenares que murieron de entre los 3.000 residentes, otros 500 volvieron a la Península en esas fechas.



    https://www.abc.es/historia/abci-ext...2_noticia.html

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    Re: El genocidio y destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EE.UU.

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    Genocidio anglosajón en Filipinas

    Cesáreo Jarabo 25/08/2023










    Los años 1899 a 1913 son para Filipinas, quizás, los peores de su historia. Durante ese periodo, los Estados Unidos de América, tras la invasión llevada a efecto merced a la Gran Traición de 1898, escribieron una página más de la historia anglosajona a costa de la sangre filipina.

    Tras haber incumplido los acuerdos tratados con Emilio Aguinaldo, se inició la guerra de independencia contra 126.000 soldados usenses que acabaron con la sublevación llevando a cabo un terrible genocidio. Un millón y medio de civiles sucumbieron a los asesinatos en masa y a las tácticas de tierra quemada llevadas a cabo por los estadounidenses.




    Y todo, no como consecuencia de un enfrentamiento desenfrenado, sino como consecuencia de un acto de genocidio premeditado, de acuerdo con la opinión del general de brigada J. Franklin Bell, que aseguraba: «A fin de combatir dicha población, es necesario que el estado de guerra sea lo más insoportable posible, y no hay manera más eficaz de lograr esto que mantener las mentes de la gente en un estado de ansiedad y el temor de que vivir bajo tales condiciones se hará pronto intolerable».

    Y el periodista Bernard Fall se refirió a los hechos señalando que la invasión representó «la guerra más sangrienta colonial (en proporción a la población) jamás librada por un poder blanco en Asia, que costó la vida a 3.000.000 filipinos. Así mismo, estimamos que matamos a un sexto de la población de la isla principal de Luzón, a unas 600.000 personas.”

    Para destruir la guerrilla, EE.UU. decidió sacrificar al pueblo filipino; destruyó ciudades y pueblos; quemaban las casas y realizaban violaciones en masa; los fusilamientos y torturas generalizadas, como el consumo de agua hasta la muerte, a través de un embudo colocado en boca se generalizaron.




    La consecuencia de esa actuación la reflejó Manuel Arellano Remondo, en Geografía General de las Islas Filipinas en 1908, señalando que “La población se redujo debido a las guerras, en el plazo de cinco años desde 1898 hasta 1900, desde el comienzo de la primera insurrección, la población se estimaba en 9.000.000, y en la actualidad (1908), los habitantes del archipiélago no superen 8.000.000 en número». En vista del gran número de bajas civiles sufridas por la población, el historiador filipino E. San Juan Jr., dijo que la muerte de 1,4 MILLONES de filipinos es un claro acto de genocidio por parte de los Estados Unidos”. “Mientras apenas 16.000 insurgentes fueron muertos, fueron muertos un millón de civiles… Los anglosajones protestantes estadounidenses pretendían que toda su cultura, fuertemente influida por la cultura y religiosidad española fuese barrida del mapa.”

    Howard Zinn, en su Historia del pueblo de los Estados Unidos (1980) cita a 300.000 filipinos muertos en Batangas, mientras William Pomeroy, en su Neo-colonialismo (1970) cita a 600.000 filipinos muertos sólo en Luzón en 1902. La cifra más plausible se puede fijar en torno a 1,4 millones de asesininatos en el período de 1899 a 1905″.




    Pero es que parece que las instrucciones recibidas por los invasores eran precisas; así Gore Vidal señala en su obra “El genocidio filipino” la actuación llevada sobre un lugar concreto, Samar, donde el general Smith dio instrucciones de matar y quemar, y dijo que cuanto más se matase y quemase más satisfecho estaría, que no era el momento de tomar prisioneros, y que quería hacer de Samar un desierto horrible. El Mayor Waller pidió al general Smith el límite de edad para matar, y él respondió: «todo sobre diez”.




    El genocidio fue táctica de guerra… La misma que habían utilizado en Norteamérica contra los naturales, y la misma que posteriormente usarían en Vietnam… Los aldeanos eran internados en campos de concentración rodeados por campos de tiro… El 25 de Diciembre de 1901, el general Franklin Bell ordenó la detención de dos provincias enteras de Filipinas: Batangas y Laguna. Todo lo que no podían llevar consigo debía quedar atrás. Todo fue quemado por el ejército de los Estados Unidos.




    Como vemos, no fue una actuación descoordinada. Bien al contrario, el general Arthur MacArthur, responsable de la invasión, llevaba a efecto las órdenes recibidas, que pasaban por la eliminación de la Primera República de Filipinas y la abolición de la Constitución de Malolos, que establecía el español como lengua oficial de Filipinas. Tras la definitiva victoria usense se produjo una importante resistencia contra la imposición del inglés y la marginación del español, con resultados negativos.

    Y en 1906, el Presidente Sacay, que había asumido el poder tras la captura y arresto de Emilio Aguinaldo, fue calladamente ahorcado en 1907. ¡Ahorcaron criminalmente al segundo presidente de la República de Filipinas!




    Todo giraba en torno a un objetivo que es destacado por el profesor filipino D. Guillermo Gómez Rivera: La ejecución de un plan usense para exterminar la población filipina de habla-hispana de Manila y cercanías, que se recrudeció en 1945 durante la ocupación japonesa.

    Así, se ordenó el bombardeo de un Intramuros de habla española (juntamente con los distritos de Ermita y Binondo, donde también se hablaba el idioma criollo, o chabacano del español),lo que es considerado un genocidio contra los filipinos y contra la Iglesia, dado que los objetivos militares incluían, justamente, los templos católicos.




    La resistencia, por parte del piloto usense John A. Cox, de obedecer la orden de bombardear a la iglesia de San Agustin de Intramuros, ya que no había japoneses sino gente de habla hispana, es prueba suficiente de lo afirmado.

    También queda como prueba del genocidio, el proyecto WASP usense de aterrizar sus tropas en Filipinas durante el curso de la II Guerra Mundial, en vez de hacerlo en Okinawa o en Formosa. El objetivo era destruir al pueblo filipino que hablaba español y establecer una «reocupación neocolonial» de Filipinas.

    Y no era circunstancial la actuación, ya que, según refiere Don Luciano de la Rosa «es de esperar que una enorme proporción de esas bajas sean filipinos de habla hispana ya que eran los de este habla los que mejor entendían los conceptos de independencia y libertad y los que escribieron obras en idioma español sobre dichas ideas».




    El poeta filipino Fernando María Guerrero exclamaba en 1913 en su poema a Hispania:


    «Oh, noble Hispania!
    Es para ti mi canción, canción que
    viene de lejos como eco de antiguo amor,
    temblorosa, palpitante y olorosa a tradición
    para abrir sus alas cándidas
    bajo el oro de aquel sol que
    nos metiste en el alma con el fuego de tu voz
    y a cuya lumbre, montando, clavileños de ilusión,
    mi raza adoró la gloria del bello idioma español,
    que parlan aún los Quijotes de esta malaya región,
    donde quieren nuevos Sanchos que parlemos en sajón».





    https://espanaenlahistoria.org/episo...-en-filipinas/

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