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El hidroavión “Plus Ultra”
Por Osvaldo Sídoli, 2006
El miércoles 10 de febrero de 1926, poco después del mediodía, a las 12.27, amerizaba en aguas del Río de la Plata, en el puerto de Buenos Aires, el hidroavión Dornier Wal, "Plus Ultra", de la Aeronaútica Militar Española, que había realizado la hazaña de unir en un vuelo trasatlántico la onubense ciudad portuaria de Palos de la Frontera, con la capital argentina. Curiosamente, desde el punto inicial del viaje también habían partido las carabelas de Cristóbal Colón, que llegaran a América en 1492.
Los 10.270 kilómetros fueron recorridos entonces por el comandante de infantería don Ramón Franco Bahamonde (piloto y comandante de la aeronave, de El Ferrol, La Coruña), el capitán de artillería Julio Ruiz de Alda y Miguélez (copiloto, de Estella, Navarra), el alférez de navío Juan Manuel Durán González (piloto de la Aeronáutica Naval, de Jerez de la Frontera, Cádiz) y el soldado mecánico Pablo Rada Ustarroz (mecánico de vuelo, de Caparroso, Navarra).
La travesía se había iniciado en el Muelle de la Calzadilla, en aguas del río Tinto, frente a Palos de la Frontera (Huelva), el 22 de enero de 1926 a las 7.55 horas, cuando despegara el Dornier Wal en su primera etapa que concluyera en Las Palmas de Gran Canaria. En la tarde, tras ocho horas de vuelo sobre el Océano Atlántico, el hidroavión acuatizaba en el Puerto de la Luz, ante una multitud reunida en los muelles, aclamando a los tripulantes.Radio Madrid transmitió en directo el despegue del Plus Ultra, al iniciar su histórico vuelo sobre el Atlántico.
El comandante Franco dirigiéndose al “Plus Ultra” en el puerto de Palos para iniciar el raid
En Las Palmas quedó el fotógrafo de "Cuatro Vientos" y representante de "La Nación" de Buenos Aires, don Leopoldo Alonso, que filmara el inicio del viaje, acompañando a la tripulación hasta el archipiélago canario. Cuatro días más tarde, el 26 de enero, comenzando la segunda etapa despegó el Plus Ultra desde la bahía de Gando, en horas de la mañana, poniendo proa hacia Porto Praia, en la isla de São Tiago (capital del entonces portugués archipiélago de Cabo Verde), arribando tras nueve horas cincuenta minutos de vuelo. En Praia el comandante Franco Bahamonde decidió reducir el peso del avión al máximo, quitando 400 kilogramos, con el fin de reducir riesgos ante el extenso tramo a cubrir sobre el Océano Atlántico, quedando en tierra el alférez de navío Juan Manuel Durán González.
La tercera etapa se desarrolló entre Praia y la isla brasileña de Fernando de Noronha. El radiogoniómetro, usado por primera vez en un vuelo de estas características, hizo posible mantener la ruta correcta de la aeronave en la etapa mas larga del recorrido.
El “Plus Ultra” despegando de Porto Praia
La Armada Española dispuso que el crucero "Blas de Lezo" y el destructor "Alsedo", cumpliendo funciones de buques-escolta tomaran posiciones en la ruta prevista, con el objetivo de dar apoyo y prestar auxilio a la tripulación del Plus Ultra, si fuera necesario. Por su parte, las autoridades brasileñas de Fernando de Noronha dispusieron mantener faros permanentes y hogueras, para facilitar la orientación de los aviadores españoles durante la noche.
El crucero “Blas de Lezo” y el destructor “Alsedo”, que sirvieron de apoyo al “Plus Ultra” en su raid
Tras llegar a Fernando de Noronha el 30 se enero, la nave fue reabastecida y el día 31 cubrió el trayecto de 540 kilómetros de distancia (cuarta etapa) entre la isla y Recife (estado de Pernambuco), en territorio continental brasileño. En este trayecto, faltando poco mas de cien kilómetros para completarlo, se dañó la hélice posterior, siendo necesario repararla en pleno vuelo, produciéndose una demora de algo más de una hora en el tiempo estimado para la llegada. Tras descansar en Recife, donde se realizaron algunas reparaciones en la aeronave, el 4 de febrero se llevó a cabo la quinta etapa, entre esta ciudad del nordeste brasileño y Río de Janeiro. El trayecto (unos 2.100 kilómetros) demandó doce horas y quince minutos de vuelo, siendo apoteótico el recibimiento brindado en la ciudad carioca.
Al atardecer del 9 de febrero, en la sexta etapa que, según se había proyectado debía concluir en la capital argentina, tras algo más de nueve horas de vuelo, mientras el Plus Ultra volaba sobre la vertical de Maldonado, en el este uruguayo, cambió el rumbo hacia Montevideo, acuatizando en la rada de la capital oriental, provocando la algarabía de los vecinos montevideanos que, por unas horas, agasajaron a los tripulantes del hidroavión. El 10 de febrero, tras un vuelo de 44 minutos el Plus Ultra cumplió la séptima etapa, para llegar a la ciudad de Buenos Aires donde, desde el día 9, una multitud esperaba la llegada del Plus Ultra a orillas del Río de la Plata.
La emisora de radio L.Z.O. comunicaba las novedades del viaje, recibidas por medio de los entonces escasos y elementales receptores y, también, por medio de los altavoces instalados en camiones del periódico "La Nación", estacionados en varios lugares de la avenida Costanera y su balneario municipal. Por este medio la multitud que esperaba a los intrépidos españoles, se enteró que la llegada sería el 10 de febrero.
Muchas personas retornaron el día 9 a sus hogares o fueron a seguir las noticias a la calle Florida, frente a la sede de los periódicos La Nación, o La Prensa, en la Avenida de Mayo; aunque muchos otros decidieron pasar la noche veraniega en la Costanera Norte, para no perder sus lugares.
El día 10, hacia el mediodía, en el horizonte, sobre las aguas del Río de la Plata, por el sudeste, en dirección a Montevideo, apareció un punto oscuro que fue agrandándose, arrancando una ovación continua en la muchedumbre que solo era superada, por momentos, por bombas de estruendo y las sirenas de barcos anclados en el puerto metropolitano y de los diarios capitalinos. Las personas ubicadas en la zona norte del puerto metropolitano fueron quienes mejor avistaron el hidroavión Plus Ultra, cuya silueta se veía minuto a minuto con mayor claridad, en un cielo límpido.
El Plus Ultra se acercó a la costa bonaerense y evolucionó sobre la ciudad, en medio de manifestaciones de júbilo de la multitud.
Todos, salvo los enfermos, salieron a las calles. Entre ellos, Esteban Araiz Rodrigo, que aquél 10 de febrero dejó su trabajo en hotel Apolo para dirigirse a la Costanera, donde dio rienda suelta a su emoción ya que aunque nadie le creía, era tío del joven mecánico procedente de un hogar de artesanos de Catarroso, Navarra -entonces de 23 años- Pablo Rada Ustarroz.
El “Plus Ultra” sobrevolando la avenida de Mayo
El comercio callejero incrementó considerablemente las ventas, ya que los típicos vendedores ambulantes se acercaron a la zona norte del puerto metropolitano, agotaron sus existencias de bocadillos, limonada, barquillos y confituras. Dos aviones de la Armada Argentina se sumaron a otros que evolucionaban sobre el puerto.
Pablo Rada y su tío, Esteban Araiz
El 9 de febrero, el presidente argentino, Marcelo T. de Alvear, y su esposa Regina Paccini, interrumpieron sus vacaciones veraniegas en Mar del Plata, retornando a Buenos Aires, para llegar a la recepción oficial que se dio a los pilotos. El 10, desde un balcón de la Casa Rosada, el presidente Alvear, con binoculares, observaba detenidamente el cielo, sobre el Río de la Plata, siguiendo el acercamiento de la aeronave española.
A las 12.27 horas, acuatizaba en aguas del Río de la Plata el Plus Ultra, aclamado por miles de argentinos, españoles y residentes de otras nacionalidades, que vitoreaban a España y a los aeronautas. La llegada de la aeronave hispana se recordó durante mucho tiempo, siendo exaltada la hazaña de Franco y sus acompañantes, por todos los periódicos bonaerenses como motivo de orgullo para toda la estirpe Iberoamericana.
El “Plus Ultra” iniciando el amerizaje en el puerto de Buenos Aires
Desde Málaga, el Rey Alfonso XIII siguió atentamente el desarrolló de la última etapa del viaje, a través de la Compañía Italiana de Cables Telegráficos Submarinos (Italcable). Por medio de esta empresa el rey hizo saber al comandante Franco su intención de mantener una conferencia cablegráfica, poco después del arribo a Buenos Aires, que se llevó a cabo a partir de las 15.05 horas del mismo día 10.
El cronista del diario "La Nación" describía los hechos en la edición del jueves 11 de febrero, en los siguientes términos: "Estas calles adyacentes, a poco, quedaron materialmente obstruidas: tal era la afluencia de vehículos que pretendían pasar. Y como otra avalancha de vehículos venía del Sur, el tráfico en muchos sitios se paralizó completamente. Los agentes de Policía agitaban inútilmente su varita blanca. Por entre los automóviles y los tranvías la multitud se deslizaba, se corría hacia el puerto, con el temor de llegar demasiado tarde…". Los títulos de la portada de esta edición estuvieron exclusivamente dedicados al acontecimiento.
Este vuelo tuvo, asimismo, trascendencia aerofilatélica, por cuanto se transportó un paquete de correspondencia integrado por catorce piezas solamente, todas con la firma autógrafa del comandante Franco.
El Plus Ultra recorrió 10.270 Km. empleando 61 horas y 44 minutos de vuelo, en siete etapas, desarrolladas durante 19 días, con 7 jornadas de vuelo, a velocidad media de 172 kilómetros por hora.
El diario La Nación del 11 de febrero de 1926
Impulsados por este éxito, aquel mismo año se llevaron a cabo otras empresas de gran magnitud de la aeronáutica española, como el de la escuadrilla Elcano en su vuelo a Filipinas y el de la patrulla Atlántida, a Santa Isabel (Guinea Ecuatorial).
El 5 de abril de 1926 la Patrulla Elcano inició el viaje Madrid- Filipinas. Del aeródromo militar de Cuatro Vientos partieron tres aviones Breguet XIX: el Sebastián Elcano, el Fernando de Magallanes y el López de Legazpi, tripulados por los capitanes Martínez Esteve, González Gallarza y Lóriga Taboada, y los mecánicos Mariano Calvo, Arozamena y Pérez Sánchez. Tras varias vicisitudes, sólo el López de Legazpi, pilotado por Gallarza y Lóriga, lograría su propósito aterrizando en Manila el 13 de mayo, tras 106 horas y 15 minutos en el trayecto.
Finalizando 1926 se llevó a cabo hubo un tercer vuelo de envergadura. El 10 de diciembre partieron de Melilla tres hidroaviones Dornier Wal, denominados Valencia, Cataluña y Andalucía, integrando la Patrulla Atlántida. Al mando del comandante Rafael Llorente y de los capitanes Martínez Merino y Niceto Rubio, llegaron a Santa Isabel (Guinea Ecuatorial), el 25 de diciembre. Este vuelo tuvo carácter político, científico y militar.
La industria aeronáutica española se desarrolló considerablemente, y en 1929, el Rey Alfonso XIII volaba en un hidroavión Dornier, similar al Plus Ultra, fabricado en España por Construcciones Aeronáuticas.
En el marco geopolítico, el vuelo acentuaba el acercamiento hispanoamericano. Supuso, entonces, un acto de afirmación hispánica con repercusiones en todo el mundo. España estrechaba vínculos con Hispanoamérica. Miles de personas dieron la bienvenida al Plus Ultra en cada una de sus escalas americanas y, en 1926, el vuelo fue la noticia del año. Todas las portadas reflejaron el cruce del Atlántico.
La aeronave
El "Plus Ultra", era un Dornier Wal (Ballena, en alemán), que fue reconocido como el avión más importante diseñado por el alemán Dornier a principios de la década del 20. Este hidroavión, fue el más avanzado de los de su tipo. El amplio casco de doble pendiente, totalmente metálico, incorporaba flotadores de sección aerodinámica para darle mayor estabilidad en el agua. La planta motriz consistía en dos motores en tándem sobre la sección central alar, que accionaba una hélice tractora y otra impulsora. El piloto y copiloto estaban sentados lado a lado, al descubierto, teniendo detrás de ellos la radio. Este prototipo voló por primera vez el 6 de noviembre de 1922, en Marina de Pisa (Italia), donde se construyó, al no tener Alemania permiso para realizarlos por restricciones del tratado de Versailles.
Características técnicas Hidroavión Dornier, diseño alemán Dos motores ingleses Napier "Lion", de 450 h. p. Envergadura: 22,50 m Ancho de alas: 4,5 metros Superficie de alas: 96 metros cuadrados Longitud total: 17,25 m Altura máxima: 4,80 m Peso normal: 2.500 kgs. Peso total para vuelo (con tripulantes y combustible): 7.000 kgs. Velocidad máxima que podía desarrollar con los dos motores: 200 Kms/h Velocidad normal: 180 Kms/h Velocidad comercial (la más económica): 170 Kms/h. Velocidad de navegación en mar llana: 30 millas/h. Radio de acción o autonomía: 3.000 Kms. Altura de vuelo: 450 metros. Combustible: Gasolina y benzol. Construido en Pisa (Italia), entre junio y noviembre de 1925. Dotación: Llevaba, entre otros elementos, altímetro, cuentamillas, brújula, sextante, derivómetro, radiogonómetro, tablas, mapas, salvavidas y máquina destiladora de agua. Su denominación militar era W12.
Identificación telegráfica E.D.R.12
Rebautizado por Franco como Plus Ultra, lema que significa en latín "Más allá". Es la divisa de las columnas que flanquean el escudo nacional de España.
Sobre las alas y en el costado lleva escrita las siguientes letras M-M WAL, cuyo significado es:
M: Letra correspondiente a las matrículas de aviación española.
M: Distintivo de la calidad militar de la aeronave.
W: Inicial de Walfisch (Ballena), nombre que la casa alemana Dornier daba a este tipo de hidroaviones.
AL: equivale al número 12, tipo concreto del hidroavión.
El rey de España Alfonso XIII, donó el Plus Ultra a la Nación Argentina, regresando la tripulación a España en barco, el 11 de marzo.
El “Plus Ultra” en la acualidad, en el Museo Histórico de Luján
Sólo se ha movido de Argentina en dos ocasiones, desde el 10 de febrero de 1926: la primera en la década de los años 60 para ser mostrado en una feria en Madrid y la segunda en la de los años 80 para ser completamente restaurado. El 17 de agosto de 1988, tras la restauración en España, el pueblo y el gobierno de Luján recibieron nuevamente al "Plus Ultra". Entonces, el representante del Instituto de Cooperación Iberoamericana dijo: "El 10 de febrero de 1926 los tripulantes del hidroavión que hoy os devolvemos restaurado, trajeron a la Argentina el mensaje de solidaridad del pueblo español para que nuestros pueblos alcancen el bienestar social, la paz, la libertad y la democracia".
Se encuentra en el Área II - Museo de Transporte, del Complejo Museográfico Enrique Udaondo, en Luján, provincia de Buenos Aires.
Los tripulantes
Ramón Franco Bahamonde
Al regresar Ramón Franco a España fue recibido en El Ferrol como un héroe nacional, se le dedicó una placa en su casa natal, el rey lo nombró gentilhombre de Cámara y recibió la medalla "Plus Ultra".
Posteriormente intentó otro cruce del Atlántico, con destino a Nueva York, fracasando en el intento, siendo recatado en el mar. Escribió un libro, "Aguilas y garras", que fue prohibido por la monarquía a fines de los años 20. Políticamente se declaró republicano de izquierda, aunque no comunista. Perdió los honores y el grado militar. Estuvo con el sector republicano, arengó desde las tribunas, sufriendo un accidente que, en su momento, se vinculó con un atentado. Fue encarcelado y logró fugar en un coche que llevó el mecánico Pablo Rada, con quien proyectó instalarse en la República Argentina.
Estuvo exiliado, y tras la llegada de la República, Azaña le concedió la jefatura de la Aeronáutica. Destituido posteriormente, dio un vuelco ideológico, enfrentando a los republicanos. Se alistó con el movimiento nacional que encabezaba su hermano Francisco. A fines de octubre, falleció en un accidente aéreo, cerca de las islas Baleares.
Juan Manuel Durán González
El alférez de navío Juan Manuel Durán González, de 26 años cuando se realizara el histórico vuelo, era piloto y profesor de la Escuela Naval de Barcelona. Falleció en un accidente aéreo a mediados de 1926.
Julio Ruiz de Alda y Mígueles
El capitán de Artillería Julio Ruiz de Alda y Miguélez, que combatiera en Marruecos, volvió a Buenos Aires en 1930, interesado por realizar el relevamiento aerofotogramétrico de Buenos Aires, programado por el municipio de la capital argentina. Ruiz de Alda, que tuvo experiencia como piloto de combate, recibió en 1926 la Medalla Aérea, la mayor distinción en tiempos de paz. Intentó en vano dar la vuelta al mundo en 1928 y 1929, infructuosamente en ambas ocasiones. Tras regresar a España, el 29 de octubre de 1933, acompañando a José Antonio Primo de Rivera, hijo del fallecido dictador, presentó en el Teatro de la Comedia de Madrid un nuevo movimiento ultraconservador y antimarxista, el falangismo. Iniciada la guerra civil española, Ruiz de Alda fue encarcelado, muriendo en prisión.
Comandante Ramón Franco
Alférez de Navío Juan Manuel Durán
Pablo Rada Ustarroz
Pablo Rada tuvo actuaciones decisivas para asegurar el éxito del "Plus Ultra", hizo reparaciones en vuelo, trepando por el ala, a más de 200 kilómetros por hora, apagó un principio de incendio con sus ropas, sin importarle el riesgo de quemaduras ni la emisión de gases. Recibió la medalla de oro al trabajo, de manos de Alfonso XIII. Posteriormente, obtuvo el título de piloto y se dedicó a la industria del automóvil. Tuvo que marchar al exilio, por su tendencia republicana, retornando a España, para morir en su tierra natal, Navarra, a los 77 años.
Nuevo vuelo conmemorativo, en el 75º aniversario
Capitán Julio Ruiz de Alda
Soldado mecánico Pablo Rada
El 10 de febrero de 2001, reviviendo aquella hazaña, llegó a Buenos Aires una nueva representación del Ejército del Aire de España, a bordo del hidroavión Canadair CL-215T, matrícula 43 21, también denominado Plus Ultra. Esta nave estaba a cargo del comandante Juan Manuel Clerencia, completando la tripulación los pilotos capitanes Gencar y Pérez, ambos madrileños y los mecánicos alférez Navarro (castellano, de Albacete) y subteniente Argüello (de León).
Bibliografía:
- ARGUINDEGUY, Pablo E.
Historia de la aviación naval argentina
Inst. Aeronaval, Buenos Aires, 1980
- FRANCO, Ramón De Palos al Plata (Diario de a bordo del Plus Ultra) - Espasa Calpe, Madrid, 1926
Las fotos, epigrafes y planes de vuelo pertenecen al libro "De Palos al Plata" por Ramon Franco y J.Ruiz de Alda. Madrid 1926 (original).
Fuente: http://www.histarmar.com.ar/InfGral/PlusUltra.htm
"Donau abric a Espanya, la malmenada Espanya
que ahir abrigava el món,
i avui és com lo cedre que veu en la muntanya
descoronar son front"
A la Reina de Catalunya
[YOUTUBE]http://www.youtube.com/watch?v=T_u9PfC5cH4[/YOUTUBE]
"Donau abric a Espanya, la malmenada Espanya
que ahir abrigava el món,
i avui és com lo cedre que veu en la muntanya
descoronar son front"
A la Reina de Catalunya
Sobre este tema es muy atrayente el libro “España, cuatro meses de gloria. La hazaña del Plus Ultra” que ha publicado ediciones AE el año pasado y del que es autor Federico de la Cuadra Durán. En él se narra cuanto aconteció en aquel vuelo histórico realizado por cuatro aviadores españoles a bordo de un hidroavión Dornier Wall y que sirvió para unir por los aires para siempre a España con Argentina, pasando por Brasil y Uruguay.
Tiene de novedoso este libro que el autor, que es sobrino del teniente de navío Juan Manuel Durán González uno de los aviadores que hizo aquel vuelo, dice que para escribir algunas de las quinientas páginas que emplea para la descripción de este vuelo utilizó los datos que obran en poder de su familia desde aquel enero de mil novecientos veintiséis. Incluyendo en aquella descripción muchas de la experiencias que sintió personalmente aquel marino durante el vuelo. Deja, también, muy patente el autor la importancia que en la organización y apoyo logístico de aquel importantísimo evento tuvo la Armada española y más concretamente la Aeronáutica Naval.
Pero especialmente y utilizando como pretexto el dibujo que hace del teniente de navío Durán, coactor de este vuelo, el autor describe en su libro el ambiente que reinaba en Europa y en Hispanoamérica antes, durante y después de aquel “raid”. Desvelando en sus páginas como de aquellos hechos nació una nueva relación entre España y los países de habla hispana y sumergiendo al lector en el seductor ambiente que reinaba en el ánimo de las poblaciones de las naciones española e hispanoamericanas a causa de cuanto iba sucediendo en las distintas etapas de aquel vuelo. Descubriéndole, al mismo tiempo, lo que dice su autor en el epilogo: que por muy mal que se encuentre un país ( política, económica, social o culturalmente) heredado de sus mayores existe siempre en lo más intimo del seno de su sociedad un fervoroso deseo de “regeneracionismo” que para despertarlo solo es necesario un acto, un hecho que lo estimule. Por eso dice que por grande que sea la miseria política, económica, moral ó ética en que se halle un pueblo, por muy grande que sea la crisis que lo envuelva siempre se podrá hacer algo para encender en él la llama de la ilusión, del deseo, de la esperanza que lo impulse a salir de ella. Y Dice el autor que en aquellos años para lograrlo fue solo necesario idear este vuelo y dotarlo de una fuerte carga emocional. Pues esta aventura, siendo como fue muy meritoria, tuvo sin embargo una repercusión nacional e internacional mucho mayor de lo que un hecho de estas características debió tener. Bastósolo para conseguirlo comparar esta hazaña con la ejecutada por Cristóbal Colón, dotándola entre otros de gestos tales como salir de Palos de la Frontera para que el mundo entero comprendiera que una nueva nación fortalecida, estaba saliendo de su letargo y mandando al mundo un nuevo mensaje. Las naciones debían ser regidas por la cultura, por la ciencia, por la religión..... y no por el materialismo injusto e indigno, impuesto por otros países.
En este libro se demuestra como las causas de la repercusión social que tuvo este vuelo se debieron, al ferviente deseo de “regeneracionismo” que estaba latente ya en toda la sociedad española. Por eso la idea de volver a los gloriosos años de la España descubridora de nuevos mundos, calló en muchos como la señal del nuevo resurgir. La tristeza, el pesimismo, la apatía desaparecieron de todas las almas dando paso a un impetuoso vigor de triunfo, de gloria, de victoria. En 1492 una empresa grandiosa ofreció a la vista atónita del universo la existencia de un nuevo continente. Ahora, como entonces, la magnifica proeza de unos pilotos españoles venía a testificar que permanecía inalterable el espíritu de la raza española forjado en la gallardía y en el valor. Sin duda aquellos pilotos fueron capaces con su gesta de elevar a España y a los españoles a cuatro meses de gloria.
El Ejército el Aire recuerda a los héroes del «Plus Ultra»
Hubo un tiempo en que «cristianoronaldos» y «messis» surcaban los cielos en busca de proezas aeronáuticas. Eran recibidos como héroes allá donde aterrizaban. Con todo un país en vilo por la llegada a buen puerto de la hazaña. Eran los locos años 20 y a ritmo de Gardel o charlestón pilotos intrépidos trazaban rutas milagrosas para unir ambos cielos del viejo y nuevo mundo.
España también aportó su récord. Fue Ramón Franco –el otro Franco–, hermano del posterior jefe de Estado, quien en compañía del capitán Julio Ruiz de Alda, el teniente de navío Juan Manuel Durán y el mecánico Pablo Rada, unió La Rábida –el puerto de Palos de la Frontera (Huelva) desde el que partió Cristóbal Colón en 1492– con Buenos Aires.
Ramón Franco, en los puestos de mando, en una de las escalas del «Plus Ultra»/ABC
Franco se proponía recorrer una distancia considerable (10.270 km), convirtiéndose en el primer aviador que estableciera una ruta tan larga entre España y América. De tener éxito, sería la cuarta vez en toda la historia que un aeroplano cruzaba el Atlántico realizando escalas. El viaje dio comienzo el 22 de enero de 1926: «El pájaro de guerra, luego de purificarse en aguas de Palos –Jordán de la aventura hispana–, alzó el vuelo», plasmaría el maestro de maestros Corrochano en una hermosa crónica.
Tras hacer escalas en Las Palmas, la isla portuguesa de Porto Praia, la isla brasileña de Noronha, Pernambuco, Río de Janeiro y Montevideo, el hidroavión modelo Dornier Do J Wal (que costó la fortuna de 300.000 pesetas) aterrizó en Buenos Aires el 10 de febrero tras 59 horas y 39 minutos de travesía aérea.
Un día después ABC lo contaba en su portada. «¡Viva España!». Este viaje dejó dos récords mundiales: el de distancia con escalas y el de mayor velocidad de un hidroavión en vuelo. Para la posteridad, cómo no, un tango de Gardel: «Desde Palos, el águila vuela/y a Colón, con su gran carabela,/nos recuerda con tal emoción/la hazaña que agita todo el corazón».
Portada de ABC del 11 de febrero de 1926 / ABC
Este año, que el Ejército del Aire celebra su 75º Aniversario (queda claro que todavía el Arma aérea no había sido institucionalizada como tal, para ello habría que esperar al 7 de octubre de 1979) también ha querido rendir honor a esos pioneros españoles del Aire. Así el pasado sábado tuvo lugar en ese mismo muelle de La Rábida (Palos de la Frontera) los actos conmemorativos del 88º aniversario del vuelo del «Plus Ultra», que alzó el vuelo tal miércoles como este.
Un lugar este de Huelva que debiera ser visita obligada para todo curioso de la Historia y los prodigios aéreos y, por supuesto, de Cristóbal Colón y las gentes que arrastró con él en su primera aventura hacia el «¡Tierra a la vista!». Ahí está también su Museo Muelle de las Carabelas. Junto al monolito a los héroes del «Plus Ultra» se halla además el monasterio franciscano donde el Almirante genovés halló cobijo tras su paso infructuoso por Portugal.
Monumento a Ícaro que conmemora el vuelo del «Plus Ultra», junto al muelle de La Rábida
Informa el Ejército del Aire que los actos del sábado, a los que asistió el jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire (Jema), general del Aire F. Javier García Arnaiz, también tuvieron obligada parada en el citado monasterio («Jordán de la aventura hispana», ¡bárbara comparación, señor Corrochano!).
«El Jema hizo mención al 75 aniversario de la fundación del Ejército del Aire y agradeció al Ayuntamiento de Palos por la organización, año tras año, de la conmemoración de este histórico vuelo».Todo un detalle del alcalde palermo, Carmelo Romero Hernández, que en estos días de tanta angostura también mantenga viva la llama de aquellos pioneros, que situaron por siempre a Palos de la Frontera, de nuevo, en el lugar de la Historia española.
Franco, Ruiz de Alda, Durán y, en el círculo, el mecánico, Pablo Rada, que da nombre a una insigne calle de Huelva / ABC
Entrega al jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire, por parte del alcalde de Palos de la Frontera, del cofre con tierra del lugar de despegue / EA
El Ejército el Aire recuerda a los héroes del «Plus Ultra» | Por Tierra, Mar y Aire
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