CONGRESOS INTERNACIONALES FASCISTAS DE MONTREUX
PRESENCIA DE LA FALANGE Y/O DE JOSE ANTONIO EN LOS CONGRESOS INTERNACIONALES FASCISTAS DE MONTREUX
La verifìcación de la participación al menos de Josè Antonio, y en general de la Falange,en los denominados congresos internacionales fascistas de Montreux, parece haber cesado de ser un argumento de serena investigación histórica para transformarse en tema de disputa y polémica en el seno de las fuerzas nacionalsindicalistas españolas.
Da la impresión que fuera el punto vísible de una mas soterrada lectura ideológica no solo del pasado reciente sino de las propias matrices ideales de las que surgió la Falange Española de las JONS (para no exterderme en este asunto me remito a un breve ensayo sobre la Falange que ha sido incluido en nuestra página Web)
Por un lado se encuentran los fascistas españoles y una parte de los falangistas (sencillamente aquellos más apegados a las figuras y al pensamiento de los tres fundadores:Ramiro,Onésimo y Josè Antonio) que consideran plausible la presencia de Falange en aquellos Congresos;por otro lado otros "espíritus" falangístas (etiquetables simplemente unos como franquistas y otros como seguidores de Manuel Hedilla) niegan la participación, los primeros deseando dar a la Falange una imagen nacional-católica y los segundos una impronta casi exclusivamente revolucionario sindicalista; ambos quieren alejarse tanto en el momento presente como en el pasado, de posibles etiquetas fascistas.
Con estas premisas está claro que la discusión entra y se aviva en una ardíente polémica. Es, pues, oportuno e incluso necesario, por ello, hacer una recapitulación cronologica y esplicativa de aquellos acontecimientos, ateniendo exclusivamente a los hechos.
Al proyectar este artículo he procurado reproducir, además de la documentación oficial, cuanto se ha escrito en nuestro "ambiente" sobre el asunto, y ello para formar criterio. No he podido leer el articulo aparecido, en relación a este tema, en el numero 14 de "Nosotros"; la redacción del periódico, a quien se lo he solicitado, no me lo ha facilitado aún.
Los congresos en cuestión tendentes a la constitución de una internacional fascista nacen del CAUR (Comités de Acción para la Universalidad de Roma) constituidos en junio de 1933 y dirigidos por Eugenio Coselschi, quíen fuera secretario personal de D'Annunzio durante la empresa de Fiume.
Los CAUR celebraron un primer congreso en Montreux los dìas 16 y 17 de dicembre de 1934. A este congreso siguieron tres reuniones más: la primera tuvo lugar en enero de 1935 en Paris.la segunda en Amsterdam los dias 29 y 30 de marzo de 1935, y la tercera en Montreux el dia 11 de septiembre de 1935. A esta reunión (preaumiblemente la última) debiera haber seguido un segundo Congreso, también en Montreux, convocado inicialmente para la primera quincena de diciembre, congreso que no se celebró.
En el primer congreso participó probablemente Gimenez Caballero,importante ìntelectual falangista.
De este congreso y de la posterior reunión de Paris me falta documentación precisa.
De la reunión de Amsterdam y de la última de Montreux dispongo, por el contrario, de las actas que, en lengua francesa, se conservaron en el archívo Granelli.
Asverìo Granelli, representante del fascismo italiano, fundador de la revista "Octubre", fue promotor de iniciativas orientadas a favorecer el desarrollo de un fascismo uníversal.
El archivo Gravellì se conserva en la actualidad en el archivo de De Felice.Renzo de Felice, eminente estudioso,fue el autor de una serie, fundamentales y monumentales, de obras sobre el Fascismo.
Estas indicaciones de tipo académìco sirven para subrayar la rigurosa fiabilidad de las fuentes.
Para el seguimiento de este ensayo se utilizan, casi en esclusiva, los textos originales de las reuniones.No se puede olvidar que estos escritos han pasado a través de varias traducciones (el ultimo es completamente y estrictamente literal).
Al comienzo de la reunión de Amsterdam el 29 de marzo de 1935 se consigna:
“ Generel Coselschi: Antes de comenzar nuestra discusión sobre las comunicacíones del presidente, tengo el placer de anunciarles que dos nuevos grupos se han inscrito al frente de Montreux; concretamente el Partido Fascista Argentino y las JONS españolas; el Partido Argentino envía su saludo y acepta todas las deliberaciones votadas en Montreux; y las JONS, movimiento que comienza a desarrollarse en España y que envía también su adhesión. El Presidente de este último dice: "Conozco la actividad del CAUR de la que he sido informado por medio de las deliberaciones tomadas en Montreux, por los representantes de las organizaciones fascistas. Me siento feliz de comunicarles que envio la adhesión de las JONS y la mia personal al frente de Montreux, y me ofrezco para defender y divulgar el ideal común. Les confirmo toda la simpatia del Movimiento Jonsista, que unicamente por motivos de táctica interna no le ha sido posible intervenir en Montreux".
Marcel Bucard: ¿que relación tiene el joven movimiento sindicalista español con el movimiento de Primo de Rivera?
General Coselschi: Es independiente. Mantienen entre si excelentes relaciones.( circunstancia ésta que quien tenga conocimiento del movimiento nacional sindicalista español no era exacta n.d.r.)..."
A este respecto deben precisarse algunos extremos. Las JONS se habian reorganizado de forma autónoma, bajo la Jefatura de Ramiro Ledesma, que había abandonado la Falange en enero de 1935. La expresión "presidente de las JONS" (en marzo de 1935) nos hace razonablemente pensar que se refiere al propio Ledesma. Este hacía poco tiempo que había abandonado la disciplina de la Falange pero ello no era óbice para que en la misma hubiera sido la mente ideológica, de la misma manera que Josè Antonio fue el político y el poeta de la organización. El apartamiento de Ramiro de Falange fue, seguramente, debido a motivaciones de “... tipo humano..." como nos recuerda Ximenez-de Sandoval que, provisto de una “... admiracion fanática...", por Josè Antonio es el autor de una "Biografia apasionada" de lectura imprescindible para el conocimiento de la Falange. Ximenez subraya como Ramiro (que durante los meses de marzo y abril de 1935 redacta el libro fundamental "Discurso a las Juventudes de España") fue "...uno de los hombres más extraordinarios de Falange..." Ximenez nos relata, además, un episodio poco conocido como fue que Ledesma olvidando los incidentes pasados visitó en la carcel a Josè Antonio en mayo de 1936 para ofrecerse incondicionalmente a la Falange.
Dejamos la relación sobre el congreso de Amsterdam, relación que, por lo demás, nos ha permitido conocer aspectos de fondo no secundarios y útiles para encuadrar "el clima" y, pasamos a la reunión del 11 de septiembre de 1935 en Montreux. Este es el que permite centrar definitivamente el argumento que aqui interesa.
La reunión se inicìó a las 9,30 horas,el presidente general Coselschi abre la sesìón con una relación sobre los trabajos del Comitern.
(En este momento Primo de Rivera entra en la sala de reuniones)
Me permito interrumpir esta exposición para saludar al representante de la Falange Española: Primo de Rivera que lucha encarnizadamente contra el comunismo en su Patria. Falange Española tiene una aureola de martirio y de gloria porque casi todos los días, en las calles, lucha en España, y la juventud de este país derrama su sangre para defender el ideal que a todos nos une.
Estoy seguro de expresar los sentimientos de todos vosotros, saludando en Primo de Rivera a la Joven Espaba y os ruego que guardeis un minuto de silencio para rendir tributo a los caidos que son tan numerosos en la Falange Española, y tambien por todos los caidos, de todos los movimientos a los que nosotros aquí representamos.
Se guarda un minuto de silencio.
El Presidente: Primo de Rivera sigue desde hace mucho tiempo con simpatía nuestra organización y si no forma ahora .parte efectiva es por razones de politica interna que el miamo os explicará...
Primo de Rivera (España): Les agradezco sinceramente la acogida conmovedora que me han dispensado, no solo a mi, sino a la Falange Española que lucha dia a dia en las calles ensangrentadas de mi pais.Me siento conmovido por vuestro recibimìento y os restìtuyo el sincero saludo de la Falange Española y el mio propio.
Me veo obligado, por el momento, de no poder tormar parte en los trabajos de vuestra comisión. El presidente ya ha expuexto las razones.
España no está aun preparada para unirse, a un movimento de caracter no só1o internacional, sino supranacionál y universal.
Y ello no sólo porque el caracter español es demaciado individualista sino también porque España ha sufrido mucho por culpa de las internacionales. Nosotros estamos entre las manos de almenos tres internacionales: una masónica, otra socialista y otra capitalista con dependencia de otros poderes, de caracter extranacional, que intervìenen en los asuntos españoles.
Si aparecieramos ante la opinión pública española unidos a otro movimiento, y ello sin una preparación lenta, profunda y dificil, la conciencia pública eepañola e incluso la conciencia democratica protestarían.
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Es preciso, asi pués, preparar a los espíritus para este tipo de trabajos supranacionales.
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Pero yo creo que ante los peligros comunuistas, es necesario reconocer que los pueblos civilizados tìenen el derecho y el deber de transmitir nuestra civilización a los pueblos sometidos.
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Paul Moornaert (Bélgica) ... Hace poco tiempo el honorable Primo de Rivera decia que en España no se comprende aún estas instituciones supra-nacìonals. Antes de Montreux tampoco se entendian en Belgica...”
Confiando que otros trabajos posteriores complementen esta aportación,confío que lo que hasta aquí se ha expuesto sirva para centrar el tema y ponerlo en sus justos términos.
Naturalmente que es preciso distinguir entre presencia y participación y entre participación y adhesión.
La documentación examinada indica que Josè Antonio estuvo presente al menos en una de las reuniones de la internacional facista pero no se adhirió; Ramiro no intervino personalmente pero envió su adhesión.
Giancarlo ROGNONI
365 QUEJÍOS (235) – EL “BRENNERO IDEOLÓGICO” DEL FASCISMO Y LA FALANGE
El paso del Brennero (o Brenner) es la frontera entre el mundo germánico y el latino. En los años 30 este lugar tuvo una connotación “ideológica” y definió la diferencia entre el fascismo italiano y el fascismo alemán. Es cierto que en 1923, cuando Hitler protagonizó el llamado “golpe de la cervecería” o “Golpe de Munich”, tenia en mente la Marcha sobre Roma de Mussolini, pero no es menos cierto que entre 1930 (cuando el fascismo italiano estaba consolidado en el poder y el NSDAP hitleriano ya era un partido de masas) y 1937 (cuando los gobierno alemán e italiano acercaron definitivamente sus posiciones a raíz de la Guerra Civil Española), existió en todo el mundo lo que se llamó “el Brennero ideológico” que separaba a los movimientos fascistas de cada país -porque en cada país de occidente floreció en aquellos años un movimiento de este tipo- entre los que eran de “simpatías” italianas y aquellos otros que tenían a Berlín y a Hitler como inspiración. En España, esta frontera existió igualmente, si bien, aquí, como en casi todo, nuestro país supuso un punto y aparte en esta polémica.
Lo que en la primera mitad de los años 30 y, más especialmente a partir de 1933, estaba en juego era el liderazgo del fascismo mundial. En tanto que su cuna originaria era Italia, los partidos fascistas que florecieron en toda Europa y en el continente americano, inicialmente, tenían todos como faro y guía a Roma: el líder del fascismo rumano dijo en su primera intervención como diputado: “Somos de los que creemos que el Sol nace por Roma y no por Moscú”. Pierre Drieu La Rochelle, en Francia, había escrito lo mismo y vale la pena recordar que el primer partido fascista con cierta importancia que nació fuera de Italia apareció en Francia: Le Faisceau de Georges Valois, dos años después de la Marcha sobre Roma. El problema fue que hasta 1933 y al no tener competencia, el apoyo que Italia había prestado a los partidos fascistas extranjeros, había sido mínimo. Cualquier partido fascista que aparecía se reclamaba de pro-italiano, sin necesidad de un estímulo económico. Es más, cuando Italia fue visitada por una comisión monárquica española, en 1934, para tratar sobre las posibilidades de que el régimen fascista apoyara un pronunciamiento político-militar en España, el apoyo inicial italiano se debió, no tanto a la afinidad ideológica con los “fascistizados” alfonsinos y tradicionalistas, sino más bien, a los designios geopolíticos (debilitar a Francia y ampliar la hegemonía italiana en el Mediterráneo Occidental).
En esto, el nacional-socialismo fue mucho más intuitivo: entre sus miembros se encontraban algunos antiguos comunistas y, especialmente en las filas de las SS, se había estudiado en profundidad el papel del Komintern: lo que para todos era un intento de extender el comunismo a todo el mundo (lo cual fue cierto hasta la llegada del Stalin), a partir de ese momento, había ido derivando cada vez más en su transformación como pieza de la política exterior soviética. En efecto, cada partido comunista nacional, ya no trabajaba para el proletariado de ese país, sino para la “capital del proletariado mundial”: Moscú. El NSDAP imitó al Komintern en esta cuestión: la Ausland Organization (NSDAP-AO) entendió pronto que, se trataba de obtener alianzas políticas en cada país para conseguir disponer de propagandistas que avalasen la causa del Reich en esa nación. Y en ese sentido, especialmente, a partir de 1935, cuando las circunstancias económicas empezaron a ser muy favorables para la economía alemana, la ayuda del Reich a las formaciones fascistas se convirtió en mucho más efectiva que la italiana y cuantitativamente mucho más generosa.
Cuando Mussolini se dio cuenta en julio de 1933 de que algo estaba variando y que muchos fascistas empezaban a mirar con más interés a la revolución alemana que al régimen fascista, impulsó la creación de los Comités de Acción por la Universalidad de Roma que debían ser una red de enlace del fascismo mundial en su versión italianizante. Fue a estos CAUR a los que se adhirió Falange Española en el primer congreso de Montreux (1934) en nota entregada por el entonces responsable de prensa del partido, Ernesto Giménez Caballero. Sin embargo, en esa ocasión, José Antonio desmintió su participación en el congreso y el que Falange tuviera nada que ver con una “internacional”.
Las cosas variaron al año siguiente, cuando los alfonsinos interrumpieron su ayuda a Falange Española y José Antonio se vio obligado a solicitar ayuda italiana: ésta llegó puntualmente y equivalía a 60.000 euros mensuales actuales que luego se redujeron. El propio José Antonio iba a recoger estas cantidades a la Embajada Italiana en París. Cuando fue detenido la ayuda se fue acumulando y en noviembre de 1936, las cantidades acumuladas fueron devueltas de nuevo al Ministerio de Exteriores italiano. A cambio de esta ayuda, José Antonio movilizó a los “camisas azules” para realizar campañas callejeras contra las sanciones propuestas por el Reino Unido a Italia a raíz de la invasión de Etiopía, él mismo pronunció en sede parlamentaria un discurso sobre “política exterior” en la misma dirección y redactó un informe sobre la situación política española y sus previsiones de victoria de la izquierda en las elecciones de febrero de 1936; finalmente, asistió en persona al Segundo Congreso de Montreux e intervino en el plenario.
Hay que añadir que todas estas informaciones están bien documentadas y son irrebatibles. En los archivos italianos de la policía y del Ministerio de Exteriores se ha conservado la documentación de la época que acredita todos estos extremos y que permite decir que, desde su fundación hasta el verano de 1936, Falange miró con esperanza a Roma y se situó a su lado en el contexto del fascismo internacional. Ahora bien, existen algunas pistas para establecer el que, durante su estancia en prisión, y a lo largo del verano de 1936, José Antonio fue rectificando su posición.
En efecto, volvemos al “Brennero ideológico”. Hasta 1935-36 la influencia del NSDAP y sus temáticas (especialmente la importancia atribuida a la cuestión racial) había sido compartida únicamente y de manera creciente por los fascismos nórdicos. En países como Hungría y, por supuesto, Austria, se había ido imponiendo una forma de fascismo calcada del alemán. Se dieron, entonces, distintas circunstancias. En el Reino Unido, Mosley, inicialmente posicionado al lado de la Italia fascista, con el paso del tiempo, fue escorándose del lado del Reich. A partir de ese momento, existieron países, como Bolivia, en los que una formación (el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Víctor Paz) estuvo financiado por la Embajada Alemana y otro (como la Falange Socialista Boliviana de Oscar Únzaga de la Vega) que recibía apoyo italiano. En otros países, como Rumania, la Guardia de Hierro se declaró siempre favorable a Roma, pero nunca aceptó ayuda italiana y el CAUR de Bucarest de formó con personalidades “fascistizados” entre los que no se encontraba ningún miembro de la Guardia de Hierro. Incluso cuando en el Segundo Congreso de Montreux, en el que tomó la palabra Ion Motza (que luego moriría en combate en la Guerra Civil Española) presentando una moción antisemita, ésta fue modificada para evitar que existiera similitud con el fascismo alemán.
Como puede verse, en tanto que el fascismo era un fenómeno “nacional”, existieron muchas forma de entenderlo y muchas situaciones diferenciadas: pro-alemanes, pro-italianos, pro-italianos que se deslizaron hacia el lado germánico, convivencia entre dos partidos de distintas orientaciones en el mismo país (tal fue, además, el caso de Francia, con un PPF de Doriot, progresivamente ganado por el bando germánico y una Action Française decantada hacia Italia). ¿Cuál fue, pues, el caso español?
Es indudable que hasta la primavera de 1936, Falange Española estuvo decantada del lado “romano”. Las pruebas son abrumadoras. Sin embargo, entre el encarcelamiento de José Antonio y los meses posteriores al Decreto de Unificación (abril 1937) en función del cual se formó el “partido único”, empezó a producirse en Falange Española una situación muy parecida a la que había vivido la British Union Fascists de Sir Oswald Mosley: inicialmente pro-italiana, se decantó, poco a poco, hacia el Reich. Existen datos puntuales que muestran una similar actitud por parte de Falange Española y de José Antonio. Los resumimos:
- la redacción del último ensayo de José Antonio en el mes de agosto de 1936 en prisión, titulado “Germanos y Bereberes” en el que intenta una reconstrucción de la historia de España en clave étnica, un esquema que respondía a la doctrina del NSDAP. Hitler se negó, incluso, a aceptar los 12.000.000 de pesetas de la época de que disponían los “rebeldes” para pagar la ayuda y recomendó que se entregaran como paga a los combatientes del frente. En cualquier caso, el texto es muy importante porque indica la evolución doctrinal del “último José Antonio”, decantado visiblemente hacia el Reich. No es que se hubiera convertido en “racista”, sino que había realizado -y ahí está el texto para evidenciarlo- una interpretación racial de la historia de España. Es igualmente significativo que el texto se escribiera inmediatamente después de la celebración de las Olimpiadas de Berlín que supusieron un evento internacional de máxima importancia en el curso del cual se exteriorizaron los logros de la “revolución alemana” que fascinaron a todo el mundo.
- el apoyo decidido que Hitler prestó, a partir del 23 de julio de 1936 a la causa de los sublevados en España y que se tradujo en la llegada de pertrechos militares, fondos y voluntarios, no solamente de la Legión Cóndor, sino expertos en el manejo de blindados y que fue anterior a la decisión italiana de comprometerse en el conflicto al lado de Franco. Todo esto constituyó la llamada “Operación Sigfrido” a cuyo frente estuvo Göring.
- los contactos que tuvieron lugar en Burgos entre Manuel Hedilla y la embajada alemana. Ésta veía a Hedilla como el único hombre de la Falange con extracción popular y capaz de transformar el partido en un movimiento de masas. El NSDAP recelaba de los militares y de los reaccionarios de derechas que circundaban a Franco y optó por apoyar a Hedilla y a su sector. Hitler y el NSDAP despreciaban a los militares y derechistas que, desde 1923, habían constituido el principal obstáculo para la progresión de la “revolución alemana” y vieron en Franco y en los derechistas monárquicos a sus equivalentes en España.
- el compromiso alemán en los intentos de rescate de José Antonio de la prisión de Alicante que contó, incluso, con la complicidad del cónsul alemán en esa provincia y que previó la participación de un “acorazado de bolsillo” en la operación (que no llegó a realizarse).
Todo esto permite intuir que, Falange Española, fue deslizándose del lado italiano del “Brennero ideológico”, al lado alemán por la simple dinámica de los hechos. Es cierto que en el pensamiento joseantoniano entraron otros muchos factores (el pensamiento de Charles Maurras, la influencia de Ortega y Gasset, la influencia de los no-conformistas franceses de los años 30 -por donde entró el personalismo en su ecuación personal-, el pensamiento conservador español del siglo XIX, la doctrina del fascismo italiano, etc.). Pero, a todas estas influencias, cabe añadir, esta otra, tardía pero muy real, llegada de Alemania.
Lo cierto es que, a partir del verano de 1936, mientras Falange miraba cada vez con más esperanza e identidad al fascismo alemán, los medios monárquicos y alfonsinos, seguían con la mirada puesta en Roma, esperando construir un régimen en el que conviviera la monarquía con el partido único. Así pues, también hubo un “Brennero ideológico” en España...
http://info-krisis.blogspot.com/2019...deologico.html
«¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
𝕽𝖆𝖒𝖎𝖗𝖔 𝕷𝖊𝖉𝖊𝖘𝖒𝖆 𝕽𝖆𝖒𝖔𝖘
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