Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 4 de 4

Tema: Una biología histórica de España (I): mitología

  1. #1
    Avatar de Mefistofeles
    Mefistofeles está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    01 oct, 09
    Mensajes
    923
    Post Thanks / Like

    Una biología histórica de España (I): mitología

    Ya se que se trató largo y tendido acerca del problema en cuestión, pero al estar cerrado el post he creído oportuno abrir otro para la lectura de este artículo.

    FUENTE


    Buceando en nuestros orígenes étnicos. Perdón..., ¿dijo "étnicos"?

    Una biología histórica de España (I): mitología


    JESÚS J. SEBASTIÁN

    En el complejo proceso de etnogénesis hispánica se ha elevado a la categoría de mito –en el sentido de hecho ficticio no demostrable empíricamente– su herencia y esencia árabe-bereber –el mito de una “España semítica”, arabizada y judaizada–, en un intento frustrado por subrayar la secular diferencia de España con el resto de los países de Europa, aun a costa de alinearla con los vecinos norteafricanos. Según esta curiosa teoría, al conglomerado hispano formado principalmente por iberos, celtas, romanos y germanos se superpondría otro, que aniquilaría todo vestigio humano anterior, constituido por una minoría árabe y bereber, mediante el exterminio sistemático y la posterior repoblación con elementos orientales y africanos.
    Pero esta apreciación interesada y errónea no repara en que la musulmana fue, no una invasión, sino simplemente una conquista militar seguida de una ocupación favorecida por el colaboracionismo (los “muladíes” conversos al Islam), el sometimiento de las minorías religiosas (los “mozárabes”, los “judíos” y los “paganos”) y el hostigamiento de los “cristianos viejos” del norte peninsular. En concreto, respecto a una población hispano-visigoda estimada en varios millones de almas (5-6 millones), los conquistadores islámicos, según las estimaciones consensuadas de los historiadores, no pasarían de unas decenas de miles de individuos (50.000), considerando que la mayor parte de los guerreros que formaron parte de las iniciales huestes de Tariq y Muza, así como de las posteriores de almorávides y almohades, regresaron a sus lugares de origen.

    No cabe duda de que, dada la extensión y el dinamismo del mundo musulmán de la época, se produjeron migraciones individuales a pequeña escala, así como establecimientos comerciales, al tiempo que se introducían numerosos esclavos, aunque curiosamente éstos no procedían de África o Asia, poblaciones despreciadas por el incipiente racismo de los propios árabes, sino que eran mayoritariamente eslavos, sajones y francos capturados por los nórdicos vikingos en sus famosas correrías. Desde luego, se produjo también cierta hibridación mediante uniones derivadas de las alianzas, captura de rehenes o sodomización de esclavos, pero éstos, lógicamente, se circunscribieron a los estamentos nobiliarios.

    Aunque el propio Hitler llegara a decir que los españoles son una curiosa mezcla de “celtas, godos, francos y moros”, además de despreciar a la población autóctona anterior a las migraciones indoeuropeas, estaba concediendo una generosa cuarta parte a los llamados “moros”. Pero, ¿quiénes eran estos “sarracenos”? Pues mayoritariamente “bereberes” norteafricanos de origen camítico similar a los “iberos” peninsulares, así como a ligures, etruscos y pelasgos de otras latitudes, constituyendo los “árabes” la exigua minoría dirigente. De esta forma, no debe sorprender que este puñado de musulmanes resultase rápidamente fagocitado en el conjunto popular hispánico. Posteriormente, la repoblación que siguió a la reconquista, realizada por los cristianos del norte, asimilando a “mozárabes” y “moriscos”, pero también facilitando la llegada de colonos francos, itálicos y germánicos, junto a las posteriores expulsiones de “judíos” y “moriscos” (éstos no eran descendientes de los “moros”, sino de hispanos convertidos al Islam), conformaría definitivamente la composición étnica española.

    Antes de la conquista musulmana, no obstante, se asentaron en la península ibérica numerosos pueblos, cualitativa y cuantitativamente mucho más trascendentales que los “árabes” y “bereberes”. En la prehistoria, las variedades centroeuropeas del “homo sapiens” (Cromagnon y Aurignac) poblaron todo el norte y el centro peninsular, mientras la variedad norteafricana o ibérica (tipo Grimaldi) se asentó en el sur y el este. Según Tácito, el primero de los etnógrafos europeos, los pobladores peninsulares eran hombres fuertes, morenos, de pelo negro ondulado o rizado, que vivían con otros hombres altos, de piel blanca y pelo castaño claro o dorado como el trigo, valientes y atrevidos. También llegaron los “griegos”, los “fenicios” y los “cartagineses”, pero su efímero paso se limitó a establecimientos mercantiles o militares.

    De las primeras invasiones indoeuropeas, bastante más importantes de lo que se pensaba, pues dejaron su huella en la toponimia y en la hidronimia peninsulares, destacan el componente “precelta” o “celto-escita”, según Estrabón (primera oleada “Hallstat”) en el noroeste, así como la entrada de los “ilirios” en el noreste, a los que se superpuso la llegada de los “celtas” propiamente dichos (segunda oleada “La Tène”) en el norte y el centro de la península. No existen claros indicios sobre el origen de pueblos como los “bebrices”, los “brácaros”, los “bretones” o los “brigantios”, aunque su etimología parece indicar que eran indoeuropeos de origen céltico. Sobre los “tartesios” el misterio es todavía mayor, y aunque el grado de helenización de su cultura pudiera indicar otra cosa, tesis recientes apuntan a que podrían ser uno de los “pueblos de mar” (¿atlantes, nórdicos hiperbóreos?) que asolaron las civilizaciones mediterráneas. Ninguna duda suscitan, sin embargo, los “belgas” (titos, belones y lusones). Todos estos grupos humanos formarían la Celtiberia que se encontraron los conquistadores romanos, bajo cuya dominación, miles de colonos de procedencia itálica, céltica, germánica y geto-dácica se instalaron en Hispania tras ser licenciados como soldados.

    Posteriormente, por la península comenzaron a desfilar bandas mixtas celto-germánicas como los “cimbrios”, “teutones” y “ambrones”, antes de que fueran dispersados por las tropas imperiales. Después, cuando el Imperio Romano se derrumbaba, llegaron los germanos: las primeras incursiones en el noreste peninsular las protagonizaron contingentes de los francos y los alamanes; posteriormente, ya en la etapa imperial final, los suevos (unos 50.000), los vándalos (unos 80.000) y los alanos –estos últimos eran sármatas indo-iranios–. Vándalos y alanos pasaron al norte de África, aunque algunos de ellos se establecieron en el sur de la península (¿Vandalusía, luego Al-Andalus y después Andalucía?). Finalmente, como federados y rechazados por los francos, se instalaron los visigodos, ¿germánicos o bálticos? (unos 200.000 en su conjunto) y los taifalos –también de estirpe indo-irania–, que asimilaron a los suevos por conquista, a los vándalos rezagados y a los restos de los ostrogodos expulsados de Italia.

    Así, los estratos étnicos indoeuropeos –célticos, ilíricos, itálicos, indo-iránicos y germánicos– superpuestos en la península ibérica fueron similares a otros países europeos como Francia o Italia. Entonces, ¿Dónde radicaba la diferencia, si es que ésta existía realmente? ¿Resultó decisiva la aportación árabe-bereber? Ortega y Gasset intuyó que la diferencia se encontraba en la dispar escala de vitalidad de los invasores germánicos, en cuya cúspide situaba a los francos y en la base a los visigodos, degenerados por su romanización y cristianización arriana. A los alamanes, sajones, bávaros, suabos y turingios, dada la conocida germanofilia de Ortega, cabe suponer que los situaría próximos a la perfección. Cualitativamente, los “godos” fundaron el Regnum Hispania Gothorum, y sus descendientes –genética o idealizadamente– acabaron con la dominación de los “moros” de Al-Andalus, pero ni los unos ni los otros pudieron influir decisivamente en términos cuantitativos en la configuración étnica peninsular. La solución habría que buscarla, en primer lugar, en las características de la población ibérica anterior a las invasiones indoeuropeas y, en segundo lugar, en el estado de hibridación o mestizaje en el que celtas y germanos llegaron a Hispania después de centurias de errante nomadismo y migraciones.
    TU REGERE IMPERIO FLUCTUS HISPANE MEMENTO

    El Rincón de Don Rodrigo

  2. #2
    Avatar de Valmadian
    Valmadian está desconectado Miembro tradicionalista
    Fecha de ingreso
    23 oct, 06
    Ubicación
    Buscando mi Patria, pero no la encuentro.
    Mensajes
    10,952
    Post Thanks / Like

    Re: Una biología histórica de España (I): mitología

    Para un conocimiento exhaustivo de esta parte de la Historia de Iberia, Hispania..., con verdadera rigurosidad, aunque con un carácter que está entre lo meramente divulgativo y la base esencial para entrar en terreno especializado, está la colección de Historia de España de Editorial GREDOS. Es importante entender que hasta la Edad Media, las fuentes que se pueden consultar para cotejar hechos y situaciones desde una perspectiva empírica si bien son numerosas, no dejan de ser fragmentarias, aparte de que le certeza o veracidad de dichas fuentes a veces resultan no muy fiables: dataciones imprecisas, referencias cuya traducción no es clara, ausencia de rigor en la recogida de los datos... Entonces los métodos de trabajo estaban lejos de ser muy adecuados.

    Después, en la Edad Media y a raíz de las frecuentes elaboraciones de códigos, recopilaciones y codicilos, que recogían hechos o situaciones dignas de ser reguladas, suponen una fuente de registros sociológicos de los que se pueden extraer numerosos datos. Por eso, en mi opinión, encuentro que el valor de la fuente mencionada editada por GREDOS tiene mayor peso en los primeros volúmenes sin que, por ello, los posteriores decaigan en fiabilidad y calidad. Pero ya las interpretaciones de los autores son más fácilmente discutibles.

    También sobre nuestros orígenes hay un ensayo sumamente interesante:

    El desarrollo de la sociedad española. I. Los pueblos primitivos y la colonización. Mauro OLMEDA. Editorial AYUSO, Madrid 1974. 541 págs.

    Texto que no sé si estará descatalogado, si la editorial existe aún, o re-impreso por alguna otra editora. Muy bueno, muy enjundioso, enfocado desde la Antropología y la Sociología sobre el sustrato de la Historia peninsular. Desde luego lo recomiendo a quien desee profundizar en algo más que la descripción historiográfica.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


    Nada sin Dios

  3. #3
    Avatar de Josean Figueroa
    Josean Figueroa está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    11 jun, 07
    Mensajes
    984
    Post Thanks / Like

    Re: Una biología histórica de España (I): mitología

    Cita Iniciado por Mefistofeles Ver mensaje
    Así, los estratos étnicos indoeuropeos –célticos, ilíricos, itálicos, indo-iránicos y germánicos– superpuestos en la península ibérica fueron similares a otros países europeos como Francia o Italia. Entonces, ¿Dónde radicaba la diferencia, si es que ésta existía realmente?
    Me pregunto de que diferencia se habla. Supongo la de los ineptos ingleses que romantizaron una España africana ficticia. El topico de la diferencia española con respecto al resto de europa es un absurdo trillado. Cada region de Europa difiere de las otras en algo. España es mas seca y sureña que sus vecinos, y mas influenciada por el mundo arabe. Pero Franica e Italia son bastante diferentes entre si. No veo por que seguir dandole validez a un discurso angloprogre antihispanico.

  4. #4
    Avatar de Donoso
    Donoso está desconectado Technica Impendi Nationi
    Fecha de ingreso
    06 mar, 05
    Ubicación
    Bellatrix Castilla
    Mensajes
    5,186
    Post Thanks / Like

    Re: Una biología histórica de España (I): mitología

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    ¿Pero aún estamos con el mapa de los celtas arriba, los iberos abajos, los celtíberos en el medio?

    Recomiendo darse una vuelta por aquí para averiguar sobre esos orígenes étnicos en España:
    Prehistoria y Protohistoria

    No puedo hacer una demostración exhaustiva ahora mismo, pero mi concluisión es que el elemento paleoeuropeo, nativo, anterior a la invasión masiva de inmigrantes asiáticos (indoeuropeos les llaman ), es el predominante de la etnia hispánica.
    Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.

    Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI


Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. Sobre Julius Evola
    Por Ordóñez en el foro Historiografía y Bibliografía
    Respuestas: 2
    Último mensaje: 10/11/2018, 14:42
  2. En busca de la verdad: el verdadero origen de Cristobal Colón
    Por Lo ferrer en el foro Historia y Antropología
    Respuestas: 26
    Último mensaje: 29/03/2014, 02:17
  3. Apuntes Socieconómicos Hispanoamérica XVIII
    Por Ordóñez en el foro Hispanoamérica
    Respuestas: 4
    Último mensaje: 27/05/2011, 21:25
  4. Los tribunales y el derecho a la vida
    Por ortodoxo en el foro Hispanoamérica
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 30/01/2009, 21:52
  5. Spe Salvi
    Por Hyeronimus en el foro Religión
    Respuestas: 3
    Último mensaje: 04/12/2007, 11:40

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •