SIGLO XI
Alfonso V "El Noble" (999 - 1.028) accedió al trono a la edad de 5 años, estando la regencia en manos de su madre Elvira García y del Conde gallego Menendo González. Su reinado coincidió con los últimos años de vida de Almanzor, que aún derrotó a los ejércitos cristianos en Peña Cervera, saqueando posteriormente las comarcas de Burgos y de Pamplona. En el 1.002 moría el caudillo árabe, lo que supondrá un tremendo respiro para los Reinos cristianos. Hubo multitud de enfrentamientos contra Abd-Al-Malik, hijo de Almanzor, pero la muerte de este en 1.008 y la toma del poder por su hermano Abderraman "Sanchuelo", unido a la temprana mayoría de edad de Alfonso V (motivada por el asesinato del Conde Menendo González) hizo que el Reino de León se fuera recuperando de los tremendos años anteriores.
En 1.017 reunió a los nobles y magnates en Curia Plena, de donde saldrían los Fueros de León. Hizo frente a una nueva invasión de Normandos y a ansias expansionistas del Conde de Castilla Sancho García, finalizadas con su muerte. La tensión existente con Navarra por los territorios limítrofes se vió apaciguada por su matrimonio con Urraca, hermana de Sancho Garcés III, con la que tuvo a Bermudo III, Sancha y Jimena. Apaciguado el Reino, intentó retomar las luchas contra los árabes, pero murió en el sitio de Viseu en Julio de 1.028 alcanzado por una flecha enemiga, ya que debido al enorme calor reinante, el monarca no llevaba puesta ninguna coraza protectora, lo que le permitió ser blanco fácil para los musulmanes.
Bermudo III (1.028 - 1.037)alcanzó el trono con 11 años, coincidiendo con la época de mayor esplendor del Reino de Navarra. En esta época ocurrió un suceso que iba a marcar el futuro del Reino. En 1.029 el Conde de Castilla García Sánchez acudió a León para contraer matrimonio con Sancha, hermana del Rey. Ya en la capital del Reino fue atacado y asesinado por la familia de los Vela, que vengaban de esta forma una antigua afrenta realizada por el padre de García Sánchez. Al morir este sin dejar descendencia, el Rey navarro invadió sus territorios en nombre de su mujer Munia, hermana del asesinado castellano. Asimismo Sancho Garcés III persiguió y ejecutó a los Vela, según él para vengar la muerte del noble castellano, aunque es más que probable que fuera para no dejar testigos que pudieran inculparle, ya que es más que probable que él mismo fuese el principal instigador de todos estos sucesos con la intención de inmiscuirse aún más en la política leonesa y de hacerse con el Condado de Castilla, que posteriormente cedería a su hijo Fernando I, que lo convertiría en Reino.
Bermudo III, alcanzada la mayoría de edad en 1.032, intentó recuperar los territorios en poder del navarro, pero no le fue posible. Para solucionarlo se unió en matrimonio a su hermana Sancha con el futuro Fernando I, hijo del Rey navarro. Sin embargo, Sancho Garcés III, sin causa justificativa alguna, atacó los territorios de Bermudo III, apoderándose de Astorga y de León y obligando al Rey a refugiarse en Galicia. La muerte del monarca navarro le permitió recuperar León. En 1.037 quiso también recuperar los territorios entre el Cea y el Pisuerga, en poder de Fernando I, ya que este había elevado el Condado de Castilla a la categoría de Reino, algo que el Rey Leonés no estaba dispuesto a permitir, ya que eso significaba de hecho la perdida definitiva de estos territorios. Fernando I solicitó la ayuda de su hermano, García Sánchez III de Navarra, y presentaron batalla al Rey Leonés en el valle de Tamarón. Bermudo III se lanzó a la batalla intentando encontrar al nuevo Rey de Castilla, pero se descuidó y se adentró en las filas castellanas, siendo abatido por las lanzas enemigas. Con él finalizaba la línea varonil directa que se remontaba a los tiempos de Don Pelayo y el trono pasó a poder de su hermana Sancha.
Fernando I "El Magno" (1.037 - 1.065) accedió al trono leonés por su matrimonio con Sancha, heredera del Reino a la muerte de su hermano Bermudo III. Asimismo elevó a Castilla a la categoría de Reino. Se dedicó a pacificar el territorio y a consolidar su posición en León, ayudado por las luchas internas de los Reinos de Taifas. A pesar de que su primer Reino fue el de Castilla y de que él era navarro de nacimiento, siempre se sintió Rey de León y uno de sus mayores afanes fue el consolidar la política interior. Se adaptó a los usos y tradiciones leonesas y en 1.055, durante el Concilio de Coyanza, confirmó los Fueros de León instaurados por Alfonso V, lo que eliminó para siempre los recelos que se tenían sobre él. Su legislación está inspirada en la "Lex Romana Visighotorum", el Fuero Juzgo de los leoneses, y siempre celebró sus concilios y sus curias regias en territorio leonés.
Las ansias expansionistas de su hermano García Sánchez III de Navarra les llevó a enfrentarse varias veces. La batalla de Atapuerca significó la derrotadel ejército navarro, perdiendo la vida el propio Rey, y el final de la hegemonía navarra. Sancho Garcés IV, hijo del finado, fue proclamado Rey de Navarra en el mismo campo de batalla, pero tuvo que rendir homenaje a Fernando I. Llegó pues el momento de volver a luchar contra los musulmanes, logrando en diferentes campañas hacer tributarios de León a las taifas de Zaragoza, Toledo, Badajoz, y Sevilla, de donde llevó hasta León el cuerpo de San Isidoro, levantando una Iglesia en su honor. Sitió Valencia, pero al sentirse enfermo regresó a León, en donde falleció el 27 de Diciembre de1.065, siendo enterrado en la Iglesia de San Isidoro. Repartió el Reino entre sus hijos, recibiendo Sancho II, Castilla; Alfonso VI, León; para García fue Galicia y Urraca y Elvira recibieron el señorío de todos los monasterios de los Reinos.
Alfonso VI "El Bravo" (1.065 - 1.109) tuvo que enfrentarse desde muy pronto con los deseos expansionistas de su hermano Sancho II de Castilla. La paz solo duró mientras vivió su madre, la Reina Sancha, pero tras su muerte comenzaron las disputas. Despojado García del Reino de Galicia, los dos hermanos se enfrentaron en Golpejera (1.072), venciendo el castellano y encarcelando a su hermano en Burgos, aunque este posteriormente consiguió refugiarse en la Taifa de Toledo. A pesar de ser coronado Rey en León, los nobles leoneses jamás aceptaron a Sancho II como legítimo monarca y, con Pedro Ansurez y la Infanta Urraca a la cabeza, prepararon la rebelión contra él. Enterado de estos planes, marchó contra Zamora para acabar con la resistencia, pero allí encontró la muerte. Inmediatamente Alfonso VI vuelve al Reino y es nombrado Rey de León y de Castilla. La épica nos cuenta que tuvo que jurar su inocencia en la muerte de su hermano Sancho II en Santa Gadea ante los castellanos, comandados por Rodrigo Díaz de Vivar "El Cid Campeador", aunque este episodio es casi seguro que jamás existió, ya que es totalmente imposible que en la época medieval un infanzón como El Cid osara realizar tamaña ofensa a un Rey sin que ese acto le costase la vida instantaneamente.
Todos estos sucesos fueron aprovechados por García para recuperar el trono gallego, pero al año siguiente, en 1073, es nuevamente depuesto y encarcelado de por vida en el castillo de Luna, en donde falleció en 1090. Con ello Alfonso VI volvía a reunir todo el territorio bajo un sólo trono. En 1.076, tras la muerte del monarca navarro consiguió recuperar los territorios de Alava, Vizcaya, Guipuzcoa y la Bureba, adoptando en 1.077 el título de Emperador. Lanzó ofensivas contra las taifas de Granada, Córdoba, Valencia y Toledo, conquistando esta histórica ciudad en 1.081. Esto propició la entrada en España de los almorávides, que vencieron a los leoneses en la batalla de Zalaca (1.086). El Cid contuvo el avance de aragoneses y catalanes en Levante, obligando a las taifas de Murcia y Almería a pagar tributos. Los almorávides, entonces, decidieron la conquista de Al-Andalus, apoderándose de las taifas de Granada, Málaga, Jaen, Murcia y Denia. Sitiaron varias veces Toledo, pero siempre se resistió. Tras la muerte del Cid en 1.099 y viendo la imposibilidad de defender Valencia, Alfonso VI la abandona. En 1.104 sitió y rindió la ciudad de Medinaceli, con lo que la presión sobre Toledo disminuyó, aunque nunca pudo inclinar a su favor el equilibrio perdido en la batalla de Zalaca.
Tuvo 5 esposas y varias amantes, aunque no pudo conseguir tener un descendiente varón que le sobreviviera, ya que su único hijo Sancho Alfónsez falleció en la batalla de Uclés (1.108). Planeó la boda de su hija Urraca, heredera del trono leonés, con Alfonso I de Aragón para unir ambos Reinos en la persona de su hijo, aunque no pudo llegar a ver esa boda, ya que en 1.109, siendo ya anciano, fallecía en Toledo esperando el ataque de los almorávides. Fue enterrado, según sus deseos, en el Monasterio de Sahagún (León), en donde reposa desde entonces el que fue, sin lugar a dudas, el más grande de todos los Reyes de León.
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