LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS
"Sólo una cosa es más dolorosa que aprender de la experiencia, y es, no aprender de la experiencia."
Laurence Johnston Peter
Pragmática de 14 de febrero de 1502, de conversión forzosa, dirigida a la población musulmana del Reino de Castilla, ya se había conquistado Granada, y firmada por los Reyes Católicos. Con esta ley se pretendía dar a elegir a los moros entre convertirse al catolicismo y quedarse en Castilla, o abandonar el territorio. Tres días después, publican la Pragmática de 17 de febrero de 1502, de prohibición a los moros de abandono del Reino de Castilla. Isabel y Fernando pretendían lograr la homogeneización católica para Castilla, extendiéndola después a Navarra en 1516, tras su incorporación en 1512.
Reyes Católicos
La población morisca continuó, en su mayoría, realizando el culto islámico. Se concentraban en determinadas zonas, manteniendo todas las costumbres propias de los musulmanes y rigiéndose bajo la ley islámica. La zona más importante de concentración morisca fueron Las Alpujarras granadinas.
Entre 1568 y 1571, reinando en España Felipe II, se produce la Revuelta de Las Alpujarras. En 1568, un moro llamado Abén Omeya se proclama heredero directo del Califato de Córdoba. Apoyado por la población morisca consigue un ejército de cuatro mil hombres. Un año después, el rey moro es asesinado por su primo Abén Aboo, que ocupa el trono apoyado económica y militarmente por los bereberes de Argelia y por los tucos, reuniendo un ejército de veinticincomil hombres.
Abén Omeya
La guerra sorprende a Felipe II con la mayoría de sus tercios luchando en Flandes. Decide reunir a tropas regulares de Levante y de Italia, bajo el mando de su hermanastro D. Juan de Austria, que en 1570 sustituyen a las milicias locales, logrando la victoria en 1571. Uno de los participantes en la contienda fue el gran poeta Garcilaso de la Vega.
Tras sofocar la revuelta, Felipe II decide dispersar a la población morisca por otros territorios, especialmente por Andalucía occidental. Pero la población musulmana continuaba dando apoyo a la piratería bereber y turca, en sus incursiones por la costa española. Finalmente, en 1609, Felipe III ordena la expulsión total de los moriscos, por no poder consentir tener al enemigo dentro de las propias fronteras.
Juan de Austria
Justamente, han pasado cuatracientos años desde aquellos hechos, y nos encontramos dando la bienvenida a los musulmanes, cediendo terrenos y fondos para la construcción de mezquitas, dando todo tipo de ayudas y subvenciones a las familias islámicas, permitiendo que se alisten en nuestro ejército, y un larguísimo etcétera.
No falta mucho para que nos aparezca algún otro heredero del Califato de Córdoba. Y esta vez, los tercios no estarán ni en Flandes.
EL DIVÁN DE SANCHO PANZA
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