He encontrado este apunte en el Foro Carlista, y me ha parecido sumamente interesante; escrito por Lansquenete Imperial de Carlos V :


Si se dan algún día un paseo por santa Cruz de Tenerife podrán deambular por lugares cuajados de historia auténticamente española. No se sorprendan si ven una Avenida que se llama "25 de julio". Afortunadamente no alude a ninguna onomástica relativa a cualquiera de las guerras civiles que hemos librado los españoles en estos últimos tiempos. Cualquier paisano le podrá decir que recuerda la fecha del ataque -con posterior victoria isleña- del almirante Nelson. Una ciudad de tamaño medio, de no más de 8000 habitants en aquella época, desafió y venció al heroe inglés del momento, Horacio Nelson, vengando así las afrentas que España había sufrido en cabo san Vicente a manos del superior de Nelson, el almirante Jarvis.


Tenerife y La Palma fueron las dos últimas fronteras medievales en que se desenvolvió el español. Su conquista y poblamiento fueron, a su vez, la preparación para la aventura americana. canarias es tierra de experimentos humanos a gran escala, como después los fueron las Indias Ello ha forjado una psicología social y una forma de existencia en el español de aquellas tierras, el canario, que difícilmente se acomoda a cualquier conformismo, como lo demostró ante el ataque de Nelson quien, engañado por sus ineficaces informantes y espias, creyó que iba a encontrar un rico botin (procedente de las Filipinas)y una nula resistencia. Se trataba de un paseo militar pues sus barcos tenían una formidable artillería (393 piezas de gran calibre frente a las 84 de los canarios). Nada más llegar a la rada del puerto de Santa Cruz la nave inglesa "Therpsicore" se apoderó del mercante "Príncipe Fernando". Todo íba a ser rápido y fácil. La intimación a a la rendición del almirante -brutal incluso para los cánones de la época (y que dice mucho del alma negra de Nelson, como después demostraría, por cierto, en Nápoles)- no fue, empero, aceptada por el general Antonio Gutiérrez, un hombre de historial aparentemente gris.


Toda la isla se aprestó para la defensa: acudieron milicias y voluntarios desde Garachico, Tacoronte e incluso La orotova. Un puñado de regulares a los que se unieron soldados del regimiento de La Habana y un grupo de marineros franceses se unieron a la defensa. la batería de artillería de Candelaria y castillos de san Miguel y San Cristóbal -lugares hoy todavía repletos de recuerdos de la gesta- contribuyeron en no deseñable medida. Tras un inicial fracaso de desembarco por el Bufadero, uno de los ataques ingleses tuvo un cierto éxito... grupos de infantería de marina, la mejor de la época, se desplazaron por santa Cruz hasta donde hoy está el Tatro Guimerá, tomando al asalto el antiguo convento, sito allí, y atrincherándose en el mismo. Pero el objetivo principal de Nelson era el castillo de san Cristóbal, del que solamente cabía apoderarse tomando por asalto el muelle. La lucha aquí fue espantosa. Un famoso cañón canario conocido como "el tigre" no cesaba de berrer con metralla la zona donde se agolpaban desesperadamente los infantes de marina británicos. Como sabe todo el mundo: el brazo derecho de Nelson quedó allí, en el muelle, junto con su voluntad de lucha.Toubridge hizo un último esfuerzo por el lado derecho de san Cristóbal pero aunque pudieron capturar la cercana plaza de la Pila pero todo fue inútil. Gutiérrez recibía cada vez más refuerzos de milicias y entró en acción en batallón de Canarias. Los ingleses fueron rechazados y un grupo de rezagados "casacas rojas" que íntentó resistir en el barranco de Santos fue derrotado, lo mismo que un contingente que había conseguido replegarse a una playita conocida como Carnicerías. Como en los viejos tiempos, la infantería de línea española y los cazadores no tenían rival frente a los ingleses que, en su medio marino, siempre eran excelentes.
No quisiera extenderme más en este breve recuerdo del heroismo de unos españoles "periféricos". Fue imposible a los ingleses seguir enviando fuerzas de desembarco, y los que restaban en Santa Cruz, dentro de la plaza de santo Domingo no tenían otra opción que la rendición, cosa qyue hizo Nelson. Valgan estas breves lineas como aperitivo de una gesta que merece ser ensalzada.