Una breve reflexión sobre el 2 de mayo.
En estos días en los que se conmemoran los actos de homenaje a aquellos que participaron en la Guerra de la Independencia. Estos días, en los que se homenajea a la "Pepa", constitución liberal de 1812; quisiera hacer reflexionar a que pensemos por lo qué luchaban aquellas personas de la España de principios del siglo XIX.
Hoy, he encontrado un texto, de sumo interés. Se llama el "Catecismo patriótico", y en él se describe cómo debería ser un buen español ante la conquista francesa.
Destaco el apartado de los deberes:
¿Cuántas y cuáles son sus obligaciones?
– Tres: ser cristiano, católico, apostólico, romano; defender su Religión, su Patria y su Rey; y morir antes que ser vencido.
Esta mañana, mientras veía por la televisión el desfile del 2 de mayo ante la puerta del Sol, reflexionaba algunas cosas. Mientras se recitó la oración del Acto a los Caídos, la cual, truncada, pues se ha omitido su referencia a Dios, y la palabra "inmolarse" (versión original: "inmolarse por Dios fue su destino"; versión actual:"por la patria morir fue su destino"); me preguntaba si la gente sabía porqué murieron aquellos héroes del 2 de mayo. Me pregunto si sabrían que murieron por Dios y por España, por defender la religión católica y su patria, España. Me preguntaba también si los políticos asistentes al acto, todos sonrientes, sabían que aquellos madrileños, y luego, toda España, luchaban por esas cosas.
Hoy en día, la palabra "Patria", la referencia a Dios, son cosas que incomodan. Hoy, el hombre moderno, no aspira a aquellas grandes aspiraciones de nuestros antepasados. Hoy, se antepone el bien personal al bien de nuestra Patria. Pero no todo está perdido. Todavía quedan hombres y mujeres que aman a España. Que no quieren que los nombres de Dios y de España se separen. Todavía queda esperanza.
Encomendemos a Dios y a su Madre Santísima todas aquellas almas que partieron aquel día, y todas las que partieron durante aquella guerra.
Soldado de la Inmaculada Concepción
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