Tema: BENITO VIÑAS: El primer aviso de huracán de la Historia

El P. Benito Viñes, un genio de la meteorología


ROCIO GRANADOS | LVC
Telescopio del observatorio del Colegio Jesuita de Belén.

El 12 de septiembre de 1875, el P. Benito Viñes pronosticó por primera vez en la historia el arribo de un huracán, que pasaría por Cuba. Fue el primer pronóstico meteorológico de su tipo registrado en el Hemisferio Occidental, y lo realizó un día antes de que el huracán azotara la costa sur de Cuba. Gracias a esto se salvaron muchas vidas, y él se hizo conocido como Padre Huracán.El P. Viñes fue un jesuita que llegó a Cuba de España en 1870, para hacerse cargo del Observatorio del Colegio de Belén. Al poco tiempo de su arribo, presenció los desastres que causaba el paso de los huracanes y se propuso dedicarse a aliviar los efectos de este terrible fenómeno.


ROCIO GRANADOS | LVC
P. Pedro Cartaya, director del Observatorio del Colegio Jesuita de Belén, sosteniendo la caja con semillas enviadas al espacio en el Discovery hace algunos años.
“Por mucho tiempo se dedicó a observar el cielo y las nubes”, dice el P. Pedro Cartaya, actual director del Observatorio del Colegio de Belén, restablecido en Miami después que el gobierno comunista de Cuba puso fin a la educación privada en la Isla. El P. Viñes “vio que había una coincidencia entre las nubes que estaba observando y dónde estaba el ciclón. Le llamaron la atención las llamadas plumas de gallo o cirros”, explica el P. Cartaya, “porque a los cuantos días exactamente pasaba un ciclón [proveniente] del sitio [desde] donde partían esas nubes. Así descubrió que estas nubes, las más altas que existen, venían disparadas del centro del ciclón, indicando dónde estaba éste”.El P. Viñes “catalogó las demás nubes”, continúa el P. Cartaya, “y llegó a la conclusión de que cuando hay nubes blancas o cúmulos que vienen, por ejemplo, del norte, el ciclón estaba justamente al sureste; cuando veía nubes negras que se llaman nimbos, de lluvia, que venían, por ejemplo, del este, el ciclón estaba al sur. Él plasma todo esto”, explica el P. Cartaya, “en un aparato llamado ciclonoscopio de fase interior, con el cual se puede localizar exactamente dónde está el ciclón”.


ROCIO GRANADOS | LVC
Placa con el nuevo nombre de la Calle Benito Viñes.
El P. Viñes descubrió las leyes de circulación y traslación ciclónica. “No solamente pudo determinar dónde está el ciclón según las nubes; además, según la época del año, él podía predecir por dónde iba a pasar la recurva famosa que hacen los ciclones”, explica el actual director del Observatorio del Colegio de Belén.“Él decía: ‘en la primera década de junio, ciclón que sale de África y va por el Caribe va a pasar y recurvar en tal altitud’. Fue verdaderamente un genio de la meteorología”, agrega el P. Cartaya.
El P. Benito Viñes fundó la Red de Estaciones Meteorológicas en el Caribe, y por eso se le considera el Fundador de la Meteorología Tropical, porque introdujo un sistema más preciso de predicción. “Hasta ese entonces se realizaban sólo observaciones esporádicas. Se sabía que había un ciclón, pero no por dónde iba a pasar. Sus predicciones exactas le valieron elogios”, continúa el P. Cartaya. “Le llamaban el Padre Huracán por el gran acierto que tuvo en sus pronósticos; en una época, a los huracanes les llamaban Viñesas: Viñesa 1, Viñesa 2; pero la pronunciación era difícil para los americanos, así que perdimos la oportunidad de que lleven el nombre de un jesuita. Se les puso primero nombres de santos, después de mujeres, luego de hombres y mujeres, y así hasta hoy”, dice el P. Cartaya.
Después de su primer pronóstico de huracanes, siguieron muchos más. Uno de éstos fue en 1876; el P. Viñes se puso en contacto con Puerto Rico y les dijo que pasaría por el sur de la isla, y en Santiago de Cuba advirtió que se prepararan, y todo ocurrió como el sacerdote lo pronosticó. El P. Viñes public varios escritos sobre meteorología, y en 1877 terminó su obra más importante: Apuntes relativos a los huracanes de las Antillas, que luego fue traducida al inglés y publicada como sugerencias prácticas con respecto a los huracanes de las Antillas por los Estados Unidos. En 1893, el P. Viñes terminó un tratado detallado sobre la circulación de los huracanes. Poco después falleció.
El P. Viñes dedicó gran parte de su vida al estudio de los fenómenos meteorológicos. Su gran obra a favor del desarrollo de la ciencia y en beneficio de la humanidad, la realizó durante el tiempo que estuvo en el Colegio de Belén, en Cuba.
Durante muchos años, el P. Viñes ha sido prácticamente desconocido; sin embargo, entre los jesuitas ha sido recordado como una de sus figuras más prominentes. En reconocimiento a su enorme trabajo por ayudar a salvar vidas, y a los 120 años de su muerte, el Condado de Miami-Dade y el Comisionado José “Pepe” Díaz, del distrito 12, dieron el nombre de P. Benito Viñes S.J. Way al tramo de 6th Street entre el Colegio de Belén y 128th Avenue, en el Southwest de Miami. La ceremonia se llevó a cabo en la casa de los ex alumnos del Colegio de Belén, por iniciativa del P. Pedro Cartaya y del ex alumno Mario Martínez Malo.
El Colegio de Belén ha continuado en Miami con la tradición del P. Viñes gracias a los ex alumnos de la clase 72, que donaron dinero y talento para la construcción del observatorio de meteorología y astronomía, e incluso una radio de aficionados.
Actualmente, tienen un club de astronomía que se reúne todos los martes. Por primera vez se dan clases electivas de astronomía, y hay 25 alumnos que reciben clases diarias con un profesor especialista.
Además los alumnos, dirigidos por el meteorólogo Pedro Añón, transmiten el reporte del tiempo diariamente por Radio Paz y Radio Mambí. Recientemente empezaron con CNN, que se transmite sólo en Miami a mediodía.
“Siempre que empezamos los clubes les leo un parrafito de la Biblia”, dice el P. Cartaya: “En el principio Dios creó el cielo y la tierra, y puso para el día el sol y de noche la luna”, y agrega: “Pero sepan que si estamos disfrutando de la creación, del universo, de la fábrica inmensa de un arquitecto, un creador, un Dios que nos hizo, es para que no solamente estudiemos y sepamos algo de Júpiter, de Marte y de Saturno: es para que podamos llegar a Dios a través de lo que estamos viendo y observando”.


ROCIO GRANADOS | LVC
Ell Padre Pedro Cartaya, director del observatorio del Colegio Belen, explica el uso del Ciclonoscopio de Padre Benito Viñes
“Para nosotros es un gran orgullo tener este observatorio, porque los muchachos se sienten muy identificados”, explica. Hace algunos años fueron invitados por la NASA. “Tuvimos el tremendo privilegio de que nos permitieran meter un experimento en el Discovery.Uno de nuestros muchachos, de 16 años, vestido con el traje espacial, introdujo la caja, que la tengo yo, ahora con moléculas de ADN y varias semillas.
Para mi sorpresa, como estaba vestido de cura, uno de los siete astronautas que iban a subir a la nave me dice: ‘Reverendo, ¿no le importaría darnos la bendición?’ “No podía mencionar a Cristo porque había algunos judíos; no podía mencionar a la Virgen porque algunos eran protestantes, no podía mencionar a Dios porque algunos eran ateos… ¿qué menciono, entonces? Dios me inspiró y dije: ‘Les deseo que descubran a Dios entre las estrellas’. Les gustó; fue una experiencia lindísima”, agrega el P. Cartaya entre risas.
Estamos muy orgullosos, porque “unimos la tierra con el cielo, lo malo con lo divino, lo que Dios nos ha dado para devolverlo a Él en forma de observación, de investigación, de discusión, y eso nos hace sentir que realmente somos parte de la obra de Dios”.
“Hay muchas maneras de llegar a Dios; hay unos que llegan por el campo de la medicina, viendo la maravilla que es la curación de un ser humano; otros llegan en un retiro espiritual, pero en astronomía llegamos a Él a través de la obra que nos dio, los escalones que nos hacen subir hasta Él”, señala el P. Cartaya. “Siempre les digo al principio: ofrezcamos esta reunion al Dios que nos dio esto, para que sepamos conocernos mejor a través de la obra de su creación. Y así el P. Viñes y yo unimos nuestra vocación de sacerdotes con la ciencia que nos gusta”.
El Colegio de Belén, en la actualidad, es el único colegio en el sur de La Florida que cuenta con un observatorio, y uno de los pocos a nivel nacional. Es el único en todo Estados Unidos equipado con un telescopio de 16″ dotado de una cámara CCD para astrofotografía, y una de las pocas escuelas en el sur de La Florida que dispone de un observatorio.


ROCIO GRANADOS | LVC
El Padre Pedro Cartaya y el meteorólogo Pedro Añon en el Observatorio del Colegio de Belen.

Father Hurricane: a genius of meteorology

Padre huracán.jpg


Father Benito Viñes

The 19th-Century Life and Contributions of a Cuban Hurricane Observer and Scientist




Distributed for American Meteorological Society



160 pages | 5 halftones, 5 line drawings, 5 maps | 5 x 8
Paper $20.00 ISBN: 9781935704621 Will Publish May 2014

Before Doppler radar and broadcast weather reports, Spanish-born Benito Viñes (1837–1893) spent decades observing the skies at Belen Observatory in colonial Cuba, routinely issuing weather reports and forecasts to local newspapers. And before storm trackers and emergency alerts, Viñes made it his mission to teach the public what he was learning about the weather. He developed the first network of weather observation stations in the Caribbean, and his research laid the groundwork for the hurricane warning systems we use today. His sometimes eerily accurate hurricane forecasts helped save many lives—earning him the nickname “the Hurricane Priest.”

Father Benito Viñes is a fascinating look at the life of a man who worked on the cutting edge of weather science while still remaining devoted to his religious life. It explores Viñes as both pioneer in the study of tropical meteorology and a colonial Jesuit priest. With notes that put his life into modern context, this book puts a much deserved spotlight on a figure who played a crucial role in making our lives safer.

his warning appeared in a special edition of the newspaper La Voz de Cuba on October 19, 1876. It predicted when and where the hurricane would strike, and urged the people to take necessary precautions. Father Vines' warning was heeded throughout Cuba, for he was a renowned hurricane forecaster, and his warnings had already saved many lives.

In his day, the Reverend Benito Vines was the greatest authority on Atlantic hurricanes. His contributions to both theory and forecasting techniques, as well as the pioneer warning service and observation network he established, laid the foundation for our present hurricane warning system. From the 1870s through the first decade of the 20th century, Father Vines was, in fact, "Father Hurricane," and his warnings and/or hurricane "laws" were heeded by all.

Father Vines came to Cuba in 1870 to serve as director of the meteorological observatory of the Royal College of Belen, in Havana. After having seen firsthand the terrible devastation wrought by hurricanes, Father Vines took it upon himself to discover ways to help the people of Cuba escape the wrath of these killer storms. He had little to work with, however, and had to rely heavily on the 12 years of records at the observatory, old newspaper accounts, and countless stories of past storms. A true scientist and investigator, he could be found at the scene of Cuban hurricane disasters, rummaging through debris and questioning survivors. He painstakingly recorded every detail.

Father Vines developed a demanding daily weather observation schedule for himself. It included observations every hour from 4:00 a.m. to 10:00 p.m., an international observation at 7:30 p.m., and, in times of special need, an observation every hour of both day and night. His annual reports included monthly, daily, and hourly summaries of the elements he observed and were soon in demand throughout the world.

First Warning

Father Vines' hard work and scientific insight compressed what should have taken decades into the span of a few years. His first recorded hurricane forecast (apparently the first formal hurricane warning in the Western Hemisphere) was printed on September 11, 1875-two days before an intense hurricane savaged the entire southern coast of Cuba. Many lives were saved, and word of the remarkable Jesuit meteorologist spread rapidly.

A year later, on September 14, 1876, Father Vines predicted the future path of another violent hurricane. The captain of the sailing vessel Liberty ignored the warning and his ship was wrecked when he sailed directly into the path of the storm.

The following September the little priest wired the Barbados of an approaching hurricane still out in the Atlantic Ocean. He then contacted Puerto Rico and told them not to fear as the storm would pass well south of the island; at the same time, however, he warned Santiago de Cuba ". . . it will reach you on the 24th, be on your guard." Everything happened just as the Reverend Vines predicted.

Father Vines' accurate predictions won him praise and offers of help. By 1877 he was able to start a small hurricane reporting network throughout Cuba-including a "pony express" between the most isolated villages-and on a few other Caribbean islands. Steamship companies offered him free passage for his investigations and ordered their ship captains to pull into the nearest port and cable the observatory whenever hurricane-like weather threatened. Railroad companies also offered him free transport, and telegraphic and cable services were put at his disposal.

His Greatest Work

The same year (1877), after six years of study, Father Vihes finished his greatest work: Apuntes Relativos a los Huracanes de las Antilles, which was soon published as Practical Hints in Regard to West Indian Hurricanes by the U.S. Army Signal Corps' national weather service (the Weather Bureau wasn't established until 1890). It quickly sold out three large printings.

Father Vines was the first to suggest that the clouds well in advance of a hurricane could be used to locate the storms center, and also the first to forecast hurricane movement on the basis of cloud movement.

The Pilot Charts of the U.S. Hydrographic Office printed and reprinted the "laws" of Father Vines. The May issue of the 1889 Pilot Chart reads: "These important laws, established by the study and long experience of Father Vines, should be thoroughly understood by every navigator and utilized by shaping his course so as to avoid a hurricane."

In 1886, in reply to a query from the Havana Chamber of Commerce, Father Vines wrote: "For my part I am desirous only of serving all so far as service is rendered possible by my poor health and the limited means at my disposal; nor do I wish other recompense, after that which I hope from God, than to be of use to my brethren and to do my little share for the advancement of science and the good of humanity."

The Chamber of Commerce, however, along with several private concerns decided to reward and extend Father Vines' valuable service by financing the completion of his observation network throughout the Antilles. This network is still an integral part of our national hurricane warning system.

In July of 1893, at the request of the Chicago Exposition, Father Vines completed a detailed treatise on hurricane circulation. On July 23, 1893, three days after he mailed the paper, the hurricane priest died. So beloved and revered was he, the Havana newspaper La Lucha published a special edition to describe "The Last Hour and Death of Father Vines."

On October 6, 1900, Willis L. Moore, Chief of the U.S. Weather Bureau, wrote in Collier's Weekly that ". . . probably the Reverend Benito Vines gave more intelligent study to the investigation of tropical cyclones than any other scientist."

DICK DeANGELIS, a former editor of Mariners Weather Log, has been a frequent contributor to Weatherwise over the years. This article ran in the October 1989 issue.

Father Hurricane / CNN - Cuba News / Noticias - CubaNet News

Belen_School_1854-1925.jpg
Escuela de Belén (Cuba, 1854). Observatorio de Benito Viñes.


Cuando el padre Benito murió en el verano de 1893, dejó detrás un equipo de pioneros y de estudiosos bien entrenados para predecir huracanes en todo el Caribe. El padre Lorenzo Gangoite se convirtió en jefe del Observatorio de Belén. Aunque los cubanos tenían mucho que ofrecer a la por entonces recién instaurada Oficina Meteorológica de los EE.UU. (que tenía menos de 10 años de edad en 1900), la gente de dicha Oficina se negó a aceptar que los cubanos podían predecir con precisión los huracanes - y mucho menos hacerlo mejor que la Oficina estadounidense.

Cuando una monstruosa tormenta se dirigía hacia Galveston, en el apogeo de la temporada de huracanes del año 1900, los meteorológos de Estados Unidos no usaban los datos facilitados por alguien que no fuese ellos mismos. Algunos historiadores creen que tal arrogancia y el desprecio hacia el servicio cubano de meteorlogía fue un factor que contribuyó a la magnitud de el desastre de Galveston.

Relación de Huracanes en EEUU por número de víctimas mortales

Puesto	Nombre	Año	Muertos
1	"Galveston"	1900	8,000–12,000†
2	"Okeechobee"	1928	2,500+†
3	Katrina	2005	1,836
4	"Cheniere Caminada"	1893	1,100–1,400*
5	"Sea Islands"	1893	1,000–2,000†
6	"Florida Keys"	1919	778
7	"Georgia"	1881	700†
8	Audrey	1957	416
9	"Labor Day"	1935	408
10	"Last Island"	1856	400†

Excelente tratamiento del tema. Gracias por darnos a conocer al P. Viñas. Otro de tantos grandes descubridores, inventores y demás hispanos desconocidos que han contribuido tanto a la ciencia o la cultura. Pero existe un subforo de lengua inglesa para los lectores de dicho idioma que no entiendan español.

En lugar de tanto texto en Inglés, se puede leer en uno de nuestros idiomas.


Benet Viñes Martorell


Naixement 1837
Poboleda, Catalunya
Mort 1893
La Havana
Residència (darrers 23 anys) La Havana
Nacionalitat Espanyola
Camp Metereologia
Astronomia
Geomagnetisme
Geologia
Nefologia
Institucions Observatori del Col·legi de Belén
Treball(s) Ciclons tropicals
Cosmologia
Ha influenciat Simón Sarasola
Tomás Ipiña
Bonifacio Valladares
José Alberdi
Influenciat per Companyia de Jesús
Lleis de Buys-Ballot
Ferre
Espy
Redfield
Premis importants Membre del Panteó de Cubans Ilustres
Fill il·lustre de Poboleda
Religió Catòlica

Benet Viñes Martorell (Poboleda, Priorat, 1837 - l'Havana, 1893), sacerdot de la Companyia de Jesús, va ser un científic altruista que, destinat per l'orde al seu col·legi de l'Havana, va dur a terme estudis meteorològics que establiren els mètodes per al pronòstic de ciclons, de fet, va ser el primer a efectuar-ne un, formulat científicament, l'any 1875; les seves prediccions estalviaren moltes pèrdues materials i humanes. Les seves obres, en especial Apuntes relativos a los huracanes de las Antillas (1877) i les anomenades Lleis Viñes (1893), l'hi atorgaren el reconeixement de la comunitat científica internacional. Aquestes lleis formulades pel pare Viñes van ser imprescindibles per a fer pronòstics al Carib fins a la dècada dels quaranta del segle XX, moment en el que foren perfeccionades.
Ja abans d'enunciar les Lleis Viñes, en 1888, un dels més influents meteoròlegs dels Estats Units d'Amèrica va proposar anomenar "viñesas" els huracans. És l'únic espanyol esmentat al magne Compendium of Meteorology (1950) de l'American Metereological Society. Fill il·lustre de la seva vila natal, consta inscrit al Panteó de Cubans Il·lustres i científics dels Estats Units d'Amèrica el recorden amb afecte.

Benet Viñes va néixer al carrer Major núm. 27 de Poboleda, un petit poble de la comarca del Priorat, l'activitat econòmica del qual era, bàsicament, l'agricultura de secà. Segons explicava el mateix Benet Viñes molts anys més endavant, el seu pare, Carles Viñes, propietari i probablement pagès gras, sovint era consultat pels seus conciutadans sobre els canvis meteorològics imminents. El pare de Benet morí el 1846 i la mare, Teresa Martorell, decidí traslladar-se amb el xiquet a les Borges del Camp d'on ella era nadiua. El setembre de 1850, ingressa en el seminari de la Rambla Vella a Tarragona amb la idea de fer-se capellà; hi consta com alumne fins al maig de 1855 i entre les seves qualificacions abunden els excel·lents i els meritissimus.

Poboleda
Als 18 anys, amb la intenció de fer el noviciat a la Companyia de Jesús i donat que el noviciat principal de l'orde, ubicat a Loiola (País Basc), estava tancat a conseqüència del bienni progressista d'Espartero, ingressa al noviciat de Mallorca. El gener de 1857, al mig any de la seva estada a l'illa, la situació política ha variat i Benet es desplaça a Loiola per a continuar el noviciat; l'any 1858 hi fa els primers vots. En informes de la Companyia d'aquests anys ja s'indica la precària salut de Viñes: «Eius vires mediocres, salut mediana».
El mateix 1858, es troba estudiant Ciències al seminari de Salamanca, que en realitat era el seminari de la diòcesi però el dirigien membres de l'orde jesuïta. El setembre de 1860, per saturació del seminari de Salamanca, es desplaça amb altres alumnes al convent de San Marcos a Lleó per cursar-hi el tercer any. El setembre de 1861 torna a estudiar a Salamanca per fer-hi el curs següent; a la vegada, imparteix com a professor de novicis classes de Física, Ciències Naturals, Química, Història Natural i Matemàtiques; més endavant també va ensenyar Música.[6] L'ordenació com a sacerdot arribaria més tard, normalment no abans dels 33 anys segons norma de l'orde jesuïta.
Viñes era de constitució feble, delicada; de mirada perspicaç i intel·ligent, usava ulleres petites. Arran de La Gloriosa, la revolució de 1868 que feu abdicar Isabel II i va suprimir l'orde jesuïta a Espanya, malgrat que no a Cuba, en mig d'un ambient popular força hostil envers l'orde s'exilià a França, al col·legi de Laval (Mayenne); després d'una estada a Angers (Maine i Loira), es desplaça al col·legi màxim jesuïta a Poiana (Landes) on finalitzaria els seus estudis sacerdotals i seria ordenat el mes de juliol de 1869, als trenta-dos anys. El febrer de 1870, destinat pels seus superiors al Col·legi de Betlem que la Companyia de Jesús regentava a l'Havana, embarca a Saint-Nazaire (Loira Atlàntic) en el vapor France que feia la travessa a la Havana i Veracruz.
Cuba.



Només arribar va ser-l'hi encomanada la direcció del Observatori de Belen, integrat en el col·legi homònimm i en funcionament des de mitjans del segle XIX. Matinava i complia amb les seves obligacions eclesiàstiques. A continuació feia una observació visual de la nuvolositat, consultava els seus instruments meteorològics i anotava les dades pertinents i, després, interpretava les notificacions meteorològiques que rebia des de diversos indrets; de tot això en treia les seves conclusions. A migdia ja havia preparat el seu pronòstic i el transmetia gratuïtament a diferents institucions en forma d'Avisos; els diaris de la tarda el publicaven. Quan la situació era d'alerta, la seva dedicació es multiplicava.

Poques vegades devia errar en les seves prediccions, que eren molt apreciades per la població. El diari Triunfo feia molta crítica de l'Església, inclosa la Companyia de Jesús, i va deixar de rebre els avisos que l'observatori publicava; el diari, llavors, endegà una campanya de calúmnies contra Viñes però va ser castigat pels lectors amb la baixada de les seves vendes. Un altre diari, La Iberia, en una ocasió va editar els seus dubtes sobre la professionalitat del meteoròleg, però, espantat pel succeït amb Triunfo, rectificà ràpidament disculpant-se.

El 1873 seria anomenat Soci de Mèrit de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana on desenvoluparia una intensa activitat, col·laborant-t'hi fins a la seva mort. En aquesta data, 1873, el pare Viñes ja patia problemes respiratoris que comportaren, a meitat de la dècada dels vuitanta, altres de cardíacs. Diagnosticada la malaltia passava temporades a la Quinta la Asunción, una residència sanitària de l'orde jesuïta a l'Havana. Ja molt afectat, un any abans de morir, encara redactaria alguns dels seus "avisos" i, a darrera hora, la seva obra cabdal, Investigaciones Relativas a la Circulación y Traslación en los Huracanes de las Antillas. Segons escrigué el pare Gutiérrez Lanza, col·laborador i biògraf del científic:
« Muchas veces, después de un agitado día y fatigoso, se pasaba en vela la noche entera, hasta que la enfermedad traidora, que por muchos años venía minando su existencia, y al fin lo llevó impensadamente, le dejaba sin aliento, forzándole a retirarse siquiera por algunos momentos a tomar algún descanso. »

Als sis mesos d'haver arribat Viñes a Cuba es desencadenaren dos fenòmens ciclònics de magnitud considerable que afectaren la sensibilitat del pare; de fet, a l'esdevingut durant els dies 7 i 8 d'octubre de 1870 se'l conegué com el Desastre de Matanzas. Segons paraules d'Alberto Linés Escardó, doctor en Ciències Físiques, meteoròleg i periodista:
« Viñes experimentó con toda crudeza que la realidad iba mucho más lejos que la imaginación. Tomó la resolución de que había que hacer algo y de que no era sencillo. »



Ràpidament, mitjançant els seus coneixements, la interpretació de observacions meteorològiques de diversos indrets del Carib i una sèrie de viatges pels territoris afectats pels ciclons, es va dedicar a la tasca d'entendre el desenvolupament i progressió d'aquests fenòmens atmosfèrics. Aquestes informacions i resultats dels seus estudis, Viñes els traduïa en els avisos que adreçava a les institucions pertinents, a fi de que aquestes prengueren mesures per minimitzar els efectes devastadors que els ciclons ocasionaven, en especial en el referent a vides humanes, però també a instal·lacions industrials, mercantils i socials, transports marítims i terrestres....
Serveixen de referència per entendre l'abast de les destruccions que ocasionaven els ciclons a Cuba els següents articles publicats, respectivament, als periòdics La Aurora del Yumuri i Diario de la Marina; corresponen al citat Desastre de Matanzas que va assolar l'illa quan Viñes feia sis mesos que s'hi havia establert:
« Nunca había sentido Matanzas los efectos de desastres tan considerables ni jamás había experimentado tanta ruina y desolación. Los dos ríos que dividen a Matanzas salieron de su cauce y arrastraban en su veloz carrera a casas enteras que se desplomaban por la fuerza del viento y a infinidad de personas que huyendo no podían evadirse de la terrible corriente que las envolvía, para ir a perecer entre olas embravecidas. »
« Bastará saber que las aguas pasaban por el techo de las casas que están en la parte baja de la población, arrastrando en su corriente impetuosa a los que estaban en los caballetes. Según los partes de la policía se calcula en dos mil las personas que han perecido. »
El període 1871-1874 va ser de mínima activitat ciclònica al Carib i va acabar l'11 de setembre del 1875 quan un cicló de proporcions gegantines s'atansava a Cuba. Viñes, gràcies a les informacions de que disposava i a l'anàlisi que en feia d'elles, efectuà prediccions sobre la intensitat i recorregut d'aquest huracà al seu pas per l'illa; immediatament, va transmetre una sèrie d'avisos a les localitats susceptibles de ser-ne afectades que resultaren exactes.[12] El mateix dia 11 el diari La Voz de Cuba publicava un "Última hora" que començava: «Recibimos ya a avanzada hora las siguiente líneas con que nos honra el Padre Viñes, Director del Observatorio del Colegio de Belén y nos apresuramos a darle publicidad...» i passava a descriure les prediccions del meteoròleg. I l'endemà, El Diario de Cienfuegos reconeixia l'encert de Viñes en un article que finalitzava: «Pláceme consignar que las predicciones del Observatorio de Belén han salido exactas, según suponíamos ayer». Aquestes referències periodístiques manifesten, a més de la professionalitat del científic, el reconeixement que li professava la ciutadania.
Els anys següents s'esdevingueren altres ciclons que el pare encertaria a pronosticar i la seva fama augmentà. L'any 1876, en ocasió de l'acostament d'un huracà, es donà el cas que, havent emès l'observatori de Belén els seus pronòstics, l'autoritat portuària de l'Havana va prohibir la sortida d'embarcacions. El capità d'un vaixell nord-americà, el Liberty, es negà a complir l'ordre i es va fer a la mar. El Liberty va naufragar al Canal de Florida víctima de l'onatge i vents de més de 150 km/h; entre els nàufrags no se'n trobava cap embarcat a l'Havana, les prediccions del meteoròleg van ser-ne la causa. Aquest mateix 1876, Viñes va intentar establir una xarxa entre observatoris situats a diferents parts del Carib, aleshores inexistent, a fi de fer progressos en l'estudi del desenvolupament i la translació dels huracans. La genial idea, que es tracta més a baix, va agradar a l'Administració i a empreses privades però trigaria deu anys en dur-se a la pràctica.

El 5 d'abril de 1882 el pare Viñes, ara un científic reconegut, s'embarca a l'Havana amb destí a Barcelona. Abans de fer-ho s'havia adreçat als membres de la Academia per fer-los-ho saber i oferir els seus serveis. El 25 d'abril ja és a destinació i des de la capital catalana inicia un recorregut que el portarà per Espanya, França, Bèlgica i Anglaterra durant prop de quatre mesos.
En aquests països es troba amb meteoròlegs i astrònoms de diferents institucions prestigioses amb els que comparteix coneixements. A Londres treballa amb el jesuïta londinenc Stephen Joseph Perry (1833–1889), director del Stonyhurst Jesuits College Observatory, emplaçat a la capital britànica; l'anglès l'assessorà sobre instruments meteorològics i l'adreçà als millors fabricants.[14] A l'Observatori de Kew, prop de Londres, coneix el seu director, l'astrònom George Mathews Whipple (1842-1893), que l'instrueix en el camp del Magnetisme. El 29 d'agost, el diari de l'Havana El Avisador Comercial anota:
« Bienvenida. Se la damos cordialmente al R.P.D. Benito Viñes por su vuelta a esta ciudad, a donde llegó ayer en el Vapor-Correo de la Península. »
Viñes tornava a Cuba carregat amb instrumental divers, el seu biògraf Alberto Linés Escardó anomena més de vint-i-vuit aparells: tres teodolits, un sextant, un cronògraf, un cronòmetre, un telescopi refractor amb objectiu de 152 mm de gran qualitat, tres clinòmetres, tres magnetòmetres i tres brúixoles; també cinc baròmetres, diversos termòmetres i psicròmetres, un evaporímetre, dos anemòmetres, nefoscopis i un actinòmetre. Amb aquest instrumental l'observatori dels jesuïtes de l'Havana es convertia en un dels de referència a l'època. Després d'Europa va viatjar als Estats Units d'Amèrica on hi tenia bons amics i companys de professió.

A inicis de 1893 va rebre una invitació per a participar en el Congrés Meteorològic que s'havia de celebrar Chicago, coincidint amb l'Exposició Universal de la ciutat; de fet, aleshores Benet Viñes era considerat com l'autoritat més competent i experimentada en la matèria. Els promotors del congrés li van demanar que presentés una ponència sobre la dinàmica dels ciclons tropicals però, tal com deia el biògraf Mariano Gutiérrez Lanza, no era més que «una armazón de huesos cubierta de nervios y recubierta de piel» i hagué de refusar-la. Malgrat les seves limitacions físiques, el sacerdot va trobar les forces suficients per a redactar el treball Investigaciones Relativas a la Circulación y Traslación en los Huracanes de las Antillas, finalitzat el 21 de juliol de 1893, que va ser transmès a Chicago immediatament. Aquesta obra és considerada el seu testament científic.
Només dos dies després d'acabar les Investigaciones..., prop de mitja nit, el pare Viñes traspassava després de vint-i-tres anys de treballs permanents al col·legi dels jesuïtes de l'Havana. No va ser-li practicada l'autòpsia i el diagnòstic apuntava a mort per hemorràgia cerebral i potser també arteriosclerosi i nefritis concomitant. Els funerals van ser un dels esdeveniments més solemnes de l'any a l'Havana;[20] va ser enterrat al cementiri de Colón, a l'Havana, i no és estrany trobar el seu sepulcre, situat a uns cent metres de l'entrada i prop de la capella, guarnit amb flors encara avui en dia. Molts cubans no obliden un home que amb els seus "Avisos" enviats en els moments d'amenaça de ciclons, de manera totalment gratuïta i a costa de patiments i esforços, varen ser de vital importància.


Les 7 zones dels ciclons tropicals
El 1687 William Dampier intueix que els huracans són immensos remolins i el 1846 William Charles Redfield publica l'enunciat de la llei pertinent. El 1803, Luke Howard estableix la classificació dels núvols, els quals dividia en cúmulus, cirrus i estratus i les seves variants.El 1855, Buys-Ballot enuncia la Llei dels vents que defineix la relació entre el vent i la pressió. Salvat i Brandes, en 1820, i Leverrier, una mica després, s'havien introduït en l'estudi de la meteorologia sinòptica. A les dècades dels seixanta i setanta del mateix segle, William Ferrel havia mostrat que els ciclons volten cap a l'esquerra a l'hemisferi nord i, com Gustave-Gaspard Coriolis, coneixia els desplaçaments que realitzen aquests fenòmens, que van quedar establerts en el Paràmetre de Coriolis.

Quan Viñes arriba a Cuba, el 1870, els fenòmens ciclònics de l'illa ja havien estat sotmesos a estudis. Desiderio Herrera Cabrera el 1847 havia publicat la Memoria sobre los Huracanes de la Isla de Cuba. A finals d'aquesta mateixa dècada, Andrés Poey Aguirre intentava crear un sistema d'observacions meteorològiques mitjançant la transmesa periòdica al seu estudi de informes des de diversos indrets de l'illa; en no aconseguir desenvolupar el sistema, malgrat els seus intents d'implicar l'Administració cubana, instal·là un observatori al seu domicili i hi efectuà estudis durant un any, abans de traslladar-se als Estats Units d'Amèrica.
Des de 1858, els jesuïtes del col·legi de Betlem de l'Havana efectuaven observacions sistemàtiques diàries que conformaren un registre històric notable, però la desafecció del Govern d'Espanya envers l'orde jesuïta en els temps en que Viñes arribà a Cuba afectaria negativament aquests treballs. En 1860, a instàncies de José Maria de la Torre, es dicta una Ordre Reial a fi de construir un observatori meteorològic permanent a la Havana; l'Observatorio Físisco-Meteorológico s'instal·là a la Real Sociedad Econòmica i el 1887 es traslladà a la seu de la Universidad de la Habana.[7] Del que se'n sabia res o quasi res sobre els ciclons a l'època era dels símptomes que es produïen abans de declarar-se el fenòmens i de la trajectòria que aquests seguirien; el pare Viñes dedicaria els seus esforços, destinats a esbrinar les lleis que regeixen els ciclons, aprofundint en les esmentades carències.

Durant la seva estada a França s'havia instruït en Física, Meteorologia, Astronomia i Geologia, llegint texts dels millors científics antics i contemporanis, i millorà els coneixements de llatí amb els autors clàssics. Gràcies a la bibliografia citada a les seves obres, escrites posteriorment, coneixem els autors que va estudiar. A més d'aquests, però, és segur que en va llegir d'altres, encara que sorprèn que, pel que s'en desprèn dels seus escrits, no consultés alguns treballs importants publicats a l'època, inclosos alguns de fonamentals referents a tempestes i huracans. Va destacar en l'estudi dels vents, els núvols i les variacions de pressió atmosfèrica. La seva obra sobre els moviments, interns i de trajectòria, dels ciclons tropicals és un clàssic.
El Col·legi de Betlem d el'Havana havia estat fundat l'any 1854 per Isabel II i quan va arribar Viñes, potser amb alguns llibres i papers, ja disposava d'un observatori meteorològic. Immediatament se'l va posar al front de l'observatori, instal·lat al mateix col·legi, en el qual no consta com a professor però és possible que hi impartís algunes classes; el que sí és segur que va fer dins l'àmbit docent va ser instruir els seus col·laboradors en la matèria objecte dels seus estudis. Entre aquests figuren el pare Tomás Ipiña, futur rector de la institució de Betlem, el pare Bonifacio Valladares, company en les campanyes a través del territori, i el frare José Alberdi, que destacà per les seves observacions meteorològiques.
El pare Viñes s'havia interessat en la nefologia i havia estudiat, entre d'altres, la obra de Luke Howard, que havia creat el sistema de nomenclatura dels núvols. Segons paraules d'aquest científic: «Els núvols estan subjectes a diverses modificacions produïdes per causes generals que afecten totes les variacions de l'atmosfera; normalment poden utilitzar-se com a bons indicadors visuals dels sistemes operatius d'aquestes causes»[31] Per a la detecció de fenòmens ciclònics, el pare Viñes es fixava molt en els núvols de tipus cirrus i cirrostratus, i va traslladar els seus descobriments sobre aquest àmbit a una de les seves obres més consultades, Investigaciones relativas a la circulación y traslación ciclónica.


Cicló Sant Ciríac del 1899, summament destructiu.
Viñes, amb els seus sòlids coneixements teòrics dels huracans, des del primer moment de l'arribada a l'Havana anava sempre acompanyat d'un quadern de notes on hi escrivia les seves observacions i reflexions. El quadern original es perdé, però molts dels seus estudiosos en conservaren transcripcions.[8] Segurament, el científic va consultar tota la bibliografia corresponent a la meteorologia tropical i va analitzar els registres dels huracans recents. El 1870, arran dels primers huracans que va viure, publicà un petit però important assaig, Huracanes del 7 y el 19 de octubre de 1870, i l'any següent un treball titulat Memoria de la Marcha Regular o periódica e Irregular del Barómetro en La Habana desde 1858 a 1871 inclusive on descrivia magistralment la calma que va esdevenir al pas del vòrtex del cicló de 1865 per l'Havana.
Al mateix temps, el pare intercanviava publicacions sobre temes meteorològics, astronòmics i magnètics que s'editaven a Amèrica i Europa. Ell, des de l'observatori de Belen, enviava resultats de les seves observacions a altres institucions i, alhora, en rebia d'elles; entre d'altres publicacions destaquen per la seva importància els Weather Maps dels EUA i els Anuaris de la Meteorological Office de Londres. Altres estudiosos d'arreu del món també li transmetien els seus estudis i rebien els de Viñes. Fou, doncs, un científic ben connectat amb els àmbits acadèmics del seu temps malgrat les dificultats de comunicació de l'època. En 1873, especialment, manté una intensa activitat com a membre de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.
Les campanyes científiques dels anys 1876 i 1877, tractades més endavant, li permetrien redactar els Apuntes relativos a los huracanes de Las Antillas; en aquesta extensa memòria Viñes presentava les lleis que descriuen l'estructura ciclònica i la seva evolució. Amb aquesta obra, traduïda al anglès, francès i alemany, el meteoròleg es guanyava el prestigi entre la comunitat científica internacional.[33] El manuscrit es conserva als arxius del Centro de Estudios de Historia y Organización de la Ciencia, a Cuba. Els Apuntes... van possibilitar-l'hi, més endavant, fer l'enunciat de les Lleis Viñes, publicades pòstumament el 1895.
El 1876, el pare Viñes va intentar crear una xarxa d'observatoris meteorològics, distribuïts pel Carib, amb un sistema de avisos regulars. La inèdita idea fou rebuda amb entusiasme per les institucions cubanes, però no va ser fins al 1886, deu anys més tard, que la Junta de Comercio de La Habana va prendre la determinació de portar-la a la pràctica, contractant el servei a la Cuba Submarine Telegraph Company i la West Indian & Panama Cable Company. El projecte, gràcies a la seva eficàcia, millorà substancialment la qualitat dels avisos que feia el pare Viñes, instal·lat a l'Observatori de Belén, i que a continuació transmetia als llocs afectats. El 1877 ja mantenia contactes regulars amb l'Administració dels Estats Units d'Amèrica; a partir de 1879 el US Signal Service —departament dels EUA encarregat dels afers astronòmics i meteorològics— usava les informacions periòdiques rebudes del pare per a redactar els seus informes i, alhora, Viñes rebia i processava informacions del departament estatunidenc. Malauradament, les diverses col·laboracions que havia forjat el pare amb les administracions nord-americanes es van estroncar el 1898 com a conseqüència de la Guerra Hispano-estatunidenca. Mitjançant aquesta cooperació amb els EUA, Viñes havia establert contactes importants amb altres membres de la comunitat científica internacional. Valuosa, sinó imprescindible, fou l'ajuda que rebé dels col·laboradors que treballaven directament amb ell, entre els quals la del seglar Juan Gilibert que confeccionava les taules estadístiques i les planxes per a imprimir els informes que redactava el pare.
També demostrà el científic les seves aptituds com a inventor; l'any 1888 va idear dos instruments, que anomenà "ciclonoscopi de les Antilles" i "ciclononefoscopi de les Antilles". Aquests aparells van resultar de gran utilitat, especialment entre l'oficialitat de marina, per a detectar l'aproximació d'un cicló, determinant la posició del vòrtex de l'huracà mitjançant l'observació dels núvols.
Entre l'1 de setembre de 1882 i el 31 d'agost de 1883, a demandes de la Comissió Polar Internacional, va dur a terme un programa de mesuraments amb el magnetòmetre i el clinòmetre. El 1888 Everett Hayden, cap de la North American Marine Meteorology Division i editor de la Pilot Chart —l'editora de mapes meteorològics i oceanogràfics més qualificada internacionalment a l'època—, va visitar el pare Viñes a l'observatori de Belén; de tornada al seu país, Hayden va oferir diverses conferències en les quals proposava, com a homenatge al meteoròleg, anomenar "viñesas" els huracans.
La seva obra científica s'adscriu bàsicament al camp de la meteorologia. A la seva mort, el 1893, deixava escrites 14 obres publicades i 21 quaderns d'observacions meteorològiques i magnètiques, a més d'altres treballs i de innombrables avisos, articles i comunicats. La metodologia de la seva feina es divideix en quatre àmbits:
Observació: la tasca, en principi, hauria d'haver estat elaborada per ajudants però, donada la manca d'aquests especialment durant els primers anys, era ell amb molt poca ajuda qui efectuava la visualització del cel i recollia les dades dels aparells, que transcrivia als informes.
Gestió: de les investigacions, els materials, el manteniment de instruments, els processos...
Predicció: la utilització d'observacions i anàlisis per a elaborar pronòstics, que Viñes adreçava més a les situacions de risc que a la meteorologia diària.
Difusió: avisos, informacions, articles, conferències, col·laboracions...

Principals ciutats de Cuba
Les destrosses que ocasionaren els primers huracans que va viure el pare Viñes, el 1870, el van impactar i aviat se'n va adonar que per a aprofundir en l'estudi dels fenòmens ciclònics no en tenia prou amb la interpretació de les observacions que feia i rebia, i que necessitava fer treballs de camp per a conèixer els efectes dels vents i les pluges in situ. Així, a continuació dels dos ciclons tropicals que havia sofert l'illa l'octubre de 1876, després de cinc excepcionals anys de calma, va planificar un viatge que visitaria el trajecte que aquests havien fet pel territori. El repte, donades les condicions contemporànies, era considerable; en moltes ocasions, es tractava d'endinsar-se en terres ignotes, no cartografiades i sense vies de comunicació. A això s'afegiria que el pressupost per al seu finançament resultaria molt reduït. A aquest efecte, havia recorregut al rector del Col·legi jesuïta, que va donar la seva aprovació i va demanar l'ajuda de l'Administració i de l'Acadèmia; aquestes proporcionaren al pare Viñes acreditacions, permisos i cartes de recomanació, però no consta que subvencionessin les expedicions amb aportacions pecuniàries. Algunes empreses de transports marítims i terrestres l'hi facilitaren part dels desplaçaments en les seves campanyes científiques.
Dificultat afegida va ser la urgència de l'operació, ja que Viñes necessitava presenciar en directe i immediatament els efectes produïts pels fenòmens per a analitzar-los abans que alguns d'aquests efectes s'esvaïssin; un dels objectius principals era conèixer l'abast de les zones inundades. Una vintena de dies després del segon cicló, el científic ja tenia endreçada la qüestió logística del viatge i, probablement, el dia 10 de novembre sortien amb tren de l'Havana cap a Matanzas. Sobta el fet que en el seu relat del viatge manquin les dates i que no referís qui era l'acompanyant que hi esmenta, que probablement era el pare Fernández Valladares.[38] Amb embarcacions, ferrocarrils, carruatges, cavalleries i moltes etapes a peu, es desplaçaven al llarg de la trajectòria de l'huracà observant amb meticulositat les conseqüències del pas del fenomen en els sols, en la vegetació baixa, en els arbres, les zones anegades per les aigües, i fent nombroses i perspicaces anotacions pertinents gràcies, també, als seus coneixements topogràfics. Autoritats, institucions i particulars dels territoris que visitaven els allotjaven amb hospitalitat, en algunes ocasions en domicilis humils. A més de les observacions pròpies, recollia testimonis directes de la gent del país sobre el pas del cicló, també importants informacions d'oficials de la Marina i d'empleats ferroviaris i va tenir accés a valuoses dades baromètriques. Als quinze dies de la partença ja era de tornada al col·legi i, ràpidament, amb les conclusions extretes va redactar el informe corresponent i el va presentar a l'Acadèmia. A més de les seves reflexions científiques, en les seves anotacions va reflectir, amb preocupació, les malmeses condicions de la població més humil; també es queixava dels mosquits.

Al final serien quatre els viatges de reconeixement que efectuà per Cuba, durant un període de set mesos, finalitzant-los el juny de 1877. El primer, adreçat cap a l'est i sud-est de l'Havana havia resultat molt fructífer malgrat d'haver-se hagut de planificar i realitzar amb gran celeritat; però, d'acord amb els interessos del científic, precisament aquest fet li va permetre recollir sobre el terreny valuoses informacions recents als fets. El mes de gener de 1877 ja havia efectuat dos viatges més, més curts que l'anterior, cap al sud, sud-est i oest de la capital. La darrera campanya, destinada a recollir dades a les illes veïnes de Puerto Rico i Hispaniola, va ser duta a terme durant mes i mig o dos mesos, entre febrer i abril, i resultaria la més llarga.
Les observacions foren abundoses, malgrat que algunes manifestacions provocades pels fenòmens atmosfèrics havien quedat "diluïdes" pel temps transcorregut quan Viñes les observà. El científic estava interessat en realitzar dues campanyes més, una a l'Illa de la Juventud, al sud de l'Havana, i una altra a la Província de Guantánamo, a l'extrem de llevant de Cuba; però aquests dos projectes hagueren d'ésser avortats, el segon a causa del procés revolucionari que estava sorgint a la regió.
Com a resultat d'aquests viatges, Viñes va presentar un informe a l'Acadèmia i va oferir diverses conferències que, posteriorment, sintetitzà en una de les seves obres cabdals, Apuntes Relativos a los Huracanes de las Antillas en Septiembre y Octubre de 1875 y 1876, referida més amunt; en ella presentava les lleis que descriuen l'estructura ciclònica i la seva evolució, i fou clau per a redactar posteriorment els enunciats de les Lleis Viñes.

Les Lleis dels huracans de Viñes, publicades el 1895 i reiteradament anomenades Lleis Viñes (o Lleis de Viñes), varen ser indispensables per a fer prediccions meteorològiques fins a la Segona Guerra Mundial quan, lluny de ser derogades, van ser millorades gràcies a refinaments teòrics i millores tècniques. Els intensos estudis, anàlisis i treballs de camp, van permetre el meteoròleg formular dues Lleis de la Circulació i sis de la Translació Ciclònica. Van ser redactades pel pare, tal com es referix més amunt en l'apartat de la seva biografia, en ocasió del Congrés Científic de Chicago de l'any 1893, trobant-se ja el pare Viñes en un estat de salut molt deteriorat.
Aquestes lleis es refereixen a dos punts fonamentals: d'una banda, a la circulació o dinàmica dels vents dins del cicló, que Viñes anomena "revolts" (revueltas), i de l'altra, a la translació del cicló en l'espai. Es van editar per primera vegada a l'Havana el 1895, mort ja el seu autor, amb el títol Investigaciones relativas a la Circulación y Traslación Ciclónica en los Huracanes de Las Antillas; la obra es va traduir a l'anglès i a l'alemany, i diverses publicacions científiques europees i americanes feren referències als treballs de Viñes i als seus resultats. Institucions científiques europees i americanes varen atorgar-l'hi distincions.
Així, les vuit lleis queden dividides en dos àmbits, les dues primeres lleis corresponen al moviment dels vents a l'interior de l'huracà i les sis restants tracten del desplaçament que fan sobre el terreny:
La primera Llei de la Circulació defineix la ja coneguda rotació a l'esquerra dels ciclons a l'hemisferi nord. La segona llei, innovadora, ho fa quant al comportament dels vents respecte a la seva altura i observava la disposició dels núvols resultants. Aquesta segona llei, que per primera vegada en la història de la Meteorologia descrivia el fenomen atmosfèric en un sentit tridimensional, va provocar reaccions adverses per part de membres de la comunitat científica, però a inicis del segle XX el físic i meteoròleg Wilhelm von Bezold (Munic, 1837-1907) va demostrar-la.
Les sis Lleis de la Translació Ciclònica abasten el que fa a trajectòries i velocitats. La primera tracta de la trajectòria en forma de paràbola del cicló. La segona relaciona el revolt del cicló amb la latitud i l'estació de l'any. La tercera, complementaria de l'anterior, determina la direcció de la trajectòria del cicló. La quarta, complementària de les anteriors, indica les zones de preferència de desplaçament del cicló. La cinquena tracta de la seva velocitat de translació en determinats moments del fenomen. La sisena relaciona la velocitat del revolt i la paràbola del seu desplaçament.

Alguns autors creuen que Viñes, al sis mesos d'estada a Cuba, ja va fer alguna predicció abans del segon huracà, el 19 d'octubre de 1870; en una nota del 20 d'octubre a La Voz de Cuba, l'endemà del pas del cicló, s'agraeix als pares del col·legi de Betlem de l'Havana les observacions fetes. Ho recull Ramos Guadalupe en l'obra citada, malgrat que el mateix Ramos ho posa en dubte, donada la "inseguretat" de les paraules que apareixen en el redactat del seu primer pronòstic conegut, del 1875.
Entre 1871 i 1874 els fenòmens ciclònics es van reduir, excepcionalment, a un de petites proporcions esdevingut l'octubre de 1873. No s'han documentat prediccions del sacerdot durant aquests anys, malgrat que algun autor diu que sí que en feu i que guanyà notorietat amb ells. L'any 1873 rep d'Europa un meteorògraf que resultarà cabdal en les seves observacions; l'aparell recollia, ininterrompudament durant un període d'una setmana, dades referents a la pressió atmosfèrica, la direcció i velocitat del vent i la precipitació. Malgrat l'aparició del instrument, les deu observacions "manuals" diàries que es feien a Belén continuaren efectuant-se amb precisió.
L'11 de setembre de 1875 el pare Viñes emetia el primer pronòstic de cicló conegut al món. Queden documentades moltes de les prediccions que posteriorment realitzaria i se'n coneixen molt poques que resultessin errades. De manera destacada, per la intensitat dels fenòmens, en aquells primers anys l'observatori va preveure l'huracà de setembre de 1875, el del 15-17 de setembre de 1876 i un altre l'octubre del mateix any. El reconeixement que aquesta feina del pare Viñes mereixia a l'època per part de la societat cubana queda palès en declaracions fetes per diverses institucions, com la publicada pel Boletín Mercantil de Puerto Rico ja el 5 d'octubre de 1877 quan el científic començava a redactar els seus "Avisos":
« El Padre Viñes, cuya voz tiene para nosotros la autoridad de un oráculo, calmó nuestras almas con oportunas noticias. Él bien merece la reputación que tiene en Europa. España debe estar orgullosa de él. »
De fet, la repercussió positiva de les seves previsions en persones, transport marítim, economia... era de gran abast i Viñes era considerat, gràcies a elles, una autoritat en la matèria.[41] Reconegut queda l'altruisme i les capacitats del pare Benet Viñes en les paraules que el cap de l'eminent US Signal Service a Washington, Wilford M. Wilson, escrivia el 1890:
« «El pare Viñes, S.J., ha continuat enviant, amb un dispendi per a aquesta oficina del cost dels telegrames solament, la seva opinió i prediccions respecte de la posició i marxa probable dels huracans. El cap del Signals Service té el plaer de poder donar testimoni de l'encert i el cel del pare Viñes, que sempre ha posat de manera espontània i gratuïta els seus valuosos serveis a disposició d'aquesta Oficina». »









Benet Viñes - Viquipèdia, l'enciclopèdia lliure

Iniciado por Valderrábano

Padre huracán.jpg


Father Benito Viñes

The 19th-Century Life and Contributions of a Cuban Hurricane Observer and Scientist




Distributed for American Meteorological Society



160 pages | 5 halftones, 5 line drawings, 5 maps | 5 x 8
Paper $20.00 ISBN: 9781935704621 Will Publish May 2014

Before Doppler radar and broadcast weather reports, Spanish-born Benito Viñes (1837–1893) spent decades observing the skies at Belen Observatory in colonial Cuba, routinely issuing weather reports and forecasts to local newspapers. And before storm trackers and emergency alerts, Viñes made it his mission to teach the public what he was learning about the weather. He developed the first network of weather observation stations in the Caribbean, and his research laid the groundwork for the hurricane warning systems we use today. His sometimes eerily accurate hurricane forecasts helped save many lives—earning him the nickname “the Hurricane Priest.”

Father Benito Viñes is a fascinating look at the life of a man who worked on the cutting edge of weather science while still remaining devoted to his religious life. It explores Viñes as both pioneer in the study of tropical meteorology and a colonial Jesuit priest. With notes that put his life into modern context, this book puts a much deserved spotlight on a figure who played a crucial role in making our lives safer.

Iniciado por Valderrábano

his warning appeared in a special edition of the newspaper La Voz de Cuba on October 19, 1876. It predicted when and where the hurricane would strike, and urged the people to take necessary precautions. Father Vines' warning was heeded throughout Cuba, for he was a renowned hurricane forecaster, and his warnings had already saved many lives.

In his day, the Reverend Benito Vines was the greatest authority on Atlantic hurricanes. His contributions to both theory and forecasting techniques, as well as the pioneer warning service and observation network he established, laid the foundation for our present hurricane warning system. From the 1870s through the first decade of the 20th century, Father Vines was, in fact, "Father Hurricane," and his warnings and/or hurricane "laws" were heeded by all.

Father Vines came to Cuba in 1870 to serve as director of the meteorological observatory of the Royal College of Belen, in Havana. After having seen firsthand the terrible devastation wrought by hurricanes, Father Vines took it upon himself to discover ways to help the people of Cuba escape the wrath of these killer storms. He had little to work with, however, and had to rely heavily on the 12 years of records at the observatory, old newspaper accounts, and countless stories of past storms. A true scientist and investigator, he could be found at the scene of Cuban hurricane disasters, rummaging through debris and questioning survivors. He painstakingly recorded every detail.

Father Vines developed a demanding daily weather observation schedule for himself. It included observations every hour from 4:00 a.m. to 10:00 p.m., an international observation at 7:30 p.m., and, in times of special need, an observation every hour of both day and night. His annual reports included monthly, daily, and hourly summaries of the elements he observed and were soon in demand throughout the world.

First Warning

Father Vines' hard work and scientific insight compressed what should have taken decades into the span of a few years. His first recorded hurricane forecast (apparently the first formal hurricane warning in the Western Hemisphere) was printed on September 11, 1875-two days before an intense hurricane savaged the entire southern coast of Cuba. Many lives were saved, and word of the remarkable Jesuit meteorologist spread rapidly.

A year later, on September 14, 1876, Father Vines predicted the future path of another violent hurricane. The captain of the sailing vessel Liberty ignored the warning and his ship was wrecked when he sailed directly into the path of the storm.

The following September the little priest wired the Barbados of an approaching hurricane still out in the Atlantic Ocean. He then contacted Puerto Rico and told them not to fear as the storm would pass well south of the island; at the same time, however, he warned Santiago de Cuba ". . . it will reach you on the 24th, be on your guard." Everything happened just as the Reverend Vines predicted.

Father Vines' accurate predictions won him praise and offers of help. By 1877 he was able to start a small hurricane reporting network throughout Cuba-including a "pony express" between the most isolated villages-and on a few other Caribbean islands. Steamship companies offered him free passage for his investigations and ordered their ship captains to pull into the nearest port and cable the observatory whenever hurricane-like weather threatened. Railroad companies also offered him free transport, and telegraphic and cable services were put at his disposal.

His Greatest Work

The same year (1877), after six years of study, Father Vihes finished his greatest work: Apuntes Relativos a los Huracanes de las Antilles, which was soon published as Practical Hints in Regard to West Indian Hurricanes by the U.S. Army Signal Corps' national weather service (the Weather Bureau wasn't established until 1890). It quickly sold out three large printings.

Father Vines was the first to suggest that the clouds well in advance of a hurricane could be used to locate the storms center, and also the first to forecast hurricane movement on the basis of cloud movement.

The Pilot Charts of the U.S. Hydrographic Office printed and reprinted the "laws" of Father Vines. The May issue of the 1889 Pilot Chart reads: "These important laws, established by the study and long experience of Father Vines, should be thoroughly understood by every navigator and utilized by shaping his course so as to avoid a hurricane."

In 1886, in reply to a query from the Havana Chamber of Commerce, Father Vines wrote: "For my part I am desirous only of serving all so far as service is rendered possible by my poor health and the limited means at my disposal; nor do I wish other recompense, after that which I hope from God, than to be of use to my brethren and to do my little share for the advancement of science and the good of humanity."

The Chamber of Commerce, however, along with several private concerns decided to reward and extend Father Vines' valuable service by financing the completion of his observation network throughout the Antilles. This network is still an integral part of our national hurricane warning system.

In July of 1893, at the request of the Chicago Exposition, Father Vines completed a detailed treatise on hurricane circulation. On July 23, 1893, three days after he mailed the paper, the hurricane priest died. So beloved and revered was he, the Havana newspaper La Lucha published a special edition to describe "The Last Hour and Death of Father Vines."

On October 6, 1900, Willis L. Moore, Chief of the U.S. Weather Bureau, wrote in Collier's Weekly that ". . . probably the Reverend Benito Vines gave more intelligent study to the investigation of tropical cyclones than any other scientist."

DICK DeANGELIS, a former editor of Mariners Weather Log, has been a frequent contributor to Weatherwise over the years. This article ran in the October 1989 issue.

Father Hurricane / CNN - Cuba News / Noticias - CubaNet News

¿Podría usted traducir ambos mensajes? es que yo no hablo inglés, no como usted. "veris zanquius"

Iniciado por Valmadian

En lugar de tanto texto en Inglés, se puede leer en uno de nuestros idiomas.

Pues eso, como ya tenemos varios textos en castellano y uno en catalán, no tengo que ponerme a traducir los que están en inglés, que no es que me sobre el tiempo. Más bien los que están en inglés se pueden pasar en algún momento al foro inglés.

Para esto está el traductor de guguel.

"su aviso apareció en una edición especial del periódico La Voz de Cuba el 19 de octubre de 1876. Predijo cuando y donde tocaría tierra el huracán , y exhortó a la población a tomar las precauciones necesarias . El aviso del Padre Viñes fue escuchado en toda Cuba , pues era un pronosticador de huracanes de renombre, y sus advertencias ya habían salvado muchas vidas.

En su día , el reverendo Benito Viñes era la mayor autoridad en huracanes atlánticos . Sus contribuciones a la teoría y las técnicas de predicción , así como la pionera red de servicios de alerta y observación que estableció , sentaron las bases de nuestro sistema actual de alerta de huracanes. Desde la década de 1870 a través de la primera década del siglo 20 , el Padre Viñas fue, de hecho , "Padre Huracán ", y sus advertencias y "leyes" sobre el tema fueron atentamente estudiadas.

Padre Viñas llegó a Cuba en 1870 para servir como director del observatorio meteorológico del Real Colegio de Belén , en La Habana. Después de haber visto de primera mano la terrible devastación causada por los huracanes , Padre Viñas se encargó de descubrir formas de ayudar al pueblo de Cuba a escapar de la ira de estas tormentas asesinas . Él tenía poco con qué trabajar ,y tenía que depender en gran medida de los 12 años de registros en el observatorio , los periódicos viejos , y un sinnúmero de historias de las pasadas tormentas . Un verdadero científico e investigador , se le podía encontrar en la escena del desastre tras el paso de los huracanes por Cuba , hurgando en los escombros e interrogando a los sobrevivientes. Él cuidadosamente registró cada detalle.

Padre Viñas desarrolló un diario de observación meteorlógico, llevado por sí mismo. Incluía observaciones cada hora entre las 04 a.m.-10:00 de la tarde, una observación a nivel internacional a las 7:30 pm , y , en tiempos de necesidad especial o alerta , una observación cada hora del día y de la noche. Sus informes anuales incluyen resúmenes mensuales , diarios y horarios de los elementos que observó y pronto fueron estudiados en todo el mundo .

Primer aviso

Con trabajo y visión científica el Padre Viñas comprimió en el lapso de unos pocos años lo que debería haber tardado décadas. Su primera previsión de huracán registrada (al parecer la primera advertencia formal de huracanes en el hemisferio occidental ) se imprimió el 11 de septiembre de 1875, dos días antes de que un huracán intenso atacase con violencia toda la costa sur de Cuba . Muchas vidas se salvaron , y la fama del notable meteorólogo jesuita se extendió rápidamente .

Un año más tarde , el 14 de septiembre de 1876, el Padre Viñas predijo la trayectoría de otro huracán violento. El capitán del buque de vela Libertad ignoró la advertencia y su barco naufragó al cruzarse en la trayectoria de la tormenta .

El próximo mes de septiembre el menudo cura aviso a Barbados de un huracán que se aproximaba progresivamente en el Océano Atlántico. Se puso en contacto con Puerto Rico y les dijo que no temieran, que la tormenta pasaría bien al sur de la isla y, al mismo tiempo, sin embargo , advirtió a Santiago de Cuba "... llegará el día 24, estar en guardia." Todo ocurrió justo como se predijo .

Las predicciones precisas del Padre Viñes le granjearon elogios y ofertas de colaboración . En 1877 fue capaz de iniciar una pequeña red de notificación de huracanes en toda Cuba - incluyendo un servicio de "pony express" entre las más aisladas aldeas y en algunas otras islas del Caribe. Las empresas navieras le ofrecieron el libre embarque en sus buques para sus investigaciones y ordenaron a sus capitanes que le desembarcasen en el puerto más cercano a su observatorio siempre que hubiese amenaza de un huracán . Las compañías ferroviarias también le ofrecieron transporte gratuito , y los servicios telegráficos fueron puestos a su disposición.

Su trabajo más grande

El mismo año (1877 ) , después de seis años de estudio , Padre Viñes terminó su obra más importante : "Apuntes Relativos a los Huracanes de Las Antillas" , que fue publicado como "Consejos Prácticos Sobre Huracanes en las Indias Occidentales" por el Servicio Meteorológico Nacional del Cuerpo de Señales del Ejército de los EE.UU. ( la Oficina Metereológica en EEUU no fue establecido hasta 1890) . Rápidamente se agotaron tres grandes impresiones.

Padre Viñas fue el primero en sugerir que las nubes que preceden a un huracán se podrían utilizar para localizar el vórtice de la tormenta , y también el primero en pronosticar el movimiento del huracán partiendo del movimiento de las nubes .

Los cartas de navegacíon de la Oficina Hidrográfica EE.UU. imprimieron y reimprimieron las "leyes" de Padre Viñas . La edición del derrotero de mayo de 1889 dice lo siguiente: "Estas importantes leyes , establecidas por el estudio y la larga experiencia del Padre Viñas , se deben estudiar con atención por todos los navegantes y deben utilizarse para la evasión de huracanes en la mar. "

En 1886 , en respuesta a una pregunta formulada por la Cámara de Comercio de La Habana, Padre Viñas escribió: " Por mi parte estoy sólo deseoso de servir en la medida en que me lo permita mi delicada salud y los limitados medios de que dispongo, no espero más recompensa , después de lo que espero de Dios , que ser útil a mis hermanos, y hacer mi pequeña parte para el avance de la ciencia y el bien de la humanidad. "

La Cámara de Comercio , sin embargo , junto con varias empresas privadas decidió premiar y extender el valioso servicio del Padre Viñas mediante la financiación de la finalización de la red de observación a lo largo de las Antillas . Esta red sigue siendo una parte integral de nuestro sistema nacional de alerta de huracanes.

En julio de 1893, a petición de la Exposición de Chicago , Padre Viñas completó un tratado detallado sobre la circulación de huracanes. El 23 de julio de 1893, tres días después de enviado el documento , el sacerdote murió. Así de querido y venerado era él, que el periódico habanero La Lucha publicó una edición especial para describir "los últimos días y la muerte del Padre Viñas ".

El 6 de octubre de 1900, Willis L. Moore , Jefe de la Oficina Meteorológica de EE.UU. , escribió en un semanario que " ... probablemente el reverendo Benito Vines realizó el estudio más inteligente de los ciclones tropicales que cualquier otro científico haya realizado hasta el momento. "

Iniciado por Valderrábano

Para esto está el traductor de guguel...

Pues, deberías haberlo traducido tu mismo, tal y como has hecho ahora mismo, unos instantes antes de transcribirlo sobre este hilo; ya que éste no es de habla inglesa.

Iniciado por Valderrábano

Para esto está el traductor de guguel.

Si, el traductor sirve en la red, en Hispanismo los textos en inglés se escriben aquí:

English

Iniciado por Hyeronimus

Pues eso, como ya tenemos varios textos en castellano y uno en catalán, no tengo que ponerme a traducir los que están en inglés, que no es que me sobre el tiempo. Más bien los que están en inglés se pueden pasar en algún momento al foro inglés.

No te lo estaba pidiendo a ti, sino al forero que los ha puesto.