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Tema: La verdad sobre la Inquisición Española

  1. #21
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    "La inquisición, un tribunal de misericordia" - D.F. México


    Publicado el 10 jul. 2015


    Especial TLV1 N° 27 - "La inquisición, un tribunal de misericordia" - D.F. México

    Cristian Rodrigo Iturralde presenta su conferencia sobre "La inquisición, Un tribunal de misericordia" en el Club de Periodistas del Distrito Federal de México. Mayo 13 de 2015.






    https://www.youtube.com/watch?v=Mvqj8qvPkhg

  2. #22
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Un experto del CSIC asegura que “la Inquisición española no llevó a ningún científico a la hoguera”


    El doctor Alfonso Carrascosa afirma que son leyendas negras creadas por “la historiografía laicista”


    El profesor y doctor Alfonso Carrascosa, científico del CSIC imparte hoy una conferencia en la Universidad Eclesiástica de San Dámaso titulada “Iglesia católica y ciencia en la España del siglo XX”. Su objetivo es dar a conocer la contribución de la Iglesia al desarrollo de la ciencia durante este periodo, a pesar de que una parte de la “historiografía laicista persiga extirpar del espacio público la religión”, afirma.






    El científico del CSIC, Alfonso Carrascosa, en una conferencia en el CEU.

    RC

    El desarrollo de la ciencia en el siglo XX, fue impulsado por laicos católicos pertenecientes a las dos instituciones más emblemáticas de este periodo: la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

    Carrascosas declara a Religión Confidencial que en pleno siglo XX esa actividad ha continuado “aunque no se hable de nosotros”. En su opinión, esto se debe a que parte de “la historiografía laicista pretende convencer de que los científicos no somos creyentes, pero no es cierto. Lo que a un científico le hace perder la fe es lo mismo que lo que le hace perder la fe a un no científico, y que el Concilio Vaticano II lo dejó muy claro: la descristianización de la sociedad, conocida en la actualidad como la apostasía de Europa que la denominara Juan Pablo II”.



    Mentiras sobre la Inquisición

    En la España del siglo XXI, todavía son muchos los que piensan que la Iglesia ha tenido miedo a la ciencia, considerando herejes a muchos de ellos. Carrascosa argumenta una versión distinta.

    “La Iglesia Católica, en la persona de los papas, ha pedido perdón por sus errores. Recientemente hemos visto a Francisco pedir perdón a los pobres por la desatención de los cristianos, algo que no hacen otras ideologías que han sembrado el espanto en el siglo XX. Pero hay que decir que algunos de los errores atribuidos a la Iglesia en cuanto a la conciliación ciencia y fe, pertenecen al conjunto de eslóganes que son denominados la leyenda negra, construida con ella por sus enemigos a partir de producirse el cisma de occidente”, afirma el científico.

    Carrascosas subraya que “la inquisición española no llevó a ningún científico a la hoguera. Galileo murió en su cama anciano y fue un católico ferviente que jamás apostató de su fe. Copérnico, un cura católico, fue el primero en decir que la tierra no era el centro del sistema solar. Gregorio Mendel, un monje católico agustino creó la genética, y nadie lo ha reconocido. En el año de Cervantes, nadie ha dicho que el escritor se jugó la vida defendiendo su fe y que sus obras han sido consideradas como acciones de evangelización a través de la cultura ya que sus personajes y sus historias incluyen las verdades de la fe católica. Tampoco nadie comenta el posible catolicismo de Shakespeare, ahora que estamos en el 400 aniversario de su fallecimiento”.

    El profesor insiste que “en España, la Iglesia católica ha acompañado estrechamente el desarrollo científico durante las edades media y moderna, transmitiendo el saber antiguo y evitando su pérdida mediante los scriptoria de los monasterios, impartiéndolo después para curas y para el pueblo llano, en las escuelas catedralicias, estudios generales de universidades y finalmente con la incorporación de sabios laicos a las instituciones científicas creadas por ellos mismos”.

    Incluso añade que la ilustración española fue capitaneada también por laicos católicos, fundando instituciones como el Real Jardín Botánico o el Museo Nacional de Ciencias Naturales.



    Stephen Hawking en el Vaticano

    El físico Stephen Hawking pronunció el pasado 25 de noviembre una conferencia en el Vaticano dentro del seminario titulado "Encuentro Ciencia y Sostenibilidad" organizado por la Academia Pontificia de la Ciencias, en el que está reuniendo a los científicos más prestigiosos del mundo.

    Entre otros razonamientos, explicó que “preguntar qué había antes del Big Bang no tiene sentido en la `Propuesta de No Límite´ porque no hay noción de tiempo disponible como referencia. Sería como preguntar qué hay al sur del Polo Sur”.

    Para Carrascosa, “la afirmación de Hawking de que no existe un Dios creador carece de fundamento científico y exige profesar la fe materialista. La propia Escritura dice que a Dios nadie lo ha visto. Stephen Hawking sería más veraz si dijera que él no ha visto a Dios. El misterio sin resolver de este físico es el misterio de la fe, que aparentemente no quiere recibir. Si la recibiera, experimentaría que razón y fe, o ciencia y religión son complementarias, que es lo que el Magisterio de la Iglesia siempre ha dicho”.



    _________________________

    Fuente:

    Un experto del CSIC asegura que “la Inquisición española no llevó a ningún cientÃ*fico a la hogueraâ€
    Erasmus, Fidelitas, ReynoDeGranada y 2 otros dieron el Víctor.

  3. #23
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Bos días.
    Cuando tenga tiempo, voy a tratar de buscar información sobre ese lema que muchas jóvenes se creen sobre que la Inquisición quemaba a las mujeres por brujas, en España.
    A mí me resulta poco creíble. Sé que la hoguera se utilizó.. Pero "por brujeria", me resulta: Peliculero... No se, no me lo termino de creer.

    Si alguien tiene aportes, o ya está recogido en el foro, le agradecería lo enlazase.
    Un Saludo.


    Tándem Aquila Vincit
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    Salve, llena de gracia; el Señor es contigo..
    Bendita tú eres entre todas las mujeres que fueron, son y serán; Reina Virginal, Madre Santísima, Virgen Pura..El Espíritu Santo vendra sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá; por eso el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.

    Y el Oriente, Luz Verdadera vino al mundo e ilumina a todo hombre y toda mujer como Sol de justicia.

    TÚ DIOS mío solo ayúdanos, que nosotros haremos para Su camino.

  4. #24
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Estimada Vainilla:

    Te dejo aquí un resumen que hice sobre un artículo escrito por Gustav Henningsen, titulado La Inquisición y las Brujas. En él podrás comprobar de manera académica que el mito de que la Inquisición española quemaba mujeres en cantidades ingentes es una mentira absoluta. Resalto en negrita las partes más importantes.

    Gustave Henningsen - La inquisición y las brujas:
    En el año 1080 escribió el papa Gregorio VII al rey Harald de Dinamarca quejándose de la costumbre de los daneses de hacer responsables a ciertas mujeres de las tempestades, epidemias y toda clase de males, y luego matarlas del modo más bárbaro. El papa conminaba al rey dano para que enseñase a su pueblo que aquellas desgracias eran voluntad de Dios, la cual deberían aplacar con penitencias y no castigando a sus presuntas autoras (Anejo, doc. 1). Diez años más tarde, en el reino católico de Hungría se intentó por edicto de ley extirpar la creencia en las brujas: “De strigis vero quae non sunt, ne ulla questio fíat” (Klaniczay 1994, 215), leemos en el decreto promulgado por el rey Coloman en torno a 1100. Así, pues, muy en contra de lo que comúnmente se opina, las persecuciones de brujas no se debieron a la iniciativa de la Iglesia, sino que fueron manifestación de una creencia popular, cuya bien documentada existencia se remonta a la más temprana Antigüedad. Incluso una creencia tan específica como que la bruja deja en la cama, en su lugar, un cuerpo fingido, mientras ella acude al aquelarre, la encontramos también en Asia y en África. Es especialmente llamativo el parecido entre las creencias en brujas de Europa y en la India, las cuales, en ambos casos, se encuentran documentadas en fuentes antiquísimas (Henningsen 1997, 842-848).

    Por desgracia la sabia postura de la Iglesia cambia a comienzos del siglo XV. De esta época datan los primeros informes de una extraña secta de cristianos apóstatas que se reunían de noche para adorar al demonio. Los teólogos y juristas de entonces describen “la nueva secta” de modo análogo a las herejías conocidas, hasta el punto de calificar de ‘cátaros’ o ‘valdenses´ a los miembros de la supuesta secta, los cuales aparentemente aún no tenían calificativo propio (p. 135). Los detalles sobre la “nueva secta de brujas” los encontramos en el tratado Ut magorum et maleficiorum errores, escrito sobre 1436 por Clode Tholosan. El concepto popular de la brujería como poder natural innato de la persona se seguía rechazando; sin embargo, se admitía que ciertas personas tenían poder para dañar a otras, mas dichas brujas tenían necesariamente que haber pactado con el demonio, de otra manera no sería posible. En el siglo XV básicamente la Iglesia incorpora las creencias populares de siglos anteriores sobre las brujas. A raiz de la bula de Inocencio VIII, que confirmaba esta visión, Heinrich Kramer escribió el Malleus Maleficarum, el manual del persecutor de brujas usado por la Inquisición hasta los sucesos de Salazar y Frías.

    A principios del XVI, los inquisidores de Italia, Francia y Alemania se embarcaron en una violenta persecución de la secta diabólica, con la absoluta aprobación del Vaticano, según demuestra la serie de circulares papales firmadas por Alejandro VI, Julio II, León X y Adriano VI (p. 139). Otro gran argumento es que la caza de brujas en la Edad Media fue insignificante con la brujomanía de la Edad Moderna. Aún así, el número de brujas quemadas por el Santo Oficio en el sur de Europa fueron: 59 en España, en Italia 22 y 4 en Portugal. Sin entrar en detalles, calculo que la Inquisición en los países católicos del Mediterráneo llevó a cabo unos 20.000 procesos de brujería o magia que, no obstante, resultaron en sentencias leves o suspensión de la causa. Observemos que la mitad de las quemas de brujas se produjeron en los estados alemanes, donde se ejecutaron a 25.000 personas.

    [Por otro lado], la teoría demonológica fue ferozmente debatida en las universidades europeas hasta principios del siglo XVIII por filósofos, matemáticos y físicos en el seno de todas las facultades. Según el historiador Stuart Clark, la teoría demonológica no hizo sino reavivar el viejo debate sobre causa y efecto de fenómenos inexplicables, siendo así precursora de la ciencia moderna. Fue precisamente el deseo de encontrar causas naturales a lo que, hasta entonces, solía achacarse al demonio, el motor principal de la filosofía natural de los siglos XVI y XVII, al cual debemos la explicación natural de tantos fenómenos que antes parecían no tenerla (Clark 257). Considerando la importancia que en aquellos momentos se daba a la cuestión de la intervención o no intervención del demonio, nos sorprende tanto más el escaso interés que la Inquisición mostraba por el tema. Con respecto a la postura de los eruditos acerca de las juntas de brujas, un catedrático de la Universidad de Salamanca escribe, a principios del siglo XVII, que mientras los especialistas en Derecho Romano y los teólogos suelen concebirlas como un hecho real, casi todos los canonistas coinciden en rechazarlas como producto de la imaginación (p. 142). De 1526 a 1610 en España prácticamente no hay casos de brujas. Los teólogos españoles las habían rechazado y habían escrito una serie de instrucciones sobre este tema.

    [Nota de Fidelitas: Alrededor del año 1610 hubo un caso de brujomanía, o caza de brujas en el norte de España; especialmente en La Rioja y el actual País Vasco. Uno de los inquisidores a cargo del Tribunal de Logroño, y de realizar las pesquisas sobre la supuesta existencia de un aquelarre demoníaco fue el sacerdote e inquisidor Alonso de Salazar y Frías.]

    En su investigación, el inquisidor [Salazar] dejó totalmente de lado el aspecto demonológico de la brujería. Con ello, tal como he demostrado en mi libro El abogado de las brujas, su recorrido, que duró ocho meses, tuvo el carácter de una moderna expedición científica (página 143). En otras palabras, Salazar sostenía que el aspecto demonológico era irrelevante en los casos concretos de brujería, y sobre tan revolucionario postulado reposaba todo su método ‘protopositivista’, como muy bien podríamos caracterizarlo, ya que el positivismo, como método, nació más tarde. Gracias a las investigaciones de Salazar la Inquisición abolió la quema de brujas en todo el Imperio Español, adelantándose así cien años al resto de Europa (p. 144).

    Conclusiones: Mientras que la Inquisición solía mostrarse dura y tajante con judaizantes, mahometanos y protestantes, se mostró inusitadamente blanda en cuanto al castigo de la brujería y otras formas de delitos mágicos. Tan blanda, que considerado con la mentalidad justiciera de un europeo del Norte de Europa, debió de resultar un escándalo. Con su propio servicio de inteligencia y poder judicial casi absoluto el Santo Oficio podía haber causado un holocausto de brujas en los países católicos del Mediterráneo— mas la historia nos demuestra algo muy diferente— :la Inquisición fue la salvación de miles de personas acusadas de un crimen imaginario.
    Última edición por Fidelitas; 01/12/2016 a las 09:56
    ReynoDeGranada y Vainilla dieron el Víctor.

  5. #25
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Seguro que en Hispanismo encontrará bastante sobre el tema, Vainilla. Se ha publicado mucho desmitificando la Santa Inquisición. Pero cualquier otro aporte que haga lo agradeceremos mucho.
    Vainilla dio el Víctor.

  6. #26
    Avatar de Mexispano
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Cita Iniciado por Vainilla Ver mensaje
    Bos días.
    Cuando tenga tiempo, voy a tratar de buscar información sobre ese lema que muchas jóvenes se creen sobre que la Inquisición quemaba a las mujeres por brujas, en España.
    A mí me resulta poco creíble. Sé que la hoguera se utilizó.. Pero "por brujeria", me resulta: Peliculero... No se, no me lo termino de creer.

    Si alguien tiene aportes, o ya está recogido en el foro, le agradecería lo enlazase.
    Un Saludo.


    Sabía que esto lo había leído en algún lado:





    La historia de Alonso de Salazar


    Cuando la Inquisición salvó a las brujas


    La propaganda nos ha vendido la idea de una España negra donde la Inquisición quemaba brujas para gozo de una población fanatizada. Pero la realidad es exactamente la contraria: España es el país de Europa que, proporcionalmente, menos brujas quemó, y ello, precisamente, gracias al celo jurídico de la Inquisición. Fue a principios del XVII. En esta historia hay un nombre propio: el inquisidor don Alonso de Salazar Frías, un hombre de fe, pero también de razón, que descubrió que la inmensa mayoría de los casos de brujería era pura patraña. Salazar pasó a la historia como “el abogado de las brujas”. Mientras el resto de Europa (y Norteamérica) seguía con sus cazas de brujas, ya hacía un siglo que España había prohibido esa práctica.







    18 de diciembre de 2007

    José Javier Esparza


    Podemos comenzar nuestra historia a finales del siglo XVI, porque la quema de brujas no fue tanto cosa medieval como de los siglos posteriores. En toda Europa hay una auténtica fiebre contra las brujas. Las cifras son alucinantes: se calcula que entre los siglos XV y XVIII habrá 100.000 juicios por brujería, de los que la mitad, 50.000, terminaron con la quema del acusado. Pues bien: de esas muertes, la mitad ocurrieron en los estados alemanes; en Francia llegaron a 4.000; en países tan pequeños como Liechtenstein, las quemas alcanzarán al 10% de la población, nada menos.


    Caza de brujas

    España no quedará fuera de estos procesos por brujería, aunque nuestras cifras durante el siglo XVI son comparativamente escasas; algún autor extranjero de la época lo atribuye a que ni el Diablo se fiaba de los españoles. Sin embargo, a finales de ese siglo XVI se observa un aumento de la persecución. ¿Por qué? La ola viene de Francia, y más precisamente de un gran jurista y filósofo político, Juan Bodino, que en 1580 ha publicado su Demonomanía de los brujos. ¿Y qué hace un jurista hablando de estas cosas? No era sólo Bodino; en aquella época, los intelectuales concedían a la demonología gran atención y, de hecho, el ámbito donde se planteaban estas materias no era tanto el eclesiástico como el de la cultura civil. Esta preocupación era reflejo de la general creencia popular en brujos y hechicerías. Bodino añadió un argumento político: los brujos, al reconocer como único señor a Satanás, eran enemigos del Estado.

    Por estas y otras razones, hacia 1600 hay un verdadero fenómeno de terror colectivo en torno a la brujería. La mecha prende en la región vascofrancesa de Lapurdi. Para atender las numerosas denuncias de brujería, el rey de Francia, a petición de los regidores locales, envía a un juez especial, Pierre de Lancre, un hombre absolutamente convencido de la necesidad de erradicar la brujería a sangre y fuego. Lancre entró a saco: acusó formalmente a 3.000 vecinos y mandó quemar a unos 600, entre ellos a tres curas. El juez francés lo mezclaba todo: veía brujería en el juego de pelota, en los bailes regionales, en las prácticas curativas rurales… El propio obispo de Bayona tuvo que exigir que Lancre se marchara de allí. Se marchó, pero no sin llevarse a varios cientos de presos. Muchos amenazados buscarán refugio en el lado español de los Pirineos.

    Es entonces cuando se dispara el fenómeno en el norte de España, en las montañas vasconavarrras. Por todas partes aparecen denuncias. La gente de los pueblos levanta rumores, señala culpables, busca acusados… Muchos de los sospechosos confiesan. Pronto se extiende una atmósfera de terror comparable a la de otros lugares de Europa.

    Como la violencia empieza a hacer estragos, el orden interviene. Lo hace depositando el problema en manos de la Santa Inquisición, que en España, como en Portugal y en Italia, se encargaba de asegurar la unidad religiosa del reino. La Inquisición, recordemos, sólo juzgaba a cristianos, no a creyentes de otras confesiones; pero la brujería entraba de lleno en sus competencias, pues se trataba de prácticas satánicas u ocultistas atribuidas a bautizados y, por tanto, sujetos a obediencia a la Iglesia. El Santo Oficio se hace cargo de la situación hacia 1609 e instala en Logroño la sede de los jueces de brujas. Los primeros inquisidores se dejan ganar por la presión popular y la atmósfera generalizada de venganza: se proponen interrogar bajo tortura a los encausados y mandar al fuego a quienes consideren culpables. Pero la Inquisición es una casa muy seria: hay que estudiar los sumarios, documentar las acusaciones, fundamentar la aplicación de la ley…

    El material que reunieron los inquisidores era inquietante. Cientos de sospechosos habían confesado acudir a aquelarres donde se adoraba al Macho Cabrío. Otros muchos habían reconocido que elaboraban brebajes mágicos, generalmente a petición de algún vecino, para ayudarse en sus conjuros o realizar transformaciones prodigiosas. Un cierto número de mujeres decía haber mantenido relaciones carnales con el Diablo. Por último, numerosas madres habían denunciado a sus propias hijas porque, al anochecer, abandonaban su casa volando por los aires para acudir a los aquelarres. Realmente estremecedor. Por la cuantía y unanimidad de los testimonios, no cabía duda: allí había mucho brujo convicto y confeso.


    El abogado


    Pero entonces aparece en escena otro inquisidor, don Alonso de Salazar: religioso, jurista, 45 años. Y Salazar duda. No por razones de tipo jurídico –ya hemos visto lo que pensaban juristas como Bodino o Lancre-, sino por razones de carácter religioso combinadas con el sentido común. Salazar cree en Dios, cree en el Demonio y no ignora que hay prácticas brujeriles y satánicas, pero se niega a atribuir a Satanás los supuestos prodigios que el pueblo narra en las aldeas y que desafían a la inteligencia. En esa misma posición está un importante humanista de la época, el extremeño Pedro de Valencia, que ha estudiado los procesos por brujería y ha llegado a la conclusión de que, en la mayoría de los casos, son invenciones de los testigos, producto del miedo, manifestaciones de alguna enfermedad mental o, simplemente, una tapadera para encuentros indecentes. De modo que Salazar se planta ante sus colegas y reclama un poco de sensatez:

    "Lo que yo os digo es que no hubo brujos ni embrujados en este lugar hasta que se comenzó a tratar y hablar de ellos. El problema es: ¿Hemos de creer que en tal o cual ocasión determinada hubo brujería, solamente porque los brujos así lo dicen? No, naturalmente, no debemos creer a los brujos, y los inquisidores creo que no deberán juzgar a nadie, a menos que los crímenes puedan ser documentados con pruebas concretas y objetivas, lo suficientemente evidentes como para convencer a los que las oyen. Pero ¿cómo poder documentar que una persona, en cualquier momento, vuele por el aire y recorra 700 km en una hora; que una mujer pueda salir por un agujero por el que no cabe una mosca; que otra persona pueda hacerse invisible a los ojos de los presentes o sumergirse en el río o en el mar y no mojarse; o que pueda a la vez estar durmiendo en la cama y asistiendo al aquelarre… o que una bruja sea capaz de metamorfosearse en tal o cual animal que se le antoje, ya sea cuervo o mosca? Estas cosas son tan contrarias a toda sana razón que, incluso, muchas de ellas sobrepasan los límites puestos al poder del demonio".

    Salazar sabía de lo que hablaba. Había investigado el caso a fondo. Se había instalado en el norte de Navarra –en Sanesteban, Doneztebe en vasco- y había hablado con todo el mundo. A lo largo de dos años había comprobado los casos uno a uno, confrontado los testimonios, interrogado a los testigos… Y descubrió cosas asombrosas. Por ejemplo, que los acusados que habían confesado acudir a los aquelarres de brujos no coincidían nunca en señalar un mismo lugar, ni al describir los caminos de llegada y salida, ni lo que allí ocurría. Descubrió también que los brebajes mágicos atribuidos a los brujos, que Salazar experimentó con animales, eran inocuos. Examinó a las mujeres que decían haber tenido relaciones carnales con el Diablo y constató que eran vírgenes. Este investigador, digno de una novela policiaca, quiso saber también qué había de cierto en el caso de esas muchachas que, según sus propias madres, abandonaban la casa volando: hizo atar a la cama a las muchachas en presencia de sus madres y aguardar durante horas; ninguna salió volando. Así se deshizo en España la superstición: gracias al celo lógico del inquisidor Salazar.

    Y si todo era una patraña, ¿por qué había tanta gente dispuesta a declarar lo contrario? Bueno… También hoy tenemos a nuestro alrededor millares de personas dispuestas a manifestar que creen en los extraterrestres. ¿Era todo una invención? Todo, no: la brujería existía y seguiría existiendo, así como las sectas satánicas. Pero los supuestos aquelarres, al parecer, no eran más que una mezcla de viejas e inofensivas pervivencias rurales de origen pagano (por ellas quemaron a aquellos tres curas en Lapurdi), o asambleas más o menos subrepticias de alcohólicos; los misteriosos brebajes mágicos eran recetas de aldeana –ungüentos, cataplasmas- contra enfermedades reales o supuestas; las amantes del demonio, solteras con problemas mentales, y las doncellas voladoras, muchachas que al anochecer salían de sus casas para cambiar confidencias o atender a algún pretendiente. No era un modelo de vida ideal, pero poco tenía que ver con la brujería.

    Por eso, en fin, España, Portugal e Italia, los países donde funcionaba la Inquisición, fueron los que menos cazas de supuestas brujas conocieron. Gracias al sentido común de detectives como Alonso de Salazar.


    (Copyright José Javier Esparza. Prohibida la reproducción salvo permiso expreso de elmanifiesto.com).





    _________________________

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    <div><strong>Cuando la Inquisición salvó a las brujas</strong></div> - El Manifiesto
    Última edición por Mexispano; 02/12/2016 a las 04:48
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  7. #27
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Otra mochila pesada de infamias, otra leyenda negra. Y ésta, además, peliculera. Alimentada por el cine, reportajes y ¡Cómo no!, por el papel. Y también para no variar: Nosotros los primeros en tragárnosla y aprovecharnos de la exagerada infamia con un fin comercial y propagador de odio entre Españoles, Hispanoamericanos; y sobre todo en hacer responsable máxima a la Iglesia Católica...Para no variar.
    En fin...Un soberano aburrimiento.

    Entonces, los protestantes crearon esto, siendo que lo suyo es para callarse...pero bueno, como nunca fueron de mucha vergüenza y honor, pues cogieron sus actos y nos los agenciaron.
    Con esto, no eximo a España de no haber cometido crimen, ni me maravillo de este comportamiento, pero tal pareciera que "su culpa" nos la han traspasado. Puesto que sus exageradas cifras acusatorias eran más cercanas a las propias que a las que nos endiñaron cual patata caliente.

    He consultado la red para este tema, y enlazo una página católica. ¿Por qué? Pues por que ya que es "La acusada", me parece esta en su derecho a defenderse. Y aparte, desarrolla su defensa bien, aclara puntos, y yo, por descontado: Me la creo.

    A modo resumen diré que explica cómo ni siquiera en origen es una invención Española ni del Cristianismo, ni de la Iglesia Católica, en referencia a las religiones monoteístas. Primero lo hicieron los judios, luego los musulmanes y después los cristianos.

    La hoguera, en España, era un castigo extremo, que es lo que menos se aplicó. Fueron los: Sambenitos, azotes, carcel multas, etc lo aplicado en su mayoría por los juicios inquisitoriales.

    Fue en los paises del sur de Europa -Católicos- donde se frenó esa locura de ver brujas obsesivamente. Esto venia de aquella Alemania de 1486 que culpaba a las mujeres por escrito hasta del mal tiempo. En 1490 la Iglesia Católica declaró su libro: falso.

    El ejemplo ocurrido en Toledo en 1591 certifica "un comportamiento" de estos tribunales inquisitoriales españoles: Hubo 1 mujer que se confesó asesina ritual de varios niños. Recibió 200 azotes por bruja O...por mentirosa.
    En Toledo y Cuenca de 307 procesos hubo escasos torturados.
    Las cifras a la luz del estudio serio sobre el legado escrito del tiempo se mueve entre las cifras de 3000 y 5000 en España de hombres y mujeres asesinadas por la Inquisicion, pero no esas cifras que inundan la red, y otros medios. Por ello, es falso tratarla de oculista, de secretísimo, ya que sus juicios fueron registrados y aún se conservan. Y siguen siendo estudiados.
    Henry Kamen, no católico, estudioso de la Inquisición nos cuenta que por cada 100 penas de muerte en los Tribunales ordinarios, el Tribunal de la Inquisición, emitió: 1; entre los siglos XV y XVIII en Europa.

    De 1560 a 1700: 2 de cada 10 personas fueron ejecutadas. Osea unas 3000 victimas en todas las zonas del Imperio Español -Católico.

    El caso de Jovellanos, que solicitó por escrito al Rey informes para reformar la Inquisición, fue acusado de traicion por el Santo Oficio, y condenado a 1 mes de retiro forzoso...ósea creo tortura.

    Ruiz de Padrón, sacerdote enemigo de la Inquisición, tampoco sufrió torturas, sino condena a vivir en 1 monasterio y sus bienes confiscados. Y más tarde...apareció en su abadía viviendo tranquilamente.

    La gente temía más a los Tribunales ordinarios y a los poderosos que a la Santa Inquisición. El articulo desarrolla esto en resumen, pero aporta datos muy interesantes.

    Los Tribunales ordinarios fueron más crueles, condenaron a más muertes, de forma más atroz que los tribunales de la Inquisición. Muchos prisioneros se declaraban herejes para recibir un trato en carcel más benévolente e incluso por que al menos con el tribunal de la Iglesia llegaría su juicio, algo que podría ni llegarle con el T ordinario y perecer prisionero.

    Sobre la información tipo Wikipedia, los que llevamos años interesados en la historia, leyéndola, sabemos que cuando la hemos leído sobre 1 personaje, hecho, conflicto, batalla...Y luego hemos conocido en el papel (ensayos, clásicos..) Las personas, hechos, cifras, etc no se explican con la elocuencia verdadera ante los datos estudiados. Por lo tanto la red, nunca puede ser de fiar como algo fehaciente. Pues te llevas la misma sorpresa que cuando algunos clásicos dan cifras...ya sabéis a que me refiero.

    El articulo explica lo siguiente: El inquisidor, era un padre confesor, un juez. Su obligación y fin era el llevar a la oveja descarriada al camino correcto, ósea al rebaño de la cristiandad. Pero no un sádico que tenía un trastorno que le hacía recrearse en la tortura del cuerpo de la mujer y el hombre. Tenía órdenes de no causar un daño permanente. En España el inquisidor necesitaba pruebas suficientes que demostrasen los daños. Y los Inquisidores Catolicos no creían en poderes demoniacos, sino en el Dios Cristiano.

    Personas "Idas" las habría, por supuesto, que abusaran de su poder otorgado, posición...pero como en toda etapa histórica, creencias, pueblos. Y no sirve aquello de: Pero es que la Iglesia promueve la palabra de Jesus, es indecente si abusa. Pues no, por que el contexto de la época demuestra el comportamiento radicalmente dinstinto y propio de ese retrogradísmo y dureza en todo el Medievo, igual que se comportaban los humanos idólatras en la época antigua. Tenemos que entender que la misma vida, sus conceptos, sus escasos avances en conocer las causas de sus males, su arraigo en sus creencias, su defensa ante tantas guerras, etc creaba en su hechura personas que no tenían los mismos conceptos de piedad que nosotros tenemos en la actualidad. El contexto histórico es importantísimo y esencial para comprender estas actuaciones.
    Aquí se mezcla el odio al Catolicismo, y las causas de las autollamadas a sí mismas feministas.
    Y se ha demostrado que la Alemania e Inglaterra protestante fueron donde más crímenes por cuestiones de fe se realizaron en cifras superiores a España, y con una saña y tortura infinitamente superior.

    Yo he recogido solo una parte, aportando mi postura de la página que enlazo. Recomiendo leerla, es muy interesante. El vídeo no lo he visto más que su comienzo. Quizás lo termine, aunque no me ha gustado cuando cuenta las escasas y malas vías de comunicación de hispania, la tierra improductiva de la penisula, la quema de los judios ( siempre victimarios ...me aburre su victimismo, siendo que no niego se les atropellase, pero traidores fueron y sus traiciones nos hicieron mucho daño..y usureros, ávaros.
    Y que Fernando al casarse con Isabel consiguió la unión Cristiana, pues todos sabemos que fue Isabel quien bien aconsejada y por su propia personalidad siendo muy joven, escapó de su cautiverio y se enfrentó al rey, al papa, en toda su razón puesto que la querían casar con un pariente. Y Ella es quien determinó que sería con Fernando, y propició la unión con Aragón (también pariente suyo). A mí Fernando me parece un rey catolico grandioso. Pero Isabel es mucho más inmensa que el en muchísimos aspectos. La monarca más grande que ha conocido este mundo y que únicamente veo comparable a su nieto Carlos...Que Dios tenía que traernos a este Emperador de la Cristiandad.

    Aquí la página de la que he recogido la información: Catholic.net - La Inquisición española: verdades y mitos

    Dentro de la misma página he observado hay muchos más artículos. La iglesia se defiende en todo su derecho.


    Y hay que recordar que el escudo del Santo Oficio Español, tenía rama de olivo, que significa clemencia, bienvenida y paz en el cristianismo. No sólo tenía una espada. Eso significa.
    Quien quiera entender, que entienda.
    Kontrapoder, Fidelitas y Leolfredo dieron el Víctor.


    Tándem Aquila Vincit
    ———————————



    Salve, llena de gracia; el Señor es contigo..
    Bendita tú eres entre todas las mujeres que fueron, son y serán; Reina Virginal, Madre Santísima, Virgen Pura..El Espíritu Santo vendra sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá; por eso el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.

    Y el Oriente, Luz Verdadera vino al mundo e ilumina a todo hombre y toda mujer como Sol de justicia.

    TÚ DIOS mío solo ayúdanos, que nosotros haremos para Su camino.

  8. #28
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Como escuché en algún lugar de Internet... :

    ¨ Ha matado más Fidel que La Inquisición en toda su Historia ¨.

  9. #29
    Avatar de Hyeronimus
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Aunque Fidel sólo hubiera matado a uno, ya habría matado más que la Inquisición.

  10. #30
    Avatar de Mexispano
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española




    María Águeda Méndez.
    Es doctora en Literatura Hispánica por El Colegio de México, donde es profesora-investigadora de tiempo completo del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios, y Coordinadora Académica del mismo desde 2003. Investigadora Asociada del Proyecto CONACyT Clave G0046-H9608 del Seminario de Cultura Literaria Novohispana, Instituto de Investigaciones Bibliográficas Universidad Nacional Autónoma de México desde 2003. Su área de investigación es la Inquisición y la literatura novohispanas. Coordina el proyecto Catálogo de textos marginados novohispanos. Inquisición: siglos XVI-XIX y es co-subdirectora de la revista Prolija memoria. Estudios de cultura virreinal. Entre sus publicaciones destacan: Amores prohibidos. La palabra condenada en el México de los virreyes, en coautoría con Georges Baudot (1997) y Secretos del Oficio: avatares de la Inquisición novohispana (2001). Actualmente prepara la edición del libro de ensayos Fiesta y celebración: espacio y discurso novohispanos




    LA INQUISICIÓN EN LA NUEVA ESPAÑA NO ERA TAN PODEROSA COMO SE PIENSA

    María Águeda Méndez



    Como se sabe, la Inquisición novohispana tuvo como finalidad defender la religión y la cultura católicas en las tierras recién conquistadas por la Corona española. Para ello persiguió a los que tenían ideas heréticas o que no respetaban las normas religiosas establecidas, práctica que con el tiempo degeneró en una especie de lucha por mantener la fe y, por ende, la ortodoxia[1].

    Es oportuno hacer una corta relación de los inicios de esta Institución que pertenecía tanto a lo eclesiástico como al Estado en la Nueva España para tener un panorama, que aunque breve, dará una idea más completa. El Santo Oficio pasó por varias etapas en el siglo XVI. Al principio, para llevar a cabo la conquista espiritual deseada, el Papa otorgó facultades especiales al clero regular[2] con las bulas de 1521 (Alias felices) y 1522 (Exponi nobis o “La omnímoda”), que dotaban a ciertos clérigos de funciones episcopales en ausencia de obispos. Se conoce este periodo como la Inquisición monástica (1522-1532). Los primeros que llevaron a cabo el ejercicio de jueces inquisitoriales fueron los franciscanos y dominicos. La Orden Franciscana (fray Martín de Valencia, fray Toribio de Benavente Motolinía) ejerció la autoridad civil hasta 1525 y tuvo un conflicto jurisdiccional con el gobierno de Cortés, por los juicios a sus partidarios, Gonzalo de Morales y Hernando Alonso.

    En 1526, el ejercicio inquisitorial pasó de lleno a manos de los prelados dominicos (Tomás Ortiz [1526] Domingo de Betanzos [1527-1528] y Vicente de Santa María [1528]). La Orden de Santo Domingo se hizo cargo de tales labores hasta que el obispo franciscano, fray Juan de Zumárraga actuó como ordinario[3] en 1532 para pasar a ser inquisidor apostólico en 1535, puesto del que fue apartado por su intervención en el proceso contra el cacique indio de Texcoco Carlos Chichimecatecutli[4]. Cuando Alonso de Montúfar fue nombrado arzobispo de la Nueva España en 1554, se puso a la tarea de evitar que las ideas protestantes se propagaran por las tierras novohispanas, además de que se constituyó en la autoridad doctrinal sobre los religiosos al convocar a los dos concilios de la Iglesia de Nueva España en 1555 y 1565. A este tiempo se le denomina Inquisición episcopal (1535-1571).

    Finalmente, Felipe II estableció el 25 de enero de 1569 ─por medio de una cédula real─ dos tribunales, uno en Perú y otro en la Nueva España.
    El 16 de agosto de 1570, por el mismo medio se estableció la jurisdicción territorial (todos los habitantes estaban sujetos al Santo Oficio a través de las Audiencias de México, Guatemala, Nueva Galicia y Manila, y se nombraba a los administradores religiosos en el arzobispado de México; asignaban a los que dependían de otra jurisdicción en el arzobispado de México y en los obispados de Tlaxcala, Michoacán, Oaxaca, Guadalajara, Yucatán, Verapaz, Chiapas, Honduras y Nicaragua). Se creaba así un tribunal novohispano de la Inquisición, apolítico y profesional, bajo las órdenes del Inquisidor General y jueces relacionados con su Institución homónima española. Se designó como primeros inquisidores de la Nueva España a Pedro Moya de Contreras y Alonso de Cervantes; este último falleció durante el viaje. Se nombró como secretario del Secreto y fiscal a Pedro de los Ríos y Alonso de Bonilla respectivamente. El Tribunal del Santo Oficio quedó así establecido en 1571.


    * * *


    Es importante señalar que la Inquisición novohispana tiene su “leyenda negra”, pues la creencia popular se ha encargado de hacerla aparecer como más excesiva de lo que en realidad fue[5] ; no todos los procesos terminaban en la hoguera, como vulgarmente se piensa. De hecho, los tribunales seculares (civiles) eran más inflexibles y crueles que los religiosos. En cuanto a los indios, por ejemplo, la Inquisición como tal no podía procesarlos como a los cristianos bautizados en la fe desde su nacimiento. Así, se les delegaba al Provisorato de Indios, que dependía del obispado y que vigilaba los casos que allí llegaban[6]. Hay que considerar también que se lee en muchos procesos los grandes esfuerzos que hacían los miembros de la Inquisición para lograr que los acusados se arrepintieran y así evitaran una pena mayor.

    Por otra parte, dada la lejanía y tardanza en las comunicaciones con la metrópoli, se podría pensar que la Inquisición de la Nueva España era autónoma, cuando de hecho no lo era. Además de la abultada documentación jurídica y los numerosos volúmenes de instrucciones que debían seguir[7], el Santo Oficio novohispano estaba supeditado al Consejo de la General y Suprema Inquisición que tenía que ser consultado en casos graves antes de llegar a cualquier determinación; además se le informaba con regularidad de las actividades mexicanas: “[...] generalmente se da quenta al Consejo Supremo de Ynquissición, remitiendo la sumaria ynformación [...]”[8].

    Es común la creencia de que la Inquisición novohispana era sumamente poderosa. Si bien la frase “nadie escapaba del alcance del Santo Oficio” parece indicar que tenía peso ilimitado y que ningún delito pasaba inadvertido a su vigilancia, lo que en realidad quiere decir es que no obstante la jerarquía, estamento social o actividad desempeñada de cualquier individuo, siempre podía ser llamado a testificar o ser sujeto de una acusación. La Inquisición novohispana no constituía una institución muy nutrida de colaboradores. En la capital, centro de actividades al que toda la información llegaba y que todo resolvía, los procesos contaban con dos inquisidores, un fiscal, si el caso lo ameritaba un defensor de reos, un secretario y varios ministros que se hacían cargo de todo lo que contenía la acusación. En las provincias, había comisarios que eran religiosos y se encargaban de recibir las denuncias y recopilar toda la información del caso, que después enviaban a México, pues era el único sitio en que se podía dictar la sentencia[9]. También había familiares[10], que no eran miembros del clero y se dedicaban a vigilar e informar al Santo Oficio de las irregularidades de las que se enteraban o presenciaban. Se hacía uso, además, de la publicación de edictos que se colocaban en sitios estratégicos y se leían en las iglesias, para divulgar delitos y hacer que se dieran nuevas acusaciones, como era obligación de los habitantes del lugar.

    Por otra parte, la Inquisición no tenía los medios suficientes parar sostenerse. Así, en septiembre de 1583, el portero del Santo Oficio, Pedro de Fonseca manda una carta al inquisidor en turno en la que se queja no sólo de que hay falta de personal sino de estar al borde de la miseria,

    viendo la pobreza desta Ynquisiçión y el poco remedio que para adelante se puede esperar si su Magestad no la provee, nos avemos atrevido a firmar algunas cartas que sería mejor mandarla quitar, si an de estar como hasta aquí los offiçiales mantenidos de solas esperanças de [bienes] confiscados, que en efeto son odiosas y, desamparando sus ofiçios oy uno y otro mañana, como lo an venido a hazer casi todos, pues sólo an quedado alcayde y portero y biven con tanta pobreza, que huyendo della, los avrían también dexado si viesen adonde huyr de sus acreedores[11].

    Si bien era una Institución conformada principalmente por españoles y criollos, que permitió la entrada de muchos miembros del clero novohispano a círculos del poder civil y eclesiástico, pues podían “fiscalizar vidas hasta en la esfera más recóndita de la conciencia”[12], es posible afirmar que la presencia del Santo Oficio en la Nueva España no fue tan tremenda, eficaz o controladora como podría suponerse. No contaba con medios suficientes para llevar eficientemente la labor que le había sido encomendada desde la Península, ni tenía jurisdicción con la gran mayoría de la población conformada por indios. Si bien se dedicó a la consigna encomendada de actuar en defensa de la fe, su labor no fue tan avasalladora como la del Santo Oficio en España.

    Finalmente, la implantación de la Inquisición en tierras mexicanas no fue miel sobre hojuelas. Sólo incluiremos dos ejemplos de problemas que tuvo la Institución en Nueva España. Sus relaciones con los círculos de poder civil y eclesiástico no fueron del todo amables en un principio. Y es natural, si bien se piensa. A los ojos del sector religioso, llegaba un tribunal que le significaba competencia; a los ojos del sector público era una interferencia en su jurisdicción. Esta tirante relación se muestra claramente en una carta que un inquisidor inquieto manda a la Suprema:

    En otras [cartas] hemos significado a Vuestra Señoría la gran quiebra que tiene este Santo Oficio, y el poco respeto que se le guarda, nacido del poco caso que virreyes, Audiencia y prelados hacen de él y de los que aquí servimos ─que de lo uno se sigue lo otro. Y hemos suplicado humildemente a Vuestra Señoría se sirva reparar en esto, por ser mayor el daño en tan larga distancia del abrigo y amparo de Vuestra Señoría[13].

    Ya en el siglo XVII, el caso más sonado del tribunal fue con Juan de Palafox. Si bien es cierto que el obispo en un momento mostró tenerle respeto, dado un informe en que la elogia: “es uno de los tribunales más amados y respetados del pueblo, y las materias que trata son graves, útiles y santas, que merecen bien la asistencia y amparo real”[14], cuando se dio el pleito con los jesuitas a raíz de su negativa a que la Compañía se llevara los diezmos (argüía que con ellos compraba haciendas para su beneficio monetario), la relación cambió. Además, pidió licencia a la Orden para confesar y predicar; su actitud se volvió radicalmente en contra del arzobispo Juan de Mañozca y su primo e inquisidor Juan Sáenz de Mañozca, al acusarlos de escribir un libelo en su contra y otros ministros y prebendados,

    para atropellar mi dignidad, jurisdicción y persona, de mezclarse e introducirse por vía de jurisdicción e Inquisición en la causa y pleito [...] sobre el mostrar las licencias de confesar los religiosos de la Compañía, formando edictos y publicándolos por toda esta Nueva España[15].

    El resultado de este incidente fue que el Consejo de Estado, el de Indias y el de la Inquisición deliberaron sobre el asunto y tomaron la decisión de que Palafox volviese a España, en 1649. En los cincuenta años restantes del siglo, la actividad del Santo Oficio decayó en cuanto a su lucha contra el judaísmo y hubo conflictos por la amplia jurisdicción que había adquirido y los muchos privilegios que se le habían concedido. Por una parte, muchas desavenencias se debieron a que un grupo poderoso estaba de acuerdo en que se mantuviera el beneficio espiritual y público que a sus ojos proporcionaba; por la otra, el Tribunal se extralimitaba y ni los virreyes, gobernadores o Audiencias lo contuvieron por no tener nuevos enfrentamientos.









    [1] De la vasta bibliografía sobre la Inquisición, se pueden consultar, José Toribio Medina, Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en México, ampliada por Julio Jiménez Rueda, Fuente Cultural, México, 1952; Richard E. Greenleaf, La Inquisición en Nueva España, siglo XVI, traducción de Julio Valdés, Fondo de Cultura Económica, México, 1981; del mismo autor, Zumárraga y la Inquisición mexicana, 1536-1543, Fondo de Cultura Económica, México, 1988; Edmundo O’Gorman, “La Inquisición en México”, en Edmundo O’Gorman (coord.), México colonial, en Miguel León-Portilla (coord. gral.), Historia de México, t. 6, Salvat Mexicana de Ediciones, México, 1978, pp. 1251-1282 y Joaquín Pérez Villanueva y Bartolomé Escandel Bonet (dirs.), Historia de la Inquisición en España y América, vols. 1 y 2, Biblioteca de Autores Cristianos y Centro de Estudios Inquisitoriales, Madrid, 1984 y 1993.

    [2] Clero regular: nombre dado a los sacerdotes, monjes o frailes católicos que pertenecen a cualquiera de las órdenes o congregaciones, han hecho los votos monásticos y viven en comunidad. Clero secular: sacerdotes católicos que no viven en monasterios sujetos a una regla, sino en el mundo, adscritos a una parroquia, colegiata o catedral. E. Royston Pike, Diccionario de Religiones, adaptación y traducción de Elsa Cecilia Frost, Fondo de Cultura Económica, México, 1986.

    [3] Es decir, no era inquisidor, pues ese cargo requería un nombramiento especial; fue consagrado obispo en 1533.

    [4] Es sabido que don Carlos, a pesar de haberse convertido al cristianismo, seguía practicando sus ritos y costumbres prehispánicos, que la Inquisición consideraba idólatras y paganos. El caso de este personaje que podría ser considerado como el primer falso converso novohispano, terminó en la hoguera. La Corona e Inquisición españolas, sumamente molestas por esta acción, determinaron que no se procesara a ningún indígena en la Inquisición de la Nueva España. Por lo demás, esta dinámica del trato de indios en los tribunales de Indias ya estaba contemplada en las Libro primero de cartas del Consejo de S. M. De la Sancta yGeneral Inquisición de Indias, citado por Álvaro Huerga, “La implantación del Santo Oficio en México”, en Joaquín Pérez Villanueva y Bartolomé Escandel Bonet (dirs.), op. cit., vol. 1, pp., 725-726.

    [5] Luigi Sanzoni, La Inquisición, Reditar libros, Barcelona, 2004, p. 7. No es nuestro propósito discutir aquí las propuestas de defensores y detractores del Santo Oficio que se dieron años atrás.

    [6] Como los frailes podían ser o muy celosos de su deber o más bien laxos, la vigilancia del obispado lograba que se hicieran las cosas conforme era debido.

    [7] Véase, por ejemplo la Compilación de las Instructiones del Officio de la Sancta Inquisición, hechas en Toledo, año de mil y quinientos y sesenta y vno. Impresso en Madrid, en casa de Alonso Gómez, impresor de su Magestad. 1574. (AGN, Inquisición, vol. 1480, exps. 1 y 2, fols. 1r-38r).

    [8] El estilo que dizen los doctores que ay en el Santo Ofiçio de la Inquisición, fol. 39r. (AGN, Inquisición, vol. 1480, exp. 3).

    [9] Había un Receptor General, un Contador, un Notario de Secuestros, otro del juzgado, un abogado, procuradores del Real Fisco y un Proveedor de Cárceles. Todos ellos se encargaban de los asuntos administrativos. Cf. las gráficas de la composición administrativa inicial y la plantilla burocrática que suministra Bartolomé Escandell Bonet en “La peculiar estructura administrativa y funcional de la Inquisición Española en Indias”, en Joaquín Pérez Villanueva y Bartolomé Escandel Bonet, op. cit., t. 2, pp. 638-639.

    [10] Estaban a las órdenes de un Alguacil Mayor; también bajo su jurisdicción estaban los alcaldes de las Cárceles Secretas (donde permanecían los no sentenciados) y los de la Cárcel de Penitencia Perpetua, o de Misericordia, en las que se purgaban las condenas.

    [11] El alcayde de las cárceles de la Inquisición pide testimonio de la liquidación de su sueldo para cobrar en España lo que se le deue. [México], 1583. (Inquisición, vol. 133, exp. 28, fol. 333r). (Las cursivas son mías).

    [12] Edmundo O’Gorman, op. cit., p. 1253.

    [13] Archivo Histórico Nacional (Madrid), lib. 1050, fol. 35r, citado en Álvaro Huerga, “El Tribunal de México en la época de Felipe II”, en Joaquín Pérez Villanueva y Bartolomé Escandel Bonet (dirs.), op. cit,, t. 1, p., 967.

    [14] Tratados mexicanos, ed. de F. Sánchez-Castañer, vol. II, Atlas, Madrid, 1968, p. 164, citado en Álvaro Huerga, “Los hechos inquisitoriales en Indias”, en Joaquín Pérez Villanueva y Bartolomé Escandel Bonet (dirs.), op. cit., t. 1, p., 1128.

    [15] Citado en ibid., p. 1129.




    _______________________________________

    Fuente:

    Revista Destiempos
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  11. #31
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    En el reyno de Chile, el Santo Oficio no tuvo mucho trabajo en dos siglos y medio.

    Tres casos se dedicaron a investigar participaciones en hechizos, supersticiones, quiromancia y decir blasfemias. Ninguno fue condenado. Otro fue el caso de una rica encomendera –a quien, como caballero, guardo su nombre-, acusada de pedirle a una india que le diese algo para que su marido la quisiera, por lo que anduvo trayendo una raíz guardada en su pecho. Aunque no conocemos cómo le fue en sus empeños amorosos, sí sabemos que le contó a su confesor… En el juicio se descubrió, además, que adivinaba de la palma de la mano, aunque confesó que solo sabía leer una línea. Fue condenada a penitencias espirituales y a pagar mil pesos. Cien años después fueron enjuiciados un esclavo que hacía magia amorosa con hierbas, y una mulata que adivinaba la suerte que tendrían las mujeres con los hombres mediante el humo de cigarros. Fue condenada al destierro en Valdivia.

    Solo dos casos estremecieron a todo el reyno y son dignos de ser contados.

    Uno fue el de dos riquísimas hermanas que trataron de envenenar al gobernador don Alonso de Ribera y Zambrano, soldado de excelencia, fogueado en Flandes e Italia y un buen gobernante. Una de las hermanas estaba enamorada del gobernador y por amor no correspondido trató de envenenarlo en una fiesta en su casa. Pero Ribera, amante experimentado en las cortes europeas, no cayó en la trampa y salvó la vida. Los rumores volaron por las polvorientas calles de Santiago y de las hermanas se dijo “que se servían de pócimas y conjuros”, “fueron tenidas por brujas y encantadoras”, “ejercían sortilegios” y “dejaron tras de sí una cauda imperecedera, amasada de sensualidad, de hechicería y de crímenes de toda naturaleza”. Incluso llegó a asegurarse que tenían “en su casa un duende … con quien decían que tenían pacto”. (Un libro teológico de la época demostraba con contundencia “que existen duendes, que nacen espontáneamente en las piezas húmedas y largamente cerradas”). Ambas hermanas fueron acusadas ante la justicia y el Santo Oficio, pero una huyó a Lima y la otra murió muy joven en un convento. Ninguna recibió sentencia. Lo más trágico fue que el padre ambas era Juez de Hechicerías y se fue a Lima sin volver más a Chile, para no tener que ajusticiar a sus hijas.

    El otro caso ocurrió 60 años después y terminó con la excomunión nada menos que del capitán general don Francisco de Meneses y Corbalán de Castilla, gobernador de Chile. Después de un gobierno desastroso y corrupto, enemistado con todos los chilenos, Meneses se veía obligado a mantener una guardia personal de trescientos soldados. En su último año de gobierno y después de mil agravios, el gobernador dio de baja del ejército de la Frontera a mil soldados “y fue acusado de intentar apropiarse de la paga de todos ellos”. Cansado de la sinvergüenzura y desparpajo del gobernador, el general Manuel de Mendoza comenzó a hostigarlo desde el ejército, por lo que el gobernador lo destituyó. Mendoza trató de matarlo “de un tiro sin fortuna” y fue hecho prisionero y condenado a muerte. Pero tanto era el encono que el reyno tenía hacia el gobernador que la Iglesia chilena amenazó con la excomunión a quien ejecutara la sentencia, con el repique de las campanas de todos los templos como advertencia. Fue una tarde tensa en que nadie salió a la calle y la Plaza de Armas estaba ocupada por tropas armadas que protegían los edificios públicos. En una celda del palacio de gobierno el general Mendoza fue ajusticiado y el gobernador, excomulgado; “inscrito en la tablilla en que se anotaban a los que habían incurrido en esa pena”. A los dos días el gobernador Meneses, espada en mano, entró a las casas del Santo Oficio y obligó al comisario de la Inquisición a que borrara su nombre de la tablilla. El sacerdote espantado, entre los gritos y amenazas desorbitadas del gobernador, con la espada en su cuello, obedeció su orden y lo borró. Aunque dicen que después de que el gobernador fuera destituido y encarcelado, su nombre volvió a aparecer en la tablilla.

    Casos bullados que dieron que hablar por muchos años, incluso hasta hoy, pero que nada tienen que ver con crueldades y excesos en la custodia de la fe, como muchos quieren hacernos creer.
    Mexispano y Vainilla dieron el Víctor.

  12. #32
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    La Inquisición en Nueva España por Rigoberto Ortiz Treviño





    https://www.youtube.com/watch?v=26-v8itGqBg

  13. #33
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    La película se basa en un videojuego, pero su ambientación repite la leyenda negra
    Pifias anti-católicas y anti-españolas en «Assassin´s Creed»: ¿desinterés o mala intención?

    Malvados soldados españoles con su clérigo siniestro avanzan contra la pacífica Granada mora en Assassins Creed



    ReL


    4 enero 2017


    La reciente película de acción «Assassin's Creed» se basa en una serie de videojuegos y nadie le pide un guión maravilloso ni profundo, pero desde el momento en que ambienta sus fantasías en la España de los Reyes Católicos, los espectadores tienen derecho a exigirle un poco de verosimilitud en la ambientación histórica.

    César Cervera, habitual colaborador de temas históricos del diario ABC, lamenta que la película repite los viejos bulos anticatólicos y antiespañoles nacidos en el s.XVI en la propaganda inglesa y holandesa, protestante, sobre una España oscura e inquisitorial.

    "Se alimenta de algunos de los planteamientos de la leyenda negra sobre España inventada durante los tiempos en los que las propagandas francesa, holandesa e inglesa trabajaron a destajo contra la potencia hegemónica. Como otras tantas veces ha ocurrido en el cine y la literatura anglosajona, la sombra de la leyenda negra española vuelve a sobrevolar la ficción". Vuelven así los bulos nacidos en el siglo XVI en la «Apologie» del holandés Guillermo de Orange o los folletos del inglés John Foxe.

    No se trata simplemente de que una película basada en un videojuego no se documenta: se trata de que repite propaganda política de hace cinco siglos, con datos, además, falsos. Y los españoles pagan entradas en el cine para ser adoctrinados en esos bulos, bajando su capacidad crítica porque piensan que van a recibir solo entretenimiento.


    La caída de Granada

    Una de las tramas relata cómo el miembro de una sociedad secreta de asesinos (que son "los buenos"), defiende durante semanas Granada -llena de pacíficos musulmanes, casi no se ven soldados moros- del asedio de los bárbaros cristianos españoles en 1492 (imposible, porque la ciudad capituló el 2 de enero).

    César Cervera denuncia numerosos errores históricos: que se use la bandera rojigualda (que no apareció hasta el siglo XVIII, y entonces solo en barcos), que se muestren asaltos espectaculares (cuando la guerra fue un asedio de desgaste) o una entrada violenta de los españoles (en realidad la rendición consistió en una ceremonia sin humillaciones, ni siquiera se pidió a Boabdil besar las manos de los Reyes).

    "El 25 de noviembre de 1491, los Reyes Católicos firmaron con Boabdil el acuerdo definitivo para rendir el último reducto musulmán en la península. Los monarcas se comprometían a respetar los bienes y las personas que vivían en Granada, a garantizar la libertad de culto, y que se siguiera empleando la ley coránica para dirimir conflictos entre musulmanes. Las capitulaciones, asimismo, incluían la promesa de que no habría castigo para los tornadizos, elches y marranos refugiados en Granada, a quienes se facilitaría el traslado al Norte de África". También es cierto que en pocos años esas condiciones no se veráin ya respetadas.

    En la España del 2017, una España que ha visto en televisión las tres temporadas de la teleserie "Isabel" donde esa guerra ocupa toda una temporada y se describen con detalle las enseñas, procesos, alianzas y pasos paulatinos que se dieron, lo que se muestra en esta película suena a fantasía simplona.




    Liándose a mandobles en pleno auto de fe, con abundancia de frailes indignados




    Los siniestros Reyes Católicos

    Otra escena icónica del videojuego, que pasa a la película, es la imagen de los Reyes presidiendo la quema de varios "assassins", se supone que acusados de ser musulmanes o aliados de ellos.

    César Cervera recuerda que la Inquisición en 1492 aún no perseguía musulmanes, y no lo haría hasta bien entrado el siglo XVI y más intensamente con la expulsión de los moriscos en el siglo XVII.

    La Inquisición española estaba subordinada a la Corona, y es absurdo presentar a Torquemada como si tuviese más poder que los Reyes. También lo es que Isabel aparezca con sombrío un velo negro sobre el rostro (en vez de su famoso pañuelo blanco sobre el cabello) y que presidiesen la quema de nadie, porque la realidad es que ni los monarcas ni las autoridades eclesiásticas presenciaban nunca las ejecuciones. Incluso en el siglo XVI, con Felipe II, el rey asistía a los autos de fe porque con pompa se entregaban los reos a los tribunales reales, pero no se mostraban las ejecuciones.


    Las cifras de la Inquisición

    Según el hispanista inglés Henry Kamen, la Inquisición española ejecutó unas 2.000 personas entre 1480 y 1530, casi todos judeoconversos acusados de judaizar (haber fingido hacerse católicos pero mantener ritos judíos a escondidas). El historiador Geoffrey Parker cree que en los 350 años de existencia del tribunal causó unos 5.000 muertos.

    Jaime Contreras y Gustav Henningsen han estudiado la época comprendida entre 1540 y 1700, en que la Inquisición encausó a 49.000 personas. Las condenas a muerte se dictaron en un 3,5% de los casos, según los cálculos de Gustav Henningsen, pero solo al 1,8% de los condenados se les aplicó efectivamente la muerte por hoguera. El resto habían fallecido antes de terminar el proceso, se habían escapado o directamente nunca habían sido capturados. En su caso se quemaban imágenes de madera en su representación. En la mayor ejecución sumarial de la Inquisición, celebrada en 1680, fueron 61 los condenados a morir en la hoguera, de los cuales 34 eran estatuas en representación de los reos. Los que se "arrepentían" eran estrangulados antes de ser quemados: pocos morían quemados vivos.

    El resto de los procesados en este periodo de 160 años (es decir, más del 96% de ellos) eran castigados con multas o con años en galeras. En esta época los procesos tenían las siguientes causas:

    - 27% por blasfemias
    - 24% por mahometismo
    - 10% eran falsos conversos
    - 8% acusados de luteranismo
    - 8% acusados de brujería y supersticiones
    - 32% por sodomía, bigamia, delitos sexuales del clero, etc...

    Todas estas cosas eran crímenes en toda Europa también en los tribunales civiles, municipales, regionales, etc... Incluso en España algunos de estos delitos podían ser juzgados tanto por la Inquisición como por tribunales civiles: a veces, algunos detenidos en tribunales civiles blasfemaban para ser juzgados por la Inquisición, que consideraban más benigna.


    Unos procesos con más garantías

    César Cervera señala que "a pesar de la imagen que ha trascendido, la Inquisición española ofrecía unas garantías procesales más amplias que los tribunales ordinarios y, de hecho, mataba menos. Para empezar, la Inquisición recurría a la tortura en escasas ocasiones, y siempre bajo supervisión de un inquisidor que tenía orden de evitar daños permanentes, a menudo junto a un médico, en contraste con las salvajes torturas aplicadas por las autoridades civiles por toda Europa. El desarrollo de la tortura era registrado escrupulosamente por los secretarios, incluyendo los quejidos y exclamaciones proferidas por las víctimas. Las confesiones obtenidas durante el tormento no eran válidas por sí mismas y debían ser ratificadas, fuera de él, en las veinticuatro horas siguientes".

    Tampoco se dio en España la histeria europea de la "caza de brujas" que se dio en otros países, católicos o protestantes, y especialmente en las regiones que habían cambiado de credo (las que pasaban de católicas a protestantes o al revés). Según cálculos del historiador alemán Wolfgang Behringer, la persecución provocó en toda Europa entre 40.000 y 60.000 víctimas... donde solo 500 corresponden a la suma de las ejecutadas en España, Portugal e Italia subalpina. Francia habría ejecutado a 4.000 y Alemania al menos a 25.000.


    No podían faltar los templarios

    Cervera añade después que es absurdo que la película diga que la Inquisición en realidad está controlada por ¡los templarios! No solo porque habían desaparecido un siglo antes, sino porque en España no estaban tan extendidos y su lugar lo ocupaban las otras 4 órdenes españolas (de Santiago, Montesa, Calatrava y Alcántara), que la película ignora por completo.





    _______________________________________

    Fuente:

    Pifias anti-católicas y anti-españolas en «Assassin´s Creed»: ¿desinterés o mala intención?* - ReL

  14. #34
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Si Dios me lo permite, volveré a la programación habitual de hace cuatro meses publicando una vez al día de Lunes a Viernes. Imagen en grande:
    http://fav.me/daus90q

    -Castellanos


    Cita:

    "¿Por qué causas Felipe II extendió el funcionamiento de la Inquisición al Nuevo
    Mundo?



    Las principales motivaciones para el establecimiento del Santo Oficio en los virreynatos hispanoamericanos fueron las siguientes:

    1. Los continuos ataques de los corsarios y piratas protestantes, principalmente ingleses, holandeses y franceses, quienes inclusive pusieron en riesgo el dominio hispano sobre sus territorios. Éstos no sólo atacaban las embarcaciones españolas para adueñarse de éstas y sus mercaderías, también secuestraban a las tripulaciones y a los pasajeros para exigir rescates, mientras que en otros casos los vendían como esclavos. A todo ello se añaden innumerables abusos y asesinatos.

    Ninguna población costeña o cercana a la costa se hallaba segura. Así lo demuestran los ataques realizados en Veracruz, Cartagena, Maracaibo, Santa Marta, Callao, Paita, Arica, La Habana, Puerto Rico, Santiago de Cuba, Santo Domingo, Jamaica, etc. La enorme mayoría de los enjuiciados por la Inquisición por tales motivos fueron sentenciados a un periodo de prisión. En cambio, los piratas procesados por los tribunales civiles eran condenados a la horca.


    2. A raíz de la conquista se había producido un relajamiento de la moral pública y privada. La vida de los hispanos en Indias resultaba escandalosa y se daban muchos casos de poligamia, blasfemia, idolatría, brujería, etc. Ante ello, las autoridades virreinales así como los cabildos, las autoridades eclesiásticas y numerosos personajes ─entre ellos fray Bartolomé de las Casas─ solicitaron a la corona el establecimiento de la Inquisición para que se corrigiesen tales
    desviaciones.


    3. Los judaizantes llevaron la peor parte en el funcionamiento del Tribunal. Muy a pesar de que la corona había prohibido, desde los primeros momentos de la conquista, que los judíos y los convertidos del judaísmo al cristianismo así como sus descendientes pasasen a sus dominios, muchos de ellos habían logrado burlar tales restricciones.

    Al decretarse la expulsión de los judíos de España (1492) muchos se refugiaron en Portugal. Tiempo después, al producirse, durante el reinado de Felipe II, la unificación de las coronas de España y Portugal, se multiplicó su presencia en las colonias hispanoamericanas, a donde llegaban atraídos por la búsqueda de las legendarias riquezas que estas ofrecían."


    Fuente:

    "PREGUNTAS MÁS FRECUENTES SOBRE EL TRIBUNAL DE LA INQUISICIÓN DE LIMA", Museo de la Inquisición y del Congreso del Perú








    https://www.facebook.com/Hispanicbal...537565/?type=3

  15. #35
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    He jugado a Assasin's Creed y en mi opinión es propaganda barata, además el argumento no vale para nada.
    Saludos.

  16. #36
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Es cuestión de contar las cosas al revés, incluirlas en los planes de estudio nacionales, repetirlas más de mil veces y así tenemos nuestra tan familiar Leyenda Negra anti-española.


    En realidad el Tribunal de la Santa Inquisición era muy popular pues trataba de hacer cumplir la palabra de Dios, además los presuntos culpables preferían ser juzgados por la Inquisición antes de por tribunales civiles por su piedad y clemencia.
    Otro dato importantes es que más del 90% de las sentencias condenatorias se llevaron a cabo en territorio ibérico y no en América ni en Filipinas, donde enjuiciar a los nativos estaba prohibido por ley.





    https://www.facebook.com/SomosHijosD...021763/?type=3

  17. #37
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    La Falange - Cesareo Jarabo sobre La Inquisicion 03-02-2017





    https://www.youtube.com/watch?v=JzrF...Y&spfreload=10

  18. #38
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Inquisición: Y dale con el viejo mito

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    más leyendas negras

    Vittorio MESSORI

    escritor y periodista



    La imprudencia –o la impudicia– de las ideologías no deja de llenarme de estupor. Un publicista, Adriano Petta, ha publicado un artículo titulado «Los esqueletos de la Santa Inquisición». Dejá vu, naturalmente. Digamos, de al menos dos siglos y medio. Es como para pasar de largo, si no fuera porque el texto ha sido publicado en «Il Manifesto», uno de los dos o tres periódicos en todo Occidente que todavía se proclama en la cabecera «diario comunista».






    Para otros periodos históricos se han hecho recuentos precisos: un sólo año de Revolución Francesa, el 1793 del Gran Terror, causó muchas más víctimas que todos los siglos de todas las inquisiciones unidas (los protestantes, de hecho, no bromearon: la Ginebra de Calvino se iluminó con las hogueras, la Alemania luterana se dio a la caza de brujas casi como un deporte nacional; la última masacre alentada por los pastores puritanos de Salem, Massachusetts, raya el umbral de 1800). En cuanto al comunismo, sigue aumentando el número –¿cien millones de muertos?– pero quizá no se sepan nunca las cifras precisas de una masacre que duró setenta años, en nombre de la exigencia de imponer «la ortodoxia» contra las «desviaciones». Que es justo lo que se denuncia en el fenómeno inquisitorial cristiano. Resulta difícil, por tanto, tomarse en serio las prédicas que llegan desde ciertos púlpitos.

    Propaganda antiespañola.Sea como sea, el colaborador de «Il Manifesto» termina su arenga contra la Inquisición que le indigna, la religiosa, con un vigoroso «¡Basta ya de vanas tentativas de revisionismo!». Es curioso: un estudioso de la Historia que pretende congelar un esquema previo de condena, rechazando someter la vulgata del panfleto decimonónico a la verificación de los hechos. En realidad, todo aquel que frecuenta la bibliografía actualizada, sabe que el juicio sobre las Inquisiciones (incluso sobre la española, la más difamada de todas) está hoy mucho más articulado. Existe todavía quien, como Luigi Firpo, insospechado maestro del laicismo y de anticlericalismo, ya hace veinte años auspiciaba la apertura de los archivos, llevada a cabo más tarde por el cardenal Ratzinger: «El examen de los dossieres beneficiaría mucho a la Iglesia. Caerían muchos pedazos de la Leyenda Negra, descubriendo que los procesos se caracterizaban por una gran corrección formal y una red de garantías inimaginable para los tribunales laicos de la época. Las condenas a muerte y las torturas fueron la excepción: las imágenes que todos tenemos de los tormentos y que hemos visto en los libros del colegio fueron impresas en Amsterdam y Londres, alentadas por la propaganda protestante en el marco de la lucha contra España por la hegemonía en el Atlántico.





    El pecado del anacronismo.No se trata, naturalmente, de pasar de la execración a la admiración: es cierto que, más allá de la redimensión (necesaria) de los horrores, el historiador auténtico debe evitar aquí, como en cualquier otro lugar, el pecado mortal del anacronismo.





    El pasado hay que valorarlo según sus categorías, no según las nuestras: la actividad de aquellos tribunales se inspiraba en la necesidad de proteger la vida social, cuya tranquilidad se basaba en una fe común; y estaba movida por el ansia sincera de practicar la más alta de las caridades: la espiritual.

    Así como las autoridades de hoy en día consideran su obligación la tutela de la salud de los ciudadanos, la Iglesia católica estaba convencida de tener que responder ante Dios de la salvación eterna de sus hijos. Salvación que corría peligro a causa del más tóxico de los venenos: la herejía.

    Burda propaganda.Discursos complejos, se entiende, que exigirían otro artículo. Aquí, basta poner sobre aviso y señalar que pertenece a una burda propaganda y no a una historiografía presentable el sumario del artículo de «Il Manifesto»: «Un programa de la RAI se hace cómplice del Vaticano para reescribir la Historia y rehabilitar a la Inquisición, madre de todas las torturas y masacres de inocentes». Los lectores merecen algo mejor.



    _______________________________________

    Fuente:

    Inquisicion: Y dale con el viejo mito. Vittorio MESSORI escritor y periodista

  19. #39
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española


  20. #40
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    María Elvira Roca: «La Inquisición evitó grandes barbaridades»



    María Elvira Roca Barea (El Borge, 1966) acaba de revolucionar el mercado editorial con su ensayo “Imperiofobia y leyenda negra”. Pese a reconocer que proviene de «una familia de masones y republicanos» y que no ha recibido una educación religiosa, reniega de «quienes dicen que si actúas contra el catolicismo eres un moderno. No se dan cuenta de que se están matando a sí mismos».

    En su currículum aparece que ha trabajado en Harvard, en el CSIC, pero usted insiste en presentarse como profesora de instituto.

    Es que estoy orgullosa de serlo, porque realmente es el trabajo más difícil. Yo estudié Filología Clásica, luego Hispánica, luego me doctoré con una tesis en literatura medieval, efectivamente estuve en EE.UU. trabajando un tiempo, pero volví y luego no he vuelto a irme fuera. Llevo aquí mucho más tiempo. Ahora doy clases en el IES Huerta Alta de Alhaurín de la Torre.

    ¿Cuál fue la chispa que le hizo escribir este libro?

    Mi especialidad es la literatura medieval, tengo otros tres libros publicados, artículos y conferencias… Sobre la hispanofobia y la leyenda negra empecé a interesarme en el tiempo que vivía en Estados Unidos porque me di cuenta de que a los americanos les estaba pasando algo muy parecido a lo que nos pasó a los españoles en nuestros tiempos gloriosos. Me chocó la semejanza y decidí ponerme a estudiar, no para publicarlo sino para satisfacer mi curiosidad. Yo hablaba mucho de este tema con el director de la colección de ensayo de Siruela, Ignacio Gómez de Liaño, con el que tengo amistad. Y hace cuatro años, me llamó y, muy solemnemente, me dijo: «este libro hay que publicarlo. Ya está creado, ya está en tu cabeza y merece la pena que salga a la luz. Lo tienes que escribir». Yo le contesté: «pero mira, que yo soy una mujer trabajadora con dos niños chicos (ahora tienen 9 años)…». El caso es que se publicó y está siendo un éxito absolutamente inesperado. Hay que agradecérselo a él que me animó.

    ¿De dónde viene el término “leyenda negra”?

    Se empezó a utilizar después de la guerra con los Estados Unidos, lo que llamamos el desastre del 98. En ese momento, algunos intelectuales españoles cobran conciencia de hasta qué punto la reputación de España está absolutamente destrozada por efecto de la propaganda que durante siglos habían ido acumulando en el teatro europeo todos los enemigos que España había ido teniendo: el protestantismo luterano, Inglaterra, el secesionismo orangista, luego la ilustración francesa, etc. La expresión la acuña Julián Juderías con un libro que se publicó en 1914 que podemos considerar el pistoletazo de salida de la toma de conciencia de hasta qué punto toda la historia de España estaba tergiversada y había sido manipulada para ofrecer de ella una visión absolutamente negativa en todos sus aspectos. Julián Juderías define la leyenda negra como la opinión común que se tiene en Europa de que España es un país inferior a otros países europeos. España (dicen) es un país bárbaro, intolerante desde el punto de vista religioso, atrasado, un país que no tiene cultura científica ni iniciativa económica, etc. A partir del libro de Juderías empiezan a aparecer otros trabajos que han ido estudiando ese fenómeno. Arnoldson, de la universidad de Gotemburgo, dice que «la leyenda negra es la alucinación colectiva más grande de la Europa Occidental». Hasta ese punto considera que la historia de España ha sido manipulada por toda esa propaganda.

    Su tesis es que el sentimiento de culpa de los católicos españoles nos ha sido inoculado…

    Ese sentimiento no llega a aparecer hasta el siglo XVIII, cuando viene la dinastía nueva de los borbones, con la ilustración francesa. En ese momento, los intelectuales españoles empiezan a asumir como cierta esa versión de la historia que dice que España tuvo la culpa de todas las guerras de religión; que es la intolerancia religiosa de los católicos, con España al frente, la que provocó esas guerras y la que justifica todas las barbaridades que sucedieron en Europa en los siglos XVI y XVII, etc. De ahí en adelante, una generación de eruditos y de intelectuales, sigue a la anterior y termina por convertirse esto en la versión corriente de nuestra propia historia, asumida por nosotros mismos como una verdad.

    Y lo seguimos enseñando así a nuestros hijos…

    Ayer, por ejemplo, en el libro de primero de Bachillerato, me encuentro con que en la introducción al tema del Barroco dice que la diferencia entre la Reforma y la Contrarreforma es que en la Reforma la religión se convirtió en un asunto particular y privado que no afectaba a la sociedad mientras que en el mundo católico la religión seguía siendo socialmente influyente. Nada puede haber más falso que esta afirmación. Es justamente al revés. ¿Qué país hay hoy en la Europa Occidental que tenga como jefe del Estado al mismo jefe de la Iglesia? Gran Bretaña. ¿En qué país ha sido imposible hasta hace poco ocupar un cargo público si uno no pertenecía a la religión nacional? En Gran Bretaña y otros países protestantes. Es decir, lo que el protestantismo hizo es constituirse en iglesias nacionales por lo que la disidencia religiosa se transformó, no en un delito religioso, sino en un delito contra la nación, contra el Estado. Así fue también en Dinamarca y en los estados luteranos del Sacro Imperio, los germánicos. O sea, que es justamente la visión contraria la que tendríamos que intentar imponer: es precisamente en el mundo católico donde el delito religioso siguió siendo religioso y no contra el Estado.

    Hay una especie de fijación por lo católico…

    La Ilustración no luchó nunca contra las otras iglesias. Sólo va contra la Iglesia católica porque contra las otras iglesias no se podía ir porque eran nacionales. Atacar esas iglesias o escribir algo contra ellas era un delito de lesa patria. Hasta el año 1976, existía en Gran Bretaña el “blasphemy”, un delito que consistía en escribir algo contra la Iglesia anglicana. Traducido al español no es exactamente blasfemia. En su Derecho significa expresar opiniones contrarias a la iglesia anglicana nacional o la defensa de posiciones religiosas notablemente papistas, o sea católicas. Fíjese hasta qué punto está desenfocada la idea de que la intolerancia religiosa o la importancia social de la religión ha sido enorme en el lado católico y en el otro no. En el otro lado era un asunto privado, dicen. ¿Cómo privado si un delito de ofensa a la iglesia nacional dura hasta el año 76 en la estupenda Europa?

    Pero no podemos negar que la Inquisición existió.

    El mecanismo de la leyenda negra funciona siempre no con la mentira absoluta, lo que se dice suele ser verdad. Lo que se hace es que se magnifica y se calla todo lo demás. La Inquisición existió, claro que existió, pero era una institución pequeña, que no tuvo nunca capacidad para influir decisivamente en la vida de los países católicos y de España desde luego que no. Yo siempre pongo el mismo ejemplo, porque es de Perogrullo: el Lazarillo de Tormes se publica y la Inquisición lo prohíbe en la primera edición. ¿Alguien alguna vez tuvo alguna dificultad para comprar el Lazarillo de Tormes? ¿Es que El Lazarillo de Tormes no lo ha conocido nadie? El Lazarillo de Tormes se siguió editando, se siguió comprando y en 20 años ya lo estudiaban en las universidades españolas y todo el mundo lo conocía. ¡Y estaba prohibido por la Inquisición! ¿Y qué? ¿Qué afectó esto a la popularidad del Lazarillo de Tormes? Absolutamente nada.

    En el imaginario colectivo, decir Inquisición es hablar de una institución muy poderosa, arbitraria y cruel.

    Es la tergiversación más fenomenal de todas las tergiversaciones. La Inquisición era una institución muy organizada, mucho mejor reglamentada que cualquiera otra en su momento, y en la que la religión seguía siendo asunto de la religión y no del Estado. Se ocupaba de delitos que todavía lo son hoy día, como por ejemplo los que se conocían como delitos contra la honestidad: el proxenetismo, la pederastia, la trata de blancas, la falsificación de monedas y documentos... Tenía un campo muy amplio de trabajo. El hecho de constituirse como una forma organizada, reglamentada y judicialmente estable de tratar las disidencias religiosas evitó las matanzas que estas provocaron en el lado protestante. Nosotros sabemos todas y cada una de las sentencias a muerte que aquí se firmaron. Están muy bien documentadas en un estudio del profesor Contreras y de un danés, Henningsen. La Inquisición juzgó un total de 44.000 causas desde 1560 hasta 1700, con el resultado de 1.340 muertos aproximadamente. Y esa es toda la historia. Calvino mandó a la hoguera a 500 personas en solo 20 años por herejía. Cuando uno se pone a ver las barbaridades que sucedieron en el lado protestante, es que no hay color, entre otras cosas porque el cálculo de muertos que la intolerancia protestante pudo provocar sólo puede hacerse aproximadamente puesto que en la mayoría de los casos no hubo juicio, ni abogados, ni derecho a defenderse, fue por el procedimiento bárbaro del linchamiento, nada más. Esto no ocurrió nunca en las zonas católicas, jamás.

    Juzgamos la historia desde coordenadas actuales y el resultado es ese sentimiento de culpa.

    Decir que los españoles han sido intolerantes desde el punto de vista religioso porque tuvieron la Inquisición, es la falsedad de todas las falsedades. La intolerancia era el modo de pensar de todo el mundo en aquella época. El fenómenos de la tolerancia tiene ¿cuánto? ¿30 años? ¿40 años? Nadie pensaba que hubiera que tolerar al que no pensaba como tú desde el punto de vista religioso. Intolerancia había desde el estrecho de Gibraltar hasta la Península Escandinava. Ese era el modo de pensar de todo el mundo. Lo que hay que ver es cómo se gestionaba esa intolerancia religiosa en cada sitio y, desde luego, fue mucho más civilizada y mucho más comprensiva en la parte católica y desde luego en España. En Inglaterra o en los principados luteranos protestantes en el norte de Europa, las persecuciones de la población fueron horrorosas. Aparte, todo el fenómeno de la caza de brujas, absolutamente demencial, que provocó miles de muertos. Esto no pasó en el mundo católico y no pasó en España porque existía la Inquisición, que evitó aquellas barbaridades.

    O sea, que los católicos pecamos de no conocer nuestra historia.

    Aunque yo no sea creyente, llevo a mis hijos a la catequesis y tengo mis discusiones con el cura del barrio. Le digo: «vamos a terminar siendo los agnósticos y ateos de buena voluntad los que tengamos que limpiar el nombre de la Iglesia porque ustedes tienen una pasividad absolutamente incomprensible». A quitarse esa costra hay que ponerse; porque es falsa y porque perjudica a todos, a los católicos practicantes y a todos los demás. Este es un país de cultura católica. Eso es irremediable, se sea creyente o no. La Iglesia tendría que haberse puesto de manera un poco activa a limpiar su buen nombre y no esperar a que venga un señor como Stephen Haliczer, de la Universidad de Illinois, a publicar un trabajo de investigación sobre la Inquisición y a decirnos: «vamos a ver, ¡pero si esta institución era ejemplar en su tiempo! ¡Si el uso de la tortura era absolutamente limitado! ¡Si las cárceles suyas eran más benignas! ¡Si los juicios tenían más garantías que todos los demás! ¿No cree usted que la Iglesia tendría que haber dicho algo?

    Si lo ha dicho, quizá ha encontrado poco eco o demasiada oposición.

    Pero es que esa actitud de que “hemos perdido la batalla cultural” no se puede tener. Hay que reaccionar, porque no es solo perjudicial para los católicos, creyentes o no creyentes, sino para el mundo que la iglesia católica ha engendrado. Esa actitud que la Iglesia adopta de borrego degollado a mí me resulta muy molesta. Yo la Iglesia la he visto desde fuera toda mi vida. No he tenido contacto con ella más allá de la costumbre y del trato social para no ser muy raro. Y por eso me resultó siempre tan chocante, desde que estaba en la Universidad, que cualquiera fuera bueno para venir a meterse con la Iglesia. Y la Iglesia, ¿no contesta? ¿No se defiende? ¿Porqué no se defiende? Porque la Iglesia de Roma no es la ramera de Babilonia como decía Lutero. Tiene en su haber logros muy importantes, cosas muy buenas que ha hecho por el mundo y por la sociedad. ¿Por qué no enseña esa parte de sí misma que es hermosa y que merecería ser mejor conocida?

    Otro asunto por el que se suele juzgar injustamente a España y a la Iglesia es por la conquista de América.

    Los dos pilares más longevos de la hispanofobia y de la leyenda negra han sido, primero la conversión de la Inquisición en el horrendo monstruo que todo el mundo cree que fue; y, la siguiente, es el asunto de América. ¿Por qué? Aquello era muy grande, era una enormidad. Un imperio con 20 millones de kilómetros cuadrados que se sostiene durante prácticamente tres siglos es algo que las otras naciones de Europa habían intentado hacer y no consiguieron. Era necesario teñir todo eso de barbarie, de destrucción y de horror para que no quedara como un gran logro en la historia de la humanidad. Empezó con la utilización del texto de fray Bartolomé de las Casas, que no pretendía en absoluto convertirse en historia. Es asombroso que estemos en el siglo XXI y tengamos que seguir desmintiendo el hecho de que Fray Bartolomé estuviera haciendo historia. Él estaba haciendo un texto de polémica religiosa. La Iglesia tiene una larga historia de polémica. Es un sistema tradicional de formación el de la polémica, desde la Edad Media, con las famosas disputationes de un sacerdote enfrente de otro discutiendo en torno a una idea.

    ¿El problema entonces es que se sacó de contexto?

    El texto se publica en Sevilla y, aparte del revuelo que pudiera causar localmente, nadie le había hecho caso. Pasó el tiempo y, 25 años después, Guillermo de Orange lo descubre, lo traduce, le incorpora los grabados de De Bry, donde se ven a los españoles partiendo a un niño por la mitad o asando indios, y lo convierte en un best seller en Europa. Es el texto ilustrativo de: "Estos son los españoles. Esto es lo que le pasa a la gente que se trata con los españoles. Hay que acabar con ellos porque son unos monstruos”. Evidentemente esto es un argumento del nacionalismo orangista. Hay que luchar contra esta gente y echarlos de Holanda porque son el Anticristo redivivo, el demonio “pinchapapas”. Desde entonces, el texto de Fray Bartolomé no ha dejado nunca de editarse y siguió siendo utilizado en contra de España. Las últimas ediciones estupendas las hicieron los Estados Unidos en la época de la guerra de Cuba, por ejemplo.

    ¿Y qué hay de verdad en lo que cuenta?

    Pues uno va a América y se la encuentra llena de ciudades que fueron construidas, no voy a decir por los españoles, porque los españoles fueron siempre muy pocos, pero sí por los españoles y por la población indígena que se incorpora a ese imperio. Los españoles guerrearon, sí, pero pactaron mucho más. Era imposible poblar América a partir de la exportación de gente desde la península. Ni había medios ni había gente para hacerlo. De hecho, el archivo de indias nos dice que hasta 1700 no debió superar el número de 250.000 los que cruzaron el charco. Entonces, ¿quién era todo el mundo que allí había? Pues eran muchos indios, muchos mestizos y mucha gente que se incorpora a ese imperio a veces por medio de pactos, a veces por medio de guerras. Pero, una vez que pasa ese momento de confrontación inicial, las poblaciones se integran en el imperio y viven en él durante muchísimo tiempo, siglos. ¡Y viven bien!

    Aquí se sigue viendo como una matanza indiscriminada.

    ¿Usted no habrá estudiado en la escuela las guerras de América? Yo tampoco, porque no las hubo. No hubo grandes guerras en América en absoluto. Ese largo periodo de paz y prosperidad es anómalo. ¿Cuántos territorios con tanto millones de kilómetros cuadrados pueden presumir de haber vivido tantos siglos de paz y prosperidad conviviendo gente tan diferente, con lenguas distintas, unos cristianizados y otros en proceso de cristianización? Esa gente convivía razonablemente bien por que si no habría habido un estado de guerra viva y permanente que no hubo, luego aquello funcionaba. No hubo guerras significativas hasta las independencias. Por lo tanto es ese mundo mestizo capaz de integrar gentes muy diversas y hacerlas convivir el que verdaderamente deberíamos estudiar. Hay pocos ejemplos en la historia de la humanidad de convivencia de gente tan diversa en un espacio común y sin embargo no es eso lo que estudiamos.

    Pero no sólo fue guerra y violencia lo que llevaron los españoles.

    Nos empeñamos en la destrucción, ¿y la construcción? En eso la Iglesia tuvo mucho que ver. Una parte grande de la integración se debió al trabajo de los misioneros. Existe la idea tradicional de que los españoles llegaron allí y fue fácil la conquista porque las poblaciones estaban sedentarizadas y vivían en ciudades. Sí, algunos sí, pero otros muchos no. Había tremendas zonas de selva y poblaciones de gente nómadas, seminómadas, puros cazadores y recolectores. Ahí la Iglesia hizo un trabajo absolutamente asombroso. Yo le dediqué un capítulo a uno de esos asombros que es el fenómeno de la conservación de la música barroca en el Amazonas. El trabajo que hicieron los jesuitas en la zona de Chiquitos y Moxos ha permitido conservar un patrimonio de música barroca que es capaz de competir con el que existe en Europa. Y era todo población india. Hoy siguen siendo músicos extraordinarios y han conservado este legado después del destrozo que provocó la expulsión de la compañía de Jesús, que fue una cosa increíble. Increíble que los prejuicios ilustrados hicieran a Carlos III pegarse aquel tiro en el pie porque la Compañía de Jesús era útil y era necesaria y de ella dependían infraestructuras educativas que no tenían sustitución y fue un desastre. ¿A usted qué más le da que fueran jesuitas? En este imperio son muy útiles y extraordinariamente eficaces en su trabajo y no están provocando muerte, destrucción ni pobreza para nada ¿Por qué? Es una cosa muy difícil de explicar que el puro prejuicio es simplemente porque son jesuitas.

    En la película la Misión aparece muy reflejado cómo contribuyeron los jesuitas al desarrollo social y humano…

    Fueron capaces de controlar territorios verdaderamente imposibles, la zona de los Moxos es una zona de la Amazonia verdaderamente difícil, y consiguieron un nivel de integración y de asimilación de las poblaciones indígenas asombroso hasta el punto de convertirlos en músicos excepcionales. Comunidades muy prósperas y hasta ricas que no le costaban dinero al imperio para nada, generaban beneficios, comerciaban con la vainilla y exportaban. Los jesuitas fueron los que descubrieron el uso de la quinina y la convirtieron en un medicamento de uso corriente en Europa. ¿Es que eso no vale nada sólo por el hecho de que los que lo hacían eran jesuitas?

    ¿Qué le diría a un católico que siga teniendo complejo de inferioridad?

    Que se informe. Que haga el favor de informarse y no conformarse con la visión de la historia de Europa y del mundo que han impuesto a base de propaganda y de tergiversación de los hechos las naciones que se apoyaron en la lucha religiosa para combatir contra el Imperio español. Ese es el quid de la cuestión. ¿Que la hispanofobia no existe o el anticatolicismo no existe? ¡Falso! ¿Usted cómo va a justificar la existencia del protestantismo si no denigra al catolicismo? ¿Cómo justifica usted el nacimiento del protestantismo? Surgió porque era necesario liberarse de aquella tiranía atroz y de aquella oscuridad mental. Por lo tanto los católicos son atroces. Y como los católicos viven en ese mundo oscuro y tenebroso de la intolerancia, para eso hemos nacido nosotros, para librarnos de eso. Cuando un niño protestante se cristianiza, es eso lo que aprende en cualquiera de sus iglesias y las he frecuentado varias de ellas durante bastante tiempo. Es que no puede aprender otra cosa. ¿Cómo surgió mi iglesia presbiteriana? Luchó contra la “ramera de Babilonia” para existir. Eso está en su ADN.

    En su libro habla de una inmensa operación propagandística.

    Cuando uno estudia la época álgida de las guerras religiosas, se percata de la producción torrencial de folletos y de imágenes infamantes y atroces en el lado protestante. Y luego ve los folletos con los que los católicos se promocionaban en la época de la Contrarreforma, su idea del mundo y tal, y dan pena. Frente a la agresividad que se muestra en el otro lado, la pasividad con que en el lado de acá se acepta que, bueno, que nosotros no nos defendemos. ¡Pero es que uno no puede defenderse como uno quiere, uno tiene que defenderse en función de cómo es atacado lo quiera o no! Si te atacan con armas químicas, ¿tú que haces con un tirachinas en la mano? Absolutamente nada. Y la Iglesia no lo ha hecho nunca, ni los países católicos, ni España. La Iglesia intentó dialogar, intentó hablar... pero se nos ha quedado en la memoria esa historia de que Martín Lutero no tuvo más remedio que romper con la Iglesia porque la Iglesia era intolerante. No, ellos eran intolerantes. Los príncipes protestantes obligaron a las conversiones forzosas. Si no te mataban, te confiscaban los bienes. Si no te marchabas, te tenías que convertir. ¿Que los católicos no toleraban a los protestantes? Bien, pero los protestantes toleraban todavía menos.

    El diálogo no era el punto fuerte de los hombres de aquella época.

    Hubo intentos. En el Coloquio de Ratisbona, por ejemplo, Carlos V llegó con su oferta de que el que se quiera hacer protestante y niegue su obediencia a Roma que lo haga, pero que se deje en paz a los católicos que quieran seguir siéndolo. Pues Lutero no lo aceptó. Por no hablar luego del tema de las propiedades de la Iglesia que fueron confiscadas. Aquello se convirtió en la excusa fenomenal para un latrocinio monumental. Hasta lo que pasó con los judíos en la Segunda Guerra Mundial, ha sido probablemente el latrocinio más grande de la historia de Europa: el robo de todas las propiedades de la Iglesia y de las de todos los católicos que se negaban a la conversión forzosa.

    Católicos y protestantes estamos ahora en un proceso de diálogo muy fructífero. Usted misma ha experimentado la apertura al diálogo de la Iglesia con creyentes o no…

    Yo le digo al párroco que le pida al obispo una catequesis para agnósticos y ateos de buena voluntad, a ver si os quitáis toda esta mugre que os han echado encima. Es el punto cateto de pensar que si actúas contra el catolicismo eres un moderno, sin darte cuenta de que te estás matando a ti mismo, seas creyente o no. Porque estás renegando de tu pasado y de tus antepasados, y esos son los cimientos que nos sostienen. Y sin ellos, nos venimos abajo. Y si nosotros nos venimos abajo, otros se quedan arriba. ¿Me explico?



    Antonio Moreno Ruiz

    Antonio Moreno Ruiz. Periodista de la diócesis de Málaga

    Entrevista
    Mexispano dio el Víctor.



    Imperium Hispaniae

    "En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."







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