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Tema: El famoso "desierto cultural" de la España franquista (1936-1954)

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    El famoso "desierto cultural" de la España franquista (1936-1954)

    PANORAMA DEL DESIERTO CULTURAL DE LA ESPAÑA DE FRANCO

    I. La ordenación universitaria · II. Consejo Superior de Investigaciones Científicas · III. Proyección americanista · IV. El Instituto de España y las Academias · V. Panorama de las instituciones culturales en el exterior · VI. Universidades de verano

    Consideración inicial

    La defensa de nuestra cultura, frente al krausismo antiespañol del pasado siglo, no fue una mera cuestión bizantina. «El asunto –escribía Laverde a Menéndez Pelayo– es de importancia y de honra nacional», y era preciso convencer del trascendental contenido de nuestra ciencia no sólo a los extranjeros que sistemáticamente nos denigraban, sino también a algunos compatriotas más versados en libros de extranjeros que de connacionales.

    Si realizamos un rápido recorrido de nuestra Historia, desde los lejanos años del predominio aragonés en el Mediterráneo, pasando por la imprescindible bibliografía de Nicolás Antonio, «Bibliotheca Hispana Vetus et Nova», hasta muy avanzado el siglo XVIII, veremos confirmarse la trascendencia de una revisión del concurso intelectual que España ha prestado a la cultura del mundo. Y perteneciendo Menéndez Pelayo a una generación de sabios que viene a España promediado el siglo XIX –Ramón y Cajal, Ferrán, Ribera, Sánchez Ocaña, &c.–, tampoco puede decirse que la tradición de nuestro progreso científico y humanístico haya sido interrumpida.

    Para revivir espiritualmente aquellos tiempos, habría que bucear en bibliotecas y archivos, ya que de laboratorios casi no puede hablarse, ni en España ni fuera de ella, hasta pleno siglo actual.

    No es sin embargo, el propósito que inspira este trabajo volver la vista atrás sobre cosas ya afortunadamente conocidas, sino explicar la situación de nuestra cultura, haciendo un breve examen sobre la culminación del esfuerzo español en el ámbito del saber contemporáneo, para revisar después la proyección de nuestro pensamiento docente hacia el exterior, en el sentido de una colaboración con los demás países que con nosotros comparten hoy la denominada cultura occidental. [4]


    La nueva ordenación de la Universidad española, por su orientación y sus principios inspiradores, marca el punto culminante de la historia universitaria en España, implantando la Universidad educativa.
    Ninguna reforma universitaria fijó con mayor tino la misión que corresponde realizar a la Universidad, puesto que no atiende solamente a lo puramente científico, sino también a lo educativo, procurando ampliar la Universidad tradicional con los progresos de la investigación científica. Educar y formar a la juventud para el futuro; tal es el lema de la Universidad, procurando formar hombres que constituyan el substrato del investigador o el profesional perfectos.

    Los órganos encargados de esta función educativa son: los Colegios Mayores, los organismos de formación religiosa universitaria, el Sindicato Español Universitario, la Milicia Universitaria y el servicio de Protección Escolar.

    Colegios universitarios. – Haremos hincapié en la organización de los Colegios Mayores, que son órgano fundamental de la nueva Universidad para realizar la formación general del futuro académico. Ellos reviven la vieja gloria de los antiguos Colegios, no con el fin de restaurar cosas viejas, sino con el deseo vehemente de una verdadera resurrección a la vida actual. Los Colegios Mayores deben ser el órgano primordial de la Universidad que surge, y en donde se forja la personalidad íntegra del estudiante en su dimensión natural y sobrenatural, individual y social, intelectual, estética y física, completando así la preparación científica de las Facultades y formando al alumno para ser hombre.

    Existe en España un centenar de Colegios Mayores:
    En Barcelona, «Fray Junípero Serra», «San Jorge», «San Raimundo de Peñafort», «Mater Salvatoris»; en Cádiz, «Fray Diego de Cádiz»; en Córdoba, «Lucio Anneo Séneca»; en Granada, «San Bartolomé y Santiago», «Fray Luis de Granada» e «Isabel la Católica»; en La Laguna, «San Fernando», «San Agustín»; en Madrid, «Jiménez de Cisneros», «César Carlos», «Santa María», «Santa María del Campo», «Nuestra Señora de Guadalupe», «San Felipe y Santiago», «San Pablo», «Apóstol Santiago», «José Antonio», «Santa Teresa de Jesús», «Nuestra Señora de la Victoria», «P. Poveda»; en Murcia, «Cardenal Belluga», «Sagrado Corazón»; en Oviedo, «Valdés Salas», «San Gregorio», «Santa Catalina»; en Salamanca, «Fray Luis de León», «San Bartolomé», «Hernán Cortés», «San Miguel Arcángel», «Santa María de los Ángeles»; [5] en Santiago de Compostela, «Generalísimo Franco», «La Estila», «Santiago Apóstol», «El Pilar»; en Sevilla, «Hernando Colón», «Santa María del Buen Aire»; en Valencia, «Luis Vives», «San Vicente Ferrer», «Alejandro Salazar», «Santa Teresa de Jesús»; en Valladolid, «Felipe II», «Santa Cruz», «Reyes Católicos», «María de Molina»; en Zaragoza, «Pedro Cerbuna», «Fernando el Católico», «Cardenal Xavierre», «Santa Isabel, infanta de Aragón».

    Estas residencias universitarias, de gloriosa tradición en España, por lo adecuado de su ambiente y lo confortable de sus instalaciones, constituyen el lugar mas propicio y adecuado para alojar a la juventud universitaria o post universitaria.

    La Ciudad Universitaria de Madrid.

    La función docente de la Universidad española fue, desde los remotos tiempos medievales, tan importante, que Salamanca, por ejemplo, formó con las Universidades de Oxford, París y Bolonia, el cuarteto de mayor categoría en materia cultural europea. Posteriormente, las otras Universidades, como la de Alcalá de Henares o Sevilla fueron emporios de cultura, secundadas por Granada, Valencia, Santiago, Oviedo, Valladolid, Barcelona, Zaragoza, Murcia y La Laguna. Ya en los días actuales, la Universidad de Madrid, con su Ciudad Universitaria, debe contarse como una de las más completas universidades del mundo.

    Sobre el pintoresco panorama de la Moncloa, en el escenario velazqueño que sirve de marco a Madrid, se alza la Ciudad Universitaria, cuya fundación data del 17 de marzo de 1927. Una comisión de ingenieros españoles visitó Francia, Alemania, Inglaterra, Holanda y Estados Unidos antes de redactar sus proyectos. El 21 de julio de 1929 comenzaron las obras, siendo necesario remover un millón de metros cúbicos de tierra antes de construir algunos viaductos y terraplenes para dar comienzo a las edificaciones. El 6 de noviembre del año siguiente dio principio la construcción de las Facultades de Medicina y Farmacia, y en 1932 empezaron las obras del Hospital Clínico. En el año siguiente, se inician los pabellones de las Facultades de Ciencias y la Escuela de Arquitectura. Y en 1935, surge el Colegio Mayor de Cisneros.

    Ciencia y heroísmo. – En 1936 da principio la Cruzada Nacional: España y el comunismo, frente a frente. El Hospital Clínico se convierte en teatro de guerra durante 32 meses; gran parte de la Ciudad Universitaria quedó destruida.

    En 1940, el Gobierno de Franco incorporó a su programa como punto fundamental, el proyecto de reconstrucción de la Ciudad Universitaria, iniciándose las obras en 1941, que debían consistir en una reconstrucción total de las Facultades y las Escuelas Especiales.

    En la actualidad, la panorámica de la Ciudad Universitaria ofrece un espléndido punto de vista; las edificaciones alternan con los bosques renovados, y no sólo están en pie la Facultad de Filosofía y Letras, las de Medicina, Farmacia, Física y Química, las Escuelas de Arquitectura, de Ingenieros de Montes y Agrónomos, de Ingenieros Navales y el Instituto de Cultura Hispánica, con varios Colegios Mayores, sino que, además, estos grandiosos edificios, en los que se combina la arquitectura con la eficacia, alternan con los campos de deportes: [6] de rugby, fútbol, atletismo, tenis, tiro, pistas de cemento para patinar, piscinas, &c.

    La Ciudad Universitaria representa en la hora actual la más gigantesca obra realizada por un gobierno en favor de la cultura, sin rival en el Continente Europeo. Más de 20.000 estudiantes de enseñanza superior se forman aquí.
    El proyecto prevé, además, un monumento al Cardenal Cisneros, fundador de la Universidad Complutense, y otro al rey Alfonso XIII, creador de la Ciudad Universitaria. Un templo dedicado a Santo Tomás de Aquino, patrono de la Universidad española, y un selecto jardín botánico completan la espléndida Ciudad Universitaria de Madrid.

    II. Consejo Superior de Investigaciones Científicas

    Fue creado por Ley de 24 de noviembre de 1939, y su misión es el fomento, orientación y coordinación de la investigación científica nacional.

    En el nuevo organismo quedaron integrados miembros de las Reales Academias, Universidad y Escuelas Superiores de Ingeniería, Prelados representantes de las ciencias sagradas, técnicos de bibliotecas y archivos, personalidades de la investigación privada y figuras de la industria, estableciéndose de este modo una amplia comunicación científica entre las personas más representativas de la investigación española.

    En Madrid, hacia la terminación de la calle de Serrano, se alza una verdadera ciudad de la investigación; un gran complejo arquitectónico, de líneas severas y modernas a la vez, que acoge dentro de la más estricta unidad una serie de Institutos y Centros de investigación, y el edificio central, donde se aloja el Gobierno del Consejo.

    Estructura del Consejo. – El Consejo Superior de Investigaciones Científicas consta de ocho patronatos, que agrupan bajo la advocación de los mejores nombres de la ciencia española cada uno a una serie de Institutos y centros investigadores hasta un total de 135.

    Todos los años el Consejo, reunido en sesión plenaria, resume los trabajos realizados y los progresos obtenidos.
    El Consejo, que tiene la sede central en Madrid, reparte sus centros de colaboración por todo el territorio nacional, cultivando las más distintas ramas del saber humano, organizadas según la afinidad de las materias, en tres grandes grupos, que corresponden a otros tantos aspectos del saber: el espíritu, la vida y la materia.

    Las ciencias del espíritu están representadas por 29 centros, agrupados en los dos Patronatos siguientes:
    Patronato «Raimundo Lulio», dedicado a las ciencias teológicas, filosóficas, jurídicas y económicas, con los siguientes institutos: De Teología, Derecho Canónico, Filosofía, Pedagogía, Derecho Internacional, Economía, Sociología, Estudios Jurídicos; más el departamento de Filmología, [7] el de Culturas Modernas y el que se titula «Maioricensis Schola Lullistica».

    Patronato «Marcelino Menéndez Pelayo», de Historia, Filología y Arte, con los siguientes Institutos: Filología Clásica, Filología Hispánica, Estudios Árabes, Estudios Hebraicos y Oriente Próximo, Historia, Historia Hispanoamericana, Marina, Historia Eclesiástica, Misionología Española, Arte, Numismática, Arqueología y Prehistoria, Musicología, Estudios Gallegos. Además: Seminario Filológico, Escuela de Estudios Medievales, Escuela de Historia Moderna, Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla.

    En el campo de las ciencias biológicas trabajan 36 Centros de Investigación, integrados en otros dos Patronatos:
    «Patronato Santiago Ramón y Cajal», de Medicina y Biología Animal, con los siguientes Institutos: Antropología y Etnología, Entomología, Medicina Experimental, Farmacología Experimental, Endocrinología Experimental, Hidrología Médica y Climatología Municipal de Nutrición y Alimentación de Madrid, Investigaciones Médicas y Clínicas de la Universidad de Madrid, Postgraduados de la Casa de Salud «Valdecilla», Parasitología, Fisiología y Bioquímica, Medicina Colonial, Investigaciones Veterinarias, Historia de la Medicina y de las Ciencias Naturales; además, los siguientes Centros: Museo Etnológico, Museo Nacional de Ciencias Naturales, Departamento de Cirugía Experimental, Departamento de Ciencias Médicas de Barcelona, Departamento de Investigaciones Bromatológicas, Laboratorio de Farmacia Galénica, Departamento de Patología Animal, Departamento de Zootecnia de Córdoba, Centro de Genética Animal y Humana de Barcelona, Departamento de Medicina Psicosomática, Departamento de Investigaciones Psiquiátricas.

    Patronato «Alonso de Herrera» de Biología Vegetal y Ciencias Agrícolas, con los siguientes Centros: Instituto de Botánica, Jardín Botánico, Instituto de Farmacognosia, Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal, Instituto de Microbiología, Misión Biológica de Galicia, Instituto de Biología Aplicada de Barcelona, Estación Experimental de Aula Dei, Instituto de Aclimatación de Almería, Laboratorio de Investigación Cerealista de Barcelona.

    Las Ciencias físico-matemáticas se cultivan en los diecisiete Centros que componen el Patronato «Alfonso el Sabio», de Matemáticas, Física y Química, con los siguientes Institutos y Centros: Instituto Nacional de Matemática, Instituto «Jorge Juan» de Matemáticas, Seminarios Matemáticos de Barcelona y Zaragoza, Consejo Nacional de Física, Instituto de Física, Departamento de Electricidad, Instituto de Óptica, Instituto de Química Física, Instituto de Química, Instituto de Investigaciones Geológicas, Instituto Nacional de Geofísica, Observatorios de Física Cósmica del Ebro y de Cartuja, Observatorios Astronómicos de Santiago de Compostela y de Villafranca de los Barros, Unión Nacional de Astronomía y Ciencias Afines.

    El Patronato «Juan de la Cierva» desarrolla sus trabajos de investigación técnica mediante sus Institutos propios y mediante su relación con Institutos de los Patronatos «Alonso de Herrera» y «Alfonso el Sabio». Diecisiete Institutos o Centros componen este Patronato de Investigación Técnica, a saber: Instituto «Leonardo Torres Quevedo», Instituto [8] de la Construcción y del Cemento, Instituto del Combustible, Instituto Especial de la Grasa y sus Derivados, Instituto de Racionalización del Trabajo, Instituto de la Soldadura, Instituto del Hierro y del Acero, Instituto de Electrónica, Centro Experimental del Frío Industrial, Instituto de Investigaciones Pesqueras, Sección de Estudios Laneros, Departamento de Plásticos, Instituto de Investigaciones Técnicas de Barcelona, Asociación Electrónica Española, Laboratorio de Investigaciones Electrónicas «Laffón-Selgas».

    Los estudios locales, bajo el Patronato «José María Cuadrado», son recogidos y sintetizados según los datos que proporcionan las Corporaciones provinciales, municipales y privadas, formándose 29 Institutos o Centros.
    En el Patronato «Diego de Saavedra Fajardo» se recogen trabajos de carácter fundamentalmente geográfico, sistematizando la actividad que el Consejo mantiene en relación con la cultura internacional, y abarca los siguientes Institutos o Centros: Instituto de Geografía, Instituto de Bibliografía, Instituto de Estudios Africanos, Centro de Estudios de Etnología Peninsular, Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, Universidad Hispanoamericana de Santa María de la Rábida, Instituto de Estudios Pirenaicos de Jaca, Instituto de Estudios Hispanoamericanos de Investigaciones Científicas, Instituto del Hispanismo.

    Formación de investigadores. – La tarea fundamental del Consejo, aparte de la muy importante de haber creado toda una red de instalaciones materiales, es la creación de un alto cuerpo de científicos para quienes la investigación constituye una profesión. Con este criterio fueron creadas las plazas de colaboradores e investigadores científicos del Consejo por los Decretos de 15 de julio de 1945 y 23 de mayo de 1947, perfeccionándose el régimen de dicho personal científico con el Decreto y Reglamentación de 13 de julio de 1951.

    El Consejo tiene, además, una Escuela de Estudios Auxiliares de la Investigación.

    Cambio intelectual. – Como una importante proyección hacia el exterior, se creó por el Consejo la sección de Cambio Internacional, que mantiene un amplio contacto con el extranjero, a fin de establecer una correlación entre los estudios de los investigadores españoles y los de otros países. Dicho intercambio no se refiere únicamente a las prestaciones de índole personal, sino principalmente al servicio de documentación científica.

    Contacto con el extranjero. – Para las relaciones universitarias, el Consejo está en contacto con las Universidades estatales libres, Centros técnicos y grandes Escuelas Especiales de los siguientes países:
    Alemania (42 Centros), Austria (10), Bélgica (31), Dinamarca (11), Finlandia (9), Francia (77), Grecia (3), Holanda (13), Inglaterra (63), Irlanda (11), Islandia (1), Italia (40), Luxemburgo (1), MaIta (1), Noruega (7), Portugal (9), Suecia (19), Suiza (15), Vaticano (4), África Occidental Francesa (1), África del Sur (7), Argelia (1), Egipto (5), Marruecos Francés (4), Túnez (1), Afganistán (1), Birmania (1), Filipinas (13), [9] India(19),Israel (5), Japón 1(8), Líbano (4), Pakistán (3), Persia (1), Siria (1), Tailandia (1), Australia (13), Nueva Zelanda (2), Canadá (20), Estados Unidos (186), Argentina (48), Bolivia (10), Brasil (15), Colombia (9), Costa Rica (1), Cuba (1), Chile (5), Ecuador (5), Guatemala (1), Haití (1), Méjico (25), Nicaragua (4), Panamá (1), Paraguay (2), Perú (7), Puerto Rico (1), República Dominicana (1), El Salvador (1), Uruguay (2), Venezuela (3). Total de Centros: 777.

    De todos estos Centros de los diferentes países con los que está en contacto el Servicio de Documentación, el Consejo posee en la actualidad un total de 2.036 publicaciones.

    Además, el Servicio de Documentación ha reunido un fichero de todos los profesores extranjeros en relación con el Consejo, así como de los profesores españoles, con sus datos biográficos más importantes y sus actividades y publicaciones científicas. Hasta ahora, estos ficheros están compuestos por el siguiente número de fichas: Profesores extranjeros, 815 fichas; profesores españoles, 352; fotografías, 597.

    Respecto a las relaciones con organismos internacionales, el Servicio de Documentación se halla en contacto con 34 de ellos; los más importantes: Unesco, International Council of Scientifics Unions y sus comisiones especiales, Bureau International d’Education, de Ginebra; Bureau International des Universités, de París; Instituto Académico Internacional, de Holanda; Pan American Union, de Washington; Unión Académica Internacional, de Bruselas.

    Como quiera que la vida y las necesidades de la investigación reclaman la existencia de unas relaciones lo más estrechas posibles, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas desarrolla una gran actividad, con asistencia a los Congresos Internacionales, donde se ha oído la voz de nuestros investigadores y se han establecido contactos personales de indudable utilidad. En ocasiones, estos Congresos tienen lugar en Madrid, originando la presencia en nuestra Patria de hombres de ciencia internacional. Señalamos el ejemplo del año 1951, en el que los investigadores del Consejo estuvieron presentes en cuarenta y ocho Congresos internacionales celebrados en doce países.

    Por lo que se refiere al intercambio de becas, otorgadas al personal investigador docente, el Consejo mantiene intercambios de esta índole con la Universidad de Bonn, Deutscher Akademischer Austauschdienst, Universidad de Göttingen, British Council, Universidad de Lovaina, Instituto Hispano-Mejicano de Investigaciones Científicas, Universidad de Utrecht, Eidg, Technische Hochschule y Universidad de Zurich, centros que ofrecen un campo de estudio a nuestros becarios, facilitando a los suyos la compensación de trabajar en bibliotecas y laboratorios de los Institutos científicos españoles.

    Bibliotecas. – Posee la Biblioteca General del Consejo unos cien mil volúmenes, y por su organización debe considerarse dentro y fuera de España como una biblioteca modelo. Las bibliotecas especiales forman un conjunto bibliográfico que se aproxima a un millón de volúmenes, y son más de 15.000 las revistas. Cada Instituto tiene [10] organizada su biblioteca con arreglo a la respectiva especialidad.

    Labor editorial. – En materia de libros, las publicaciones del Consejo han ampliado en los últimos años el campo espiritual de la vida española. El carácter de las publicaciones se deriva de la actividad investigadora de cada Instituto.
    Los títulos de libros editados durante el decenio 1940-1950 pueden distribuirse de la manera siguiente: 1940-41, 24 libros; 1942, 69; 1943, 64; 1944, 90; 1945, 100; 1946, 168; 1947, 163; 1948, 179; 1949, 125, y 1950, 192; que hasta dicha fecha suman un total de 1.174 libros, sobre todas las disciplinas del saber.

    Complemento de estas obras son las 121 revistas periódicas que edita el Consejo para recoger los resultados de las investigaciones de los Institutos y con las cuales se mantiene un contacto permanente con la cultura del mundo.
    Delegación en Roma. – Finalmente, los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Educación Nacional, en coordinación, han establecido en Roma una Delegación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, con la finalidad de proseguir las tareas de la ciencia y la investigación españolas en la Ciudad Eterna, desarrollando y ordenando la labor de los investigadores españoles en Italia.



    Temas españoles, nº 102
    Publicaciones españolas
    Madrid 1954 · 29 + IV páginas

    Proyección cultural de España / Alvar Fañez / Temas españoles 102 / Madrid 1954
    Última edición por ALACRAN; 19/05/2016 a las 19:26
    raolbo y Pious dieron el Víctor.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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    Re: El famoso "desierto cultural" de la España franquista (1936-1954)

    III. Proyección americanista



    Citemos aquí al Instituto de Cultura Hispánica, que fue creado por la Ley de 31 de diciembre de 1945, y tiene por finalidad mantener los vínculos espirituales entre los pueblos que integran la comunidad cultural de la Hispanidad. Los Departamentos que lo componen son: Estudios, Información, Publicaciones, Asistencia Universitaria, Intercambio Cultural, Certámenes y Conmemoraciones.

    El Departamento de Estudios se ocupa de los problemas actuales del mundo hispánico y de la formación de especialistas.
    El de Información tiene a su cargo la búsqueda, clasificación y archivo del material informativo de los países hispanoamericanos, así como los datos culturales sobre España para su difusión en el extranjero.

    Corresponde al Departamento de Publicaciones todo lo que se refiere a la edición y publicación de libros, folletos, revistas, fotografías, boletines y demás medios de difusión de la cultura.

    Está a cargo del Departamento de Asistencia Universitaria e Intercambio Cultural el cuidado y atenciones al universitario de los países de habla hispánica, que visiten o residan en España, y el fomento del intercambio cultural entre España y el mundo hispánico.

    Compete al Departamento de [11] Certámenes y Conmemoraciones la organización de misiones culturales, Exposiciones, Congresos y todos los actos solemnes de aproximación hispánica o de conmemoración de las efemérides de la Hispanidad.

    Organización del Instituto. Su expansión. – La fundación y funcionamiento del Instituto de Cultura Hispánica corresponde a España, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, y la idea de su creación pertenece a intelectuales de todos nuestros países. Pueden citarse como precedentes los Congresos Iberoamericanos de Montevideo y Lima de 1868 y 1878, los de Madrid de 1892 y 1900, los Congresos Americanistas de Madrid (1881), de Huelva (1892), de Méjico (1895), de Buenos Aires (1930), de Río de Janeiro (1922) y de Madrid (1913).

    La raíz concreta del nacimiento del Instituto está en la reunión de escritores y universitarios hispanoamericanos, asistentes al Congreso de «Pax Romana», celebrado en Salamanca y en El Escorial, en 1945.

    Como vehículo y cauce del actual movimiento centrípeto de los pueblos hispánicos en el terreno cultural han nacido en todas nuestras naciones unos organismos mutuamente independientes entre sí, pero ligados por una misma idea de servicio a la comunidad hispanoamericana, en unos casos más fuertes que en otros, a veces con apoyo oficial y otras sin él.
    Estas diversas Instituciones, que se reúnen alrededor del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, testimonian la grandeza de alma hispanoamericana, que sabe aumentar y fortalecer la común cultura hispánica.

    La sede central y sus derivaciones en las provincias. – El Instituto de Cultura Hispánica se halla instalado en su edificio propio de la Avenida de los Reyes Católicos de la Ciudad Universitaria de Madrid, que se inauguró el día 12 de octubre de 1951. El edificio consta de cinco plantas en su fachada principal y diez en la posterior. Además de las oficinas y dependencias habituales, el Instituto alberga capilla, salones de embajadores, exposiciones, Juntas y actos, Biblioteca y Hemeroteca, comedor de gala y estudios para artistas.

    Las instituciones culturales de España, además de la citada institución central, son las siguientes: Asociación Cultural Iberoamericana, en Madrid; Asociación Cultural Iberoamericana, de Sevilla; ídem de Valencia; ídem de Badajoz; ídem de Barcelona; ídem de Burgos; ídem de Bilbao; ídem de Oviedo; ídem de la Coruña; ídem de Santiago de Compostela; ídem de Salamanca; ídem de Valladolid; Real Academia Hispanoamericana de Cádiz; Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona; Instituto Vizcaíno de Bilbao; Casa de América, de Granada; Instituto de Estudios Hispánicos, de Tenerife.

    El Instituto en América. – En territorio americano florecen las siguientes Instituciones: Instituto de Cultura Hispánica, de Monterrey y de Guadalajara, en Méjico; Instituto Cubano-Español, de La Habana; Instituto de Cultura Hispánica, de Ciudad TrujilIo; ídem de Puerto Rico; ídem de Tegucigalpa y Managua, en Honduras; ídem Panameño, en Colón [12] y Panamá; ídem Costarricense, en San José de Costa Rica; ídem de Bogotá; ídem de Quito; ídem de Guayaquil; ídem de Lima; ídem de La Paz; ídem de Tucumán, Córdoba, Mendoza, Santiago del Estero y Rosario, en Argentina; ídem de Valparaíso y Santiago, en Chile; ídem de Montevideo; ídem de Asunción; ídem de Natal, Recife, Río de Janeiro y San Pablo, en Brasil. Existe, además, en Manila otra institución análoga: el Instituto de Cultura Hispano filipina.

    La voz de España en América. – Una de las finalidades del Instituto es la de hacer llegar a las aulas americanas la voz de los profesores españoles, que en sus conferencias dan a conocer los rasgos más notables de la cultura española actual. Así, en breves años de vida el Instituto ha patrocinado de una u otra manera el viaje a América de los profesores Corts Grau, González Álvarez, Gómez Arboleya, Torroja Miret, Ruiz del Castillo, Eugenio d’Ors, Javier Conde, Manuel Ballesteros, Guillermo Céspedes, Fraga Iribarne, padres Zaragüeta y Ceñal, Muñoz Alonso, Castiella, Laín Entralgo, Antonio Tovar, Jiménez Díaz, Blanco Soler, Entrambasaguas, García Hoz, Pérez Barradas; de los escritores y poetas Eugenio Montes, Díaz Plaja, Giménez Caballero, García Viñolas, Pemán, Dámaso Alonso, Panero, Rosales, Foxá; de los músicos Joaquín Rodrigo, José Cubiles, Sainz de la Maza, y de muchos otros intelectuales y personalidades de la cultura española.

    Esta labor se ha completado con la reciprocidad de los profesores hispano-Americanos en España, quienes han dejado oír su voz en las cátedras españolas y principalmente en la cátedra «Ramiro de Maeztu».

    Congresos. – La presencia de estas personalidades de todo el mundo hispánico en España ha crecido extraordinariamente al venir invitados de modo colectivo para participar en los Congresos Profesionales Iberoamericanos. Las reuniones más importantes fueron: En 1949, Congreso Hispanoamericano de Historia y Congreso Interamericano de Educación; en 1950, Congreso de Cooperación Intelectual; en 1951, Congreso Femenino Hispanoamericano, Congreso Iberoamericano de Seguridad Social y Congreso Hispanoamericano de Veterinaria y Zootecnia; en 1952, Congreso Hispano-Luso-Americano de Derecho Internacional, Congreso Penal y Penitenciario Hispano-Luso-Americano y Filipino, Congreso Iberoamericano de Archivos, Bibliotecas y Propiedad Intelectual, Primera Exposición Bienal del Libro Iberoamericano; en 1953, Congreso Iberoamericano de Cooperación Económica.

    A partir de esta fecha, la celebración de los Congresos ocurre en el solar de los países hispanoamericanos: en 1953, Congreso Hispano-Luso-Americano de Derecho Internacional y Congreso Iberoamericano de Seguridad Social, celebrados en el Brasil; en 1954, II Exposición Bienal Hispanoamericana de Arte, en La Habana, en 1954; Reunión preparatoria del II Congreso de Cooperación Económica, en Montevideo.

    Asistencia universitaria. – El Instituto de Cultura Hispánica, atento al servicio de la actualidad cultural de todos los países unidos con identidad de religión e idioma, fija su atención especialmente [14] en el servicio de Asistencia Universitaria, que viene a simbolizar una misión educativa para el futuro.

    La presencia de estudiantes universitarios hispanoamericanos en España alcanza una media anual de 3.000, siendo así que hace pocos años apenas algunas docenas frecuentaban las aulas españolas todos estos estudiantes se les orienta en sus estudios, se les ayuda a legalizar su situación académica, se les presenta a los más destacados profesores, que les permiten en cada especialidad formarse a su lado; se les organizan viajes culturales para conocer las ciudades y los hombres de España y para trabar una mutua y recíproca amistad, y se les prepara conferencias, representaciones teatrales, canciones y bailes que los instruyan y deleiten, facilitándoles su preparación superior.

    El Instituto de Cultura Hispánica ofrece anualmente más de 200 becas para postgraduados, de un curso de duración, cuya convocatoria se publica en América, a través de la Prensa, las Universidades y las Instituciones culturales. Además, se concede la calidad de becario ad honorem a quienes, poseyendo los mismos méritos, así lo solicitan y desean contar con el apoyo del Instituto en las mismas condiciones que los becarios.

    Un punto interesante a nuestra consideración es el del alojamiento de los estudiantes hispanoamericanos en un ambiente idóneo. El Instituto ofrece tres Colegios Mayores a los estudiantes de América, entre los cien Colegios Universitarios existentes. Dichas residencias hispanoamericanas son: El Colegio Mayor Universitario de Nuestra Señora de Guadalupe, de Madrid; el «Fray Junípero Serra», de Barcelona; el «Hernán Cortés», de Salamanca, y la Residencia «Santa María del Buen Aire», de Sevilla; esta última, instalada en el antiguo palacio de los Guzmanes, es un vasto edificio de estilo sevillano, bello y alegre.

    Para los que cursan la carrera eclesiástica está el Colegio Hispanoamericano de Comillas (Santander). En esta Universidad Pontificia, desde 1892, existía ya un grupo de estudiantes hispanoamericanos y en la actualidad se eleva a un centenar de alumnos de todos los países de América española.

    Los planes de estudios de los escolares hispanoamericanos se hallan facilitados por una serie de convenios culturales sobre reconocimiento de estudios y validez de títulos académicos, entre el Ministerio de Educación Nacional español y los respectivos países de Hispanoamérica.

    Dichos convenios, hasta el día de hoy, se han concertado con Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Filipinas, Nicaragua, Panamá y Universidad de Santo Tomás, de Manila.

    Museo de América y Biblioteca Americanista. – Por Decreto de 19 de abril de 1941 se creó el Museo de América, cuyas colecciones iniciales de arqueología y etnografía americanas originarán un gran Museo donde puedan estudiarse las civilizaciones indias y el arte colonial. Este Museo expone con rigurosa fidelidad científica la historia del descubrimiento, conquista y civilización de América, las manifestaciones de la civilización entre los pueblos indígenas, el arte colonial, los trabajos misionales, etcétera.

    Paralelamente, se organiza la [14] biblioteca del Instituto, que ha reunido ya cerca de 40.000 volúmenes, incorporando colecciones antiguas tan prestigiosas e importantes como, verbigracia, la llamada de «Graíño» dedicada a ejemplares únicos y ediciones raras hispanoamericanas.

    Escuela de Estudios Hispanoamericanos, en la Universidad de Sevilla. – Desde su creación, en noviembre de 1942, funciona esta Escuela con carácter autónomo, alojada en la Facultad de Filosofía de la Universidad Hispalense. La Escuela ha sido concebida con el objeto principal de formar especialistas en cuestiones americanas, recibiendo alumnos especiales, hispanoamericanos y extranjeros.

    Sección de Historia de América en las Universidades de Madrid y Sevilla. Fueron adscritas en septiembre de 1945 a las Facultades de Filosofía y Letras de las citadas Universidades. En el preámbulo de la Ley de creación se dice que «el estudio del pasado americano será objeto de mayor preocupación para la educación española, no solamente por la necesidad de una revisión total con nuevos métodos de investigación americanista, sino también por la urgencia en llegar a una mayor comprensión y colaboración intelectual y cultural con todas las naciones de América».

    Ediciones «Cultura Hispánica». – Es la única empresa editorial al servicio de Hispanoamérica y Filipinas, que viene realizando tenazmente, año tras año, el intento más considerable entre los pueblos de habla española, para dar a conocer las vivencias culturales de la comunidad hispánica y los más importantes hallazgos en el amplio campo del pensamiento y de la cultura contemporánea. Desde su fundación en el año 1945, toda una serie de volúmenes, aparecida en no interrumpida y sistemática labor, pone de manifiesto ante el público la multiforme variedad hispanoamericana: Literatura, Arte, Filosofía, Poesía, Ensayos, Historia, Geografía, Economía, Derecho, &c., son materias que, a través de las más consagradas plumas de España y América, se tratan en estas ediciones. Nombres prestigiosos, como los de Ramón Menéndez Pidal, José Vasconcelos, José María Pemán, Carlos Pereira, Gonzalo Zaldumbide, Víctor A. Belaunde, José Arce, &c., avaloran esta empresa de orden cultural.

    IV. El Instituto de España y las Academias

    A partir de nuestra Guerra de Liberación, en plena Cruzada, se llevó a efecto la creación del Instituto de España, que viene a ser como una denominación superior que abarca los nombres de las Reales Academias.

    El Decreto de creación, dado en Burgos el 1 de enero de 1938, define a este Organismo como el conjunto de los académicos numerarios de las Reales Academias: de la Lengua, de la Historia, de Bellas Artes, de Ciencias Exactas, [15] Físicas y Naturales, de Ciencias Morales y Políticas y de Medicina, reunidos en Corporación nacional, a título de Senado de la cultura española.

    Posteriormente se integran en el Instituto las Reales Academias de Jurisprudencia y Legislación, y de Farmacia.
    Según esto, el Instituto de España quedó hace dieciséis años incorporado a las tradiciones académicas españolas, realizando una meritísima labor en pro de la intelectualidad, de la cultura y del saber. Su ilustre nombre es, ante la consideración extranjera, un símbolo de la ciencia y las letras de España.

    A la cabeza del Instituto está una Mesa directiva compuesta por Presidente, dos Vicepresidentes, Secretario general perpetuo, Vicesecretario, Censor, Canciller, Contador, Tesorero y Bibliotecario, que, además, son representantes de las ocho Reales Academias.

    El Instituto de España ha publicado, entre otras obras: «Teoría de los estilos», por don Eugenio d’Ors; «Cervantes, lector», por don Armando Cotarelo Valledor; «Perspectiva de una enciclopedia nacional», por don Pedro de Novo y F. Chicharro; «Evocación del pintor Claudio Coello», por don Elías Tormo y don Juan Contreras, Marqués de Lozoya; «Cuatro Reinas españolas en la epopeya portuguesa de los Descubrimientos», por don Félix de Llanos y Torriglia; «Las directrices de la pedagogía de Juan Luis Vives», por don Juan Zaragüeta; «El príncipe Don Juan Manuel y su condición de escritor», por doña Mercedes Gaibrois de Ballesteros; «Ante una moderna arquitectura», por don Antonio Palacios; «Cómo se hacía un libro en nuestro Siglo de Oro», por don Agustín G. de Amezúa; «Conquista de Sevilla por San Fernando», por don Luis Redonet y don Antonio Ballesteros Beretta; «Las peregrinaciones jacobeas», por don Luciano Huidobro; &c.

    Además, con motivo de la celebración de diversos centenarios, el Instituto ha publicado estudios sobre Cervantes, San Juan de la Cruz, Marco Fabio Quintiliano, Fernández de Navarrete, Quevedo, Fray Francisco de Vitoria, Francisco de Goya y Lucientes, Nebrija, Balmes, Saavedra Fajardo, Isabel la Católica, San Francisco Javier, Ramón y Cajal, José Toribio Medina, emperador Trajano, &c.

    Las Reales Academias. – Por orden de antigüedad, las Reales Academias son las siguientes: Real Academia Española, Real Academia de la Historia, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Real Academia Nacional de Medicina, Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Real Academia de Farmacia. En total, ocho.

    La Real Academia Española fue fundada en 1713 y aprobada por Real Cédula de Felipe y el 3 de octubre de 1714. Su finalidad es velar por la pureza, propiedad y esplendor de la lengua castellana; investigar sus orígenes; fijar sus principios gramaticales; vulgarizar, por medio de la estampa, los escritos desconocidos y preciosos que se conservan de lejanos siglos y manifiestan el evidente y progresivo desarrollo del idioma; promover la reimpresión de las obras clásicas en ediciones esmeradas, y publicar en láminas excelentes los retratos de nuestros afamados ingenios, librándolos del olvido. [16]
    Usa por emblema un crisol puesto al fuego, con la leyenda: «Limpia, fija y da esplendor».

    Consta de 38 académicos numerarios con residencia en Madrid; de otros tantos correspondientes, domiciliados en provincias, y de honorarios y correspondientes extranjeros, entre ellos las Academias, americanas establecidas en las que fueron provincias españolas de Ultramar.

    Entre las numerosas obras fundamentales publicadas por la Academia están: la «Gramática» y «Diccionario» oficiales del idioma nacional.

    Fue creada la Real Academia de la Historia por Decreto de 18 de abril de 1738, y Real Cédula de Felipe V del 17 del mismo mes. Su misión, según dichos documentos fundacionales, es ilustrar la Historia de España antigua y moderna, política, civil, eclesiástica, militar y de las Ciencias, Letras y Artes, o sea, de los diversos ramos de la vida, civilización y cultura de los pueblos españoles. La Academia consta de 36 académicos numerarios, domiciliados en Madrid; 275 correspondientes españoles, que lo están en provincias, y honorarios y correspondientes extranjeros, entre ellos varias Corporaciones hispanoamericanas.
    Entre las numerosas obras fundamentales publicadas por esta Corporación figuran: la colección de «Cortes de Castilla, Aragón, Valencia y Cataluña», los «Documentos inéditos de Indias», el «Memorial histórico español» la «Biblioteca arábigo hispana».

    A iniciativa del escultor don Juan Domingo Olivieri y del Marqués de Villarias, primer Secretario de Estado, fue fundada la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, por Real Cédula de Felipe V, el 13 de julio de 1744, para promover el estudio y cultivo de la pintura, escultura, arquitectura y música, estimulando su ejercicio y difundiendo el buen gusto artístico con el ejemplo y la doctrina.Esta Real Academia está compuesta por 48 académicos numerarios, residentes en Madrid, y otros correspondientes en provincias, y honorarios y correspondientes extranjeros. La Academia comprende cuatro secciones: de Pintura, Escultura, Arquitectura y Música.

    La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales fue creada a iniciativa del Marqués de Molíns, Ministro del ramo, por Real Decreto de 15 de febrero de 1847. fue continuación de la antigua Academia de Ciencias Naturales en Madrid. Su objeto es cultivar el estudio y propagar el conocimiento de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en su esencia y en sus principales aplicaciones. Entre las obras más importantes publicadas por esta docta Corporación, registramos los «Libros del Saber de Astronomía», del Rey Sabio.

    Consta de 36 académicos de número, que viven en Madrid; de otros tantos correspondientes nacionales y varios extranjeros. La Academia se divide en las Secciones de Ciencias Exactas, Ciencias Físico-Químicas y Ciencias Naturales.
    Fundada por Real decreto de Isabel II, fechado el 20 de septiembre de 1857, la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas tiene por misión cultivar las Ciencias morales y políticas, ilustrando los puntos y cuestiones de mayor importancia, transcendencia y aplicación según los tiempos y circunstancias.

    Se compone de 33 académicos de [17] número en Madrid, 30 correspondientes en provincias, y de honorarios y correspondientes extranjeros.

    La Real Academia Nacional de Medicina fue reorganizada por Real decreto de 28 de abril de 1871, en recuerdo de la antigua Real Academia Médica Matritense. Es misión de esta Academia fomentar el progreso de la medicina española; publicar su historia bibliográfica; formar la geografía médica del país, y un Diccionario Tecnológico de Medicina. Entre las importantes obras editadas están: la «Farmacopea Española» y la «Biblioteca Clásica de la Medicina Española».

    Los académicos numerarios residentes en Madrid son 40. Además, hay varios correspondientes en provincias y otros honorarios en el extranjero.

    La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación es sucesora de las antiguas Reales Academias de Santa Bárbara, Purísima Concepción, Carlos III, Nuestra Señora del Carmen, Fernando VII, Sagrados Cánones de San Isidoro y demás oficiales de Derecho que se han reconocido en Madrid, las cuales fueron reunidas en una sola por Real orden de 12 de febrero de 1836.
    Su objeto es la discusión pública o privada, oral o por escrito, exclusivamente de materias jurídicas relacionadas con el Derecho; explicación de cátedras y conferencias; redacción de informes, dictámenes y consultas acerca de las materias relacionadas con el objeto de la Academia. Exposiciones al Poder público que pueden o deben ser objeto de norma o reforma legal. Ensayos prácticos de procedimientos judiciales y estudios de investigación histórica y estadística. Fundación de Academias correspondientes en España y en el extranjero, &c.

    Se divide la Academia en las seis secciones de Filosofía del Derecho e Historia del Derecho, Derecho Civil, Mercantil y Canónico, Derecho Penal y Procesal, Derecho Político y Administrativo, Derecho Social, Economía y Hacienda, y Derecho Internacional público y privado.

    Consta esta Corporación académica de 40 miembros numerarios y un número determinado de académicos correspondientes y honorarios.

    Incorporada la Real Academia de Farmacia al Instituto de España y equiparada a las demás Reales Academias, su creación se origina en el Decreto de 9 de agosto de 1946, conservando el espíritu de su formación –cultivo y adelantamiento de la Farmacia, Química, Botánica e Historia Natural– señalado en el nuevo Estatuto de 7 de febrero de 1947. Según ello, la misión de esta Academia estriba en la investigación y estudio de las Ciencias farmacéuticas y sus afines; el fomento de su cultivo y el asesoramiento, cuando ellos lo soliciten, a los organismos oficiales.
    Consta de 40 académicos numerarios, además de otros supernumerarios, correspondientes y honorarios hasta un número de 198; de ellos, 24 residentes en naciones de América y Europa.

    Entre las publicaciones más notables están: Las «Farmacopeas Oficiales» de 1738 y 1762 y un «Diccionario de Farmacia», editado en 1862.

    Las Academias correspondientes. – Los Reglamentos de las Reales Academias tienen prevista la oportunidad de establecer estrecha relación con los otros organismos similares del extranjero, [18] especialmente con los hispanoamericanos. En todas estas naciones cuentan las Corporaciones académicas españolas con Academias o, por lo menos, académicos correspondientes. Refiriéndonos a Hispanoamérica, nuestras Academias tienen su recíproca en la Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, Méjico, Panamá, Paraguay, Perú, El Salvador, Uruguay, Venezuela y Filipinas.

    Los Reglamentos de nuestras Reales Academias establecen las condiciones de las Academias correspondientes, que pueden resumirse así: 1º Cuando los académicos correspondientes que residan en el mismo punto de cualquiera de las Repúblicas o Estados americanos lo propongan expresamente y por escrito a cualquier Real Academia española, pueden ser autorizados para establecer en el referido país otra Academia correspondiente, que deberá ser integrada, como mínimo, por una cifra de académicos que determinará la Academia de Madrid. 2º Las Academias correspondientes se regirán, en lo posible, por los Reglamentos de las Academias españolas y, en el caso de modificación, de acuerdo con los proponentes. 3º Los miembros académicos serán nombrados por la respectiva Real Academia, a propuesta de la Comisión permanente que se nombre para tener relación constante con las Academias correspondientes. 4º Los académicos españoles lo serán natos de todas las correspondientes, aunque no de número. 5º Una vez establecida una Academia correspondiente, en cualquier República o Estado, no podrá establecerse otra sin ser oído previamente el parecer de la primera. 6º Las Reales Academias y sus correspondientes se deberán recíproco auxilio en lo que respecta a los fines de la Corporación académica y, por tanto, se representarán mutuamente en los respectivos países.

    http://filosofia.org/mon/tem/es0102.htm
    Última edición por ALACRAN; 19/05/2016 a las 19:00
    raolbo y Pious dieron el Víctor.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  3. #3
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    Re: El famoso "desierto cultural" de la España franquista (1936-1954)

    V. Panorama de las instituciones culturales en el exterior

    La cultura es el aspecto más interesante de la política exterior. Precisamente por estar gravemente amenazada la civilización occidental, es necesario incrementar la comunicación entre todas las minorías cultas, que, contando con un común repertorio de ideas fundamentales y fecundas, pueden establecer entre sí una comunicación espiritual, superando las limitaciones raciales e históricas de cada país.

    Pero es preciso que esa comunicación se efectúe, no de manera esporádica y aislada, sino siguiendo las líneas de un plan general de acción. A una mayor densidad cultural y a una más intensa tradición de espiritualidad corresponde una más amplia obligación de aportar a la comunidad, occidental los valores culturales propios. Este imperativo, plenamente percibido por el Gobierno español, ha tenido como consecuencia el que, a partir de la Guerra de Liberación, la Junta de Relaciones Culturales haya elaborado amplios programas de acción cultural en el extranjero. [19]

    La Dirección General de Relaciones Culturales del Ministerio de Asuntos Exteriores, como órgano ejecutivo, ha aportado su eficaz organización, la actividad de numerosos diplomáticos especializados y los recursos económicos necesarios, para realizar una intensa labor de difusión de la cultura española en el exterior. En los últimos años ha incrementado el número de instituciones permanentes que contribuyen al logro de los fines antes expuestos. Están al servicio de la alta cultura y atienden también a las necesidades culturales de los importantes núcleos de españoles residentes en países extranjeros.

    Figuran entre estas instituciones las siguientes:

    A) Institutos
    Real Colegio Mayor Albornociano de San Clemente de los Españoles, en Bolonia. – Fundado en el siglo XIII por el Cardenal Albornoz. Es la institución europea más antigua entre las de este tipo. Concede diez becas anuales a Licenciados españoles, cuyos estudios en la Universidad Boloñesa sirven para obtener en España, por privilegio especial, el título de doctor. Para optar a las becas es condición indispensable haber logrado matrículas de honor en más de la mitad de las asignaturas fundamentales de cada licenciatura. Varios colegiales han merecido, en los últimos treinta años, el premio «Víctor Manuel», el más alto galardón universitario italiano. La Fundación, por su parte, concede los premios «Albornoz» y «San Clemente» a sus mejores alumnos.

    Por el Colegio pasaron personalidades como Carlos V, Cervantes, San Ignacio de Loyola, y entre sus alumnos figuran Nebrija y, en más recientes tiempos, personalidades de la política y de la Universidad. La Dirección General de Relaciones Culturales ha subvencionado a la institución para restaurar su patrimonio, después de la última guerra mundial {1}. [20]
    {1. Conocido en Italia con el nombre de «Collegio Reale della illustríssima nazione spagnuola», el edificio forma una sola manzana, dando la fachada principal a la calle llamada del «Collegio di Spagna». Su creación fue debida al cardenal Albornoz, según testamento otorgado en 1364, mediante el cual nombré heredero de sus bienes al establecimiento docente que debió instalarse en Bolonia, asignándole cantidad suficiente para el sostenimiento de 24 colegiales y dos capellanes, y concediendo plenos poderes a su sobrino don Álvaro Álvarez de Albornoz y a su camarero Alfonso Fernández para comprar terrenos que fueron adquiridos en el siguiente año 1365. Los Estatutos del Colegio fueron sancionados sucesivamente por los papas Gregorio XI, Inocencio VIII, Alejandro VI, Julio II, León X y Paulo III. Más tarde, los Reyes de España otorgaron al Colegio el título de Real, reconociendo la validez de estudios en el mismo cursados y obtenidos. El Senado de Bolonia distinguió al Colegio Español con otras prerrogativas y excepciones. Cuando la invasión francesa a fines del siglo XVIII, el Colegio perdió la mayor parte de sus privilegios, siendo más tarde acumulados sus bienes por Napoleón I, en 1812; pero, andando el tiempo, el Colegio recobró su vida anterior gracias a la asistencia del Papa y de España.

    El edificio, construido en menos de tres años, responde a los estilos gótico y del Renacimiento. Aunque el tiempo ha hecho estragos en su arquitectura y en las pinturas, los primeros fueron reparados, aunque no las segundas totalmente, pues los frescos de Aníbal Carrachio y de Bagnacavallo han desaparecido, conservándose uno que representa la coronación del emperador Carlos V por el Papa Clemente VII; en él puede verse al emperador, postrado a los pies del Pontífice, a quien en un momento el César español había tenido cautivo. (Escena análoga a la que fue inmortalizada por Velázquez en el cuadro de la «Rendición de Breda»). Por cierto que un historiador contemporáneo dice que, en ocasión del acto de la investidura del emperador, fueron tantos los príncipes y prelados que llegaron a Bolonia, que encarecieron los víveres que antes abundaban a bajo precio, y que la ciudad se llenó de riquezas. En este Colegio se refugiaron los primeros impresores que hubo en la ciudad, perseguidos por los amanuenses; hecho que acredita el indudable prestigio intelectual de la fundación española en aquella época. Hoy, bajo el gobierno de Franco, se ha fundado aneja al Colegio la Casa de Cervantes, restaurándose la capilla gótica y la gótica galería del Colegio de San Clemente.}

    Academia Española de Bellas Artes, en Roma. – Esta institución, de gran tradición artística, en la que completaron su formación algunos de los más eximios artistas contemporáneos, tiene por exclusivo objeto el perfeccionamiento de la práctica de las artes y de los estudios histórico-artísticos. El Estado concede doce pensiones para pintura, escultura, música, arquitectura, grabado, restauración, estudios histórico- arqueológicos. La duración de las pensiones varía según las materias e incluye los viajes de ida y regreso a España. Los pensionados y becarios viajan algunos meses por Europa para completar su formación profesional.

    Colegio de España, en la Ciudad Universitaria de París. – Fundado en 1927, se rige por un Consejo de Administración de diez miembros, en el que figura, además del Embajador y el Cónsul general de España en París, el Rector de la Universidad y el Presidente de la institución francesa para el desenvolvimiento de la Ciudad Universitaria. Por su dignidad arquitectónica y su esmerada organización es uno de los que disfrutan de mayor prestigio en aquel selecto ambiente universitario. Se albergan en él más de un centenar de alumnos, la mitad de los cuales son de nacionalidad española y el resto pertenecientes a varios países, especialmente hispanoamericanos. Se dan frecuentemente conferencias y se organizan actos culturales y conciertos. Cada año desfilan por sus aulas distinguidas figuras de la Universidad española, artistas, literatos, periodistas, y constituye un excelente vehículo para las relaciones culturales hispanofrancesas.

    Instituto de España, en Lisboa. – Su finalidad principal es el fortalecimiento de las relaciones espirituales con el país hermano. Funciona también como Instituto de Enseñanza Media, con estructura análoga al de cualquier capital española. En él se educan los hijos de los españoles residentes en Lisboa. Además de las materias propias de la enseñanza media se organizan actos de carácter cultural (coloquios, conciertos, conferencias, &c.), sirviendo de centro y de cohesión al movimiento hispanista en Portugal.

    Instituto de España, en Londres. – Creado en 1945, funciona en un edificio típicamente londinense, enclavado en uno de los barrios más céntricos: Dispone de una biblioteca de 7.000 volúmenes, casi exclusivamente dedicada a temas culturales españoles. Cursan estudios cada año unos 400 alumnos.

    Las materias fundamentales que se explican son: Historia de la cultura española, Historia del arte hispánico, Historia de la literatura castellana, y cursos de Gramática y Fonética. Cada año se organizan series de conferencias y cursillos monográficos sobre temas españoles. Desde su creación han desfilado por sus aulas eminentes literatos, artistas, poetas y hombres de ciencia españoles e ingleses que han dado a conocer los más variados aspectos de la cultura española. A los alumnos que en cada curso han obtenido mejor calificación se les conceden becas para ampliar estudios en España.

    Instituto Politécnico Español, en Tánger. – Fue creado en 1946 y ha venido a satisfacer una necesidad experimentada [21] desde tiempo atrás en virtud de las peculiares características de la ciudad y su heterogénea población. El importante núcleo español de Tánger exigía que de alguna forma se aplicara nuestra legislación sobre la enseñanza profesional y media. Está capacitado para recoger cuantos alumnos deseen, después de haber cursado la enseñanza primaria, ampliar sus estudios para pasar a grados superiores u obtener títulos o diplomas de tipo profesional. Es un centro de enseñanza media cuyos estudios fundamentales están integrados por los cursos de Bachillerato español y las enseñanzas de una Escuela de Comercio.

    Se concede particular atención a las actividades de carácter religioso y deportivo recreativas, a cargo estas últimas de una agrupación artística que ha demostrado en varias ocasiones una excelente capacitación.
    La labor del Instituto Politécnico de Tánger se pone de manifiesto a través de las cifras que demuestran el aumento del número de matrícula: de 86, durante los cursos 1948-49, a más de 400 en el curso 1952-53.

    El Instituto mantiene también un curso para extranjeros en el que se explican temas culturales fundamentales (Gramática, Fonética, &c.). Además de las actividades de este tipo a cargo de los profesores del Centro, el Instituto ha invitado frecuentemente a destacadas personalidades de la vida intelectual y artística española.

    Instituto Español de Lengua y Literatura, en Roma. – En este organismo se centralizan las funciones de expansión de la cultura y de la lengua española en Italia. El número de alumnos pasa de los 200, y las materias cursadas son: Lengua española, Historia de la literatura y del arte español, así como lectura y comentarios de textos españoles e hispanoamericanos. Al terminar sus estudios se expide a los alumnos un «Diploma de Lengua y Literatura españolas», distinción que sólo alcanzan los que demuestran plenamente su capacidad.

    Además de estas tareas docentes se dan en el Instituto conferencias y conciertos a cargo de destacadas personalidades españolas. Los profesores del Instituto dirigen también cursillos sobre temas de cultura española en otros Centros docentes. Cuenta con una bien seleccionada biblioteca altamente especializada en temas culturales y científicos españoles.

    Instituto de Santiago, en Nápoles. – Este Instituto da cursos de Lengua y Literatura españolas, y su Director es al mismo tiempo Lector de español en la Facultad de Letras de la Universidad de Nápoles. Posee una biblioteca selecta y facilita datos a los investigadores italianos sobre temas hispánicos. Cursan estudios unos 200 alumnos. Funciona como organismo auxiliar del Instituto de Roma para la región napolitana de tan conocida tradición hispanista. Se realizan coloquios sobre temas culturales y se conceden anualmente becas a alumnos para ampliar estudios en España.

    Biblioteca Española, en París. – En total, entre el 20 de octubre de 1952, fecha de la inauguración de la Exposición del Libro Español Contemporáneo, y el día de hoy, en que se ha cerrado el cielo de conferencias de la Exposición «América en España», se han celebrado en [22] aquellos locales cinco exposiciones, 34 conferencias y tres conciertos.
    Las exposiciones han sido las siguientes: «Exposición del Libro Español Contemporáneo», desde el 20 de octubre al 28 de noviembre de 1952; «Exposición de Recuerdos de San Francisco Javier y de las Misiones Contemporáneas Españolas», desde el 4 al 20 de diciembre de 1952; «Exposición de Artistas Españoles en París», desde el 12 al 30 de mayo de 1953; «Exposición de Recuerdos de Donoso Cortés», desde el 10 de junio al 4 de julio de 1953, y «Exposición de América en España», desde el 18 de junio al 4 de julio de ese mismo año.

    Las conferencias han sido las siguientes: en octubre y noviembre de 1952, durante la «Exposición del Libro Español Contemporáneo», conferencias de don Ramón Menéndez Pidal, don Emilio García Gómez, don Pedro Laín Entralgo, M. Paúl Claudel. En diciembre de 1953, durante la «Exposición de San Francisco Javier», conferencias del reverendo señor don Alfonso Querejazu y del padre Bernard Maltre, S. J. En enero de 1953, conferencias de la señorita María Cardona, don Aurelio Viñas, don José Camón Aznar, M. Elie Lambert. En marzo de 1953, conferencias de M. Dauphin Meunier, don Eugenio d’Ors, don Eduardo Ibáñez, M. Jean Naudry, don José Antonio Maravall. En abril de 1953, conferencias de don Ernesto La Orden, don Juan Ainaud, M. Henri Ey, don José María Pemán y de la condesa Marthe de Fels. En mayo de 1953, conferencias de M. Gustave Thibon, don Octavio Saltor, M. Germain Bazin y don Mauricio Torra-Balart. En junio de 1953, conferencias de don Julio Rajal y don Santiago Galindo Herrero. En junio y julio de este mismo año, conferencias de don Alfredo Sánchez Bella, del Embajador venezolano señor Parra Pérez, del abogado mejicano don Víctor Ruiz Esparza, de don Carlos Sentís, del Encargado de Negocios del Ecuador, don José A. Díez, y de don Aurelio Viñas.

    Durante el curso actual han ofrecido conciertos en la Biblioteca Española la pianista Consuelo Colomer, la violinista Ana María Sebastián y el guitarrista Narciso Yepes. Se siguen celebrando conferencias los miércoles de cada semana a base de oradores españoles, franceses e hispanoamericanos, residentes en París, y de personalidades de Madrid.

    Instituto de Estudios Hispánicos, de Utrecht. – Subvencionado por la Dirección General de Relaciones Culturales, existe en Utrecht el Instituto de Estudios Hispánicos, fundación establecida por la Universidad estatal. Presidente y Vicepresidente de la Comisión Ejecutiva son: S. A. R. el Príncipe de los Países Bajos y el Ministro de España en La Haya. Su Director es el eminente hispanista profesor C. F. A. van Dan, y sus Vocales los más destacados hispanistas holandeses.
    El objeto de la Fundación es el fomentar los estudios de la lengua y la cultura españolas y holandesas en la Universidad de Utrecht. El Instituto está siempre atento a todas las manifestaciones de la cultura hispánica. Hay frecuentemente conferencias de personalidades españolas invitadas por dicho Instituto, que recibe intelectuales de todo el mundo de habla española. [23]

    B) Escuelas

    Andorra. – España viene desarrollando en los Valles de Andorra una labor desinteresada y fecunda. En Andorra no existe el problema del analfabetismo. En el pequeño principado pirenaico, donde se funden tradición y progreso, España ejerce su acción en el más noble de los campos, el de la cultura, cabiéndole el honor de haber coadyuvado en primera línea por la consecución de uno de los mejores timbres de gloria del Principado. Bajo la inspección del Inspector de la Enseñanza Española en Andorra, España sostiene las escuelas mixtas de Arinsal, La Cortinada, Pal, La Masada, Santa Colona y Aixirivall, y escuelas para niños y niñas en San Julián, Escaldes, Elcamp, Andorra la Vieja, Ordino y Canillo. A estas escuelas hay que añadir tres colegios religiosos, subvencionados por la Dirección General de Relaciones Culturales, en San Julián, las Esclavas y el de la Sagrada Familia en Andorra la Vieja. El número total de niños asistentes es de 500, y el sistema que rige la enseñanza en éstos Centros es el mismo que el de otras escuelas españolas en el extranjero (Tánger, Argelia, Francia, &c.).

    Las escuelas están montadas según los últimos adelantos pedagógicos. Todas ellas están dotadas de nutridas bibliotecas y algunas tienen proyectores cinematográficos para películas de 16 milímetros; otras, proyectores para diapositivas; otras disponen de gramolas y abundancia de discos de música popular española, &c.

    Las escuelas de Andorra rebasan su carácter inicial de escuelas de enseñanza primaria, dándose en ellas clases de iniciación profesional, tales como corte y confección, mecanografía, contabilidad, etcétera. Se han fomentado también los cotos escolares. Existen tres en Santa Colona, Ordino y Pal. Hay cotos de carácter artesano en los que los muchachos especializados cincelan y tallan en madera fina. El dinero obtenido de la venta de estos objetos, así como de la miel, en el caso de los cotos avícolas, se ingresa en las libretas de ahorro que los alumnos tienen abiertas en la Mutualidad Escolar.
    Las escuelas organizan viajes de fin de curso por España, y ya se han hecho algunos a El Escorial, Madrid, Barcelona, Mallorca y Zaragoza. Además, la Dirección General de Relaciones Culturales protege especialmente a aquellos antiguos alumnos de las escuelas de los Valles de Andorra que no cuentan con medios suficientes para proseguir estudios superiores. Son numerosas las becas concedidas para cursar en España Bachillerato, Magisterio, carreras especiales y estudios sacerdotales.

    Norte de África: Casablanca. –Dependiente del Ministerio de Educación Nacional, concede ocho becas al año, tiene una partida para gastos de viaje y cantina escolar.

    Tánger. – Existe el grupo escolar «España», en el que se prevé una importante ampliación; el grupo escolar «Alfonso XII» fundación Casa Riera, patrocinado por esta Dirección General, como también las Escuelitas de la Inmaculada y el Colegio de Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.

    Argel, Orán y Mostaganem. – Se dan [24] clases por un maestro nacional español. Sus lecciones especiales son de relevante interés, con numeroso público de todas las nacionalidades y de todas las procedencias que acude a ellas. Se explican temas generales de cultura española y se concede a los alumnos una intervención activa que les estimula constantemente en el trabajo. Se atiende fundamentalmente al dominio práctico de nuestro idioma.

    Portugal. – Lisboa. Hay escuela española aneja al Instituto.

    Oporto. – Con el nombre de Colegio Oficial Español funcionan unas clases de español extraordinariamente populares, donde sobresalen los cursos de Lengua y Literatura españolas.

    Francia: Saint Denis. – En el actual curso 1953-54 funciona en el Patronato de Saint Denis, París, una escuela de niñas.
    Hay, además, centros escolares en Lyon, Béziers, &c.

    Tierra Santa. – La acción cultural de España en Jerusalén se lleva a cabo, aparte de otras instituciones de no menos interés, a través de la Academia hispano-árabe, dedicada a la enseñanza del español y a la difusión de nuestra cultura. Están encargados de la enseñanza el Secretario árabe del Consulado general y una de las señoritas teresianas del Instituto Femenino. Es una realización eficaz, que cultiva las innumeras posibilidades que presiden la población de esta zona para el aprendizaje de nuestro idioma.

    También existe en Jerusalén un Instituto Femenino de la institución teresiana, que ha iniciado este año su labor con la esperanza de un rápido desenvolvimiento. Este es tanto más interesante cuanto que es el único en su género en todo Oriente. Por la tarea que se ha impuesto en pro de la emancipación intelectual de la mujer, es una obra de trascendencia cultural, instalado en la zona árabe nueva de Jerusalén, y cuenta con tres profesoras teresianas.

    C) Lectorados

    Los lectores de español en el extranjero cumplen una función bien definida: la difusión de nuestra lengua. Aunque no todos los lectores en las diversas Universidades en que existen llevan a cabo su misión de igual manera, en todas tienen la misma consideración por parte de los Centros en que trabajan: coinciden en dar la nota práctica en la enseñanza del castellano.
    Los lectores de español, contratados casi en su totalidad por mediación de la Dirección General de Relaciones Culturales, que suele proponer a las Universidades extranjeras un número de candidatos entre los que éstas eligen definitivamente, reúnen cualidades pedagógicas y profesionales que los sitúan en el primer plano de la enseñanza universitaria. La mayor parte de ellos se han trasladado al extranjero con ánimo de ampliar los estudios de su especialidad y conociendo profundamente el idioma del país. Son licenciados y doctores que han adquirido experiencia como ayudantes o adjuntos en cátedras españolas de Literatura o Historia, y las más de las veces preparan oposiciones a cátedra en [25] España. Por su formación y por su personalidad son los mejores propagandistas de nuestra cultura y de nuestra lengua, y, hechos a la investigación, la llevan a cabo en el extranjero sobre temas españoles, conectados con la vida cultural del país; favorecen así unas relaciones que llegan con frecuencia a ser profundamente fructíferas y que en todo caso se mantienen dentro de la atmósfera más favorable.

    A continuación damos un resumen de la labor de los lectores en los distintos países

    Alemania. – En Alemania hay lectores en Berlín, Erlangen, Würsburg, Germersheim, Munich, Colonia, Bonn, Heidelberg, Friburgo, Tubinga, Kiel, Hamburgo, Gotinga, Francfort y Marburgo, habiendo dos o más en algunas de estas localidades.
    Durante el año 1953, el lector en Berlín dio cursos especiales sobre algunas facetas de nuestra historia y de la cultura actual. Los temas tratados fueron: «La España de Velázquez», Pío Baroja; una biografía del mundo hispánico, «La España de los Reyes Católicos», Valle-Inclán; «La España de hoy, la España medieval», Azorín, biografía histórica de España. Esto como labor extraordinaria al margen de la normal de lectura, y comentarios de autores españoles, sobre todo modernos.
    Aunque la enseñanza del español tiene carácter complementario y por tanto la asistencia a sus clases no es obligatoria, es notable el número de alumnos que asisten a las clases en varias Facultades.

    En Garmersheim hay dos Lectorados de español, uno en el Instituto de Intérpretes y otro en la Universidad.
    En un cursillo que estuvo a cargo del lector de la Universidad de Munich durante el segundo semestre del pasado año, se dieron, además de conferencias similares a las ya dictadas en Berlín, otras sobre los aspectos económico, comercial y agrícola de la España actual.

    En Heidelberg, el lector se ha hecho cargo de un interesante cursillo para dar a conocer las personalidades de las letras contemporáneas, desde Gómez de la Serna a Elena Quiroga. Tuvo gran relieve un curso especial con coloquios semanales sobre lírica contemporánea española, desde Rubén Darío hasta las últimas tendencias.

    En Marburgo se recordó especialmente a don Miguel de Unamuno a través del pensamiento filosófico contenido en su obra literaria.

    Territorio del Sarre. – Se ha creado para el curso 1953-54 el lectorado en la Cátedra de Lenguas Románicas de la Universidad de Sarrebruck, a cargo del eminente profesor señor Schumman.

    Finlandia. – En Finlandia hay lectorado en Helsinki, donde el número de matriculados es notablemente elevado. Los alumnos, divididos en dos cursos elementales y dos superiores, suman 196. Hay un coro estudiantil dirigido por la lectora que cultiva el folklore español, que ha sido organizado en el seno de un círculo español que goza de excepcional vitalidad y para pertenecer al cual es indispensable hablar nuestro idioma.

    Francia. – Hay lectorados en París, [26] Estrasburgo, Burdeos, Lyon y Mont-pellier. El lectorado de París está a cargo del subdirector del Instituto de Estudios Hispánicos de la Soborna, don Aurelio Viñas. Sus conferencias sobre los más variados temas hispánicos atraen multitud de oyentes a los institutos más importantes de la capital francesa.

    El lectorado de Estrasburgo está adscrito al Instituto de Lenguas Meridionales que abarca la enseñanza del español, italiano y portugués. La cátedra de español tiene cerca del centenar de alumnos, muchos de los cuales aspiran a ser catedráticos en la materia.

    Gran Bretaña. – Hay lectorados en Glasgow, Edimburgo, Southampton, Nothingam, Oxford, Liverpool, Leeds, Manchester, Scheffield, Durham y Cardiff.

    Se han obtenido resultados muy satisfactorios en los últimos años, ofreciendo a los estudiantes y público en general interesado en ello, conferencias y proyecciones cinematográficas, con una orientación puramente hispánica.
    Durante el curso 1952-53, el público británico ha tenido acceso, a través de nuestros lectores, a los más diversos temas de la historia y de las letras, de las artes en general y de la sociología en todos sus aspectos, alternándose los temas españoles propiamente dichos con los hispanoamericanos.

    En Edimburgo se ha hablado de Tomás Moro y de García Lorca, de los estilos arquitectónicos españoles y de nuestra cultura; en Manchester se ha encargado el lector de una serie de conferencias sobre la Historia de España hasta el año 1500; en Durham se ha puesto especial atención en las clases de fonética. En general puede decirse que, sin preterir en absoluto el aspecto práctico de la enseñanza, los lectores han hecho gala de ambición en la elección de las materias.

    Holanda. – Hay lectorado en Amsterdam que ha producido resultados verdaderamente interesantes, pues de entre los estudiantes han salido traductores que se han ocupado intensamente de la literatura española contemporánea y en especial de Unamuno, lo que ha permitido al público de este país conocer directamente los textos de nuestro pensador.
    En Utrecht, la labor ha venido estando a cargo del ya citado hispanista, profesor Van Dan, y ha sido paralela a las actividades del Instituto de Estudios Hispánicos.

    Italia. – Hay lectores en la Universidad Católica de Milán, en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas y de Letras y Lenguas, y en la Universidad del Estado. Aparte de la labor ordinaria de enseñanza del idioma, el lector tiene a su cargo un curso sobre historia de la literatura y otro sobre Unamuno.

    En Florencia, hay lectorados en la Facultad de Letras y en la Facultad del Magisterio; en Pisa, en la Facultad de Lenguas y en la Facultad de Comercio; en Venecia, en Nápoles, en Bari, en Palermo, en Cagliari y en Roma.

    El interés demostrado por los alumnos se ha manifestado a través de las magníficas calificaciones conseguidas en general, en la asignatura de español, [27] aumentando de año en año. Es digno de mención el hecho de que en las Universidades italianas se conceda gran atención a nuestros autores clásicos.

    Portugal. – Hay lectorados en Oporto y Lisboa.
    El interés en Portugal por las clases de Lengua española es extraordinario, y a ellas acuden, además de alumnos universitarios de varias Facultades, numerosos profesionales atraídos por los cursos generales de Arte e Historia.

    Suecia. – Lectorado de español en la Universidad de Upsala. Se distingue por el interés que ofrecen sus conferencias públicas.

    Suiza. – En Suiza hay lectorados en Berna, Zurich y Ginebra. Los lectores dirigen y facilitan versiones españolas de trabajos en francés o alemán, y orientan en general los trabajos del seminario.

    Turquía. – En Turquía, donde la extensión del español viene siendo notable, se cuenta con un campo de acción, el de los sefardíes, en quienes revive la atención y el gusto por el idioma que para ellos tiene un sobresaliente carácter familiar. El 33 por 100 de los alumnos son sefardíes, que acuden para recibir nueva savia en el idioma que han conservado gracias a la tradición. El resto son de origen turco, franceses e italianos.

    África. – En el Norte de África hay lectorados en Argel y El Cairo. En esta última ciudad se acaba de crear la Sección de Lengua Española en la Escuela Nacional de Lenguas, adonde acude lo más escogido de la intelectualidad egipcia.

    Otros países. – En el mundo musulmán hay lectorados en la Universidad Nacional de Beirut y en Karachi, este último de reciente creación.

    Por último, el lectorado en Montreal (Canadá), en cuya Universidad se dedica especial atención a exposiciones, conferencias y cine.

    El sistema de enseñanza es generalmente igual en todos los lectorados, dándose las clases con un sentido eminentemente práctico, que permite a los alumnos manejar nuestro idioma de forma que el acceso a nuestra cultura sea fácil y ameno. Se concede especial atención a los seminarios, donde rompiendo un poco la rigidez de las aulas y acercándose mutuamente profesores y alumnos, se hace llegar a éstos una idea de nuestras costumbres y modo de vivir.

    Los resultados son tangibles durante el verano en las Universidades españolas a las que acuden los estudiantes deseosos de comprobar aquello de que han oído hablar, con lo que han mantenido un contacto puramente intelectual.
    Los lectores reciben una subvención por parte de la Dirección General de Relaciones Culturales, que les propone a las autoridades académicas.

    Hay, además, centenares de Cátedras y de lectorados de español en todos los centros docentes importantes del mundo, que cubren sus gastos independientemente de la administración española. [28


    VI. Universidades de verano

    La sumaria información que antecede, quedaría incompleta sin este capítulo referente a los cursos para extranjeros, celebrados durante los veranos en varias Universidades por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, con la cooperación de la Dirección General de Relaciones Culturales.

    Solamente a los cursos de la Universidad Internacional «Menéndez y Pelayo», de Santander, asisten todos los años más de 400 alumnos extranjeros, entre ellos personalidades universitarias, catedráticos, profesores de español de Universidades extranjeras, &c.

    Las disciplinas de la Universidad Menéndez y Pelayo se agrupan en tres grandes secciones: Humanidades, Estudios Contemporáneos y Ciencias.

    Dentro de la sección de Humanidades se profesa, además de un amplio curso general sobre la cultura y la vida españolas, interesantes grupos de lecciones de carácter monográfico.

    La sección de Estudios Contemporáneos se ordena en tres grupos de enseñanzas: un curso general sobre los problemas espirituales de nuestro tiempo, en el que varios profesores de España y de fuera de España, exponen los fundamentos científicos de los mismos y los aspectos jurídicos, económicos, sociales y políticos del temario propuesto; no omitiéndose los cursillos de orientación para dirigentes obreros hispanoamericanos.

    Por último, la sección de Ciencias elige los temas ofrecidos por la actualidad.

    Es de interés dejar aquí una estadística por nacionalidades de los alumnos asistentes a los cursos de la Universidad Menéndez y Pelayo, en los años 1948 a 1951.

    Dichos datos son: África, 1; Alemania, 106; Argentina, 31; Bélgica, 40; Bolivia, 19; Canadá, 55; Colombia, 23; Croacia, 3; Costa Rica, 4; Checoslovaquia, 3; Cuba, 3; Chile, 20; Dinamarca, 11; El Salvador, 2; Ecuador, 14; Escocia, 7; España, 3.320; Eslovenia, 1 ; Estados Unidos, 0; Egipto, 3; Finlandia, 8; Filipinas, 3; Francia, 552; Guatemala, 1; Holanda, 41; Honduras, 1; Hungría, 4; Inglaterra, 331; India, 2; Irlanda, 13; Italia, 202; Jamaica, 1; Japón, 3; Marruecos francés, 2; Méjico, 27; Nicaragua, 3; Líbano, 2; Liberia, 1; Rumania, 5; Panamá, 2; Paraguay, 2; Perú, 17; Polonia, 6; Portugal, 69; Puerto Rico, 1; Santo Domingo, 6; Siam, 2; Suecia, 35; Suiza, 85; Uruguay, 3; Ucrania, 2; Venezuela, 3; Austria, 13. Total: 5.183 alumnos (1. Al margen de las tareas docentes que lleva a cabo la Universidad santanderina de Menéndez Pelayo, y marcándolas con un contrapunto de arte que añade un aliciente a las lecciones universitarias, se desarrollan en la capital montañesa los denominados «Festivales Internacionales», que, por medio de la Dirección General de información, organiza el Ministerio de Información y Turismo. Representaciones del teatro clásico antiguo y español, conciertos de música española, danzas populares y «ballets» -todo ello a cargo de excelentes artistas nacionales y extranjeros– dan lugar a la formación de interesantísimos programas.) [29]

    Además de la Universidad de Santander, organizan sus cursos de verano otros Centros Universitarios como Santiago de Compostela, La Rábida (Universidad de Sevilla), Jaca (Universidad de Zaragoza), Poblet (Universidad de Barcelona), &c.
    También en la grandiosa Ciudad Universitaria madrileña, y dentro de su Facultad de Filosofía y Letras, se desarrollan cursos de extranjeros a los que todos los veranos concurren muy elevado número de alumnos ingleses, americanos, franceses, suizos, polacos y portugueses.

    Aparte de los programas lectivos, estos alumnos visitan lugares pintorescos de la montaña y la playa, y ciudades monumentales.

    Proyección cultural de España / Alvar Fañez / Temas españoles 102 / Madrid 1954
    DOBLE AGUILA, raolbo y Pious dieron el Víctor.
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    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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    Re: El famoso "desierto cultural" de la España franquista (1936-1954)

    "LA VEGETACIÓN DEL PÁRAMO" (Julián Marías) (1976)

    Se trata —no hay que decirlo— del famoso “páramo cultural” español de los últimos decenios. La imagen ha sido moneda corriente desde poco después de la guerra civil. Primero circuló fuera de España; se suponía que en ella no quedaban más que “curas y militares”, y ni rastro de vida intelectual, refugiada en la emigración. La propaganda oficial, mientras tanto, afirmaba que se había eliminado —hacia el cementerio, la emigración, la prisión o el silencio— la escoria “demoliberal”, y se había restablecido el esplendor “imperial” de España, ejemplificado en nombres de los que hace mucho tiempo nadie se acuerda, y que no es piadoso recordar.

    Hace mucho tiempo que quedaron atrás, desmentidas por los hechos, las dos versiones, si se quiere, las dos caras de la moneda falsa, de curso “legal” cada una de ellas en campos acotados y para propósitos muy definidos. Sin embargo, ahora (1976) reverdece la primera, destinada primariamente al consumo de los jóvenes nacidos a la vida histórica hace poco tiempo, un decenio o dos a lo sumo, que tienen más presente la imagen de los últimos años y confunden los tiempos que no han vivido.

    ¿Cómo es posible que pueda usarse —y prosperar— la imagen del “páramo”? Los jóvenes tienen ante los ojos, sobre todo, las instituciones en las cuales estudian, a las cuales tienen acceso; y se podría hablar, en efecto, de un páramo institucional desde que la guerra arrasó las Universidades, el Centro de Estudios Históricos, la Institución libre de Enseñanza, la Residencia de Estudiantes y la de Señoritas, y en muy buena medida las Academias. Se les ha dicho además, incansablemente, que no han tenido maestros —lo cual ha contribuido tanto a que no los tengan aunque los haya, a que renuncien a ellos y no los hagan suyos—.

    Se ha tratado de inculcar en sus mentes la idea de que solo en los últimos años —a lo sumo desde 1956— ha habido intentos de resistencia a la falta de libertad, de afirmación de las opiniones discrepantes, de ejercicio de la inteligencia. Es decir, hasta que han empezado a hacer algo los interesados en difundir esa imagen. Todo lo anterior —y, en definitiva, todo durante cuarenta años— ha sido el páramo intelectual de España.

    La verdad ha sido muy distinta. En 'La España real' he escrito: “La libertad empezó a germinar y brotar, como brota la hierba en los tejados y en las junturas de las losas de piedra. Sería apasionante y conmovedor hacer una historia fina y veraz del tímido, vacilante, inseguro renacimiento de la libertad en España”.

    No puedo hacerlo aquí —lo he hecho, parcialmente, en otros lugares, desde hace un cuarto de siglo, por ejemplo en 'El intelectual y su mundo', 1956, publicado en Buenos Aires, prohibido muchos años en España; en 'Los Españoles'; en 'El oficio del pensamiento'; en 'Innovación y arcaísmo'—; voy a limitarme a recordar algunos hechos, algunos datos, todos ellos anteriores a la muerte de Ortega a fines de 1955, es decir, en el apogeo del supuesto “páramo”.

    * * *
    La guerra civil —en ambas zonas— significó la ruptura de la continuidad, la casi total extinción de la vida intelectual, el dominio de la propaganda, la persecución de la verdad, el triunfo del partidismo. Sin embargo, en la zona republicana, en Valencia y luego en Barcelona, se publicó la revista mensual 'Hora de España', que mantuvo un decoro intelectual y literario sorprendente en medio de una feroz discordia civil. La noble pluma de Antonio Machado honraba todos los números de la revista, y a su sombra colaboramos muchos que no hemos tenido nunca que avergonzarnos ni arrepentirnos de lo que allí escribimos.

    No sé si en la otra zona hubo algo comparable —no ha llegado a mi noticia—, pero hay que hacer constar que, terminada la guerra, desde 1940 y durante los dos años de dirección de Dionisio Ridruejo y Pedro Laín Entralgo, 'Escorial' significó un esfuerzo de reanudación de la convivencia intelectual y de los derechos de su ejercicio. Y, en forma ya más independiente, no se olvide lo que fue Leonardo en Barcelona, y desde 1946 Ínsula en Madrid (puede repasarse el índice de esta revista que hace unos veinte años compuso Consuelo Berges, y que no puedo ver sin admiración y una nostálgica melancolía).

    Tres son los elementos que pueden distinguirse en los años posteriores a la guerra: 1) La exclusión de los disidentes por el Estado y las fuerzas políticas que lo respaldaban, su recuperación por el resto de la sociedad. 2) La reanudación de la continuidad intelectual por parte de los grandes escritores. 3) La aparición de otros nuevos, de las generaciones posteriores a la guerra.

    Tan pronto como fue posible, quiero decir desde el término de la II Guerra Mundial, que había impuesto un casi absoluto aislamiento, se empezó a hablar de los escritores emigrados. Mientras la censura proscribía sus obras y hasta se tachaba con indeleble tinta negra su nombre al frente de la edición de un clásico, 'Ínsula' fue el órgano principal de su difusión y comentario.

    En el 'Diccionario de Literatura Española' de la 'Revista de Occidente' (1949) hablé de Alberti, García Lorca, Salinas, Guillén, Antonio Machado, Azaña, Gómez de la Serna, Casona, José Gaos, y allí aparecían igualmente otros muchos, sin otro criterio que la calidad y la información disponible.

    Los grandes autores de la generación del 98, de las dos siguientes, empezaron muy pronto a escribir, y una parte esencial de su obra corresponde a los años que estoy recordando. Menéndez Pidal publica 'Los Españoles en la Historia' y 'Los españoles en la literatura' —tan independientes, tan contracorriente, que tanto rencor oficial provocaron—; 'Reliquias de la poesía épica española', 'Romancero hispánico', 'El Imperio Español y los cinco reinos', innumerables estudios lingüísticos, literarios e históricos.

    Azorín: 'Españoles en París', 'Pensando en España', los dos prodigiosos libros 'Valencia' y 'Madrid', novelas como 'El enfermo', 'La isla sin aurora', 'María Fontán', 'Salvadora de Olbena'; cuentos como 'Cavilar y contar'; ensayos y memorias como 'París', 'Memorias inmemoriales', 'Con permiso de los cervantistas', 'Con Cervantes', 'El cine y el momento'. Baroja, en los mismos años, publica sus memorias, 'Desde la última vuelta del camino', 'Canciones del suburbio', 'El cantor vagabundo'…

    Los títulos de Ortega se suceden: 'Historia como sistema', 'Ideas y creencias', 'Teoría de Andalucía', 'Estudios sobre el amor', los prólogos a 'Bréhier' y 'Yebes', a 'Alonso de Contreras' y 'El collar de la Paloma', Papeles sobre Velázquez y Goya…

    Zubiri publica 'Naturaleza, Historia, Dios'; Morente, 'Lecciones preliminares de filosofía' y 'Ensayos'; Dámaso Alonso, 'La poesía de San Juan de la Cruz', 'Ensayos sobre poesía española', 'Vida y obra de Medrano', 'Poesía española', y nada menos que los libros de poesía original 'Oscura noticia', 'Hijos de la ira' y 'Hombre y Dios'.

    García Gómez, después de las 'Qasidas de Andalucía', 'Silla del Moro' y 'Nuevas escenas andaluzas', la traducción de 'El Collar de la Paloma'. Vicente Aleixandre, nada menos que 'Sombra del Paraíso'; y por si fuera poco 'Mundo a solas', 'Poemas paradisiacos', 'Nacimiento último', 'Historia del corazón'.

    Gerardo Diego: 'Alondra de verdad' y otros libros de poesía. Miguel Mihura estrena en colaboración 'Ni pobre ni rico sino todo lo contrario' y 'El caso de la mujer asesinadita', y solo 'Tres sombreros de copa', 'El caso de la señora estupenda', 'Una mujer cualquiera, '¡Sublime decisión!', etc. José López Rubio: 'Alberto', 'Celos del aire', 'La venda en los ojos', 'La otra orilla'. Fernando Vela publica 'El grano de pimienta', 'Circunstancias', 'Los Estados Unidos entran en la historia'. Gregorio Marañón da una larga serie de libros admirables: 'Ensayos liberales', 'Crítica de la medicina dogmática', 'Luis Vives', 'Españoles fuera de España', 'Antonio Pérez', 'Elogio y nostalgia de Toledo'. ¿Quién ha podido romper la continuidad de la cultura española del siglo XX, más fuerte que el partidismo, la violencia y el espíritu de negación?

    * * *
    ¿Y los nuevos? Quiero decir los escritores apenas conocidos o desconocidos enteramente, que hacen la mayor parte de su obra después de la guerra civil. Aparte de algunos libros promovidos por la guerra misma, poesía o narraciones de Miguel Hernández, Herrera Petere, Rafael Alberti, Agustín de Foxá, Dionisio Ridruejo y otros a ambos lados de las trincheras, hasta 1941 no empieza ese nuevo brote de pensamiento, narración o poesía.

    Casi toda la obra poética de Gabriel Celaya es de ese periodo: 'Tentativas', 'Movimientos elementales', 'Objetos poéticos', 'Las cosas como son', 'Las cartas boca arriba', 'Paz y concierto', 'Vía muerta', 'Cantos iberos'. Casi lo mismo podría decirse de Luis Rosales: después de 'Abril', anterior a la guerra, 'Retablo sacro del Nacimiento del Señor', 'La casa encendida', 'Rimas'.

    De Dionisio Ridruejo son 'Primer libro de amor', 'Fábula de la doncella y el río', 'Sonetos a la piedra', 'Poesía en armas', 'En la soledad del tiempo'. La obra de Leopoldo Panero, José Luis Hidalgo, Carlos Bousoño, Eugenio de Nora, Blas de Otero, se condensa o al menos se inicia y madura en estos años.

    Zunzunegui, anterior a la guerra, publica con fecundidad tras ella: '¡Ay…, estos hijos!', 'La quiebra', 'La úlcera', 'Las ratas del barco', 'Esta oscura desbandada'. Pero es Camilo José Cela el que inicia la novela de su generación, a fines de 1942: 'La familia de Pascual Duarte'; y luego, 'Pabellón de reposo', 'Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes', 'La colmena', 'Viaje a la Alcarria' y tantas invenciones más. Y tras él Ignacio Agustí con 'Mariona Rebull' y 'El viudo Ríus'. Carmen Laforet con 'Nada'. Gironella con 'La marea' y 'Los cipreses creen en Dios'. Miguel Delibes con 'La sombra del ciprés es alargada', 'Aún es de día', 'El camino', 'Mi idolatrado hijo Sisí', 'Diario de un cazador'.

    Todavía en ese plazo empiezan a aparecer cuentos de Ignacio Aldecoa y su novela 'El fulgor y la sangre'; y 'Congreso en Estocolmo', del economista y novelista José Luis Sampedro; y Gonzalo Torrente; y el comienzo de la obra teatral de Buero Vallejo, desde 'Historia de una escalera 'hasta 'Irene o el tesoro'.

    ¿Cómo olvidar la obra ingente de Pedro Laín Entralgo, autor caudaloso y profundo a un tiempo? 'Medicina e historia', 'Menéndez Pelayo', 'Las generaciones en la historia', 'La generación del 98', 'España como problema', 'La historia clínica', 'Palabras menores', 'La espera y la esperanza', son solo unos cuantos de sus libros de quince años. Y, aunque con obra iniciada unos años antes, Enrique Lafuente Ferrari da en estos mismos lustros obras capitales: 'Velázquez', 'Vázquez Díaz', 'Zuloaga', la expansión y maduración de su 'Breve historia de la pintura española', el libro esencial sobre el tema.

    ¿Y los innumerables libros de Camón Aznar, Juan Antonio Gaya Nuño, Sánchez Cantón, Angulo, María Luisa Caturla, María Elena Gómez Moreno? Añádase la obra de Fernando Chueca, desde 'Invariantes castizos de la arquitectura española hasta Nueva York: 'Forma y sociedad', 'El semblante de Madrid' o 'La arquitectura del siglo XVI', los estudios de geografía social de Manuel de Terán, los ensayos de patología psicosomática y psicología de Juan Rof Carballo, y tantas obras originales. Los libros de historia de las ideas de Antonio Tovar, Luis Díez del Corral, José A. Maravall, Enrique Gómez Arboleya, Lapesa, Blecua, Díaz-Plaja… Y la aparición un poco tardía de Aranguren.

    Y no puedo omitir mi nombre, porque, si no me equivoco, mi 'Historia de la Filosofía' (enero de 1941) fue el primer libro nuevo de autor nuevo, que invocaba la tradición filosófica española anterior a la guerra para seguir adelante con otros libros: 'La filosofía del P. Gratry', 'Miguel de Unamuno', 'El tema del hombre', 'Introducción a la Filosofía', 'Filosofía española actual', 'El método histórico de las generaciones', 'Biografía de la Filosofía', 'Ensayos de convivencia', 'Ensayos de teoría', 'Idea de la Metafísica', 'La estructura social'…

    Repare el lector en que esto es una fracción de lo que se ha publicado en España después de la guerra civil y hasta 1955. Y que me he fiado de mis recuerdos más vivos, sin disponer de tiempo ni de espacio para tratar adecuadamente el tema. Pero pienso que no son buenos botánicos los que hablan del “páramo” y se les pasa esta frondosa, esperanzadora vegetación, que pudo brotar en el clima más inhóspito, sin abono, sin cultivo, mientras tantos intentaban simplemente descastarla.



    Julián Marías
    La Vanguardia y El País noviembre 1976
    luego recopilado en La devolución de España (1977)
    Última edición por ALACRAN; 23/05/2016 a las 18:39
    raolbo y Pious dieron el Víctor.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
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    Re: El famoso "desierto cultural" de la España franquista (1936-1954)

    Emilio Romero , escritor de varios géneros como la poesía, la novela, el teatro y pensamiento o ensayo, en su libro Tragicomedia de España, Premio Espejo de España de 1985, manifiesta rotundamente que no hubo “desierto literario” ni “páramo artístico”:

    "En la restauración democrática de 1977 empezó a distribuirse la información de que existió una especie de desierto literario en la dictadura. Era una inexactitud. Lo que no existió fue plenitud, y después hubo concurrencia y “contestación”. Dámaso Santos, a petición mía, hacía un día este recuerdo del libro de LaÍn Entralgo:

    En 1948 escribía Laín, recogido en su libro Vestigios, un artículo que titulaba “Un grupo y su ocasión”, y en el que decía esto, entre otras cosas:

    “Una veintena de nombres españoles, nacionalmente conocidos, han salido de aquel grupo de Burgos: los poetas Rosales, Ridruejo y Vivanco; los dibujantes y pintores Cabanas, Escassi, Pruna y Caballero; el novelista y dramaturgo Torrente Ballester; los escritores y cineurgos (¿por qué no decirlo así cuando se dice demiurgo y dramaturgo?) García Viñolas y Obregón; el novelista Agustí; los profesores Tovar, Salas y yo mismo (Laín Entralgo): Macipe, el hombre que mejor conoce hoy los problemas del libro español; Luis Escobar, uno de los árcades de nuestro teatro, y luego el malogrado Aldrén,y Pedro Salvador, y Juan Ramón Masoliver, y Carlos Alonso del Real, y Cipriano Torre Enciso, y Luis Moure Mariño, y Manuel Contreras, y Agustín del Río. Procedían de las zonas regionales y sociales más diversas; diversos eran también nuestra formación y nuestros gustos.

    A todos nos unió, sin embargo, y en todos ha dejado huella honda, irrevocable, aquella ocasión de España. Todos hemos soñado, cada uno a su manera, junto a la corriente del Arlanzón, y ese sueño sigue marcándonos -así quiero, así debo, así puedo creerlo- el nivel de nuestros proyectos de vida. Como este grupo hubo otros -en el mismo Burgos, en Pamplona, en Valladolid, en Sevilla, en Galicia, sobre el alegre riesgo de la trinchera y de los campos de aviación, en los amenazados conventículos de la zona hostil-, congregados todos por la misma causa y dispersos luego, cuando la paz impuso caminos o dio renovados cauces a las dispersas vocaciones antiguas. Hablo de mi grupo de Burgos, porque ése me fui más próximo; otros, estoy seguro, podrán referirse al suyo”.

    Estos fueron algunos nombres indicativos de las generaciones o promociones literarias españolas del siglo. Dámaso Santos me ayudaba a dejar estas cosas muy claras:

    (…) Generación de 1936 o de la guerra: Luis Rosales, Leopoldo Panero, Ildefonso Manuel Gil, Miguel Hernández (algunos le incluyen entre los del 27, sin la menor fundamento), Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, Germán Bleiberg, José María Alfaro, Álvaro Cunqueiro, Bartolomé Mostaza, Enrique Tierno Galván, Guillermo Díaz Plaja, Gabriel Celaya, Victoriano Cremer, Federico Muelas, Darío Fernández Flórez, Joaquín Calvo Sotelo, Víctor Ruiz Iriarte, Pedro Laín Entralgo, Juan José López Ibor, Juan Rof Carballo, José Luis L. Aranguren, Julián Marías, Federico Sopeña, José Ferrater Mora, Javier Conde, Luis Díaz del Corral, José Antonio Maravall, Rafael Calvo Serer, Antonio Tovar, Ricardo Gullón, Alonso Zamora Vicente, Ismael Herráiz, José María Sánchez Silva, Francisco Yndurain, Segundo Serrano Poncela, Juan Ramón Masoliver, Carmen Conde, José Luis Cano, Gonzalo Torrente Ballester.

    Primera promoción de posguerra: Camilo José Cela, Carmen Laforet, Pedro de Lorenzo, Emilio Romero, José García Nieto (que por edad es un poco anterior), Rafael García Serrano, Antonio Valencia, Manuel Andújar, Rafael Morales, Antonio Buero Vallejo, José Luis Hidalgo, Miguel Labordeta, Gaspar Gómez de la Serna, Dámaso Santos, Juan Marichal, Fernando Lázaro Carreter, Santiago Lorén, Leopoldo de Luis, Luis López Anglada, Blas de Otero, Ramón de Garciasol, José María Gironella, Luis Romero, Tomás Salvador, Fernando Díaz Plaja, Eduardo Haro Tecglen, Lorenzo López Sancho, José Antonio Giménez Arnau, Eugenia Serrano, Ricardo Fernández de la Reguera, Susana March, Angel María de Lera (aunque tardío), José Luis Castillo Puche, Rafael Montesinos, Salvador Pérez Valiente, Elena Quiroga, Miguel Delibes, Gloria Fuertes, Eugenio de Nora, Juan Fernández Figueroa, Juan Eduardo Cirlot, Adolfo Muñoz Alonso, Vicente Gaos.

    Segunda promoción de la posguerra (generación del medio siglo también llamada intermedia) José María Valverde, Carlos Bousoño, José Hierro, Ana María Matute, Juan Goytisolo, Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos, Alfonso Sastre, Alfonso Paso, Ramón Solís, Antonio Prieto, Torcuato Luca de Tena, Lorenzo Gomis, Alfonso Canales, Lauro Olmo, Pilar Narvión, Jaime Campmany, Ángel Crespo, Jaime Suárez, Carlos Luis Álvarez, Rafael Sánchez Ferlosio, Medardo Fraile, Julio Manegat, José María Castellet, Carlos Barral, Manuel Álvarez Ortega, Juan Guerrero Zamora, José María Moreno Galván, Fernando Quiñones, Aquilino Duque, Luis Jiménez Martos, Rafael Guillén, Antonio Castro Villacañas, Jesús Fueyo, Francisco García Pavón, Concha Alós, José Ángel Valente, Jaime Ferrán, Claudio Rodríguez, Carlos Rojas, Manuel García Viñó, Manuel Alcántara, Jesús López Pacheco, Juan Hortelano, Ángel González

    Tercera promoción de posguerra o de los años sesenta: Antonio Gala, Luis Martín Santos, Alfonso Grosso (…) ETC.

    (continúa)

    Última edición por ALACRAN; 14/05/2024 a las 14:09
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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    Re: El famoso "desierto cultural" de la España franquista (1936-1954)

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Siguen unas reflexiones en el mismo libro de Emilio Romero sobre la postergación y borrado de la literatura de aquella época, especialmente, de autores más o menos falangistas en su día:

    ... "No hubo tal desierto. En el mundo artístico, el universal Picasso podría estar –tristemente- en su exilio voluntario, con sus excentricidades comunistas, pero Salvador Dalí decía un día en el Teatro María Guerrero de Madrid, y en estos años cuarenta: “Picasso es pintor, yo también; Picasso es español, yo también; Picasso es comunista, yo tampoco”.

    El pensamiento, el teatro, la novela y la poesía, lucieron con naturalidad, y hasta con esplendor, sin rupturas de ninguna clase. La gran lista de los escritores famosos actuales no son post-restauracionistas, sino que muchos de ellos vienen del antiguo Régimen, en sus artículos, el teatro, el cine y sus libros.

    Aquellos escritores de todos los tiempos, que hemos glorificado como guías, y que denominamos como nuestros “escritores clásicos” tuvieron en su tiempo las limitaciones a la libertad que todos sabemos, y los celebramos como monumentales. Hubiera sido mejor que la censura no existiera -y yo fui también una de sus víctimas, en el teatro, en el periódico y en el libro-, pero en ese tiempo nacieron unos ingenios que van a figurar en la posteridad, y no será porque la censura o las dictaduras de los reyes -en el absolutismo monárquico- pudieran impedir el ingenio.

    Ahora mismo, los que verdaderamente –y tras la restauración democrática- vienen de atrás, de la dictadura, en ella escribieron sus obras que les dieron crédito. Pero en estos asuntos prefiero que sean otros, los que tienen asignadas las credenciales democráticas -por snobismo, por oportunismo, por sustracción o por decisión-, quienes cuenten algo sobre los pobladores de ese “desierto”. He elegido a Rafael Conte, que lleva las páginas o los suplementos literarios o de cultura en el periódico oficialmente de la izquierda de nuestro país, y que no sé por qué decidido enterrarme vivo, y merendarse mi bibliografía literaria como un sapo. Yo no hago esto con Rafael Conte.

    En unos encuentros sobre el “Análisis de la Prensa” celebrados en Madrid, el sociólogo Jesús Ibáñez se refirió al periódico El País como dispositivo privilegiado de la producción de la realidad, y dijo esto: “Nada de lo que no es reflejado en sus páginas tiene reflejo en la realidad, y los políticos, escritores o intelectuales que no aparecen en él son expulsados de la realidad”.

    Estoy escribiendo hasta el agotamiento y nunca la demanda de mí ha sido más intensa, en las publicaciones, en la radio y en la tribuna. Pero he sido “expulsado de la realidad”. Como tantos otros. Mi consuelo es que hace conmigo exactamente lo mismo el ABC de Luis María Ansón -no el ABC de los Luca de Tena- que es ahora representativo de la derecha monárquico-montaraz, abierto a las musladas de actrices o de señora de la jet-set en sus últimas páginas de huecograbado, y reduciendo la libertad, o la adhesión, a la Corona y a las bragas. Reproduzco lo que Rafael Conte ha escrito, y proclamó –además- que es uno de los buenos críticos literarios contemporáneos:

    “De la misma manera que en los tiempos franquistas la ausencia y desconocimiento de la literatura del exilio suponía un terrible trauma para la configuración de la literatura española del momento, para el conocimiento de su historia inmediata y de su propio presente, y para la formación de sus autores y de sus lectores, hoy constituye una falta similar la ignorancia de la literatura falangista, la desaparición de una serie de obras y figuras que forman parte ya de nuestra historia y en ocasiones en sus primeros lugares. El tema, además, quema todavía: faltan no sólo esos nombres y títulos sino los correspondientes estudios -recuerdo la inencontrable antología “Falange y literatura” (1971) de José Carlos Mainer- que se acerquen al tema con garantías de objetividad y serenidad, lejos de los elogios de la primera posguerra o de los panfletos adversos de la última etapa del franquismo, que duran hasta nuestros días”.

    “Falange tuvo muchos y excelentes ensayistas, pocos y buenos poetas y menos novelistas de interés. Eugenio d’Ors vino de lejos, y va más allá que el propio movimiento, aunque también hizo novela deshumanizada en sus momentos; los textos vanguardistas de Giménez Caballero son de una calidad evidente; Sánchez Mazas hizo poca novela y más narración, como ésta de “Las aguas de Arbeloa”, “La vida nueva de Pedrito de Andía” y la inédita todavía “Rosa Kruger”, que Trieste anuncia para el otoño; se olvidaron ya las novelas de José María Alfaro, Ximénez de Sandoval o los más ensayísticas de Ángel María Pascual, y sólo Rafael García Serrano sigue en la lista, mostrando su excelente prosa superviviente y anclada siempre en el hecho crucial de la guerra civil; los ensayos de Víctor de la Serna y Eugenio Montes son aún encontrables en las librerías de viejo.

    “No se olvide tampoco a aquellos escritores que se unieron a este movimiento durante algún momento de su vida, como Agustín de Foxá, Miquelarena, González Ruano, Zunzunegui, los hermanos Miguel y Llorenç Villalonga, Wenceslao Fernández Flórez, Julio Camba, Tomás Borrás, Manuel Machado, Manuel Halcón, Pemán -perfectamente rescatable en muchos artículos, en algunas comedias y narraciones-, José María Castroviejo, Ignacio Agustí, Martín de Riquer o Ramón Ledesma Miranda. O a otros grandes escritores que abandonaron pronto las esferas falangistas como Torrente Ballester, Laín Entralgo, Tovar, Ridruejo, Rosales, Vivanco, Cunqueiro, o a los excelentes humoristas que con ellos coexistieron como López Rubio, Jardiel Poncela, Edgar Neville, Tono y Mihura. O al catálogo de la revistas y publicaciones que lanzaron o en donde colaboraron, y cuyo talante fue cada vez más liberal y progresivo tras el fracaso fundamental de la guerra civil: “Jerarquía”, “Vértice”, “Escorial”, “El Español”, “La Estafeta Literaria”, “Fantasía”, “Revista”, “Ateneo” y las revistas del SEU, “Haz”, “Alférez”, “La Hora”, “Alcalá”, donde encontraron refugio los primeros realistas, o las últimas como “Laye” y “Acento” que albergaron ya a los primeros críticos politizados del sistema, de Sastre y Sacristán en adelante.

    "Falange perdió la guerra al ganarla, del mismo modo que Franco, que fue quien la ganó en verdad, perdió la batalla literaria y cultural. Inspiró una literatura comprometida y formalista al mismo tiempo, de la que es necesario conservar un conocimiento sereno -lejos de juicios estrictamente políticos, aunque sin desconocerlos- al menos en sus mejores títulos y figuras.

    “La historia tiene la vida dura, y es inútil intentar negarla. Y el arte todavía más. Intentar borrar de un plumazo esta literatura es un suicidio cultural y un atentado histórico, aparte de suponer un nuevo avatar de la vieja censura de siempre. La amnesia es una operación política y de nada sirva ocultar nuestro pasado para limpiar un presente difícil: hay que acercarse a la historia dando al César y a Dios lo suyo, su parte la ética y la suya a la literatura, aunque sabiendo siempre lo que se lee. Y nunca lo sabremos si estas operaciones censorias siguen haciendo de las suyas. La ética y la estética tienen mucho que ver entre sí y hasta en ocasiones se explican, pero, como lo muestran Borges, Céline y tantos otros, nada en el fondo las puede unir del todo. Y todo desconocimiento en el terreno de la literatura, el verdadero mal, y ésa es su verdadera ética profunda”.

    Última edición por ALACRAN; 14/05/2024 a las 14:14
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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