Papel de sangre (I)
Litografía de don Pedro de la Hoz por J. Donon
PUBLICADO POR: CIRCULO TRADICIONALISTA GENERAL CARLOS CALDERON - GRANADA FEBRERO 24, 2021
Desde que las malhadadas Cortes de Cádiz decretaron la libertad de imprenta en 1809, la causa de la Religión y la Monarquía ha sido defendida por centenares de periódicos en España. En ellos colaboraron millares de autores, la mayoría de ellos brillantes.
En la historia del tradicionalismo español, nombres como los de El Filósofo Rancio, Pedro de la Hoz, Mateos Gago, Eneas, Fabio o Manuel de Santa Cruz tienen poco que envidiar a los de Zumalacárregui, Cabrera, Tristany, Radica o Varela. Quizá estos sean más conocidos, pero los primeros no les iban a la zaga en sacrificio y entrega. Fueron mártires incruentos (y también cruentos), auténticos héroes de la España tradicional. Sólo se diferenciaron en el arma que emplearon para combatir a la Revolución: la pluma en lugar del fusil.
Hablar de la cantidad ingente de diarios, gacetillas, semanarios y boletines adictos a la Santa Causa en toda España sería tarea casi interminable. Pero podemos hacer un repaso de algunos de los diarios más notables, generalmente editados en la Villa y Corte.
Durante la guerra de la Independencia encontramos La Atalaya de la Mancha en Madrid, entre otros muchos títulos. Fue dirigido por el fraile jerónimo Agustín de Castro, quien adquirió fama como polemista y refutó las doctrinas afrancesadas. Más tarde, en el Trienio Liberal, destacaron en la Corte: El Procurador General del Rey y El Restaurador, consagrados a la restauración del Altar y del Trono. Estuvieron bajo la dirección de Luis de la Torre y Fray Manuel Martínez Ferro, respectivamente.
El primer periódico propiamente carlista fue la Gaceta del Real de Oñate, órgano de Carlos V. Fue fundado en 1834 en la España dominada por el Rey, bajo la dirección de Miguel Sanz y Lafuente. Terminada la primera guerra carlista, en 1840 aparecía en Madrid El Católico. Fue un periódico afín al carlismo, pero más religioso que político. Los carlistas optaron por crear uno declaradamente legitimista en 1844, cuando se lo permitieron sus enemigos: La Esperanza.
La brillante pluma de su director, Pedro de la Hoz, se hizo célebre. Su nombre ha pasado con justicia a los anales del periodismo español. Hasta la caída de Isabel la llamada II, en 1868, La Esperanza defendió el Carlismo prácticamente en solitario. A pesar de los muchos obstáculos que levantó el inicuo régimen isabelino, en la década de 1850 llegó a ser el periódico más leído por los españoles.
Durante el Sexenio Revolucionario surgieron periódicos carlistas por doquier. Aunque generalmente trataron de aunar esfuerzos, en ciertas ocasiones dieron comienzo ciertas rencillas lamentables. En Madrid se declararon carlistas, además de La Esperanza:La Regeneración, dirigido por José Canga-Argüelles; y El Pensamiento Español, fundado por Gabino Tejado y Francisco Navarro Villoslada. Al tiempo, Francisco Martín Melgar fundaba La Reconquista, en el pensamiento de que quizá tres diarios carlistas –sin contar semanarios– eran pocos sólo para Madrid. El golpe de Estado de Pavía puso fin a todos ellos, demostrando que la tan cacareada libertad de prensa no era aplicable a los carlistas.
Rodrigo Bueno, Círculo Tradicionalista General Carlos Calderón de Granada
https://periodicolaesperanza.com/archivos/3717
Papel de sangre (y II)
Litografía de don Pedro de la Hoz por J. Donon
PUBLICADO POR: CIRCULO TRADICIONALISTA GENERAL CARLOS CALDERON - GRANADA MARZO 4, 2021
El día de San José de 1875, Cándido Nocedal, que había sido director de la prensa carlista, creaba junto a su hijo Ramón una de las cabeceras más señeras de la prensa tradicionalista: El Siglo Futuro. Ese mismo año aparecía la continuación de La Esperanza, ahora con el nombre de La Fé, aunque sin el prestigio y carisma de su fundador, Pedro de la Hoz, fallecido en 1865. Las intensas disputas entre estos dos periódicos –y todos los afines a uno u otro– dieron paso en 1888 a otro título inolvidable, El Correo Español, en el que se labró un nombre el célebre e inolvidable Juan Vázquez de Mella.
Nuevas dinámicas internas ocasionaron la desaparición de El Correo Español en 1921. Pero, además de El Correo Catalánen Barcelona y El Pensamiento Navarro en Pamplona, El Siglo Futuro perduró en Madrid. Éste alcanzó un éxito inimaginable de la mano de Manuel Senante cuando se proclamó la Segunda República y se reorganizó la Comunión. Pasó en muy pocos años de una tirada de 5000 a casi 100.000 ejemplares. Además, durante estos años surgieron de nuevo innumerables periódicos tradicionalistas por toda la geografía española, repitiéndose la proeza lograda en el Sexenio Revolucionario.
Un gran número de redactores y colaboradores de El Siglo Futuro fueron masacrados por los milicianos rojos durante la Cruzada. Los que sobrevivieron se incorporaron después aEl Alcázar, periódico extraordinario fundado por requetés. Aunque no fue oficialmente carlista, si bien estuvo dirigido durante algún tiempo por Jesús Evaristo Casariego.
Pocos periódicos carlistas pudieron sortear el criminal decreto de Unificación. En Barcelona, El Correo Catalánfue arrebatado paulatinamente de los ideales que lo fundaron. Pasó a defender el franquismo y, casi de manera natural, el «desarrollismo», el «catalanismo» y el pujolismo. El Pensamiento Navarro, en cambio, se mantuvo firme y actuó como órgano oficioso de la Comunión, a pesar de ciertos titubeos en los años 60 que superó poco después. Lo que le valió un atentado con bomba en su imprenta perpetrado por ETA, con la colaboración alevosa de algunos seguidores de Carlos Hugo. En El Pensamiento Navarrocolaboraron personalidades como: Juan Sáenz-Díez, primer Jefe Delegado bajo S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, Rafael Gambra, Alberto Ruiz de Galarreta o Miguel Ayuso. Desapareció en 1981, no sin dejar de sentenciar, al igual que Carlos VII: «¡Volveré!».
En las últimas décadas cabe destacar, entre las muchas contribuciones en boletines, revistas y cuadernos de bitácora de la Causa, los certeros artículos de Alberto Ruiz de Galarreta (q.s.g.h.) en la revista Siempre P’alante y la incansable labor de la Agencia FARO,bajo la dirección de Luis Infante. Ahora vuelve La Esperanza, deseosa de imitar al gran Pedro de la Hoz y a la ilustre cohorte de periodistas tradicionalistas que siguieron su estela.
Rodrigo Bueno, Círculo Tradicionalista General Carlos Calderón de Granada
https://periodicolaesperanza.com/archivos/3719
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