El primer relato redondo del mundo

Aparece el manuscrito en el que Juan Sebastián Elcano cuenta a Carlos V la primera circunnavegación global en 1522


Regreso de Juan Sebastián Elcano a Sevilla - ABC

«No me lo podía creer». Borja Aguinagalde, director del Archivo Histórico de Euskadi, en conversación con ABC reconoce que tal vez su relato ahora «suena frío», pero aún recuerda el «subidón» que sintió cuando, al organizar el archivo de la Torre de Laurgain, ubicada en la localidad guipuzcoana de Aya, se topó con ocho documentos originales del mítico marino Juan Sebastián Elcano, el hombre que encabezó la primera vuelta al mundo en 1522. Un «tesoro» en el que descolla la carta que Elcano envió al emperador Carlos V desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en septiembre de ese año, una vez completada la hazaña. «No es lo mismo ordenar contabilidades del siglo XIX, que está bien, que encontrar un tesoro», admite Aguinagalde, quien, como «perro viejo», pudo detectar unos preciosos documentos que habían pasado desapercibidos durante décadas. «Nadie los había mirado hoja por hoja, como hice yo. Es un trabajo de ordenar archivos, rutinario entre comillas. Sí que es cierto que hay que tener ojos para verlos».


Los ocho documentos de Elcano, cuyos propietarios heredaron con unos inmuebles del marino, «se daban por perdidos desde 1802 o 1803». No se tenía constancia de su existencia desde que, por entonces, el historiador Navarrete los dio a conocer a partir de una copia efectuada por el erudito marino Vargas Ponce. «La familia los dio por quemados porque ese archivo estuvo en San Sebastián, y se suponía que se había quemado en 1813», detalla Aguinagalde. «En las guerras carlistas, en las guerras napoleónicas, se quemó mucho archivo del siglo XIX, porque se quemaban casas. Se daba por perdido y punto. Tampoco la gente se hacía muchas complicaciones».


Pero el documento sobrevivió. «Elcano escribe cuando llega. Es lo primero que hace cuando baja del barco, y de esa manera da un perfil de Elcano», valora el historiador. Es el primer relato en el que que se confirma que el mundo es redondo y alguien lo ha recorrido. «Un descubrimiento sensacional», según el lendakari, Iñigo Urkullu, quien el pasado martes, durante un acto en el Museo Balenciaga, en Guetaria, se encargaba de anunciar la aparición del material. «El lendakari es muy forofo de estas cosas, le encantan», comenta Aguinagalde, quien todavía tiene trabajo por delante con la transcripción y análisis. En una futura rueda de prensa se ofrecerán todos los detalles. Y se difundirán los documentos «online», accesibles para toda la ciudadanía. «De eso se trata, al fin y al cabo, el trabajo que hacemos. A los que estamos en esta guerra todos los días lo que nos importa es que la gente le encuentre un sentido, que lo aprecie».

Un documento único

El relato de Elcano da cuenta de la existencia del Estrecho (de Magallanes) que permitía franquear el continente americano por el sur para acceder a las islas de las especias. Relata brevemente la muerte de Magallanes, la trabajosa navegación, los ataques portugueses, la muerte por inanición de decenas de hombres y, sigularmente, que «lo que en más avemos de estimar y tener es que hemos descubierto e redondeado toda la redondeza del m[u]ndo, yendo por el oçidente e veniendo por el oriente». Tres años para navegar todo el globo, con una armada de cinco naves, y una dotación de 265 personas, que terminó con el regreso de una sola, la nao Victoria, con tan solo 18 hombres exhaustos, comandados por Juan Sebastián Elcano. Un alto precio para una expedición que cambió la imagen del mundo.


Hasta hace muy poco solo se conocían tres copias de la carta de Elcano que estaban en Italia, en los archivos de Florencia, Ferrara y Venecia, tres de las cortes más pujantes de la época. Del contenido de la carta que relata el éxito de una gesta tan importante para el mundo moderno nada supieron los historiadores hasta bien entrado el siglo XIX. Las copias existían porque los embajadores de las repúblicas italianas «se apresuraban en informar a sus soberanos de las novedades que iban ocurriendo en España», según indica a ABC Manuel Ravina, director del Archivo General de Indias (AGI).


Posteriormente el contenido de la misiva sí se estudió con detalle, gracias a las copias, aunque no se tradujo al español hasta 1920. Pero faltaba el manuscrito original, uno de los documentos más importantes de la historia, que nunca estuvo en el AGI, según acaba de publicar Manuel Ravina en un artículo para una revista científica. Por algún motivo, no llegó con el resto de los fondos de Cancillería. Debido a conocerse por traducción del italiano, los historiadores se preguntaban cuáles serían las palabras exactas de Elcano en su manuscrito.

Subasta en 2014

Algo cambió en el verano de 2014, cuando en una casa de subastas de Madrid se puso a la venta una copia más, eso sí, firmada por Elcano de su puño y letra. Se pidió un dictamen al AGI y tras el estudio correspondiente –no sin cierta polémica porque el Ministerio de Cultura intervino para hacer bajar el precio sin decir que iba a comprarla– la copia fue adquirida y se encuentra en el gran centro documental sevillano. Esperemos que pronto pueda mostrarse en una exposición junto al original.


En realidad la copia que ya está en manos del Estado era una mezcla de dos documentos: la carta de Elcano escrita a su llegada a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522 –datada el 22 de septiembre– y otra solicitando el establecimiento de una Casa de la Contratación para la especiería en La Coruña.


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