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Tema: Un libro lamentable: "Independencia y nacionalismo"

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    Un libro lamentable: "Independencia y nacionalismo"

    Un libro lamentable: «Independencia y nacionalismo»


    Mario Bianchetti



    Un libro lamentable
    Parece que ahora defender el nacionalismo, es mostrarlo como un protocarlismo. Queremos levantar la voz, para denunciar semejante confusión, pues no tiene ningún asidero ni en la lógica, ni en la historia, ni en la política católica. Desde la tapa con esa insólita idea de que la patria argentina se fundó en 1500 con una Misa en Santa Cruz. ¿En qué año habrá sido la Misa fundadora de la «patria catalana» que está trabajando estos días por independizarse?

    Podríamos iniciar esta defensa recordando que el «prócer» que se reivindica, José de San Martín, tenía en su biblioteca todos los libros jacobinos prohibidos de la época, como documentó don Bernardo Lozier Almazán, en su libro Proyectos monárquicos en el Rio de la Plata.

    Para quienes no les parezca tan claro que su modo de acción fundando logias, fue revolucionario y masónico, el nombre que eligió para estas organizaciones secretas fue «Lautaro» en honor a un indio rebelde a la Corona castellana, y no en tiempo de los «malos» Borbones. Al indio Lautaro se le reivindica nada menos que haber asesinado a don Pedro de Valdivia, legítimo Gobernador de Chile durante el reinado de Carlos I.

    En una entrevista a Antonio Caponnetto (autor de Independencia y nacionalismo, Katejon, Buenos Aires 2016) recientemente publicada, a propósito de su nuevo libro, el periodista Javier Navascués le pregunta si conoce el documento «Una propuesta para humillar a España», plan concebido en Inglaterra (1711) y llevado a cabo, paso a paso por el General San Martín; a lo que contesta Caponnetto, para sorpresa del lector, diciendo que no conoce ningún estudio sobre este tipo de planes en tiempo de los Austrias.


    La cantidad de respuestas del mismo estilo en dicha entrevista es abultada: cuando no se contesta con muchas citas en latín y en griego, se nombran innumerables autores, o se esgrime la teología cuando le preguntan de historia. Las respuestas resultan a la postre enormemente confusas. Tal vez sea esa la razón por la que nunca salió publicada en el sitio peninsular.


    Por otra parte se invoca erróneamente el ius resistendi como fundamento jurídico de la rebeldía al tirano por parte de los revolucionarios, pero vale la pena explicar que el principio esgrimido por la junta fue el «derecho de autodeterminación de los pueblos», falso derecho revolucionario, que nada tiene que ver con la resistencia legítima a la autoridad, pues no pretendían ninguna restauración del orden legítimo establecido, sino la ruptura completa y definitiva del monarca y de toda dominación «extranjera».


    Monseñor Lefebvre, a quien el autor pone como modelo para ejemplificar, sí hizo uso de ese principio de resistencia legítima a la autoridad, sin fundar una nueva Iglesia, sin declarar la Sede Vacante, ni mucho menos proclamarse Papa. Al igual que los carlistas, que resistieron al Rey Fernando VII y se levantaron en armas a su muerte contra la ilegítima «Isabel II», no fundaron una nueva patria. Nada tiene esto de comparable con unos revolucionarios evocando el falso «derecho de libre determinación de los pueblos».


    Dos sumos pontífices seguidos proclamaron cartas encíclicas rechazando categóricamente la independencia americana. Etsi longissimo terrarum o la «encíclica legitimista», promulgada por el Papa Pío VII el 30 de enero de 1816.Y la encíclica Esti iam diu, del 24 de setiembre de 1824, del Papa León XII.

    El «prócer» no pudo siquiera ser enterrado dentro de una iglesia. ¿Datos que Caponnetto desconoce? Ver por favor la estructura modificada de la Catedral de Buenos Aires, que se construyó al efecto, para no enterrarlo en el perímetro consagrado del templo.

    Que San Martín repartiera escapularios o prohibiera blasfemar ¿prueba que haya sido un verdadero católico? Hoy un policía o un bombero, repito, hoy, tiene dentro de su gorra la imagen de la Virgen. ¿Hubiera sido posible en una época cristiana, llevar hombres a la guerra quitándoles la religión? Por otra parte, ¿cuántas dignidades eclesiásticas conocemos que reparten estampitas, visten sotana y predican a Cristo y efectivamente de cristianos no les queda más que el nombre? Las logias por él fundadas, las máximas masónicas a su hija, su testamento pidiendo ser enterrado sin ningún acompañamiento, parecen ser testimonios mucho más esclarecedores de sus creencias.


    Creemos que lo auspicioso del último libro es que el nacionalismo tiene contadas sus horas, si para justificarse tiene que asemejarse con lo que rechazó y combatió históricamente.

    La falsedad de la comparación entre los «buenos libertadores» y el carlismo se vuelve por completo evidente cuando vemos volver a José de San Martín a Europa, no para combatir con los carlistas, sino para colaborar con la independencia de Bélgica.

    El ius resistendi, es S.E.R Monseñor Marcel Lefebvre en 1988 consagrando cuatro obispos para la Iglesia Católica; consagración a la que asistió S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón y en la cual el Arzobispo mandó colocarlo en sitial de honor como príncipe católico.


    Consagraciones episcopales en Ecône, 30 de junio de 1988. En el centro de la fotografía, abajo, entre el misal y las manos del Arzobispo Lefebvre, aparece el Infante Don Sixto Enrique de Borbón

    Mientras no se entienda el problema del legitimismo, será en vano seguir discutiendo de historia.

    «No, Venerables Hermanos —preciso es recordarlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores—, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la sociedad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la ciudad nueva por edificar en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la ciudad católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: omnia instaurare in Christo». San Pío X, «Notre charge apostolique» del 25 de agosto de 1910.
    https://www.facebook.com/notes/agenc...92168877481781

    Última edición por Hyeronimus; 23/10/2016 a las 20:41
    ReynoDeGranada, Leolfredo y epicyon dieron el Víctor.

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