Internet podría quedar colapsada a fines del 2007
13/05/2007 - 17:08
NOTICIASDOT, IBLNEWS
Según las principales consultoras, como Deloitte Consulting, el crecimiento del número de usuarios conectados y de dispositivos de acceso a la Red junto con la popularización de la descarga de aplicaciones de vídeo como YouTube –que ya representan un tercio del tráfico total de Internet- o de la telefonía IP –sólo en España más de 3 millones de personas ya son usuarios de Skype para hacer llamadas- están poniendo al límite la capacidad Internet. De hecho, al final de 2007 ya podrían empezar a observarse los primeros problemas como latencia o ralentización del servicio.
La universalización del acceso a Internet desde el hogar, acentuada tras el lanzamiento de tarifas planas cada vez más asequibles, junto con la popularización del uso de determinadas aplicaciones -como YouTube- y servicios -como la telefonía IP- y el incremento del número de dispositivos de acceso, están poniendo al límite la capacidad de Internet. Algunas de las principales consultoras, como Deloitte, vaticinan que la llamada Red de redes podría alcanzar en 2007 su capacidad máxima, con los problemas que ello conllevaría a la comunidad empresarial on-line y al consumidor final.
En la actualidad, más de un tercio de todo el tráfico de Internet son aplicaciones de vídeo y audio, que consumen mucho ancho de banda. De hecho, hoy por hoy, YouTube está sirviendo al día 40 millones de vídeos lo que supone unos 200 terabytes de datos, es decir, aproximadamente 200.000 gigas, por lo que bastaría un incremento inesperado en el uso de esta aplicación para que se hicieran visibles los primeros problemas en el acceso y en la velocidad de la red como latencia, caída o ralentización del servicio. Los nuevos protocolos de vídeo y voz requieren cada vez más calidad y más ancho de banda, por lo que en algunas ocasiones, los ISPs y las empresas de telecomunicaciones no consiguen cubrir las crecientes necesidades de ancho de banda para soportar el exponencial crecimiento del uso de Internet. Además, la gestión de los archivos es una tarea complicada y de elevado coste para los proveedores de servicio y los operadores de telecomunicaciones. Así, por ejemplo, de acuerdo con Infonetic Research, un archivo típico de vídeo en Internet llega a consumir 1.000 veces más ancho de banda que un mensaje de correo electrónico. Y mientras el envío de 100.000 emails cuesta a una compañía de telecomunicaciones alrededor de 20 céntimos, la transmisión de 100.000 vídeos de baja resolución tiene un coste próximo a los 15 dólares y 100.000 películas de alta definición alrededor de 10.800 dólares, según datos de la misma consultora.
Aparte hay que tener en cuenta otros dos aspectos -ya mencionados- que influirán en la definición de Internet en el corto plazo. Por un lado, la amplia variedad de dispositivos de acceso y, por otro, el incremento del número de usuarios. Todo ello acentúa la necesidad de una mayor capacidad y calidad de servicio.
“Definitivamente, estamos en el principio de un nuevo boom”, explica Jon Lindén. “La transmisión de las aplicaciones de vídeo demandan más ancho de banda. Después de años de calma, la industria se enfrenta a un nuevo período, resultado del crecimiento sin precedentes de servicios de vídeo on-line y otras aplicaciones grandes consumidoras de ancho de banda, que exige un aumento de la capacidad de la Red pero también una utilización más eficiente de los recursos existentes”.
En este escenario, ¿con qué opciones cuentan las empresas de telecomunicaciones y los proveedores de servicio y aplicaciones para satisfacer los nuevos requerimientos?
Ampliación de las infraestructuras. Una de las posibilidades es desplegar nueva infraestructura que dé respuesta a las nuevas necesidades de ancho de banda y de calidad.
Sin embargo, el gran desembolso que exige esta opción -se estima que el montante a nivel mundial alcanzaría los 240.000 millones de dólares en el 2008, lo que representaría un crecimiento del 19% sobre el gasto acometido en 2005- plantean las siguiente preguntas:¿Quién asume esta partida? ¿Los proveedores de servicio y aplicaciones o las empresas de telecomunicaciones?
Por un lado, los operadores justifican su escaso interés en este proyecto en que van a obtener una rentabilidad demasiado pequeña -o nula en el caso de los servicios que se dan gratis- con respecto al desembolso que deberían realizar. Además, argumentan que quienes deberían asumir esta inversión son los proveedores de aplicaciones en tanto en cuanto son sus productos y/o servicios los que más ancho de banda consumen.
Este seria uno de los motivos por lo que vienen exigiendo un “gravamen” especial a los proveedores de de contenidos que consumen una gran capacidad de ancho de banda. Consideran que son estos los que se aprovechan de las infraestructuras disponibles y que, además, su voracidad es insaciable: Como más aumenta la capacidad de la red, mayor es su capacidad para suministrar contenido.
Tienen parte de razón. A mayor aumento de líneas ADSL o de alta velocidad, mayor es el tráfico que estos sitios generan para atender la demanda de los usuarios.
Por su parte, los proveedores de aplicaciones y servicios consideran que esta cuestión excede los límites de actuación de su negocio.
Afirman, no sin parte de razón, que su objetivo es proporcionar contenido y no extender infraestructuras de telecomunicaciones. Estas empresas ya disponen de potentes servidores que gestionan y optimizan su propio tráfico pero no el general de la red.
El acceso a populares sitios de intercambios de videos, produce, además, una concentración de tráfico en zonas determinadas y cuellos de botella en los nodos que canalizan el tráfico. Por lo que estas zonas podrían ser las primeras afectadas por la congestión.
¿Qué pasa entonces con los usuarios? Sin un acuerdo en el sector, el más que previsible incremento del número de usuarios concurrentes en Internet y de las aplicaciones de vídeo y de voz en la red provocará que las molestias causadas por la caída en la velocidad de acceso se conviertan en una insatisfacción de los consumidores a gran escala.
¿Soluciones?
En pleno boom tecnologico, un grupo de empresas se lanzaron a construir importantes redes submarinas y terrestres de gran capacidad.
Curiosamente muchas de estas compañías sucumbieron a la caída del mercado bursátil y vendieron sus infraestructuras por un puñado de dólares.
En ese momento, en el 2000/2001, los analistas mostraban su preocupación por el exceso de capacidad de ancho de banda afirmando que la inversión acometida sería difícil de recuperar.
Visto el panorama, se frenaron las inversiones previstas y se paralizaron los planes de extensión de nuevas redes. Hoy serían más necesarias que nunca.
Una de las soluciones por las que apuesta la industria es optimizar el uso del ancho de banda, priorizando el tráfico de la red en función de su contenido y del perfil del usuario.
Esta propuesta, tecnológicamente muy avanzada, podría acabar con la actual tendencia de barra libre potenciando servicios de pago para acceder a distintos servicios que consumen elevadas tasas de ancho de banda.
Así los proveedores de acceso, los ISP, podrían comercializar “paquetes” a sus “usuarios combinando servicios -como email, navegación de Internet, descarga de vídeos o aplicaciones P2P- a diferentes perfiles de usuarios y a distinto precio”, explica el ejecutivo de Procera Networks, una de las compañías que apuestan más decididamente por este tipo de solución para afrontar a una posible “crisis” en ancho de banda.
La falta de direcciones IP llevará al colapso de internet en el año 2011
JOSÉ MANUEL NIEVES. MADRID.
1274 días, 7 horas, 57 minutos, 17 segundos, 16, 15, 14, 13... Era el tiempo que marcaba ayer, a la hora de escribir estas líneas, el contador del IPv6 Forum. El tiempo exacto que queda, según los expertos, para el colapso de internet.
Y si es usted una de las muchas personas que creen que resulta complicado encontrar un nombre de usuario o una dirección de correo electrónico libre, una que alguien no haya ocupado ya, espere a que el contador llegue a cero. Para entonces, a mediados de 2011, le será del todo imposible conseguir, incluso, una simple conexión que permita a su ordenador acceder a internet.
El motivo de esta crisis inminente es sencillo, aunque la solución es complicada. Y es que las direcciones IP, esas que identifican a los dispositivos que se conectan a internet y permiten su acceso, se están acabando. De hecho, los datos de este mismo mes indican que en todo el mundo ya están «cogidas» el 85 por ciento de los cerca de 4.300 millones de direcciones IP que permite el protocolo de internet en uso (IPv4, o Internet Protocol versión 4). Y eso, en un momento de auge del número (y la variedad) de dispositivos capaces de conectarse a la red de redes es una mala, muy mala noticia.
Situación crítica
Así lo subraya también un informe elaborado por la OCDE que será presentado en Corea el 17 y 18 de junio, durante la próxima cumbre ministerial. «La situación -dice textualmente el documento- es crítica para el futuro de la economía de internet».
El informe urge a los gobiernos de todo el mundo para que actualicen la versión actual (IPv4) a la nueva IPv6, que en la práctica puede ofrecer un número ilimitado de direcciones IP (en realidad, unos 340 sextillones de ellas, lo que supone cerca de 670.000 billones de direcciones por cada milímetro cuadrado del planeta).
En palabras de Vinton Cerf, uno de los «creadores» de internet y en la actualidad vicepresidente mundial de Google, «la hora de IPv6 ha llegado». Su implantación será, según el experto, la siguiente gran revolución tecnológica a la que se deberá enfrentar el mundo.
Que las direcciones IP disponibles no iban a durar siempre es algo que se sabe desde hace más de una década. Pero a pesar de que el nuevo protocolo (IPv6) fue desarrollado a mediados de los noventa, aún no ha sido adoptado por la inmensa mayoría de los países y organizaciones.
Un desastre anunciado
El problema principal es que ambos protocolos no son compatibles entre sí, de modo que los dispositivos que se conectan a internet por medio de uno de ellos no pueden hacerlo por vía del otro. En la actualidad, la mayor parte de los dispositivos electrónicos preparados para IPv6 se encuentran en Asia, especialmente en China, Japón, Corea y Taiwan. Y aunque las nuevas versiones de los principales sistemas operativos (Windows Vista, MacOS X...) también están ya preparados, lo cierto es que nadie ha dado aún el pistoletazo de salida.
Hoy, los proveedores de servicio a internet gestionan la escasez restringiendo al máximo la asignación de nuevas direcciones. Soluciones técnicas como la asignación de IP variables (es decir, direcciones que se renuevan en cada nueva conexión) ha permitido un mejor aprovechamiento de las direcciones existentes. Igual que la Traducción de Direcciones de Red (NAT), un sistema que permite a empresas y proveedores asignar paquetes de IP privadas, que sin embargo tienen la limitación de no permitir el pleno acceso a la red.
Recursos que han servido, como mucho, para tener un respiro. Un respiro, como se ha visto, con fecha de caducidad. Y el contador sigue bajando...
http://www.abcdesevilla.es/20080526/...805260301.html
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