A fin de cuentas no era tan complicado estimular la natalidad en España en 1984, cuando el fenómeno empezó a ser una tendencia inequívoca; basta con estimular la natalidad mediante campañas de publicidad, favorecer la constitución de familias mediante créditos a las parejas jóvenes, incentivar la natalidad reduciendo impuestos e introduciendo desgravaciones fiscales

...Efectivamente, ni más, ni menos, entre otras muchas cosas más...