Tema: Alcorcón: inicio de la guerra étnica

Yo soy educado con quien debo serlo. Con quienes ofenden a la Tradición y a la Iglesia no lo seré. Y encima dices que es que no te entiendo.....No te entiendes ni tú. Hale, al PP que se te rifan.

Otra vez el mismo cuento. No he ofendido a la Tradición ni a la Iglesia. Eso es mentira. Cambio y fuera.

Por cierto: Conforme con que no le llamemos guerra étnica.

Has ofendido con tus mentiras sobre el puto capitalismo teniendo la cara dura de relacionarlo con el Magisterio de la Iglesia. Acomodar tu sincretismo calvinista y encima decir que el tradicionalismo es una ideología. Todos los que hablan tan bien del capitalismo es porque sencillamente son unos innombrables. Deberías dedicarte a decidir si prefieres Friskies o Purina y dejar tus idioteces, o exponerlas o en otro sitio.

Val: Creo que en el caso de Alcorcón son redskins más concretamente, aunque un chaval declaró que allí se unían desde punkis hasta nazis pero no sé, el ambiente de Alcorcón parece más dirigido por el " Non Servium " y demás ralea. De todas formas es la misma mierda.

Sí, sabía que los incidentes habían sido entre “latinos” y un grupo de extrema izquierda, incluso que el chaval apuñalado era un “skin-rojo” de estos, de todas formas “El País” no se corto en absoluto y dijo que los incidentes habían sido entre “latinos” y miembros de extrema derecha racista (léase nazis a fin de cuentas).

Y bueno, no me extrañaría nada que muchos nazirulos, como dices tú estimado Ordoñez, se presentaran el sábado en Alcorcón para motar el circo, seguramente de ser así ya se encargarían los medios de comunicación en resaltar a estos por encima de otros grupos que pudieran participar en la movida.

Me da que ese día va a haber mucha policía en Alcorcón, hasta debajo de las piedras, no creo que al final pase nada violento, al menos este sábado.

Y si, tienes razón, todas estas tribus urbanas son la misma mierda.

Propongo que la controversia entre Ordóñez y Cirujeda pase al Purgatorio como se hace en Stirpes en la sección "Camara Obscura"; "Ordóñez vs. Cirujeda"

da igual si son de extrema derecha o no, la contaminación es abundante y lo que deben saber los españoles es que los buenistas multiculturalistas están pudriendo la raíz del arbol español movidos unos por el egoísmo económico y otros por el odio a su raza y su cultura.
es una oportunidad para promover vrespuestas ciudadanas contra esta invasión de no europeos y sería interesante hacer participar a los inmigrantes europeos que sí que tienen muy claro lo de sus raíces europeas y culturales, con ellos debemos limpiar España y Europa de inmigración no europea ilegal y controlar en sus límites admisibles e interesados la legal.

Yo cuando dije que esto no es una guerra étnica quería decir que no es una guerra. Claro que el problema es, en parte, étnico. Las bandas latinas son un problema étnico, porque son la exportación de un fenómeno cultural ajeno: la violencia tribal, que en España muestra una fuerza predadora más fuerte porque la población no está armada y mentalizada como en otros países.

Ahora bien, hay otros dos problemas: uno lo degenerados que estamos. Y esto no es una cuestión étnica. Aquí no empiezo el panegírico: ya sabemos lo que hay. Fruto de la degeneración que sufrimos, actuamos mal en la cuestión étnica. En este caso, la juventud de Alcorcón ha optado por responder al problema étnico con “reyertas” y “altercados”, proporcionando a los antidisturbios y a los medios otra fabulosa justificación para que nos reeduquen a todos todavía más duramente, para hacernos aceptar que estar en contra de la inmigración significa ser un violento incontralado y hacer peores cosas que la kale borroka (ojo a los futuros presos por "racismo", que reemplazarán a algunos etarras en las cárceles).

El tercer problema es que los verdaderos poderes y autoridades de este sistema de cosas en España se están relamiendo de lo bien que va todo. El asunto Alcorcón será un pretexto para campañas de sensibilización y más presupuesto para políticas de (des)integración.

Creo que no deberíamos romantizar los disturbios de Alcorcón como inicio de la revuelta étnica a lo Diarios de Turner, ni tampoco intentar instrumentalizarlos políticamente, sino intentar sacar partido a largo plazo. No son los chavales españoles los que se deben enfrentar a la policia, eso está mal planteado. Son los vecinos, organizados de algun modo (ej. policia vecinal, etc.) los que deberían simplemente manifestarse y presionar a las autoridades por menos dinero para “antiracismo” y más policía, al grito de algo así como NO HAY RACISMO EN ALCORCÓN – HAY DEMASIADA INMIGRACIÓN – MÁS SEGURIDAD CIUDADANA – ALCORCÓN TODAVÍA ES ESPAÑA.



PD - a largo plazo sí, que nadie se olvide de tener la escopeta en casa lista para desenterrar –visto que la policia está impotente (y con el sistema) y visto lo que están haciendo con la Guardia Civil.

Otra noche de batalla campal en Alcorcón

El amplio dispositivo policial no evitó disturbios por parte de centenares de jóvenes - Volcaron coches y contenedores, destrozaron marquesinas y lanzaron piedras y agredieron a los policías, que tuvieron que cargar contra ellos

Enrique Villalba





Madrid- Noche de persecuciones, porrazos y sirenas en Alcorcón. Los disturbios del pasado fin de semana volvieron a reproducirse ayer en las calles y plazas del municipio. La Policía tuvo que utilizar varias cargas contra un centenar de jóvenes, en su mayoría menores de edad encapuchados, que apedrearon, insultaron y provocaron a los agentes y a los medios de comunicación y que destrozaron todo aquello que encontraron a su paso. Coches volcados, contenedores cortando la circulación, marquesinas de autobuses destrozadas y aceras levantadas para utilizar los adoquines como arma arrojadiza. Ni un sólo vecino, ni un sólo latinoamericano; grupos de jóvenes de distintas ideologías sembraron el pánico durante horas. El amplio dispositivo policial evitó que los disturbios pasasen a mayores pero no fue incapaz de frenar una noche repleta de incidentes.

Unos 300 policías habían tomado desde primera hora de la tarde los puntos más calientes de la localidad formando cordones para impedir la entrada a las canchas deportivas del Centro Joven, donde a las seis de la tarde estaban previstas dos concentraciones convocadas por grupos antifascistas y de ultraderecha, prohibidas por la Delegación del Gobierno.
A la hora de comer, Alcorcón parecía un pueblo fantasma. Las calles estaban vacías, el fuerte dispositivo policial había cerrado la ciudad a cualquier disturbio. En las salidas y andenes de la estación de Cercanías diez agentes aguardaban la previsible llegada de jóvenes con ganas de gresca. En la estación Puerta del Sur de metro un furgón de Antidisturbios de la Policía Nacional intentaba persuadir posibles algaradas. En la Plaza del Centro Joven, donde estaba prevista la manifestación, los agentes impedían la entrada a todos los viandantes y cacheaban a todo aquel que cruzaba la zona. A las seis de la tarde en los alrededores de las canchas comenzaron a congregarse decenas de jóvenes de la localidad en protesta por los altercados del pasado fin de semana, pero con ganas de montarla. Tras increpar a policías y vecinos los ánimos se calentaron.Unos pedían justicia y que los inmigrantes que hubiesen creado disturbios fuesen expulsados del país, otros más respeto hacia la comunidad latinoamericana. El ambiente se fue caldeando y comenzaron los disturbios y las carreras.

Los jóvenes concentrados en el lugar de la reyerta del pasado fin de semana comenzaron a desplazarse hacia el Parque de la Paz. Todo sucedió muy deprisa. Cuatro antidisturbios intentaron quitar una pancarta plegada a dos jóvenes y comenzaron las cargas. Porrazos, piedras y ladrillos por los aires y como balance un joven herido con la nariz rota. Los jóvenes que huían de la carga policial comenzaron a romper aceras y parte del mobiliario urbano para aprovisionarse de cascotes que lanzar a la Policía. A partir de ahí se inició una persecución por toda la ciudad entre los antidisturbios y cientos de jóvenes que convirtieron a los profesionales de los medios de comunicación en el objetivo de su ira. Comenzaron a cruzar cubos de basura intentando hacer barricadas e impidir el paso de «las lecheras»; cuando se veían acorralados entraban a la fuerza en los portales. Los actos vandálicos continuaron durante toda la noche a pesar de que la Policía consiguió dispersar al grupo de violentos.

Empañada por estos altercados resultó la concentración junto al Centro Joven de medio centenar de vecinos de la Asamblea por la Convivencia Pacífica y Contra el Racismo, que se manifestaron pacíficamente. Ayer no hubo graves heridos ni detenidos, pero el miedo volvió a las calles de Alcorcón.



http://www.larazon.es/noticias/noti_mad12282.htm

Paisajes de capuchas y navajas

Pese a las reiteradas negativas del Gobierno, en España sí hay problema de bandas

Alfredo Semprún / Madrid





Un menor ecuatoriano, 13 años, vecino de Murcia, hurta al descuido una videoconsola en un comercio próximo a su domicilio. No le pillan. Unos días más tarde, nervioso, insiste a sus padres en la necesidad de cambiar de Instituto. La familia comienza a recibir extrañas llamadas. Son amenazas. El crío, al fin, se explica: miembros de una banda le extorsionan porque se ha negado a unirse al grupo.
- ¿Y la videoconsola?
- Se la dí a ellos, para que me dejaran en paz.
En realidad, Carlos ya no se acordaba; su padre, sí. Fue hace muchos años, era un crío de nueve, y ahora estudia en la Universidad. Vive en un barrio acomodado del Soto de La Moraleja, junto al parque. Iba con su primo y les rodearon.

-Me quitaron un llavero y algunas pesetas: a mi primo, una carterita de plástico. Eran latinos, con camisetas de baloncesto y gorras de béisbol, pero no recuerdo casi nada más.
-¿Algún problema más en el parque?
-No. Por ahí casi siempre patrullan los guardias de seguridad.
-Seguridad privada, claro.
-Claro.

Madrid. El Pozo. Alguien ha pintado la pista de patinaje sobre ruedas con las marcas inequívocas de una cancha de «ecuavoley». Las reuniones son multitudinarias: hasta trescientas personas se reúnen alrededor del improvisado campo de juego. Son ecuatorianos. El «ecuavoley», que hace furor en su país, es una variante del voleibol con equipos de tres jugadores. Los encuentros atraen centenares de curiosos y, con ellos, el acompañamiento de vendedores ambulantes, puestos de comida callejera, prostitución, pero no mucha, y bastante, bastante, alcohol. Es lo que, en la neolengua del progresismo, se denomina «monopolizar un espacio público». Los vecinos aplican otros adjetivos, y eso que la mayoría desconoce qué es lo que realmente significa una pista de «ecuavoley»: apuestas, fuertes apuestas de hasta sesenta euros por persona y partido.

«Casa de camas calientes»
Nicolás Fernández Guisado, presidente nacional del sindicato de profesores ANPE, lee un anuncio en una farola de la calle de Carretas, en pleno centro de Madrid: «Se alquila sofá, ocho horas». Es lo que se conoce como «casa de camas calientes». Miles de inmigrantes viven así, repartiéndose el tiempo de sueño como si se tratara de la tripulación de un submarino. Su colega en el sindicato, Carmen Guaita, conoce varias de esas «casas de camas calientes». En una habitación, cuatro niños bolivianos, al cuidado de otro un poco más mayor, esperan la hora de dormir viendo la televisión boliviana por satélite. Cuando llegan a casa todos se quitan la ropa de ir al colegio y se ponen el poncho. Son pequeños y han llegado a España en una edad ideal para integrarse. Fernández Guisado explica que los niños inmigrantes se adaptan bien y no crean problemas, al contrario. Sin embargo, hay que trabajar más con ellos porque proceden de países con sistemas educativos muy diferentes o, en el caso de los africanos, prácticamente inexistentes: «Acaban de bajarse de la patera y ni siquiera saben cuántos años tienen». La edad clave está entre los 14 y 16: «A esas edades, el proceso se complica. En sus países de orígen ya estarían buscando trabajo, pero aquí la ley les obliga a permanecer en las aulas». Muchos de ellos han llegado a España gracias a la última regularización. Vienen en la edad difícil y se encuentran con unos padres a los que hace años que no ven y que trabajan mucho, hasta catorce horas fuera de casa. La mayoría se sobrepone al cambio y sale adelante. Otros, no. Es el mismo proceso de fracaso escolar que se da entre los españoles; incluso con el mismo abanico de situaciones de exclusión social. Pero ellos vienen de un mundo mucho más violento, donde la navaja forma parte de la indumentaria.

Madrid. Alcorcón.
-¿Xenofobia? ¿Racismo? No, mire: aquí lo que hay es mucho porro y muchas horas en la calle sin hacer nada y tirando de litrona. Los nuestros y los otros.

Un desafiante 5-0
Es el «mantra» alcorconero de estos días. El pueblo no es racista, el pueblo no tiene problemas de bandas latinas, el pueblo es ejemplo de convivencia. Además, la delegada del Gobierno dice que no hay bandas. En una pared, cerca de las canchas de deportes de la discordia, alguien ha pintado con tiza un desafiante «5-0». No es el resultado de un partido de fútbol; quiere decir que ellos, «los latinos», han apuñalado a 5 y, nosotros, los «españoles», a 0. Un joven español de Alcorcón, de los que estos días se tapan la cara para salir en la Televisión, se indigna porque los latinos tiran de navaja en lugar de pelearse «como hombres». Dan ganas de suscribirle a los periódicos de Ecuador, Bolivia y Colombia, sección policiales, para que se empape de lo que en los barrios marginales de aquellos países se entiende por «hombría». Además, ya lo dicen bien claro: «Los dominicanos no juegan».

La «cancha» es el territorio a ocupar y, por supuesto, a defender. Los españoles y los inmigrantes «asimilados» no suelen dar demasiados problemas. Simplemente, se van a otro sitio. Hay toda una red de polideportivos municipales cubiertos y cómodos, clubes, actividades extraescolares y, además, los colegios ejercen de guardería fuera de las horas lectivas, hasta que las madres terminan de trabajar y van a recoger a los niños. La «cancha» es, pues, la calle, el parque. Zona libre y relativamente al margen de la Policía. La de Ascao, en Ciudad Lineal, es una de las más disputadas. Está a caballo entre dos territorios y hubo que llegar a un acuerdo: vosotros en esa cesta; nosotros, en la otra. Además, a veces los españoles protestan y los guardias se hacen visibles. Durante unos días hay que desocupar o, al menos, hacer como que se desocupa.

Las familias inmigrantes tienen un instinto especial para las bandas y procuran apartar a sus hijos pequeños de ese ambiente. Los niños españoles también van adquiriendo el olfato. A menos que bajen con sus abuelos o con sus hermanos mayores, ellos son las víctimas propiciatorias: basta con un grito o un empujón y se van a casa, no suelen contárselo a sus padres. Pero la paz dura poco. En la calle Servando Batanero, entre dos coches, el SAMUR atiende a un dominicano de 17 años, apuñalado. La herida tiene mala intención: por el costado, buscando el riñón. Unos metros más allá se desploma otro joven: tiene 18 años y es ecuatoriano. Ha tenido suerte, la navaja le buscaba la femoral, pero se ha contentado con cortar el muslo. La pelea ha sido corta y la propiedad de la cancha sigue en el aire. La experiencia les dice que la Policía se interesará por el asunto y que es mejor cambiar de aires. Pero la Policía es poca y volverán los buenos tiempos. El barrio se conmociona poco. Es viernes, es diciembre, hace frío y, además, son extranjeros. Pero en Ciudad Lineal, por supuesto, no son racistas. Si se matan entre ellos, tampoco pasa nada.

Botellas y bates de béisbol
Tampoco son racistas en el barrio madrileño de La Elipa. Ni en Azuqueca de Henares, ni, por supuesto, en Almería. Veamos lo de La Elipa: Cualquiera que tenga ojos sabe que los parques de «el Dragón» y «el Templo» son territorio de pandillas. El pasado 9 de diciembre el ecuatoriano Jesús Fernando Guzmán, de 19 años, acompañado de un amigo español, se cruza con tres muchachos dominicanos. Discuten, le apuñalan con saña y exactitud de navajero profesional. Muere. Corta biografía española: llevaba en Madrid cinco meses; vivía con su tía, no estudiaba, no trabajaba, pero iba a empezar en una academia. Lo de Azuqueca de esta pasada semana: domingo noche en el bar El Truco. La banda de «Los Santos», multirracial, se toma unas copas. Llegan de Madrid, en tren, unos dominicanos. Se pelean con un resultado de 5 apuñalados y tres contusionados. Y Almería, la misma noche dominguera: «El lagrimita» y los suyos montan una batalla campal contra otros ecuatorianos: botellas, bates de béisbol y navajas. «El lagrimita» parece ser jefe del capítulo local de los «Latin kings». Los otros, entre los que hay tres legionarios, de los «Ñetas».

No son muchos: en Madrid, la Policía tiene identificados a unos 1.300. Hasta ahora, su mejor truco ha sido no molestar demasiado al blanco, porque el blanco, ya se sabe, mira para otro lado cuando el muerto no es de los suyos y tiende a cruzarse de acera. Pero no va a durar siempre: nosotros, los blancos, también tenemos fracaso escolar, familias desestructuradas, chavales en paro, vagos, drogas y mala leche. Se nos había olvidado cómo se tira de navaja, pero es una cosa sencilla de recordar. Y si no, al tiempo.


http://www.larazon.es/noticias/noti_viv12411.htm

Las negritas son mías. Este es el diálogo de civilizaciones del señor ZP y su política suicida.

Yo vuelvo a lo de siempre: nuestras mujeres no paren ni dos tristes críos, las suyas como conejos. Conclusión: estamos jodidos. Es sólo cuestión de tiempo.

Totalmente de acuerdo Juan. Aparte, es que la apostasía y demás estupideces de España no pueden quedar sin castigo. Mira, hay historiadores que inciden en ver el alto índice de infanticidios que había poco antes de la invasión berberisco-islámica....¿ Será el islamismo el castigo que nos espera; esos moros que ahora se ríen de todo esto porque en el fondo les conviene....?

Qué increiblemente precioso es tu avatar Juan del Águila!!!
(perdonad la intromisión,pero no lo he podido evitar)

Muchísimas gracias; lo acabo de cambiar, porque el anterior (un guardia de honor de la primera guerra, en capote) estaba ya muy visto. El Tío Tomás y la Cruz de la Orden de la Legitimidad Proscrita.