España, la nueva tierra prometida
En 1997, nuestro país tenía el menor porcentaje de extranjeros de la UE, un 1,5 %; ahora tiene el mayor, un 9,94 %. En estos diez años su número se ha multiplicado por siete. La mitad de los foráneos llegados a Europa el año pasado se instaló aquí
F. Cancio
Madrid- España ha pasado en los últimos años de ser un país emisor de inmigrantes a receptor. Sólo en la última década la población extranjera se ha multiplicado por siete, pasando de los apenas 638.000 de 1997 a los 4,5 millones actuales. Pero aún hay más. Este «boom» de la inmigración que se vive en España ha traído consigo una serie de estadísticas y cifras nunca antes vistas. Así, nuestro país es ya el que más inmigrantes tiene de la Unión Europea y el segundo del mundo que más recibe -sólo por detrás de Estados Unidos-, según los datos del II Anuario de la Comunicación del Inmigrante hecho público esta misma semana. En concreto, la población inmigrante en España alcanza ya el 9,94 por ciento del total. Es decir, casi 4,5 de los 45 millones de habitantes vinieron de otro país.
En estos últimos años, España ha ocupado el lugar en el que antes se encontraban otros países como Alemania o Francia, tradicionalmente receptores de inmigrantes. En 1997, España contaba con tan sólo un 1,5 por ciento de población extranjera, frente al 3,7 de Reino Unido, el 6 de Francia o el 8,9 por ciento que se registraba en Alemania.
Año tras año, España ha ido ganando «adeptos» y el porcentaje se ha disparado con un crecimiento medio en esta década del 24 por ciento. Así, a partir de 2002 es cuando empieza a apreciarse un mayor incremento, con un 4,7 por ciento de habitantes foráneos, cerca de dos millones. Ese mismo año, la población extranjera de Reino Unido era aproximadamente de un 4,2 por ciento (cerca de 2,5 millones), mientras que la de Francia rozaba ya el 8 por ciento, con cerca de 4,9 millones. En Alemania, los inmigrantes en 2002 suponían el 8,9 por ciento, unos seis millones.
Y así ha ido aumentando hasta llegar al pasado 2006, en el que en España ya residían más de 4,1 millones de extranjeros, el 9,2 por ciento del total de habitantes. Ese año otros países como Francia contaban con unos seis millones de inmigrantes (9,4% del total) y Alemania con poco más de 7 millones (8,9%).
Pero el pasado año también trajo otro dato a tener en cuenta: el 44,7% de los inmigrantes que llegaron a la Unión Europea se instaló en España. En concreto, en 2006 llegaron 1,4 millones de inmigrantes, de los que 636.000 se trasladaron a nuestro país. El segundo que más recibió fue Francia, con unos 160.000, cuatro veces menos que España.
Los marroquíes, los primeros
Por nacionalidades, a los que más les gusta España es a los marroquíes, que suponen el 12,86% del total, con cerca de 577.000 residentes, seguidos de rumanos (524.995), ecuatorianos (421.384), británicos (314.098), colombianos (258.726) y bolivianos (198.770). Pero las razones que llevan a unos y a otros a decantarse por España son muchas y variadas. En el caso de ciudadanos como los alemanes o británicos, les mueve el clima y la calidad de vida, y muchos no sólo instalan en España su segunda residencia, sino que deciden quedarse tras jubilarse.
En cuanto a los trabajadores, se puede distinguir entre los que vienen legalmente, contratados en sus países de origen, o los que llegan clandestinamente, jugándose en ocasiones la vida por una falsa promesa que creen que podrán cumplir. Unos y otros buscan cubrir la alta demanda de trabajo que existe en determinados puestos en un país que crece económicamente el doble que la media de Europa. Sin embargo, el destino que les espera a los que se «cuelan» es, en la gran mayoría de ocasiones, la repatriación o una vida totalmente distinta a la que se imaginaron en su «paraíso europeo». A estos hay que sumar los miles de temporeros, principalmente marroquíes, que llegan al sur de España para la recogida de la fruta.
Otro de los aspectos que se tiene en cuenta es el idioma, que se convierte en el mejor reclamo para los ciudadanos iberoamericanos. De las diez nacionalidades con mayor representación en España, cuatro son suramericanas. Al respecto, Ligia Mihaila, presidenta de la Asociación rumano-moldavo-hispana «Trajano», señala varios de los motivos que llevan a sus compatriotas a viajar a España. El primero son las raíces históricas y culturales, ya que «Rumanía es el único país latino de los estados de Europa del Este. Tenemos lazos comunes, como la historia, los rasgos, costumbres...», asegura. Junto a esto, señala como otra de las razones el «importante “boom” económico» que vive España. «Un inmigrante huele donde hay riqueza», comenta.
En relación a las formas de llegada, -legales e ilegales-, la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, ya ha adelantado que en 2006 se contrataron 200.000 inmigrantes en origen, y añadió que en 2007, por vez primera, «ese número de contrataciones ha sido superado ya».
Sólo en 2006 llegaron a las costas españolas a bordo de pateras o cayucos cerca de 40.000 inmigrantes y, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, la bolsa de indocumentados ascendía, al menos, a medio millón, aunque las ONG la elevan hasta el millón. Respecto a lo que va de 2007, las costas han recibido ya a unos 20.000 sin papeles.
Y por el momento, este fenómeno no tiene freno. Tanto para los que vienen de forma legal como para los que lo hacen de forma ilegal, España es una especie de paraíso en el que desean asentarse. Y si no, que se lo digan al 70 por ciento de los extranjeros que llegan a nuestro país. Les gusta tanto que no se marchan.
http://www.larazon.es/noticias/noti_nac19823.htm
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores