Estimados amigos, es un placer pasar a saludarlos otra vez. Quería hacerles un comentario sobre esta escritora de la Europa Protestante convertida al catolicismo.
Ya estoy al tanto de muchas mujeres intelectuales de pasado feminista, que luego se convirtieron al catolicismo. Una de ellas es la filósofa judía, convertida luego al catolicismo Edith Stein, que llevó una vida ejemplar durante toda su vida.
Pero también, he sabido de una escritora noruega que fue premio nobel de literatura en 1928, que tuvo pasado feminista, que se opuso al nazismo y que luego se convirtió al catolicismo. ¿Conocen a esta escritora y su literatura?. Hace poco acaba de llegar a mis manos, un libro de Sigrid Undset.
Sigrid Undset, pasión nórdica
La obra de una gran luchadora
Firmado por Alberto Fijo
Fecha: 27 Octubre 1999
Hace 50 años fallecía una gran mujer que escribió magníficas novelas. La vida de Sigrid Undset (1882-1949) enseña cómo algunas obras literarias no pueden gestarse sino envueltas en la dignidad de una existencia. La trilogía Cristina, hija de Lavrans proporcionó a Undset el Nobel de literatura en 1928 y un puesto entre los mejores de la novela histórica. La reciente reedición en español de su obra póstuma, Catalina de Siena, hace oportuno el acercamiento pausado a una de las grandes mujeres y novelistas del siglo que termina. La escritora noruega vino al mundo en Kalundborg (Dinamarca) el 20 de mayo de 1882, el año que también ve nacer a James Joyce y Virginia Woolf. Cuando Sigrid tiene 2 años, su familia se traslada a Christiania, la capital de Noruega, que luego, en 1925, pasará a llamarse Oslo. La temprana desaparición del padre, muerto cuando Sigrid tiene 11 años, la casi continua convivencia con la enfermedad de los seres queridos, un matrimonio, tres hijos, dos guerras mundiales, una ruptura matrimonial, un hijo caído en combate, exilios, estrecheces económicas y la conversión a la Iglesia católica con 43 años son las piezas que componen el puzzle.
Sus padres son Ingvald Martin Undset, catedrático de Arqueología, y Charlotte Gyth de Kalundborg, una distinguida joven de origen danés. Sigrid será la mayor de tres hermanas y crecerá en un hogar culto, donde se habla alemán y francés. Los misterios de las sagas nórdicas y las canciones del folklore escandinavo son habituales compañeros de juego. La primera infancia de Sigrid está llena de los frecuentes viajes del padre por toda Europa. Sigrid adora a su padre, que quiere para ella una esmerada educación, a la vista del entusiasmo de la pequeña por los afanes históricos y arqueológicos del padre, que ha sido nombrado Director del Museo Noruego de Antigüedades.
La prematura muerte de su padre, en 1893, a los 40 años, deja a la joven viuda y a las tres niñas en una difícil situación económica. Sigrid renuncia a un brillante porvenir universitario y, con 16 años, se coloca como secretaria del director de una compañía alemana de ingeniería, en Christiania. Serán diez años de un trabajo en el que acaba por hacerse imprescindible.
Mujeres como protagonistas Diez años con ratos robados al sueño para escribir su primera novela, ambientada en la Dinamarca medieval. Y mientras, lee: mucha historia y literatura, sobre todo inglesa. Profundamente impresionada por Shakespeare y Chaucer, se abisma en la saga artúrica de la mano de Mallory, mientras lee a las Brontë y a Jane Austen. Se familiariza con escritores escandinavos como Ibsen, Strindberg y Brandes. Con 22 años acaba el manuscrito de su primer libro, una historia romántica, que será rechazado. Dos años después, Sigrid tiene listo un nuevo manuscrito, mucho más breve que el anterior, tan sólo 80 páginas para contar la cruda historia de un adulterio ambientada en la Noruega contemporánea. La novela se publica, siendo primero relegada y luego valorada, gracias al apoyo de un conocido escritor de la época.
En el período 1907-1918 escribe varias novelas de corte realista que abordan las existencias monótonas de personajes insignificantes en oscuras ciudades, el bravo empeño por no abandonarse a la decadencia. Ya están presentes las mujeres como protagonistas absolutas, si bien Undset opta por una sobriedad que a veces bordea la rudeza, ahuyentando el sentimentalismo.
Después de la publicación de su tercer libro, que se vende bien, Undset puede abandonar su empleo como secretaria y dedicarse a escribir. En 1909-1910 viaja por Europa, gracias a una beca para escritores jóvenes. Pasa nueve meses en Roma, y allí conoce al que será su marido, el pintor noruego Anders Castus Svarstad, nueve años mayor que ella, casado y con tres hijos. Sigrid tiene 30 años. Svarstad consigue el divorcio y se casan en 1912. Marchan a Londres, donde uno pinta y la otra se empapa del arte y las letras inglesas (con sitio especial para D.H. Lawrence). A los seis meses, vuelven a Roma, y allí nace su primer hijo, en enero de 1913.
Abandonada con tres hijos Hasta la ruptura del matrimonio, en 1919, Sigrid tiene tres hijos, y cuida a los tres hijos del anterior matrimonio de Anders. La prometedora escritora se ve totalmente absorbida por la atención de un hogar que incluye dos niños retrasados: la segunda hija de Sigrid y uno de los hijos de Anders. La escritura vuelve al reducto nocturno. El matrimonio, la maternidad, la I Guerra Mundial y la neutralidad noruega vienen a transformar a la mujer y -como se verá- a la escritora.
Anders, su marido, la abandona en 1919, cuando Sigrid tiene 37 años y está embarazada de su tercer hijo. El pintor contrae nuevo matrimonio. Sigrid consigue la nulidad y no vuelve a casarse. Se instala en Lillehammer, donde pone en pie una hermosa y tranquila finca campestre que permita una vida confortable y sana para su hija enferma. Y, después de dar a luz, la viajera y cambiante Sigrid se asienta y acomete su gran obra, la monumental Kristin Lavransdatter (Cristina, hija de Lavrans).
Un libro que es mucho más que una novela histórica. Realmente, bien podría titularse Kristin Sigriddatter. Es la luz al final de un largo túnel, el fruto de un descubrimiento fundamental en la vida y la obra de Sigrid: el descubrimiento del cristianismo y, más concretamente, de la providencia divina y su juego con la libertad de los seres humanos. Concluida la redacción del libro, y tras recibir instrucción de un sacerdote, Sigrid es recibida en la Iglesia católica. Estamos en 1924, y la escritora tiene 43 años.
Crónica monumental Cristina, hija de Lavrans (ver servicio 124/97) consta de tres libros -cerca de mil páginas en total-, que abarcan la vida de una mujer noruega del siglo XIV. Habría que acudir a Dostoievski, Manzoni, Von Le Fort o Corti para encontrar en la historia reciente de la literatura un acercamiento tan poderoso como el de Undset a temas como la culpa, el amor, la filiación, el odio, el matrimonio, la fe, la maternidad, la Providencia y la libertad.
Los múltiples protagonistas de esta saga nórdica comparten la sangre indómita de varias generaciones que se agrupan en torno a Cristina, niña, hija, novia, amante, esposa, madre, abuela, viuda. Odios, amores, venganzas, rivalidades, ambición, celos, violencia, pecados y arrepentimiento, crueldad y dulzura se dan cita en un marco grandioso por la nobleza salvaje y tosca de un mundo recién salido del horno, de olores fuertes y definidos.
La excelente acogida en Europa de su trilogía no contribuye a mitigar el escándalo que provoca su conversión en Noruega. El país cuenta con un exiguo puñado de católicos, y se caracteriza por un protestantismo estatal, de un antipapismo muy acusado. Desprecio o temor son comunes en grandes sectores de la sociedad noruega, generados por motivos religiosos -los menos- y por la cercanía al marxismo y al socialismo de buena parte de los intelectuales noruegos. Undset, que ya había librado combates por los derechos de la mujer, sale en defensa de la libertad religiosa, y acaba por asumir una apología encendida de la Iglesia católica. Durante años no cesa de batallar en foros públicos de debate. Son los años -1920-27- de mayor producción literaria: a la saga de Cristina se suma la de Olav Audunssøn, otro monumental relato en cuatro volúmenes.
Años de exilio A los 46 años, el Nobel de Literatura llama a su puerta por la enorme fuerza literaria y moral de sus novelas históricas. Estamos en 1928 y Sigrid Undset relaja su asombroso ritmo creativo. Escribe varias novelas ambientadas en el contemporáneo Oslo, con una presencia continua de personajes de la pequeña comunidad católica noruega y el amor como motor. Publica estudios históricos, traduce al noruego sagas islandesas y escribe varios ensayos literarios sobre las hermanas Brontë y Lawrence. En 1934 entrega a sus editores un relato autobiográfico, Elleve aar, que incluye un homenaje de amor a su familia y, en especial, a su padre.
Cuando estalla la II Guerra Mundial acaba de perder a su hija enferma y de publicar el primer tomo de Madame Dorthea, una novela histórica ambientada en la Escandinavia del siglo XIX. Su oposición al nazismo, bien conocida desde los primeros años 30, había provocado el rechazo de sus libros en Alemania. Su hijo mayor, Anders, oficial del Ejército noruego, muere a los 27 años en un enfrentamiento con tropas alemanas a pocos kilómetros de la casa de los Undset. Sigrid escapa a Suecia con el único hijo que le queda. Entre 1940 y 1945 vive en Estados Unidos. Terminada la guerra, vuelve a Noruega, donde muere el 10 de junio de 1949, a los 67 años, sin haber escrito nada más. En 1951 aparece Catalina de Siena (ver pág. 4), obra póstuma consagrada a la vida de la santa italiana colocada por la providencia en los durísimos años del Cisma y el destierro de Aviñón.
Personajes recios La obra de Undset está dominada por una concienzuda mirada, sobria y vibrante a la vez, que se detiene en el drama humano cotidiano. Personajes recios, de una grandiosa humanidad, marcados por pasiones con mayúsculas. Undset se aleja del naturalismo gracias a la presencia continua de una religiosidad poderosa y afilada, que nunca es un relleno narrativo en sus relatos. La cuidada ambientación histórica de la Edad Media nórdica aporta un toque de exotismo, muy atractivo para el lector no familiarizado con esos años oscuros. Los personajes femeninos de Undset tienen carisma y solidez, y han sido frecuente fuente de inspiración para otros escritores europeos. Cristina es, quizás, el personaje literario noruego más popular después de Peer Gynt, de Ibsen.
La vida y la obra de la escritora tiene extraordinario peso en su país. En 1995, la actriz y directora Liv Ullmann trasladó al cine el primer libro de Cristina, hija de Lavrans. Actores noruegos dieron vida a las pasiones de una historia que fue fotografiada en los escenarios originales por el gran Sven Nykvist, colaborador habitual de Ingmar Bergman y de otros grandes cineastas. La televisión noruega adaptó la película y la emitió como serie.
Leer a Sigrid UndsetSigrid Undset* La señora Marta Oueli (1907)* Jenny (1911)* La leyenda del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda (1915)* Las vírgenes prudentes (1918)* Un punto de vista de mujer (1919)* Cristina, hija de Lavrans (1920-1922)* Nubes de primavera (1921)* Olav Audunssøn (1924-1927)* La zarza ardiente (1930)* Elleve aar [Once años] (1934)* Norske Helgner [Saga de santos nórdicos] (1934)* Madame Dorthea (1939)* Catalina de Siena (1951) Existen ediciones españolas disponibles de Cristina, hija de Lavrans (1997), Catalina de Siena (1999) y La zarza ardiente (1999) en Encuentro, que ha anunciado la próxima aparición de Olav Audunssön.
La colección de Premios Nobel de Aguilar tiene un tomo doble dedicado a Undset. El libro apareció en 1958 y no ha sido reeditado. Suele encontrarse en bibliotecas públicas e incluye la traducción de las obras más representativas de la escritora noruega.
En Noruega se han publicado numerosos estudios y biografías sobre Sigrid Undset. Destacan entre estas últimas las de Tordis Orjasaeter (1993) y Gidske Anderson (1989). Orjasaeter, profesor de educación especial, pudo acceder a los archivos de la escritora y realizar una impresionante labor de documentación que le permite aclarar muchos aspectos de la vida y la obra de Sigrid Undset. Así pudo demostrar que la larga y penosa dolencia que provocó la temprana muerte del padre de Sigrid fue una enfermedad nerviosa, parecida a la esclerosis múltiple; y no sífilis, como se pensaba. El libro de Orjasaeter recibió el premio Brageprisen al mejor libro de no ficción en Noruega.
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