La bandera de los Zuavos (Ignacio Wills 1849-1873)


Tendido en el polvo
cubierto de heridas
oprime en sus brazos
el bravo carlista,
la augusta bandera de sangre teñida.

Aun oye luchando
con breve agonía
los hierros que chocan
las balas que silban.
Al cielo levanta
el alma y la vista,
murmuran sus labios
Postrer despedida.
-¡Señor! ¡Mi bandera!,
Gimiendo suspira,
¡Que no me la quiten
ni en muerte ni en vida!

Sus ojos se cierran,
sus manos se crispan
y muere besando
la Cruz bendecida.

Allá, en el palacio
Do el Rey deposita
los santos recuerdos,
las nobles reliquias,
ostenta sus pliegues
la enseña bendita,
manchada de sangre
del bravo carlista.

Miró Dios al héroe
que orando moría,
oyo su plegaria
ferviente y sentida,
salvó la bandera
de toda mancilla,
y el Rey con respeto
la guarda y la mira.

Jamás tocó en ella
la mano enemiga
que el héroe la guarda
en muerte y en vida.

Carlos Verdugo - 1892
A la memoria de Ignacio Wills


EL BANDIDO REALISTA