DE CÓMO DON PELAYO VENCIÓ Á LOS MOROS EN COVADONGA.
(De Lorenzo de Sepúlveda.)
Junto al rio Guadalete, Que á Jerez era cercano,
Aquese rey Don Rodrigo Vencido queda en el campo.
Venciólo el moro Tarif, Por el su triste pecado :
Los moros ganan á España, Toda la habian conquistado
Hasta Asturias de Oviedo Donde se huyó Don Pelayo.
A este alzaron por rey Los cristianos que han quedado.
Cercáronlo en una cueva Mucha gente de paganos.
Almazan llaman al moro Que sobre ellos tiene mando :
Con él vino el mal obispo Don Oppas, ese malvado.
Era cuñado del conde Que Don Julian es nombrado;
Padre era de la Cava Que todo el mal ha causado
Combaten recio la cueva Con esfuerzo denodado ;
Don Oppas se llegó a ella En un mulo cabalgando.
Hablando está con el Rey Palabras de gran halago;
Con razones engañosas, Le dijo :- Mira, Pelayo :
Bien sabes el gran poder De los godos esforzados,
Que conquistaron á España Y en ella habian reinado,
Que nunca fuéron vencidos De bárbaros y romanos.
Por el gran juicio de Dios Ya su esfuerzo es soterrado;
Quebrantado es su poder, Muertos yacen en el campo.
Dime tú : ¿Qué te aprovecha El esfuerzo que has mostrado,
Y encerrarte en esa cueva? ¿Do piensas ser escapado?
¿Cuidas por ventura tú Escapar de los paganos,
Y d'ellos te rebelar, Y conseguir temerario
Lo que no pudo Rodrigo, Aquese rey afamado,
Con todos los nobles godos, Que los ves desbaratados?
Acuérdate qu'el su reino, Qu'en fuerzas fuera abondado ,
Y por su sabiduría De todo al mundo admirado,
Ya es perdido y destruido, Y en nonada es ya tornado.
Pelayo, yo te aconsejo, La tu vida deseando,
Que te dés luego á los moros Con esos tus allegados.
Tú y ellos seréis muy ricos, De riquezas abondados;
Si no, moriréis á espada, No escaparéis de sus manos.-
Don Pelayo cuando oyera Lo que Don Oppas ha hablado,
Recibió muy gran pesar, Y esta respuesta le ha dado :
-Oppas, tú fuiste arzobispo Y en letras bien enseñado,
Bien sabes que tú, y el rey Vitiza , aquese tu hermano,
Ensañaste mal à Dios Con vuestros grandes pecados,
Junto con Don Julian Ese siervo de el diablo.
En saña vos lo metistes, Por do vino el grande daño
En la gente de los godos, Varones tan esforzados.
Y aunque esto dure algun tiempo, Dios no nos habrá olvidado :
El nos dará la venganza Del que á él hobo cansado.
Yo bien fío en su bondad, Que será como lo hablo,
Y esto me hace no temer Los moros que me han cercado.
Cuanto mas que es mi abogada Virgen Madre, con sus santos :
Todos rogarán á Dios Nos libre d'este quebranto.
Yo creo con estos pocos De cobrar lo qu'es ganado
A los fuertes nobles godos, A quien se ha hecho el estrago,
Que muchas mieses se crian Y multiplican un grano.-
Y acabando estas razones A la cueva se ha tornado.
Todos los que están con el Quedaron muy asombrados,
En ver que de tantos moros Todos ellos son cercados;
Todos de un corazón A Dios estaban rogando
Que les ayudase y libre, Y no mire á sus pecados.
Cuando vió el mal Obispo, Que no aprovecha lo hablado ,
Mandó á todos los moros Que combatan los cristianos,
Qu'estan sin seso medrosos, Y de bien desesperados;
Que acometan con las armas Y que los hagan pedazos.
Con muy grandes alaridos A la peña están tirando
Muchos honderos con piedras Con ballestas y con dardos.
Mas como el poder de Dios Lidia por los encerrados,
Las piedras y las saetas Y dardos que habian tirado,
Vuélvense contra los moros, Muchos matan en el campo :
Veinte mil eran los muertos, Sin otros muchos llagados.
Los moros, cuando esto vieron, Todos están asombrados;
Pelayo alababa á Dios Por el miraglo pasado.
Cobran todos corazón Contra los moros malvados;
A unos matan, otros prenden, D'ellos se han bien vengado.
Muerto quedaba Almazan, Preso Oppas el malvado;
Por el monte de Anzona Huyen los que habian quedado;
Cayera el monte con ellos, Debajo los ha tomado.
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
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