Preparan la publicación de artículos de Chesterton sobre España
EFE - domingo, 9 de septiembre, 12.54
Alfredo Valenzuela.
Sevilla, 9 sep (EFE).- La sevillana editorial Espuela de Plata
lanzará en breve un volumen de artículos y ensayos breves de Gilbert
Keith Chesterton (1874-1936) que incluye algunos de los que dedicó a
España tras un viaje a este país, con el título de "El Color de
España", en traducción de Victoria León.
El entusiasmo de Chesterton por la España de su época le lleva a
afirmar en estas páginas que "España tiene la fortuna de haber
pasado ya por su decadencia y caída y de estar al presente
resurgiendo claramente otra vez".
"Cuando el viajero visita un lugar como España lo primero que le
llama la atención es el cambio de esa atmósfera de frivolidad dura y
estéril a una atmósfera de festividad grave y solemne", lo que
Chesterton achaca a que "los españoles tienen todavía costumbres más
bien que modas, y sus costumbres les son naturales".
Sobre el color de España, el autor inglés, con su ironía
característica, parece hacer un alegato contra la Leyenda negra al
afirmar que "es de esperar que la gente se dé cuenta de que España
no es tan negra como la han pintado quienes sólo han pintado las
caperuzas negras de los inquisidores", para enseguida advertir:
"Estar de negro no es de modo alguno lo mismo que estar de luto".
"La mantilla por sí sola demuestra que el negro es un color
alegre y casi el color de la frivolidad", añade Chesterton, quien en
el texto que precisamente se titula "El color de España" considera a
las damas españolas tocadas de mantilla mucho más alegres que "las
damas más modernizadas que ocultan obedientemente sus cabezas en los
sombreros a la última moda parisiense".
Como ejemplo de que los españoles emplean el color negro donde
nadie más lo ha empleado nunca pone Chesterton a Velázquez y a Goya,
mientras que sale en defensa de las fiestas y tradiciones españolas,
como la Semana Santa de Sevilla, aunque confiesa no haberla
visitado.
"Cuando me pongo en contacto con esas cosas no puedo menos de
sonreírme al pensar en quienes han tratado otra vez de demostrarme
que la única función de la religión consiste en entristecer a los
hombres", señala a propósito de las procesiones de la Semana Santa
de Sevilla, que considera "ejemplo especial y supremo de una
costumbre difundida por todos esos países meridionales".
También defiende la fiesta de los toros, con la ironía que lo
caracteriza al hablar del elevado número de turistas que "corren
deliberadamente a ver las corridas de toros para poder jactarse
luego de que no pueden soportar este espectáculo".
Sobre este asunto añade que "no es ver un país buscar las cosas
que se abominan", además de que los españoles son "buenas personas,
sorprendentemente bondadosas con los niños y normalmente nada
crueles con los animales".
Su visita a la ciudad de Toledo le sirvió a Chesterton para
anteponer en el arte hispano la "influencia mediterránea" a la
"influencia musulmana" al sentenciar que "la condición indefinible
que une a una ciudad como Toledo con una ciudad como Jerusalén
existía mucho antes que naciera Mahoma".
Tal vez por ser católico en un país de protestantes, Chesterton
se detuvo en el Escorial, que definió como "ese extraño palacio
español construido por el duro capricho de uno de los españoles y
hombres más extraños", en alusión a Felipe II.
Las páginas dedicadas al Escorial le sirven también a Chesterton
para fraguar una de esas frases felices de las que, según Borges, no
carecía ninguna de las páginas del autor inglés: "Se ha producido
una reacción contra la Edad de la Razón en la que podemos perder
inclusive las partes de ella que eran realmente razonables". EFE
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