De "Memorias de un setentón, natural y vecino de Madrid"

"Al toque de oraciones de la tarde de aquel día en que conmemora la Iglesia al patriarca San Joseph, hallábase reunida toda mi familia en la sala de la casa, frente al obligado cuadro que pendía en el testero representando la Purísima Concepción, y rezando en actitud religiosa el Santo Rosario, operación cotidiana, que dirigía mi padre, y a que contestábamos todos los demás, incluso -¿se creería ahora?- los sirvientes de ambos sexos, que para el caso eran llamados a capítulo (...) Cuando nos hallábamos todos más o menos entregados a tan santa ocupación, vino a interrumpirla un desusado resplandor que entraba por los balcones, una algazara inaudita que se sentía en la calle, unos gritos desentonados, formidables, de alegría o de furor.
¡Viva el Rey! ¡Viva el Príncipe de Asturias! ¡Muera el Choricero!".
Ramón de Mesonero Romanos, "Memorias de un setentón, natural y vecino de Madrid escritas por El curioso parlante (1808-1823)", vol I, Madrid, Renacimiento, 1926, pp. 2-3.