Hanaq Pachaq (1631)
Se trata de un himno procesional en lengua quechua del Perú, probablemente escrita por un compositor indígena y posteriormente publicada por el franciscano Juan Pérez Bocanegra, al final de su tratado Ritual formulario, de 1631, pero compuesta unos años antes, probablemente en 1610. Es la primera obra polifónica del Nuevo Mundo, la más antigua y también la más maltratada por sucesivas versiones deformantes, que la habían transformado en un canto “con alusiones al sol y al ganado en forma de danza”, cuando en realidad es uno de los más antiguos himnos a la Virgen María, en el que se pregunta a la Madre de Dios por el lugar que su Hijo reserva a los mortales en el HanaqPachaq, el reino de los cielos para los incas.
Estudiada ahora en su versión original - esta transcripción es el resultado del estudio del texto por conocedores del quechua antiguo litúrgico, los PP. Jesuitas de Urcos, Quispicanchi, de Cusco (Qosqo en quechua: el ombligo del mundo), bajo la dirección del P. José María García, SJ – y conservada en la Biblioteca de la Universidad Mayor de San Andrés, el La Paz, esta primera Salve Cusqueña es el verdadero himno de las Andes, y por extensión, el himno profundo de todo el Continente Americano.
Bocanegra fue un hombre genial, párroco de Andahuaylillas, en Quispicanchi, al sur de Cusco, cuya iglesia agrandó y embelleció de tal manera que recibe hoy, merecidamente, el calificativo de Capilla Sextina de los Andes, cuyo patrimonio pictórico y musical ha sido restaurado recientemente. Para ella mandó construir los dos órganos que aún se conservan, los más antiguos de Latinoamérica (ca. 1610), y allí debió de estrenarse este himno cargado de misterio, por su sabiduría y contenido. Dominó el idioma quechua en tal grado que pudo escribir la primera gramática fonética hispano-quechua y el ya nombrado Ritual Formulario e instituciones de curas (1631) en el que se incluye esta pieza “para que la canten los cantores al entrar en la iglesia”. Fue Canónigo Magistral en la catedral de Cusco, a cargo de la Doctrina, y administrador de los inmensos bienes del marquesado de Oropesa de Santiago, como párroco del antes citado pueblo de Andahuaylillas, frente al monte Qoriorqo, monte de oro.
DE VILLANCICOS, TONOS HUMANOS Y ZARZUELAS: Hanaq Pachaq (1631)
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