Literatura navarra en el Medievo
ESTUDIOS SOBRE LA LITERATURA DE NAVARRA
Tradicionalmente se ha venido repitiendo el tópico sobre la insignificante aportación literaria de escritores navarros en lengua castellana. La inexistencia de una Historia de la Literatura en Navarra de forma rigurosa y completa es lo que ha motivado que el Equipo HILINA de la Universidad de Navarra se dedique a su investigación en el proyecto Historia de Literaria de Navarra, desde sus orígenes hasta nuestros días.
El pionero en el estudio literario de Navarra fue José Zalba, con el artículo Páginas de la historia literaria de Navarra, publicado en 1924 en la revista Euskalerriaren Alde, que ofrece una serie de breves apuntes sobre varios escritores navarros desde los orígenes medievales hasta el siglo XX.
Manuel Iribarren hizo el segundo intento con Escritores navarros de ayer y de hoy(Pamplona, Editorial Gómez, 1970), presentada en formato diccionario, con breves referencias para cada autor.
José María Corella Iráizoz fija una primera Historia de la literatura navarra, Ensayo para una obra literaria del viejo Reino (Pamplona, Ediciones Pregón, 1973), que se completa con una pequeña antología de textos, una bibliografía y sendos índices onomástico y toponímico.
Fernando González Ollé realiza para el Gobierno de Navarra en 1989 unos rigurosos y eruditos trabajos monográficos, y en especial, su síntesis Introducción a la historia literaria de Navarra, que alcanza solo hasta finales del siglo XIX.
Otras aportaciones posteriores son las de Félix Maraña en su trabajo Pamplona y otros relatos, y las de José María Romera Gutiérrez en la entrada Literatura de la Gran Enciclopedia Navarra.
Emilio Echevarren y Tomás Yerro reunieron dos tomos antológicos en Escritos navarros actuales (Pamplona, Gobierno de Navarra, 1990), importantes por reunir variados textos de varios autores contemporáneos.
Por último, José María Larrea Muxica y Periko Díez de Ultzurrun centraron su atención en los escritores en vascuence, en dos volúmenes de su trabajo Nafarroako euskal idazleak(1987 y 1994).
HISTORIA DE LA LITERATURA NAVARRA, POR JOSÉ MARÍA CORELLA
CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA NAVARRA EN LA EDAD MEDIA
1- Escritos Literarios
Algunos historiadores de literatura incluyen en sus estudios obras que en sentido estricto no pertenecen al terreno de la literatura sino que son tratados de filosofía, historia, oratoria, ciencias, artes, etc. Esta tendencia es más acusada cuando se trata de la Edad Media, porque son muy pocos los textos estrictamente literarios y por ellos los investigadores tratan de rellenar el vacío con obras de corte más científico y erudito, que no son literatura, aunque puedan aportar algunos valores literarios.
2- Límites Geográficos
Los límites geográficos del Reino de Pamplona y más tarde de Navarra fueron muy variables en el periodo medieval, ya que en algún momento pertenecieron las Vascongadas, la merindad de Ultrapuertos, territorios de La Rioja y Aragón, etc. Se considera literatura navarra a las obras que los escritores concebían dentro de los territorios en comprendía en territorio en cada momento.
3- Orden Lingüístico
Hay que tener en cuenta la riqueza y diversidad idiomática de Navarra a lo largo de su historia:
el latín: lengua culta ligada a los monasterios, difusores de cultura.
el vascuence: lengua del pueblo en buena parte del territorio, pero se trata de una lengua de tradición oral que pasó tardíamente a ser escrita, pues sus primeras manifestaciones literarias escritas no se presentan hasta el siglo XVI.
el romance navarro: dialecto romance derivado del latín en territorio navarro, también conocido como navarroaragonés, aunque con rasgos lingüísticos propios que permiten diferenciarlo según demostraron los estudios de Fernando González Ollé y Carmen Saralegui. Fue la lengua oficial de la Corte navarra, ya que facilitaba el entendimiento con el resto de reinos cristianos.
el árabe: lengua hablada por población musulmana.
el hebreo: lengua hablada en importantes juderías de ciudades como Pamplona, Estella, Viana, Los Arcos, Tudela, etc. que cuentan con la protección real.
los dialectos occitanos: lenguas correspondientes a la población de origen franco
Habría que considerar la extensión geográfica y difusión social de cada una de estas lenguas, pero lo que no hay ninguna duda es que todas ellas dejaron testimonios literarios escritos durante la Edad Media, con la excepción del euskera de tradición oral y cuyas primeras manifestaciones literarias impresas se encuentran a partir del siglo XVI.
4- Influencia Política y Cultural
Esta tierra fue cruce de culturas, idiomas y religiones, encrucijada de caminos, y esa circunstancia tuvo importantes repercusiones culturales. Más aún, teniendo en cuenta la importancia del proceso histórico de la Reconquista, y las relaciones que mantuvo con sus poderosos vecinos (Aragón, Castilla, Francia), y los largos periodos de unión dinástica con Aragón y con Francia.
La importancia del Camino de Santiago y la reforma de la cultura cluniacense, con la correspondiente llegada de ideas y movimientos artísticos de Europa, fueron factores muy influyentes en el desarrollo de la diversidad cultural de Navarra.
De igual manera, fueron determinantes las relaciones políticas y diplomáticas establecidas con los demás reinos hispánicos y con los territorios franceses.
Estos factores históricos determinaron los hechos culturales, y por lo tanto los literarios.
ITINERARIOS DEL CAMINO DE SANTIAGO POR NAVARRA
PRIMEROS TESTIMONIOS LITERARIOS
El monasterio benedictino de San Salvador de Leire fue un importante núcleo de extensión del romance navarro.
Un importante documento escrito en el romance navarro son las Glosas del monasterio de San Millán de la Cogolla del siglo X, monasterio situado en territorio riojano, pero bajo dominio del Reino de Pamplona en aquel momento. Las glosas son breves apuntes en lengua romance que los copistas colocaban interlineadas o en los márgenes de documentos latinos para aclarar determinadas palabras cuyo significado latino empezaba ya a serles dificultoso entender.
Gonzalo de Berceo, (Berceo, 1197 – 1264), fue un poeta riojano, el primero conocido en escribir en lengua castellana, que además incluía palabras en euskera.
Antiguamente, aparte del castellano se conocía el euskera en La Rioja, y por eso Gonzalo de Berceo, uno de los primeros escritores en lengua castellana utilizaba palabras vascas comobildur "miedo" ("Don Bildur"), gabe "sin" o "privado de"; o çatico que viene del euskera zatiko"pedacito", entre otras más.
MONASTERIO SAN MILLÁN DE LA COGOLLA
Los primeros literatos son abades del monasterio navarro de San Martín de Albelda en el siglo X. Salvio, es autor de la Regla a las vírgenes sagradas, y de varios himnos religiosos. Vigila, colector de Concilios, historiador y poeta, es autor del Códice Vigilano, o Códoce Albendense.
El Poema de la reina Leodegundia (Versi domna Leodegundia regina) se conserva en el misceláneo Códice de Roda, que aparece haber sido escrito hacia finales del siglo X. Se trata de una canción epitalámica (87 versos latinos distribuidos en trípticos) compuesta para las bodas de esta princesa asturiana con un infante o rey navarro. Con las letras iniciales de los versos se lee esto acróstico: “Leodegundia pulc(h)ra Ordonii filia” (Leodegundia, bella hija de Ordoño).
Cotarelo nos ha ofrecido una versión castellana del mismo:
“Brote copioso raudal de duces loas, tan dulces como los arpegios de la flauta, y batamos palmas celebrando jubilosos a la excelsa hija de Ordoño, Leodegundia. / Flor preciadisima de famosa estirpe regia, ornato de la alcurnia paterna, gloria sublime de la materna. / Con himnos de suave melodía, alabemos sus virtudes esplendentes, su clara elocuencia, su hondo saber en letras humanas y sagrada doctrina...”
Este poema demuestra que en este temprano momento ya existía una actividad cultural literaria y musical, en el reino de Pamplona. En el mismo Códice de Roda se conservan otros textos interesantes como las genealogías de los reyes navarros y un elogio de Pamplona, en latín también.
CÓDICE DE RADA
LITERATURA HEBRAICA Y ÁRABE
Durante los siglos XI y XII, las mejores muestras literarias son hebraicas. La ciudad de Tudela, y en concreto su judería (la más importante de Navarra), fue el lugar de origen de tres judíos navarros ilustres y universales: Yehudá Ha-Leví, Abraham Ibn Ezra y Benjamín de Tudela. La cultura hispano judía alcanza un gran desarrollo en estos siglos en torno al reino de taifa de los Banu Hud en Zaragoza, y Tudela sería una prolongación de la taifa zaragozana hasta en año 1119, en que es incorporada a la Cristiandad por Alfonso I en Batallador.
Estos tres judíos nacieron en Tudela en una franja temporal de unos cincuenta años entre los siglo XI y XII, en un momento que es considerado la Edad de Oro de la comunidad judía. Representan la poesía, la ciencia y los libros de viajes, siendo su conjunto una singular aportación a la cultura de ese momento.
Yehudá Ha-Leví (Tudela, 1075 - Alejandría, 1141), poeta, médico, filósofo y teólogo judío, considerado el mejor poeta sefardí, fue llamado por Menéndez Pelayo “príncipe de los poetas hebreico-hispanos”.
Hombre de profundos conocimientos, especialmente en los campos de la medicina (área que llegó a desempeñar profesionalmente), filosofía griega y literatura de los rabinos, realizó importantes estudios sobre la Biblia hebrea. Escribió Sefe ha-kusari donde intenta demostrar la verdad del judaísmo frente al cristianismo y mahometanos.
Su obra fundamental es Kitab alhuyya wa-l-dalil fi nusr al-din al-dalil (Libro de la prueba y del fundamento sobre la defensa de la religión menospreciada), escrita entre los años 1130 y 1140, traducida al hebreo por Yehuda' ibn-Tibbon en 1167 como Sepher ha-Kuzar y comúnmente conocida bajo el título del Cuzary, obra a caballo entre la tradición y el idealismo, que parte de cinco discursos que Cuzar, rey de los cuzareos, mantiene con un sabio hebreo, uno cristiano y un doctor musulmán, acerca de su conversión al judaísmo.
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YEHUDA HA-LEVI
Sus más de 800 poemas, algunos de los cuales todavía se cantan en las sinagogas, se clasifican en diversas categorías: poesías báquicas, amorosas, florales, festivas, enigmáticas, amistosas, latréuticas (de glorificación al Creador), marítimas, epitalámicas,... Destacan las Siónidas(poesía sagrada) y el Qesudá o Himno de la Creación. Por esta riquísima poesía, tanto litúrgica y como secular (casi 400 poemas en cada género), escrita en hebreo, le coloca como el más interesante de los que practicaban este arte en la Edad Media.
Poesía amorosa, centrada en la descripción de la belleza de la amada:
“La cierva lava sus vestidos en las aguas
de mis lágrimas y los tiende al sol de su esplendor.
No precisa agua de manantiales, pues tiene mis ojos,
ni sol, con la belleza de su figura.”
Poesía báquico, que canta al vino:
“Las copas son pesadas,
son arcilla como las vajillas de barro,
mas al llenarlas de vino se hacen leves
lo mismo que los cuerpos con las almas.”
Estos poemas, traducidos al castellano, los compuso Yehudá Ha-Levi en hebreo, pero también es autor de varias cancioncillas o jarchas. Las jarchas son la primera muestra de una manifestación literaria en lengua romance peninsular y el más antiguo testimonio de poesía lírica en una lengua románica. Las jarchas han perdurado en el tiempo en escritura hebrea y árabe. No son composiciones autónomas, sino estrofas que cierran a modo de estribillos o finida los poemas llamados muwassahas o moaxajas.
Jarchas de Yehudá Ha-Leví en su original hebreo y traducción castellana:
“Bayse meu qorazón de mib.
¡Ya Rabb, si se me tornarad!
¡Tan mal me dóled li-l-habib!
Enfermo yed: kuand sanarad?”
“Garid bos, ay yermanellas,
kom kontener he mew male.
Sin el-habib non bibreyo:
ad ob l`irey demandare?”
(Vase mi corazón de mí.
¡Ay, Señor, si se me volverá!
¡Tanto dolor por el amigo!
Enfermo está: ¿cuándo sanará?)
(Decid vos, ay, hermanitas,
cómo contendré mi mal.
No viviré sin mi amigo,
¿a dónde le iré a buscar?)
Partidario de una religión basada en la simbiosis de la fe con la razón, se mostró en contra del pensamiento de Ibn Gabirol, que daba demasiada importancia al mundo humano y material. Fue autor del importante poemario en lengua hebrea Diwan (Diván), escrito en Toledo, que incluye piezas religiosas y profanas, de variada temática, del que aún se conservan algunas elegías y panegíricos.
Abraham Ibn Ezra (Tudela, 1089 - Londres, 1184), es el segundo ilustre judío tudelano. Erudito, poeta, astrónomo, astrólogo, bohemio y vagabundo, comentarista de las Escrituras. Es autor de obras poéticas, gramaticales, de matemáticas, anatomía y astronomía, filosofía, etc. Fue conocido por su libro Séfer Sahot y otros libros sobre la Biblia.
BENJAMÍN DE TUDELA
Benjamín de Tudela o Minyamin bar Yonah (Tudela, 1130 -1173), sabio musulmán famoso por hacer un largo viaje por el Mediterráneo, Tierra Santa y Asia Menor, y escribir en 1166 en hebreo Massaoth shel Raffi Binjamin, esto es, un itinerario o libro de viajes, que fue traducido al latín por Arias Montano (Amberes, 1575) con el título Itinerarium Benjamini Tudelensis. Es una obra geográfica y guía comercial, más que literaria, aunque se ha dicho que inaugura el género del libro de viajes y tiene algunas descripciones interesantes, con cierto valor literario. Fue el primer europeo en llegar a China. Hablaba el hebreo, el arameo, el castellano, árabe, griego, latín y euskara.
Abul Abbas al-Tutilí, el ciego de Tudela (Tudela, finales siglo XI -1126), destaca entre los autores árabes navarros. Fue compositor de numerosas jarchas, poeta callejero, seguidor de Ciego de Cabra, que escribió ciento cuarenta y nueve zéjeles, coplas y moaxajas.
APORTACIÓN DEL MESTER DE CLERECÍA
El mester de clerecía aporta a la literatura medieval obras importantes como la Vida de Santo Domingo de Silos o los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo, y también el Libro de Alexandre y el Poema de Fernán González.
Pertenecen al mester autores cultos que emplean la cuaderna vía, es decir, escribir “a sílabas cuntadas, ca es gran maestría”. En Navarra se dispone del poema llamado Roncesvalles latino, enmarcado en esta culta corriente literaria, pero cuya composición está escrita en latín y no en romance.
El Roncesvalles latino data de finales del siglo XII o principios del XIII, y es una composición de 42 estrofas en elogio del Hospital de Roncesvalles. Se conserva en los folios 89v-90v del Códice La Pretiosa de la Real Colegiata de Roncesvalles y fue publicado en 1884 por el P. Fita. Empieza así:
“Domus venarabilis, domus gloriosa,
domus admirabilis, domus fructuosa,
Pirineis montibus, floret sicut rosa,
universis gentibus, valde gratiosa.”
GONZALO DE BERCEO
APORTACIÓN DEL CANTAR DE JUGLARÍA
El siglo XIII transforma los principios de la sociedad feudal y trae el desarrollo de la poesía vernácula. En el caso de Navarra, es importante la influencia del Camino de Santiago como vía de introducción de nuevas ideas y corrientes. Por este camino iban y venían los juglares, que recitaban las poesías compuestas por los trovadores. A veces el trovador (compositor) hacía a la vez de juglar (recitante).
Algunos juglares navarros fueron Juan de Navarra, Sancho de Echalecu, Arnant Guillén de Ursúa, García de Churri... Pero también existieron juglaresas, como por ejemplo, una tal Graziosa, que recitaba en la Corte de Carlos III el Noble.
En el siglo XV, trovadores navarros que frecuentaron la Corte del Príncipe de Viana fueron Francesch de Mescua (Francisco de Amescua o de Amézcoa) y Juan de Valtierra.
En este contexto de la poesía cancioneril, destaca el famoso Cancionero de Herberay des Essarts, compuesto entre 1461 y 1464 en torno a la Corte olitense de la regente doña Leonor, infanta de Navarra, probablemente en el mismo Olite. En este cancionero escriben importantes poetas castellanos (Mena, Santillana, Macías, Alfonso de la Torre...) y también el navarro Carlos de Arellano, que está representando con dos poemas.
Hay que recordar unas coplas escritas en este siglo, devotas e ingenuas, que Carlos Idoate publicó en 1982, en la revista Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, cuyo tema es el elogio de la Eucaristía y la Virgen.
APORTACIÓN AL MESTER DE JUGLARÍA
La aportación navarra al mester de juglaría es más determinante. Su principal obra es el Cantar de Roncesvalles (o Roncesvalles navarro), que, en una copia con posible datación en 1310, constituye uno de los pocos restos conservados de la épica juglaresa peninsular. El hallazgo de este fragmento del Cantar de Roncesvalles confirma la existencia de cantares de gesta en suelo hispánico y en lengua vernácula, y fue publicado por Menéndez Pidal, el patriarca de las investigaciones sobre los cantares de gesta.
Sólo se conservan dos hojas escritas por las dos caras, con un total de cien versos, que entronca con el tema carolingio de la batalla de Roncesvalles y la derrota de Roldán y de los demás pares de Francia en los desfiladeros pirenaicos. El texto conservado describe la lamentación del emperador Carlo Magno ante los cadáveres de sus paladines, episodio recogido también en la célebre Chanson de Roland; pero destaca la ausencia de determinados detalles de la materia rolandina francesa. Estos versos corresponden a ese paisaje en que el emperador encuentra los cadáveres de los Parez:
"Sacat al arçobispo d´esta mortaldade. Levémosle a su terra, a Flánderes la ciudade.” El enperador andava catando por la mortaldade, vido en la plaça Oliveros o jaze, el escudero crebando por medio del braçale..."
En ese momento se escribieron otras composiciones inspiradas en hechos históricos, pero escritas en provenzal. Uno de los más famosos trovadores de ese momento fue Guillermo de Tudela, autor de la Cansó de la Crozada contra´ ls erejes de Albergés (La canción de la Cruzada contra los albigenses).
Guilhem Anelier de Toulouse es autor de Las guerras civiles en Pamplona, poema también en provenzal de más de cinco mil versos dodecasílabos, repartidos en 104 tiradas, que incluye varios vocablos navarros, y cuyo valor es más histórico que literario.
El conde Teobaldo de Champagne, quién reinaría en Navarra en el periodo 1234-1253 como Teobaldo I, fue trovero más que trovador, es autor de unas cincuenta canciones (pastorales, serventesios, chansones, descorts o lamentaciones).
OBRA LEGISLATIVA
Las obras legislativas escapan al terreno de la estricta literatura, aunque a veces incorporen determinados pasajes o elementos con valor literario, como por ejemplo, los exempla contenidos en el Fuero general de Navarra, especie de apólogos, patrañas o cuentecillos a la manera de los de El conde Lucanor de don Juan Manuel.
Algunas de estas obras fueron el Liber Regum, el Fuero de Estella, los Fueros de la Novenera, el Fuero extenso de Tudela, el Fuero general de Navarra, de mediados del siglo XIII, del que destacan sus apólogos o exemplos.
El libro de recopilaciones legales Libro de Felipe de Navarra, fue escrito en el siglo XIII por el autor que lleva su nombre, mientras que el siglo XIV destaca el pensador villavés Pedro de Atarrabia.
FUERO GENERAL DE NAVARRA
OBRA HISTORIOGRÁFICA MEDIEVAL
La temática de la obra historiográfica se divide en dos periodos: la Reconquista y el periodo renacentista.
Rodrigo Ximénez de Rada, arzobispo de Toledo fue el alma de la memorable batalla de las Navas de Tolosa y un destacado cronista, hasta el punto de haber sido clasificado como “padre de la historia de España”. Es autor de Rerum in Hispania gestarum libri IX o Historia Gothica que abarca hasta el año 1243, y también se conoce como De rebus Hispaniae; el Breviarum Ecclesiae Catholicae y una Historia Arabum.
Fray García de Eugui, escribió en el siglo XIV, una Crónica de los fechos subcedidos en España dende sus primeros señores fasta el rey Alfonso XI.
El Príncipe de Viana, Carlos de Aragón (Peñafiel, 1421 – Barcelona, 1461) destaca por su faceta de humanista, mecenas y poeta de cancionero. Tradujo a los clásicos, escribió una, compuso obras poéticas, mantuvo correspondencia con los sabios de la época y favoreció a varios poetas navarros, catalanes, valencianos, aragoneses y castellanos (como Ausias March o Joan Roïç de Corella). Es autor también de Lamentación a la muerte del rey don Alfonso, Epístola a todos los valientes letrados de España, Milagros del famoso santuario de San Millán de Excelsis y Cartas e requestas poéticas. También se ocupó en traducciones de las Ethicas de Aristóteles y de La condición de la nobleza de Angelo de Milán.
Cerrando el panorama del siglo XV está Francisco de Navarra, nacido en Tafalla a fines del siglo XV e hijo del mariscal Pedro de Navarra. Jurista y cronista a quien se le atribuye una Historiografía general de España, pero cuyo texto no es conocido.
RODRIGO XIMENEZ DE RADA
Patriotas Vascongados: Literatura navarra en el Medievo
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