Respuesta: El oro y el Moro
Iniciado por
Arnau Jara
Cinco millones de desempleados, siete millones de inmigrantes.
El refranero está lleno de sabiduría popular acumulada durante milenios, no por siglos, sino por milenios, como por ejemplo el famoso "Zapatero a tus zapatos" frase atribuida al mismísimo Cicerón, hace ya algo más de 2.000 años.
Y en el presente caso, acorde con el título del tema, tenemos lo de "el oro que cagó el moro", porque si bien en el pasado tuvieron su momento de esplendor gracias a su parasitismo cultural, lo cierto es que a diferencia de Creso, todo lo que tocan lo convierten en mierda. Y es que se les podría cantar aquello de aquél grupo musical alicantino, por cierto socialista, "¡Cómo hemos cambiado! ¡qué nos ha pasado!".
Sin embargo, con ser muchos, en realidad demasiados, no son los únicos que nos están "colonizando", y nosotros dejándonos hacer. Pero los primeros de todos fuimos nosotros mismos con unos movimientos migratorios internos que sólo se ven en países que han tenido guerras o sufrido verdaderas catástrofes naturales de forma reiterada. Y para ejemplos los que yo personalmente he vivido: Madrid y el País Vasco. ¿De qué nos quejamos pues?
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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