Zapatero en El Vaticano
Pues lo que ya se podía suponer sucedió: "llegó, vió, hizo el ridículo una vez más y se largó". Pero, además, en un gesto absolutamente "misterbiniano" --permítaseme el "palabro"--, a continuación dió el cante. Hay una tradición política que sigue la prudencia de separar con manifiesta evidencia que una realidad es El Estado Ciudad del Vaticano diferenciada del Estado Italiano. Para ello, los representantes institucionales de los Estados, en una fecha visitan al Papa como Jefe de Estado, y al día siguiente hacen la visita protocolaria al Estado Italiano.
Bueno, pues el bufón de Moncloa tuvo que dar la nota. Se paseó por El Vaticano durante 30 minutos, intentó vender su mugrosa cochambre ideológica de la Alianza de Civilizaciones (con los moros) y se largó a ver a Berlusconi, supongo que a modo de despedida de la presidencia europea y esperemos, muy pronto, antes que después, de la debacle nacional.
Para estas horas ya he tenido la ocasión de ver las imágenes de la "visita" y son bochornosas, ¡qué vergüenza de fulano representando a España! ¡Qué espectáculo, que esperpento y qué bufonada! todo en él es nauseabundo.
Última edición por Valmadian; 10/06/2010 a las 14:58
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores