OFENSIVA LAICA EN LAS AULAS
AFP. Alumnos de primaria en un colegio de Burgos
La asignatura de religión católica (de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para el alumnado) resiste en las aulas españolas pese al acoso laicista. En los últimos diez años, más de medio millón de alumnos han dejado de cursar la materia en España, lo que preocupa a las autoridades eclesiásticas, que en más de una ocasión han mostrado su malestar por la pérdida progresiva de peso de la asignatura en el currículo educativo. Sectores católicos atribuyen esta situación a una campaña de desprestigio contra la materia por parte de grupos laicistas y «al descenso de espíritu religioso de los padres que ceden a las presiones de sus hijos».
Los últimos datos del Ministerio de Educación y Ciencia, dan fe de esta sangría de alumnado. Según las mencionadas estadísticas, la demanda de religión católica en las etapas de educación básica (Infantil, Primaria y Secundaria) ha descendido en más de 500.000 estudiantes en los últimos diez años, un total de 158.483 en los colegios y 344.668 en los institutos.
El informe ministerial revela que el 75,5 por ciento de los 2.665.161 estudiantes españoles matriculados en Primaria (niños de entre 6 y 12 años) en el curso 2008-2009 —el último del que se tienen estadísticas oficiales—, y el 55,3 por ciento de los 1.813.572 alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) estaban inscritos en la asignatura. Diez años antes, cursaba religión el 84,7 por ciento de los 2.562.785 alumnos de Primaria y el 71,3 por ciento de los 1.890.004 de ESO. Así, en virtud de los números, la asignatura ha perdido en diez años un 7,3 por ciento de estudiantes en los colegios y hasta un 25,5 por ciento en los institutos.
La Comunidad en la que la asignatura es menos aceptada es, con diferencia, Cataluña, donde hace dos cursos sólo un tercio del alumnado estudiaba religión. Ahora, según recientes estadísticas de la consejería de Enseñanza, la situación ha ido a más y sólo uno de cada diez alumnos la marca en su currículo básico. En Melilla, donde la materia tiene también muy poca presencia escolar, solo un 25% del alumnado de los centros públicos la elige. Por contra, en Extremadura, Andalucía y Cantabria cursan la materia entre nueve y ocho alumnos de cada diez.
Los casos de Cataluña y el País Vasco (sólo la elige el 35,5 por ciento del alumnado de Primaria y el 21,7 por ciento de ESO) han sembrado preocupación entre los defensores de la educación religiosa en la enseñanza básica. Una de las voces más beligerantes ha sido la del obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, quien denuncia que desde hace años hay una campaña para desprestigiar la asignatura. «No es justo lo que ocurre con religión. Está padeciendo una agresiva estrategia de acoso y derribo», afirmó el prelado en declaraciones recientes.
Campaña de desprestigio
«Se empieza por poner palitos en las ruedas al estatus de la asignatura (evaluable o no evaluable; troncal o secundaria; con asignatura alternativa o sin alternativa; en horario escolar o extraescolar; etc…); se sigue por reivindicar su exclusión del sistema público de enseñanza, en nombre de una malentendido concepto de “escuela laica”; y se terminará por forzar su salida del curriculum», añadió.
Monseñor Munilla defiende la clase de religión asegurando que es un derecho y no un privilegio y advierte de que «algunos católicos pueden estar arrastrando una especie de complejo, como si hubieran aceptado que es una reminiscencia del antiguo régimen en esta sociedad democrática». La asignatura está regulada en una orden del Ministerio del 3 de julio de 2007, por la que el Gobierno garantiza a los estudiantes de Infantil, Primaria y Secundaria que soliciten el derecho a recibir esta asignatura.
Ecce Christianus
Esta campaña también está muy presente en las aulas universitarias. Mi hija mayor llama a su facultad "Carrillolandia" y tengo que estar permanentemente convenciéndola para que no abandone sus estudios. Aunque no se mete en nada, no soporta el ambiente, que es justamente todo lo contrario de lo que debe ser la Universidad. Así, esos bocazas del "hijo del obrero a la universidad" y "otras varias demagogias baratas para idiotas descerebrados" están logrando justo lo contrario de lo que pretenden. Cada vez hay más universidades privadas a las que asiste gente que lo que quiere es aprender, hacer su carrera y asegurarse un buen futuro. El problema es que los amos del "hijo del obrero" se han cargado ese futuro al tiempo que pagar un plan de estudios en una universidad privada no sólo es carísimo, sino que tampoco supone inversión alguna para un futuro inexistente.
Por más que intento encontrar una explicación racional, sigo sin lograr encontrar una explicación de lo que pasa en este país. Sólo puedo decir que está infectado por una mierda de pueblo.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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