Los radicales separatistas han comenzado a usar las armas que usan actualmente en Cataluña, fuera de dicha Autonomía. Por medio de la coacción y la amenaza van imponiendo el anticonstitucional Estatuto Catalán, métodos propios de la gentuza carente de razones y convicciones.
Un empresario de Valladolid ha recibido amenazas de muerte personales y a su familia, por teléfono -«entre 80 y 100 diarias»- a raíz de su decisión de romper relaciones comerciales con una industria catalana por su desacuerdo con el Estatuto.
Según explicó Don Serafín Segovia, propietario de la tienda ***** Tapicería, desde que el pasado 30 de septiembre comunicara a través de un fax a Anglatex, uno de sus proveedores en Cataluña, su deseo de que «no me visitaran más», no ha dejado de recibir «llamadas insultantes y amenazantes» hasta el punto de tener que dejar puesto el contestador automático en el comercio y llamar a una empresa de telefonía «para dar de baja mi número de casa».
Pese a que Don Serafín dice no sentir «miedo», la preocupación en su familia ha ido en aumento después de que una de las hijas encontrara en Internet varias páginas en catalán en las que se recogen opiniones contra su padre. «En una de ellas me insinúan que pueden venir a quemarme la tienda», relata Don Serafín. Así, uno de los mensajes -éste en castellano- dice lo siguiente: «Gracias por poner la "dire" de esa empresa. A lo mejor un día vamos de marcha y nos pasamos a hacerle un visita de cortesía. Por cierto, los materiales de tapicería deben de ser bastante inflamables...». La mayoría de los mensajes que aparecen en esa web incluyen insultos a Don Serafín, pero también aparecen los números de teléfono de la tienda y de su casa animando al resto de internautas a realizar llamadas para «hacerle la puñeta».
El "calvario" por el que pasa este vallisoletano comenzó cuando un periódico decidió publicar una carta al director enviada por la ya ex proveedora, que incluía el contenido íntegro del fax. En él, el propietario, «debido a la lucidez» de los políticos de Cataluña para «no querer pertenecer a España», decide cortar sus relaciones con la empresa «porque estoy en mi derecho de comprar a los fabricantes españoles y no querer hablar catalán, como dice el abominable Estatuto aprobado por esa gente que tienen ustedes de dirigentes».
Don Serafín Segovia explicó que el 40 por ciento de sus proveedores son catalanes, «pero sólo he "roto" con esta empresa, porque su dueña era demasiado radical». El dueño del comercio va a enviar cartas al resto de empresas con las que trabaja en esa tierra para decirles que quiero seguir colaborando con ellos.
Desde aquí nos unimos a Don Serafín por su valiente decisión y le animamos a seguir luchando por la Unidad de España, como desde aquí realizamos
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