Re: Semana Santa y militares

Iniciado por
Eunice
Por cierto me gusta la frase de Valmadian,
Prefiero ser ciudadano del Rey que súbdito del Estado.
Puede usarla si le parece bien. Significa que el Rey, por ser persona, siempre está más cerca del ciudadano, que el monstruo inhumano en que se ha convertido el Estado y su Administración.
La gente se queja y desconfía hasta de los tribunales, hay magistrados que consideran que 40 puñaladas a una mujer no es ensañamiento, por citar un ejemplo. Pero pasado el susto y la normal indignación, luego siguen prefierendo ser súbditos del Estado, súbditos frente al poder omnímodo de éste --y si no que prueben a tener razón una sola vez frente a la Administración que sea--, en lugar de otorgar la autoridad legítima que corresponde al primero de dichos ciudadanos.
Por ello, hice un juego de ideas mediante la palabra.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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