MIS EMPRESAS EN ARGENTINA...
Y MIS PERJUICIOS EN ESPAÑA
Hoy me he enterado. Al parecer, soy enormemente rico; y, pásmese usted, me entero gracias a la Kirchner. Lo cierto es que, desde que tengo una cuenta en el banco, nunca había visto yo nada más que mis exiguos números, siempre mermando (la luz, el agua, el teléfono...) y, ahora que me he enterado de lo rico que soy (por lo visto, como soy español soy accionista de YPF-REPSOL), he revisado mis cuentas. Pero en vano. No veo beneficios en mi detallada contabilidad. Esto significa una de dos:
- a) Que YPF-REPSOL no ha repartido sus ganancias en Argentina con este servidor de ustedes.
o que...
- b) No soy español.
Lo primero es más que plausible: en mi caudal no hay ningún ingreso procedente de ningunas acciones. A lo segundo, no le veo color: soy más español que todos esos que ahora se desgarran las vestiduras, piden el bloqueo a todo lo argentino, insultan e injurian a Argentina y exigen -exigencias retóricas de parlanchines impotentes- el linchamiento de argentinos que residen en España... Yo sabía que en España había argentinos. Y también sabía que había tontos (pero entre los tontos no había ni un argentino; casi todos los tontos que tenemos en nuestro suelo -lo sabe hasta Eduardo Punset- han nacido en España). Es increíble el furor patriótico que les acomete a algunos... Pero, como casi siempre pasa, el patriotismo que aquí se permite siempre es el futbolero o el instrumentalizado por intereses (que, por supuesto, no son los nuestros).
Estos días estoy escuchando muchas barbaridades contra Argentina y contra los argentinos. Y como español quiero distanciarme de esa histeria inducida por el capitalismo transnacional bajo máscara de patriotismo. No. Esa España que insulta a Argentina y a los argentinos no es la mía. Y creo que no es la de la mayor parte de españoles (de izquierda y de derechas... O, como yo, pre-modernos carlistas que ni están a la izquierda ni a la derecha). A diario nos revientan todos nuestros intereses agrícolas, ganaderos, pesqueros... Y el gobierno -del PSOE ayer y hoy del PP- se calla -como si la sífilis le hubiera comido la lengua. Pasa esto y se acuerdan de España, de la Patria.
- En primer lugar, defiendo que los recursos que están en el territorio de una nación sean aprovechados exclusivamente por esa nación. Y otra cosa es (al pan, pan...) INTRUSIÓN empresarial capitalista. Y el capitalismo -viene en la primera página de mi catecismo- es pecado... Y, entre muchas otras cosas, es pecado por ser apátrida.
- En segundo lugar, la empresa YPF-REPSOL tiene, en efecto, un origen español; pero la composición de sus accionistas es, como toda empresa que trabaja aquí y allá, multinacional -a los rojos les gusta llamar eso internacional, pues bueno; como prefiera el consumidor.
- En tercer lugar, lo que no es de recibo -desde luego- es que en nombre de una nacionalización, por culpa de una populista o una empresa que no ha repartido sus beneficios (con los que ahora dice que somos sus accionistas), se puedan romper los vínculos fraternos de argentinos y españoles.
Y, por último, dos cosas: lo único que les pido a los argentinos es que no se dejen engañar tampoco por quien realiza la "nacionalización" de una empresa, pero se lucra personal o familiarmente con ella. No sean mis queridos argentinos -como ellos dicen- voludos, que las medidas populistas de la Fernández Kirchner no sean nunca una coartada para el beneficio personal de esa mujer o de sus allegados.
Queda decir que, si bien es cierto que -como español- no puedo consignar a mi favor ningún beneficio de YPF-REPSOL, a buen seguro -me temo- que tendré -como todos mis compatriotas- que pagar los platos rotos.
Pues, de eso se trataba, ¿verdad? Los beneficios para unos cuantos y las pérdidas para todos. En definitiva, cada día pienso que a este mundo venimos a ser desgraciados a nuestra manera.
Estos follones que se traen unos y otros no empañarán nunca el cariño, la amistad y el amor fraternales que los verdaderos argentinos y los verdaderos españoles hemos tenido siempre y siempre tendremos.
Y esos que nos quieran echar a pelear... ¡A la calle con ellos!
LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS
Marcadores