Por Miguel A. Folguera
Presidente de APAVT
Nos despertamos con la noticia de un rebrote de la ‘kale borroka’ en Bilbao. Los cachorros de ETA salen a las callesa hacer lo que mejor saben para celebrar las excarcelaciones masivas de presos etarras y apoyar a otros sanguinarios que se han puesto de huelga de hambre en la cárcel de Sevilla II. Se ven fuertes, ETA y su entorno se ven fuertes.
Si alguien despertara hoy después de cinco años se preguntaría qué ha pasado en España para que los terroristas y sus amigos estén sonriendo y las víctimas llorando. La respuesta es fácil: estamos pagando el precio de la impunidad. Se ha cedido ante ETA como nunca se había hecho antes: favoreciendo excarcelaciones, permitiendo que estén en las instituciones, dejando que se haga constantemente enaltecimiento del terrorismo en las calles,….
Le han dado alas a la serpiente y se encuentra más fuerte que nunca. Porque han conseguido dejando de matar todo lo que no consiguieron matando. Porque saben que ahora son ellos los que van ganando y quieren aprovechar la situación. Porque saben que el Estado de Derecho ha cedido ante su chantaje y no van a parar de pedir, pedir y pedir. ¿Qué van a hacer nuestros políticos cuando no puedan seguir cediendo? ¿O acaso piensan ceder hasta el final?
Hace no demasiado tiempo, las víctimas sólo hablaban de la derrota de ETA. No entraba otra cosa en su cabeza que vencer a los terroristas con todo el peso de la Ley. Hoy, que vemos que esa Ley y los que la aplican se han puesto del lado de la Justicia, tenemos que soportar como las víctimas sólo pueden pedir que no las humillen más.
Vemos a víctimas llorando a las puertas de las cárceles mientras los asesinos salen con sonrisas y son recibidos con pancartas y cohetes. Vemos como miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad nos trasladan su impotencia al ver como se han dejado la vida para detenerlos y ahora están soltando a asesinos de compañeros y familiares.
Está claro que lo que está sucediendo en España no habría pasado en ningún otro país democrático de este planeta. A nadie puede entrarle en la cabeza una cesión frente al terror como la que ha tenido lugar en nuestro país, donde tratan día a día de arrebatar la Dignidad a las víctimas una vez que han pisoteado su Memoria y le han robado su derecho a la Justicia.
Pero ahí siguen, en pie, en las puertas de las cárceles, haciendo frente a los asesinos. Las víctimas, junto a muchísimos ciudadanos, son las únicas que están dando la cara frente al silencio cobarde de los políticos. La grandeza de las víctimas es el último dique que queda para evitar que la serpiente alce el vuelo y ETA gane a la democracia. El problema es que están solas y los que las han dejado solas sólo quieren que haya borrón y cuenta nueva para hacerse una foto que no será la del final sino la rendición y se convertirá en la mayor vergüenza de la historia reciente de España.
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