A mi lo que realmente me ha ofendido han sido las declaraciones de la muy ilustre señora vicepresidenta, ésta... del parlamento sueco. La tal Susanne Eberstein, esa... (destacada socialdemócrata). Anda tu que decir que "...es tedioso (mirar) una mujer con el pecho desnudo cuando se sienta en las cenas públicas con invitados extranjeros...". Como si a los invitados extranjeros "tras mirar a la mujer del retrato la iban a mirar después a ella, imaginándose algo..." (no se bien el qué... por cierto, porque habría que ver a la señora Susanne) (pueden verla pinchando el enlace sobre su nombre).
Y es que, si todas las ilustrísimas señoras diputadas suecas tuvieran la misma faz que su señora Presidenta, me parecería casi un milagro que llegara a ocurrir algo ni de lejos parecido a lo que la mente calenturienta de esta señora tan fea se imagina. ¡Hay que tener la mente sucia...!.
No, no te preocupes Montealegre, no me han ofendido ninguna de las dos escasas menudencias que exhibe la pobre muchachita esa del retrato barroco que ha molestado a la señora presidenta. ¡Lo que sí me han parecido endemoniadamente perversos y ofensivos han sido los pensamientos de esta ilustre señora sueca!. ¡Y más aún tras mirar su fotografía!. ¡¡Ya es petulancia perversa!!.
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Hagan ustedes el favor de pinchar sobre el enlace del nombre de esta ilustrísima individua, que hay un poco más arriba, y digan con sinceridad si sería sano y cuerdo imaginarse cualquier cosa indecorosa con ella, incluso después de haber mirado ese, por otra parte, castísimo cuadro tan menudo y anatómicamente plano.. ¡Por favor!, miren ustedes la cara de la ilustre señora sueca ésta.
¡Habría que estar realmente desesperado, y tener la mente muy enferma y desequilibrada, para imaginarse cualquier otra cosa pecaminosa con ella. Su rostro es el mejor antídoto contra la concupiscencia y la lujuria. Y es que, como decíamos los niños de pequeños: "¡Las ganas que tendrá ella...!" (la necesidad hace decir muchísimas tonterías)
Un saludo
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