Fuente : ABC
M. D. ALVARADO/M.CONTRERAS
SEVILLA. Eran en torno a las dos de la tarde de ayer domingo cuando Gaspar García, un hombre de 64 años y vecino de Coria del Río, circulaba con su vehículo Citroën Picasso por la calle Isaac Peral de Sevilla, en dirección al cruce con Páez de Rivera, sin saber que el destino le tenía guardada una mala pasada. En ese momento, unos niños de etnia gitana -una pequeña de siete años y dos niños en torno a los ocho y los diez años- salían corriendo del albergue juvenil que la Junta tiene en esta calle y donde se encontraban almorzando junto con algunos familiares, al parecer todos procedentes del asentamiento chabolista del Vacie. La niña, junto a los otros pequeños, se decidió a cruzar la calzada a través de unos contenedores, en el momento en el que pasaba el coche. Algunos testigos dicen que fue atropellada, otros que fue ella la que chocó contra el vehículo. La poca fuerza del impacto queda demostrada con el hecho de que el automóvil no presentaba ni arañazos ni abolladuras. Un desafortunado suceso que habría quedado en un susto si no hubiera desencadenado una escena irracional y con consecuencias trágicas.
Al conocer lo sucedido, varios familiares de la pequeña se lanzaron rápidamente hacia ella y sobre el conductor. Según algunos testigos, uno de ellos -todo apunta a un familiar directo, en concreto el padre-, se dirigió a una furgoneta blanca de las cinco que este grupo familiar tenían aparcadas frente al albergue y cogió de su interior una pistola, para luego acribillar a balazos al conductor del vehículo.
Gaspar García recibió más de tres balazos, de los que varios le habrían alcanzado en la cabeza y causado la muerte en el acto. No obstante, la Brigada de la Policía Científica de la Policía Nacional, algunos de cuyos miembros se desplazaron al lugar nada más conocer los hechos, llegaron a localizar en el lugar pruebas de hasta once disparos de un arma de 6,35 milímetros, que tiene seis disparos y uno en la recámara. Ello hace pensar que bien el autor de los tiros tuvo la sangre fría de recargar la pistola o bien otras personas que había allí participaron en los hechos.
Sobre su asiento
El cuerpo inerte de Gaspar García quedó con el pie izquierdo apoyado en el suelo -lo que mostraría su intención de salir del vehículo para interesarse por la pequeña-, el derecho en el aire y el cuerpo tendido sobre su asiento y el del copiloto. Allí estuvo durante unas dos horas, tiempo hasta que el juez, después de que terminase su trabajo la Policía Científica, permitiese el levantamiento del cadáver, al que ayer se le hizo una primera autopsia.
La agresión se produjo en unos minutos y fue presenciada por dos personas, una de ellas el conductor de un coche que circulaba por la zona , y al que el agresor o agresores llegaron a amenazar, y la otra un peatón. Además, al ocurrir los hechos en la puerta misma del albergue, la Policía podrá contar para sus investigaciones con las imágenes de la cámara de vigilancia que hay en este recinto.
Tras los disparos, varios familiares de la niña cogieron las furgonetas que tenían allí aparcadas y se desplazaron rápidamente hacia el Hospital Virgen del Rocío. Allí a la pequeña le diagnosticaron algunas lesiones de poca importancia y le colocaron un collarín.
Dos fugados
Una vez que dejaron a la niña en el hospital, muchos de los que, de una forma u otra, se habían visto implicados en el suceso, desaparecieron de la zona. Horas después la Policía conseguía localizar a algunos de los implicados -prestaron declaración en comisaría- aunque cuatro de ellos, entre los que se encontraría el padre de la niña, principal sospechoso, y un tío, se habrían dado a la fuga en una furgoneta.
En el entorno del albergue juvenil, algunos testigos señalaban que no se dieron cuenta de lo sucedido. «Yo estaba paseando a los perros y oí como un petardo, pero como estamos en estas fechas apenas le eché cuenta. Cuando volvimos a la calle, nos encontramos con esto», comentaba una señora que sí vio cómo la Policía se llevaba a un joven, también al parecer de raza gitana, del interior de las instalaciones de la Junta mientras otras personas de su entorno lo observaban «tan frescos».
"La Patria es espíritu. Ello dice que el ser de la Patria se funda en un valor o en una acumulación de valores, con los que se enlaza a los hijos de un territorio en el suelo que habitan". - Ramiro de Maeztu
Cada día una noticia de éstas.
Hoy son los gitanos. Esa gentuza que lleva 4 siglos en España y como se ve están todavía en el proceso de integración en una sociedad civilizada.
Cuando comparas este caso con el del sinvergüenza de Farruquito te dan ganas de vomitar.
Un saludo
Última edición por Eguzki; 09/01/2006 a las 14:42
"La Patria es espíritu. Ello dice que el ser de la Patria se funda en un valor o en una acumulación de valores, con los que se enlaza a los hijos de un territorio en el suelo que habitan". - Ramiro de Maeztu
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