La cruz del Real Madrid
Con motivo de uno de tantos negocietes que tienen montados algunos clubes de fútbol. la directiva del Real Madrid ha decidido retirar la pequeña cruz que remata la Corona Real que ostenta el club encima de su escudo deportivo por concesión que se le hizo en su día. La eliminación de la cruz, por ahora, se ha efectuado en las tarjetas no sé si de crédito, comerciales, o vaya usted a saber qué. Y se ha procedido de ese modo para "no herir la sensibilidad de los musulmanes de Abu Dabi, emirato en el que el R.M. parece tener intereses y viceversa.
El problema es que a quien ha herido usted, Sr. Presidente D. Florentino Pérez es a muchos millones de católicos y hay que suponer que también a cristianos a secas. El problema, es que ni usted, ni toda su junta directiva, la actual y repetida hasta la naúsea es quien para modificar la Corona Española que usted debería honrar en lugar de mutilar. El problema es que a los españoles nos importan una mierda sus negocios y sus intereses. Usted, y su junta directiva, si tuviesen un mínimo de decencia personal deberían dimitir ya.
Por cierto, cada vez que vayan a ese erial arenoso que resulta difícil poner en un mapa, no olvide dejarse en tierra a Cristiano Ronaldo o, en caso de llevarlo, rebautizarlo Mojamé, no vaya a ser que se cabreen en esa pandilla de moranganos.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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