El árbol de navidad y su origen anticristiano
La introducción del “árbol del universo” en España e Inglaterra, obra de criptohebreos
El borbonista Pepe Osorio junto a su mujer (no católica) Sofía Troubetzkoy, introductores del “árbol del universo” en España, en una fotografía tomada en Deauville en la primavera de 1869, pocos días después de su boda.
El “árbol del universo” ahora llamado “árbol de navidad” fue introducido por primera vez en la Alemania luterana a principios del siglo XVII.
No fue hasta el siglo XIX cuando apareció, en los países protestantes, de Finlandia, Rusia e Inglaterra. Primeramente en el castillo de los Windsor (los hebraizados von Battemberg) quienes lo hicieron parte de su ornamentación navideña a mediados del siglo XIX.
Igualmente fueron los borbonistas hebraizados quienes lo llevaron a España hasta 1870. Se sabe que fue introducido por la duquesa “rusa” -no católica- Sofía Sergeïevna Troubetzkoy mujer de un líder de la restauración borbónica; José Isidro Osorio y Silva-Bazán, hijo de la marrana Inés Francisca de Silva-Bazán (1806-1865), hija a su vez del hebreo marrano José Gabriel de Silva-Bazán y Waldstein y de la marrana Joaquina María Téllez-Girón y Alfonso Pimentel.
En España hubo grandes detractores de esta tradición como Dolors Cos en 1930 o Ramón Violant en 1948 que se quejaba de que mezclado entre los puestos de venta de figuras y adornos también aparecieran árboles de Navidad.
La reintroducción del árbol en Alemania, atribuida al heresiarca Martín Lutero
Grabado de la familia de Lutero. Información tomada de el sitio de la Universidad de Murcia)
La cultura alemana reconoce a Martín Lutero como fundador de la “fe” Protestante y como “padre del árbol de navidad”. Se cuenta que Lutero regresaba a Wittenberg, una silenciosa y fría noche de vigilia, y quiso recrear, adornando con pequeñas velas un abeto doméstico, la impresión fabulosa que tuvo al observar los árboles helados del bosque que resplandecían bajo la luz de las estrellas… quizá haya sido un intento de la iglesia alemana reformada por conservar una costumbre pagana, viva en el pueblo, atribuyéndole un carácter cristiano.
Martin Luther con su familia alrededor del “árbol de navidad”La costumbre se arraigó en Alemania y los países escandinavos en los siglos XVI y XVII, de allí paso a Inglaterra: primero fueron los soberanos de la casa de Hannóver, Jorge III (y sobre todo su esposa Carlota), y más tarde el Príncipe Consorte Alberto de Sajonia-Coburgo, celebre marido de la reina Victoria. Cabe pensar que el abeto decorado en los hogares, podría considerarse, en cierto sentido, como una prueba de fidelidad monárquica.
¿Cuándo inició el uso del árbol en el Vaticano?
El primer arbolote se introdujo durante el reinado de Juan Pablo II.
Desde 1982, cada año un país regala al Vaticano un árbol navideño. Una tradición que comenzó Juan Pablo II que dura hasta nuestros días: Ver enRome Reports(Transcrito de Azteca Noticias)
Arbolote en el Vaticano.
Ciudad de El Vaticano, El Vaticano.- Un abeto blanco de 24 metros adornará la Plaza de San Pedro de El Vaticano para las fiestas navideñas. El árbol será extraído de un bosque de la provincia italiana de Isernia.
El árbol ya fue identificado y será extraído del Bosque de los Abetos Soberanos, ubicado en la localidad de Pescopennataro, el próximo 5 de diciembre.
Con una grúa de la Protección Civil italiana el árbol será movilizado, envuelto en una red que sostendrá las ramas para posteriormente ser izada por un helicóptero del Cuerpo Forestal del Estado, que la trasladará hasta un valle cercano.
En la Plaza de San Pedro: Primacía del árbol navideño por delante de la Cruz.
El árbol será posicionado sobre un camión de unos 30 metros de largo que lo transportará hasta la Plaza de San Pedro, donde será descargado por empleados de El Vaticano que lo adornarán con cientos de esferas y miles de luminarias.
Como es tradición, el árbol será ubicado junto al obelisco central de la plaza y a un lado de la estructura que contendrá un nacimiento gigante. El abeto será iluminado durante una ceremonia el 14 de diciembre entrante, mientras que el pesebre será inaugurado la tarde del 24, víspera de Navidad.
El árbol de navidad comunista: ¿una costumbre cristiana?
La Unión Soviética realizó una campaña de propaganda en favor del Abeto de Navidad mediante un cuento El Árbol de Año Nuevo en Sokolniki – Lenin y los Niños.
El cuento El Árbol de Año Nuevo en Sokolniki – Lenin y los Niños habla de una celebración de año nuevo que se llevó a cabo en la Escuela Forestal de Sokolniki. Esta escuela dio asilo a hijos de revolucionarios, huérfanos de guerra, niños enfermos, vagabundos, etc. Allí se les daba formación académica, y simultáneamente se les formaba en el trabajo, el arte y la ciencia, con altos valores comunistas: en la igualdad, la cooperación, la fraternidad, entre otras cosas. Sumado a lo anterior, la Escuela Forestal era uno de los lugares donde se podía dar atención médica y recuperación a los enfermos durante la Guerra Civil.
Ilustraciones de la propaganda comunista El Árbol de Año Nuevo en Sokolniki- Lenin y los Niños
El origen anticristiano del Árbol de “Navidad”
Desde la Revolución Comunista Atea, un gigantesco árbol se coloca en la Plaza Roja de Moscú.
El conocido “árbol de navidad”, en realidad es el “árbol del universo” de origen druida, tal y como lo afirman TODAS las narraciones del mismo. No existe una sola que asegure que el “árbol del universo” tiene una tradición originada en el cristianismo. Incluso la Nueva Iglesia conciliar reconoce que el origen se remonta al paganismo naturalista.
Todas las fuentes señalan a los sacerdotes druidas, los mismos del Halloween, los que sacrificaban seres humanos a sus dioses paganos, como los autores del “árbol del universo”, aunque para ellos era:
“Celebrar el cumpleaños de uno de sus dioses adornando un árbol perenne, coincidiendo en cercanía con la fecha de la Navidad cristiana”.
El árbol tenía el nombre de Divino Idrasil (Árbol del Universo), en cuya copa se hallaba el cielo, Asgard y el Valhalla; mientras que en las raíces profundas se encontraba EL INFIERNO.
Este árbol simbolizaba al árbol del Universo, llamado Yggdrasil, en cuya copa se hallaba Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín); y en las raíces más profundas estaba Helheim (el infierno o reino de los muertos).
El árbol de Navidad del Rockefeller Center (años cincuentas)
¿Quién lo inventó?
(Transcrito de Dutche Welle/ Heike Jüngst / RML)
El árbol de Navidad es “un invento”, afirma el ensayista Bernd Brunner en un libro que titula justamente: “La invención del árbol de Navidad”. Según sus investigaciones, ningún texto de historia da cuenta de una fecha de nacimiento exacta de la ahora central pieza del decorado navideño, no sólo en Alemania.
Podría haber aparecido por primera vez en Friburgo, en el año 1419, donde se dice que una panadería-dulcería lo adornó con galletas de especias y nueces. Pero nadie puede demostrarlo. Otras ciudades como Tallin, la capital de Estonia, o Riga, la de Letonia, se adjudican también la invención y exposición del primer árbol de Navidad. Pero la leyenda de Friburgo es de todos hermosa: en año nuevo, según se cuenta, se les permitió a los niños sacudir y saquear el árbol repleto de golosinas.
Las más antiguas pruebas documentales de la presencia de un árbol de Navidad provienen del suroeste del espacio lingüístico germano, sobre todo de zonas protestantes. Desde la alsacianaSélestat (Schlettstadt, en alsaciano y alemán) se ha transmitido hasta nuestros días la noticia de que personas notables de la localidad adornaron un árbol con manzanas y obleas, que luego podían ser degustadas el Día de Reyes.
Existen además pruebas documentales de que la Catedral de Estrasburgo exhibió un árbol de Navidad en 1539. Y aunque fueron los gremios y asociaciones quienes terminaron por establecer la presencia de estos arbustos coníferos siempre verdes en sus sedes, la costumbre no se expandió a las casas sino hasta entrado el siglo XIX. Eso sí, sólo las clases adineradas podían darse este lujo. Al pueblo le tocó conformarse en principio con gajos de frescura y duración limitadas.
De culto de brujas a tradición protestante
Estdiantes Wicca en la Universidad de Vanderbilt
Los estudiantes Wicca y paganos de la Universidad de Vanderbilt pueden tener un día de excusa fuera de la clases para bailar alrededor del árbol de los hechiceros.
La Oficina de asuntos religiosos de la Universidad Vanderbilt envió a los profesores en el calendario 2011-12 de “días santos, religiosos y ceremonias” (una política relacionada con las ausencias justificadas del estudiante), en la cual aparecen cuatro de los días en el calendario que serían considerados como “Wicca / Pagan”.
La Wicca o brujería, es una forma de paganismo, un término general para las creencias en múltiples dioses y diosas. Algunos creyentes religiosos consideran el paganismo es una tendencia contracorriente, ya que se opone a la tradición monoteísta del cristianismo, el judaísmo y el Islam.
Los Lutero junto al “árbol navideño”
Sobre las más profundas raíces de esta tradición circulan también numerosas teorías. Antiguas culturas, que practicaron la adoración de bosques y plantas sagradas, consideraban que en los llamados árboles de hojas perennes habitaban dioses, que eran fuentes de vida. Se les asociaba con la salud, fertilidad, fuerza vital, protección. Los romanos coronaban sus casas con ramas de laurel para saludar el nuevo año. Pero el actual árbol cristiano surgió con la novena de Navidad, en el Medioevo, cuando la doctrina cristiana comenzó a representarse como pieza teatral para los fieles iletrados.
Durante mucho tiempo, las iglesias se negaron a tolerar el árbol pagano.
Paulatinamente, los árboles paganos fueron introducidos en los pueblos desde el poder de los gobiernos de los países protestantes.
“Pero el pueblo se impuso y la iglesia evangélica, siguiendo su tradición democrática, convirtió al árbol de Navidad en símbolo de estas festividades para todo creyente protestante”, sonríe Myers.
Según fuentes históricas, fue hacia fines del siglo XIX que el árbol de Navidad apareció también en las regiones católicas de Alemania y Austria.
El primer árbol iluminado se registra alrededor del año 1611, cuando la duquesa Dorothea Sibylle de Silesia le agregó velas al decorado. En torno a 1830 se sumaron las esferas de cristal soplado. Según la leyenda, la idea de estas esferas coloridas se le ocurrió a un pobre vidriero de la oriental Lauscha, en Turingia, que no podía darse el lujo de colgar en el árbol las caras nueces y manzanas de los ricos. Cierto o no, el hecho es que, hasta el día de hoy, la región es internacionalmente conocida como una de las más importantes en el arte del soplado de vidrio en Europa Central.
De cristal o plástico, las esferas son hoy parte indiscutible del decorado del árbol navideño. Chillonas o clásicas, de uno o varios colores, según se ponga de moda. Con el paso del tiempo la decoración del árbol se ha vuelto cada vez más opulenta y suntuosa. Y las más “increíbles”tendencias de la moda se muestran cada año en la Christmasworld, la mayor feria internacional de decoración navideña, en Fráncfort del Meno, cuenta también el pastor Jeffrey Myers. Si uno se fija en todo lo que allí se muestra, puede llegar a la conclusión de que el árbol ha vuelto a su origen pagano, dice.
El pastor ya estuvo en la feria una vez, en un pabellón de la iglesia evangélica, para insistir en el significado religioso de la festividad: aunque nadie sepa la fecha exacta del nacimiento de Jesús de Nazareth, la Navidad es la celebración del nacimiento de Jesucristo y “muchos lo han olvidado”, cree Myers. No obstante, en Alemania, el pastor se siente a gusto: después de enterarse de todas las tendencias, los alemanes siguen colgando en el árbol lo mismo que colgaban en su niñez. De ahí que, por estas tierras, las clásicas bolas rojas, plateadas y doradas sigan brillando entre las ramas siempreverdes del abeto navideño.
Izan gigantesco árbol esotérico en la Vaticueva; proviene de Trento
CIUDAD DEL VATICANO. Quedan pocas semanas para que comience la Navidad y en el Vaticano ya han comenzado a preparar el Nacimiento y el árbol de Navidad.
El árbol es un abeto rojo de 25 metros de altura y viene de Trento, del norte de Italia.
Las esferas que lo adornarán son de cerámica, y han sido realizadas por niños hospitalizados en varios repartos de oncología.
Del Nacimiento todavía no se puede ver mucho. Se sabe que las figuras y la ambientación proceden de Malta, y que recordará también a las personas que se ven obligadas a lanzarse al mar para escapar de sus países.
Tanto el Nacimiento como el árbol de Navidad serán iluminados el próximo 9 de diciembre, y seguirán encendidos hasta el domingo 8 de enero.
Una historia de San Bonifacio
San Bonifacio destruyó milagrosamente un árbol de sacrificios dedicado al dios pagano Thor.
Alrededor del año 723 Bonifacio viajó con un pequeño grupo de personas a la región de la Baja Sajonia. El conocía a una comunidad de paganos cerca de Geismar que, en medio del invierno, iban a realizar un sacrificio humano (donde usualmente la víctima era un niño) a Thor, el dios del trueno, en la base de un roble al que consideraban sagrado y que era conocido como “El Roble del Trueno”.
Bonifacio, acatando el consejo de un obispo hermano, quiso destruir el Roble del Trueno no sólo para salvar a la víctima sino para mostrar a los paganos que él no sería derribado por un rayo lanzado por Thor.
El Santo y sus compañeros llegaron a la aldea en la víspera de Navidad justo a tiempo para interrumpir el sacrificio. Con su báculo de obispo en la mano, Bonifacio se acercó a los paganos, que se habían reunido en la base del Roble del Trueno, y les dijo: “aquí está el Roble del Trueno, y aquí la cruz de Cristo que romperá el martillo del dios falso, Thor”.
El verdugo levantó un martillo para ejecutar al pequeño niño que había sido colocado para el sacrificio. Pero en el descenso, el Obispo extendió su báculo para bloquear el golpe y milagrosamente rompió el gran martillo de piedra y salvó la vida del niño.
Después, se dice que Bonifacio habló así al pueblo :“¡escuchen hijos del bosque! La sangre no fluirá esta noche, salvo la que la piedad ha dibujado del pecho de una madre. Porque esta es la noche en que nació Cristo, el hijo del Altísimo, el Salvador de la humanidad. Él es más justo que Baldur el Hermoso, más grande que Odín el Sabio, más gentil que Freya el Bueno. Desde su venida el sacrificio ha terminado. La oscuridad, Thor, a quien han llamado en vano, es la muerte. En lo profundo de las sombras de Niffelheim él se ha perdido para siempre. Así es que ahora en esta noche ustedes empezarán a vivir. Este árbol sangriento ya nunca más oscurecerá su tierra. En el nombre de Dios, voy a destruirlo”.
Entonces, Bonifacio tomó un hacha que estaba cerca de ahí, y según la tradición, cuando la blandió poderosamente hacia el roble una gran ráfaga de viento voló el bosque y derribó el árbol con raíces y todo. El árbol cayó al suelo y se rompió en cuatro pedazos.
Después de este suceso, el Santo construyó una capilla con la madera del roble, pero esta historia va más allá de las ruinas del poderoso árbol.
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