BILBAO.- Un artefacto ha estallado sobre las 8.00 horas en la sede de Falange Española en Santoña (Cantabria) horas después de la explosión de otros dos artefactos de fabricación casera en sendas sucursales bancarias de Plentzia (Vizcaya). No se han producido heridos.
La DYA de Guipúzcoa recibió a las 7.10 horas la llamada de un comunicante que avisó de la colocación del explosivo en la localidad cántabra en euskera y en nombre de ETA, advirtiendo que haría explosión a las 8.00 horas.
Tras recibir este comunicado la Policía acordonó la zona y pidió a los vecinos de los edificios colindantes que se mantuviesen alejados de puertas y ventanas.
El artefacto se encontraba en la puerta de la sede de Falange Española, en una bolsa con un cartel en el que se leía "peligro bomba", según explicaron fuentes de la Delegación del Gobierno en Cantabria.
La sede de Falange Española en Santoña se encuentra en la calle General Salinas número 5, en uno de los edificios más antiguos del pueblo, frente al cual se encuentran el Hotel Puerto Rico y un comedor de ancianos cuyos cristales han sufrido daños a causa de la explosión. Algunas fachadas de la calle Rentería Reyes también han sufrido desperfectos.
Los daños materiales no son cuantiosos y sólo una persona ha resultado herida, un vecino con un pequeño corte en un párpado probablemente causado por la rotura de cristales, informa la Delegación del Gobierno en Cantabria.
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, el delegado del Gobierno, Agustín Ibáñez, y agentes de la Guardia Civil se han desplazado a la zona para iniciar una investigación.
Además, el departamento de Interior del Gobierno vasco informa de la explosión anoche de dos artefactos explosivos de fabricación casera en sendas sucursales bancarias de Plentzia.
Las explosiones se produjeron unos 25 minutos antes de la medianoche en las sucursales de la BBK y de la Caixa ubicadas en la calle Erribera de la localidad costera vizcaína.
La sucursal de la BBK sufrió daños en la zona del cajero automático y en el interior del local, mientras que la oficina de la Caixa sólo registró desperfectos de poca importancia en el exterior.
Las explosiones no provocaron lesiones personales ni desalojos, aunque los vecinos de la BBK salieron de sus pisos, por iniciativa propia, alertados por la explosión.