Tema: Pedro Sánchez vuelve a ser el secretario general del PSOE

El socialista gana las primarias con más de la mitad de los votos, con el 98% escrutado



Los militantes del PSOE han querido que Pedro Sánchez vuelva a ser su secretario general. El candidato madrileño ha superado a la presidenta andaluza en más de diez puntos y 15.000 votos, lo que supone que los 6.500 avales que Díaz le sacó de ventaja no se han correspondido con el voto real. La candidata ha obtenido alrededor de cuatro mil votos menos que avales y él ha crecido en 16.000 votos respecto a los avales. Así se explica que el nuevo secretario general haya ganado en todas las federaciones salvo en Andalucía, y País Vasco, única federación en la que ha ganado Patxi López, que ha sido apoyado por el 9,85% de los afiliados. El nuevo secretario general tiene por delante el reto de unir a un partido fracturado y, en buena medida, desapegado de la sociedad tras sus dos peores resultados electorales.


Los tres aspirantes a la secretaría general prometieron en el momento de la votación "unidad", "integración" y "lealtad", como primer paso para la reconciliación de un partido que está roto sin paliativos, algo que nadie lo niega. Esa tarea corresponderá ahora a Pedro Sánchez. A las once de la noche, el portavoz de la gestora, Mario Jiménez, anunciaba los resultados oficialmente. "Hay un ganador claro, el compañero Pedro Sánchez, será el nuevo secretario general del partido".


La máxima expectación estaba en la aparición de Pedro Sánchez, pero no menos en la de Susana Díaz. En tono sobrio y gesto serio, la presidenta andaluza se puso "a disposición del partido" junto a todos los que la han apoyado, pero en ningún momento mencionó por su nombre a Pedro Sánchez. Después de algunas consideraciones de reconocimiento a todos los militantes que la habían apoyado, apuntó que había "trasladado la felicitación al secretario general electo".




Con el 99% escrutado, Sánchez obtiene el 50,20% de los apoyos (74.178 votos), frente al 39,95% (59.030) logrado por Susana Díaz y el 9,83% (14.568) por Patxi López.
Díaz y los suyos se ofrecen "a arrimar el hombro" para llevar adelante "un proyecto coherente y autonómico". No dio lugar a que hubiera preguntas, por lo que nada se sabe aún de sus planes como gobernante en Andalucía, a cuyos militantes agradeció el apoyo. Lo justificó porque "conocen de cerca las políticas socialdemócratas" que su gobierno lleva a cabo todos los días.
Díaz ha obtenido menos votos que avales en su federación. En el ritual de apariciones de este domingo los tres candidatos comparecieron apenas un minuto para posar ante cámaras y fotógrafos. La imagen fue muy expresiva respecto a la enorme brecha política y personal que media entre el nuevo secretario general y la presidenta andaluza. Sánchez y Patxi López mantuvieron sus manos unidas de manera efusiva para después unirlas los tres, aunque la gobernante andaluza deshizo enseguida el trío. El disgusto era evidente en ella misma y en sus colaboradores al comprobar que, a pesar de sus esfuerzos y de la enorme crisis vivida desde el pasado 1 de octubre, los militantes volvían a hacer secretario general del partido por segunda vez en tres años.
Con un porcentaje escrutado de más del 75%, la ventaja de Pedro Sánchez sobre Susana Díaz era de casi nueve puntos, por lo que su equipo daba por supuesto en torno a las nueve y media de la noche que la presidenta de Andalucía había perdido su gran apuesta política. La ventaja que había obtenido en los avales (6.539 por encima del ex secretario general) hizo pensar a los colaboradores de Díaz que con esa distancia solo podía ir subiendo. Pero la preocupación fue importante al no esperar que Sánchez pudiese registrar un número tan abrumador de apoyos.
Este domingo ha sido el día de los militantes y este lunes llegará el comienzo de "la recuperación del PSOE", proclamó Patxi López, con una expresión muy similar a las utilizadas por Susana Díaz y Pedro Sánchez, habida cuenta que esa recuperación del apego de los ciudadanos debe venir enmarcada en la sutura de sus heridas internas. El significado que tenga esa integración no se podrá desarrollar en las próximas horas e incluso en los próximos días, aunque una primera prueba llegará con la composición de la comisión ejecutiva federal que salga del congreso de los días 17 y 18 de junio.
Pero todo está por hacer en el terreno de la integración y del respeto al ganador. Las heridas resultan muy profundas y, aunque los modelos de Díaz y Sánchez puedan ser más o menos diferentes, ambos se han empleado a fondo en que parecieran radicalmente distintos. Pedro Sánchez colgó sobre Díaz la investidura de Mariano Rajoy como presidente por la abstención de los socialistas; y él y sus partidarios han vinculado esa decisión con lo que consideran una derechización del partido de presente y de futuro. Sus dos derrotas frente a Rajoy en las sucesivas generales han constituido el asidero de la candidatura de Díaz, además de la acusación a Sánchez de haber roto el partido.


Con estos mimbres, la realidad de la división —exhibida crudamente durante la campaña— y el bagaje que cada uno de ellos lleva consigo, indica que quien tiene más posibilidades inmediatas de ser integrado es el bloque de Patxi López; no solo los que le han seguido en su apuesta, sino también quienes finalmente optaron por Díaz o Sánchez. El político vasco no estará en la próxima dirección del partido —así lo anunció de antemano, aunque no cejará en pedir el respeto al resultado y el fin de las hostilidades internas—. La razón de ser de esa candidatura ha sido la búsqueda de la paz, de la unidad y, por coherencia, se pondría a disposición de quien resultara elegido. Quienes le han apoyado, primero con los avales y, después, con el voto real, han dado muestras inequívocas de apostar por romper la dinámica de los dos bloques enfrentados. Las cabezas visibles de la candidatura de Patxi López, como Óscar López y Rafael Simancas a nivel federal, e Idoia Mendia, secretaria general de los socialistas vascos, han evitado el choque directo y el ataque al adversario.
Acaso el más belicoso fue el propio López en el unico debate que el pasado lunes mantuvieron los tres aspirantes a liderar el PSOE, en el que se mostró muy duro con Sánchez y algo menos con Díaz. Desde esa fecha, los dos candidatos mayoritarios encontraron razones para apelar con fundamento al voto útil para que los apoyos del político vasco, 12.000 avales, cayeran del lado de uno u otro. A los seguidores del exlehendakari se les supone un sentido muy profundo de respeto y lealtad al partido, casi como una institución.
El recordatorio de los interlocutores consultados sobre el significado de la candidatura de Patxi López es relevante por cuanto, a falta del estudio pormenorizado de la procedencia de los votos de la candidatura ganadora, los apoyos del político vasco han podido ser determinantes en el resultado obtenido. De hecho, Sánchez quedó segundo en Euskadi con más de un 38% de apoyo.
Elevada afluencia

La altísima afluencia a votar puso muy difícil los pronósticos previos. Tan alta participación (más de un 80%) no daba pistas de quien podía ganar, sino que la movilización que se había visto de los partidarios de Sánchez y Díaz, con algo más de retraso, iba a ser fiel reflejo de la masiva presencia en las urnas. Los militantes acudieron a votar a sus agrupaciones de forma masiva. De los 187.949 afiliados, a las dos de la tarde un 51% ya había depositado su papeleta.
La muestra era de 759 mesas electorales significativas por su distribución y por estar encuadradas en el grupo que tuvo horario completo de votación, según explicó el portavoz de la comisión gestora, Mario Jiménez. "El nivel de participación es muy alto", constató Jiménez antes de dar el dato. El contraste con el comportamiento electoral de hace tres años no tenía relevancia ni significación ya que "no se utilizaron los mismos parámetros", aunque Jiménez dio la cifra: "En 2014, a la misma hora había votado el 33% aunque las magnitudes no son homogéneas".
En el sistema de estas primarias se han elegido agrupaciones de más de cien militantes que abrieron a las 10 de la mañana y no cerraron hasta las 20.00 en la península y Baleares, ya que en Canarias y en la agrupación de América el cierre fue a las 21.00. En agrupaciones pequeñas el horario de votación fue de mañana o de tarde.
En las primarias de 2014, el 40% de los militantes avalaron a unos de los tres candidatos en liza (Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias). Esta vez ha sido más del doble.
Sánchez tiene ahora por delante muchos retos y una preocupación inmediata: qué hará la candidatura perdedora, la que encabezó la presidenta de la Junta. Los interlocutores consultados por EL PAÍS vislumbran tres posibles actitudes del bloque perdedor, a tenor de experiencias anteriores: un acercamiento a los ganadores por el interés de sobrevivir políticamente; la aceptación por convicciones morales de respeto al partido y quienes de ninguna manera colaborarán ni aceptarán a quien les ha vencido.

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Debe ser que Puigdemont y la pandillita del "tres per cent" no son casta. Inconcebible no sólo que Podemos caiga una y otra vez en esta inconsistencia -a saber, las medias tintas y el doble rasero con respecto a la oligarquía separatista catalana-, sino que ésta apenas tenga repercusión entre sus votantes/simpatizantes. O no tanto, porque ya se sabe que defender la unidad de España es de fachas y tal (o ni eso).

En fin, supongo que los votantes del PP podrán congratularse de la excelente y patriótica gestión de Rajoy, además los magníficos progresos realizados con respecto al problema catalán desde que el ogro ZP dejó la presidencia.