Casi esto iría en un espacio titulado las Italias españolas o las Españas italianas.
CCC aniversario de la victoriosa expedición española a Cerdeña (1717)
Agencia FARO·jueves, 31 de agosto de 2017
Don Felipe V, por Jacinto Rigaud (1701)
Cáller, agosto 2017. (Corresponsal). Hoy se le niega a España la memoria de la gesta de sus héroes y los prodigios de sus hazañas. Y es que nadie va a recordar al Real Ejército de Su Majestad Católica Don Felipe de Borbón y Baviera, que un 22 de agosto de hace 300 años empezaba a reconquistar y liberar el Reino de Cerdeña. Porque nadie rezará, hoy, por esos soldados fallecidos en combate.
La propaganda moteja y encasilla a Don Felipe IV de Aragón y Cerdeña, V de Castilla, como un rey que habría sido todo lo contrario a una continuidad de la Monarquía hispánica. Un rey que trae cambios y modernidad. Cuando en realidad es un rey que perpetúa el proyecto y la empresa de la Unidad Católica. El Rey Don Felipe V fue el eslabón necesario de una dinastía que sella la bóveda de la continuidad del orden social cristiano, donde la filosofía del Evangelio había permeado todos los estratos y niveles
Armas reales que incluyen las de Cerdeña. 1580-1688
(1), legado remanente en las Españas. Bajo los auspicios de este Rey católico, tan digno, tan leal y fiel sucesor en el Trono de San Fernando y San Hermenegildo, persisten las gestas hispanas. Donde la Religión es acosada no sólo por enemigos externos, sino ya internos. El Padre Juan de Cabrera, de la Compañía de Jesús, hacía una defensa de sus derechos tan pisoteados con estas palabras:
«Porque depositandose en èl la Doctrina Civil, y siendo el mejor, y mas acertado govierno el asumpto desta obra, en quien podra hallar mas benevolo y grato semblante, y mas seguro patrocinio, que en un Principe, a quien con tantas, y tan manifiestas señales ha mostrado la Divina Providencia, tenia, y tiene elegido para el Imperio. Por votos de la razon, y justicia fue llamado el Rey nuestro Señor Padre de V.A. [se dirige al Príncipe de Asturias, Don Luis] al Solio de la Monarchia Española, mas quando era recibido en Castilla con corazones llenos de lealtad, y aclamacion universal de sus Pueblos, fuera della, commovida la maior parte de Europa, se fraguaban tempestades, y raios de contradicion. Armò sus siete cabezas el espantoso Dragon de la Heregia, y uniendo en estrecha aliança sus fuerças, y poder el lmperio, Principes de Alemania, Inglaterra, Portugal, Olanda, y Saboia, conspiraron aun tiempo contra los Dominios de su Magestad en Flandes, Italia, y España, hasta penetrar en Castilla, presumiendo arrojarle de la posesion justisima de su Trono, y derribar de sus sienes Augustas la Corona.
Escudo de Felipe II con las armas de Cerdeña
No permitiò Dios el empeño de tan dura, y multiplicada oposicion para privar al Rey nuestro Señor de su Reyno, ni permitiò, se encendiesen tan vivamente las llamas de tanto fuego para agotar las esperanças de su Augustisima Casa». (2)
Y así, el 22 de agosto de 1717 desembarcaba un ejército llevado por una fuerte armada al mando del Marqués de Lede, junto a los mariscales que eran el Conde de Montemar y el Marqués de San Vicente, en el ocupado Reino de Cerdeña. Súbditos de Su Majestad Católica, éstos, respectivamente de origen flamenco, castellano y siciliano. Auxiliados por el Marqués de San Felipe, en el terreno diplomático, inflamando a sus compatriotas sardos.
El proyecto era titánico. El Cardenal Alberoni y José Patiño diseñaron una empresa para poder recuperar casi todos los estados italianos perdidos por la avaricia y rapiña de los príncipes europeos. Y asegurar, además, la legítima sucesión de Parma, Plasencia y Toscana al Infante de España.
Pintada en las calles de Cáller en la actualidad
Con quince mil infantes, Cerdeña era la porción de Italia (si es que puede decirse que Cerdeña sea Italia) que más hondo sentimiento español conservaba. Y fue ocupada, casi sin lucha, en menos de dos meses. El Emperador tenía que devolver esta joya al Rey católico. Y es que un historiador francés contemporáneo relata que Europa no había presenciado un equipo tan potente desde la ruina de la «Invencible». (3)
Y así el Doctor Cabrera S.I. lo resaltaba:
«Por estas razones la providencia cuidadosa de su Monarcha, y señor Phelipe Quinto, y su vigilante aplicacion al honor, y bien comun destos Reynos ha echado al mar con alegria universal de sus Vasallos una Armada poderosa de Navios, y Galeras, la qual por principio de las felicidades, que anuncia, recuperò en tiempo breve la Isla, y Reyno perdido de Cerdeña, e introdujo las armas Españolas en Sicilia, arrojando de aquel Reyno al Duque de Saboia». (4)
En recuerdo de tal fecha grata, traigamos aquí las palabras de don Francisco Elías de Tejada como epílogo de una empresa irredenta que no debe extinguirse:
«Pero la Europa enemiga no consentía sino el daño de las Españas vencidas y rotas por abusos de violencia. Europa entera se levantó contra la pretensión de reconstruir las Españas, aunándose Francia con Austria, Saboya con Inglaterra, ante el pánico de ver renacer al coloso que habían destrozado traidoramente valiéndose de la guerra civil entre españoles. Y para que Cerdeña saliese definitivamente de la Corona de Aragón el tratado de Londres del 2 de agosto de 1718 la entregaba en manos del príncipe del Piamonte, que con este despojo robado a las Españas por Europa podía por fin satisfacer sus sueños de titularse rey. Sin consultar a los sardos, sin otra voluntad que la de la violencia y la del odio antiespañol, Cerdeña era obligada a salir de las Españas. Y hubo de venir a Cáller el almirante inglés Byng para imponer con los cañones de su escuadra la asunción del poder por el nuevo virrey representante de Víctor Amadeo II, el barón de Pallavicini de Saint-Rémy. Los acuerdos impuestos en La Haya el 17 de febrero de 1720 traen que el 8 de agosto del mismo año Cerdeña deje de ser oficialmente española». (5) Cerdeña hispánica.
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- León XIII, (1885) Immortale Dei, Roma. 9
- Cabrera S.I., Juan de (1719) Crisis política: determina el más florido imperio y la mejor institución de príncipes y ministros, Madrid: Eusebio Fdez. de Huerta. Dedicatoria
- Lozoya, Marqués de (1977) Historia de España Tomo V, Barcelona: Salvat Editores. Pág. 182.
- Cabrera S.I., Juan de (1719) Crisis politica: determina el más florido imperio y la mejor institución de príncipes y ministros, Madrid: Eusebio Fdez. de Huerta. Pág. 222
- Elías de Tejada, Francisco (1960) Cerdeña hispánica, Sevilla: Ediciones Montejurra. Pp. 202-203
RES PUBLICA OMNIUM HISPANIARUM ET INDIARUM
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