Felipe González califica el debate político que se vive en España de «prebélico»
El ex presidente teme por la ruptura del consenso en un «clima de crispación que empieza a calar en la sociedad»
Zapatero califica el boicot del PP a Prisa de «medida del pasado» y Rajoy entiende las palabras de Polanco como «agresión sin precedentes»
F. Jiménez / Esther L. Palomera
C. de méxico/Madrid- «En un país que va razonablemente bien, el clima político se hace irrespirable cada día. Parece que estamos en un debate político prebélico», afirmó Felipe González en una conferencia pronunciada este fin de semana en México, en alusión a las declaraciones realizadas por el presidente de Prisa, Jesús de Polanco, y al «boicot» del PP contra ese grupo. El ex presidente del Gobierno denunció que actualmente en España «hay un clima de crispación política que empieza a calar en la sociedad», y mostró su preocupación ante el riesgo de que se «rompan» los consensos que han «acompañado los éxitos de la democracia».
González pronunció el pasado viernes en Acapulco la conferencia magistral de la XXVII Convención Nacional Bancaria de México, en donde advirtió, refiriéndose a la situación española, que «a veces para hacer una guerra se pueden emplear buenos argumentos, pero en España sólo se emplean descalificaciones». Y agregó: «Parte del encanto del ensayo español era haber superado eso».
«Un invento de los políticos»
A diferencia de la conferencia que pronunció el martes pasado en Ciudad de México, en la que advirtió de que no hablaría de la crisis política española, el presidente de la Fundación Progreso Global comentó en esta ocasión que los ciudadanos «no se merecen» la actual situación de tensión debido a que «no hay ninguna razón seria para la crispación». Se trata, dijo, de «un invento de los políticos para una política desapegada de la ciudadanía», y recordó que todos los conflictos históricos «empiezan por palabras gruesas».
Mientras, en España, José Luis Rodríguez Zapatero inauguró ayer la VII Convención Municipal del PSOE, en lo que convirtió el primer gran acto de precampaña electoral, y en el que obvió los principales asuntos de la agenda informativa. Todos, menos uno: el «boicot» al grupo Prisa. Y no fue el único, porque ayer en los pasillos del Palacio de Congresos de La Castellana, se hablaba de todo menos de ayuntamientos. Alcaldes, «alcaldables», concejales, concejalas y aspirantes a serlo comentaban mucho más la decisión de Rajoy y los suyos que la brecha que separa a jueces y fiscales tras la absolución de Otegi.
Y en éstas llegó el secretario general del PSOE y llamó a la serenidad y a apartarse del insulto y la descalificación. Lástima que Rafael Simancas le precediera en el turno de la palabra, porque éste sí se despachó a gusto («quieren convertir el siglo XXI en una estampa del NODO: con los falangistas en la calle, y los obispos clamando contra la promiscuidad»).
Pero no, Zapatero regresa a la senda «pacifista». Por más que Felipe González hable de clima «prebélico», él clama dentro de sus filas por una campaña «sin gritos y sin insultos» para demostrar que «la convivencia se cultiva respetando al adversario». Y lo dice, así, sin más, quien ha presidido esta convulsa legislatura. Pues sí, así lo pidió al PSOE, que «haga un campaña como merece la gente, como espera la amplísima mayoría de los ciudadanos demócratas y progresistas: firme en las ideas y serena en la actitudes», lo que él entiende por legítima pugna para «ver quién resuelve mejor los problemas de la gente».
Sólo «respetando al adversario, desterrando el insulto y la descalificación -prosiguió-, os digo lo mismo que en 2004: que ganaremos las elecciones sin gritos y sin insultos». Hablaba de las municipales y autonómicas, claro, porque las generales ya dijo, en velada advertencia al PP, que serán «cuando correspondan».
El PP «restringe libertades»
Fue llegado este instante cuando el presidente del Gobierno se paró a comparar lo que él llamó las actitudes de unos y otros. Los primeros, claro, los suyos, los que apuestan por las políticas «positivas y de futuro». Los segundos, los otros, los del PP, a los que acusó de querer restringir libertades, el derecho a la información y la libertad de expresión. Así llegó a la defensa de su grupo mediático de cabecera, con la siguiente comparativa: «Hoy entra en vigor la nueva Ley de Igualdad entre hombres y mujeres, una ley positiva, de esperanza, que amplía derechos y libertades. Pero también entra en vigor hoy la medida del PP de boicotear a medios de comunicación, una medida del pasado que restringe libertades».
Aludía así a la decisión anunciada por el PP de que mientras el presidente de Prisa no rectifique sus declaraciones, este partido «dejará de atender todas las convocatorias de entrevistas, tertulias y programas de este grupo». Sentencia idéntica a la que en su día adoptó la dirección del PSOE contra Telemadrid y que no mereció en ningún momento la repulsa de Zapatero. Al «boicot» a Prisa también se refirió en el mismo acto Alfredo Pérez Rubalcaba, que predijo un desmarque progresivo según se vaya acercando la fecha de las elecciones. Y Álvaro Cuesta, que acusó al PP de «negar la libertad de expresión» y de representar el «espíritu más rancio» de Alianza Popular. Lo dicho: de municipalismo, ayer, poco, muy poco.
El cruce de declaraciones México-Madrid concluyó en Berlín, donde el presidente del PP manifestó ayer sentirse «enormemente ofendido» por las palabras de Jesús de Polanco, que calificó de «agresión sin precedentes». Según Mariano Rajoy, «desde 1977 no se ha celebrado una junta de accionistas en ninguna empresa española donde se haya dicho de una fuerza política lo que se dijo allí». El líder popular justificó las medidas adoptadas por el PP como un acto de «legítima defensa». «El PP exige el mismo respeto que ha tenido con Prisa, su presidente y sus accionistas. Ni más ni menos», recalcó, al tiempo que recordaba que «nadie ha tenido la gallardía de dar explicaciones».
Rajoy subrayó que la libertad de información no se verá afectada: «Contestaré siempre cualquier pregunta de un periodista perteneciente a un medio de Prisa -los periodistas de este grupo formularon tres de las cinco cuestiones que respondió ayer, porque el derecho de los lectores, oyentes y televidentes está por encima de cualquier consideración», informa Aitor Lagunas.
http://www.larazon.es/noticias/noti_nac32733.htm
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