Si te soy sincera, la historia que cuentas no me soprende tanto como puediera resultar lógico. La población en general, sumida en la sociedad consumista y descerebrada de hoy en día, tan acostumbrada a la retórica de un insaciable 'marketing', parece analizar todas las cosas según la imagen, más o menos benévola, que LE crean (nunca SE crea, ella misma) de ellas.
Es decir, según lo presentan los medios de comunicación en la esfera oficial (ante los que la mayoría adopta una postura acrítica o, cuanto menos, recibe una información completamente sesgada), ¿qué resulta más atractivo (en términos de una figurada 'adquisición' por una 'persona-cliente' pues aquí todo es como 'ir de compras'): un "Catolicismo" decadente, débil, complaciente, amoroso, humanista, dialogante, pacifista... o un "Islam" con vitalidad suficiente para aglutinar grandes masas en torno a unos principios que ellos dicen inmutables, algo por lo que la gente está dispuesta a matar y dar su vida...?
Siempre hay que partir de un conocimiento casi nulo, por la práctica totalidad de la población, de la naturaleza de la Religión Verdadera, por un lado, y la secta mahometana, por otro. Sólo desde el punto de vista de las apariencias, 'objetivamente' y careciendo de acceso a información más fiable que la proporcionada por la prensa del Sistema, ¿cuál de las dos resulta, por desgracia, más 'apetecible'?
Este pensamiento que me asaltó ayer al leer la historia de tu amiga no deja de ser francamente terrible.
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