En este país a los paisanos les gusta la discusión tonta, insulsa, unas veces amarga, otras acaramelada, cuando no de crónica negra o de crónica rosa, según el caso, y ocasionalmente mezcladas. Y siempre de sainete, de patio de vecindad entre comadres, o de verduleras en el mercado.
Hay que ver la que se ha organizado con la publicación de un libro, otro más, sobre la figura de Doña Sofía, escrito por la periodista Pilar Urbano. En éste , por lo que se ve, y a diferencia de otros más políticamente correctos, su protagonista se explaya a gusto con ciertos temas: "matrimonio gay", es decir, recoña mariconoidea en los juzgados que pagamos todos y el cual personalmente no reconoce; manifiesta ser contraria al aborto y a la eutanasia.
En otras palabras, como persona y al margen de su papel institucional, demuestra ser alguien sensible y con sentido común. Por supuesto, toda la zarabunda corifea del patio ha tenido que salir a protestar ante la expresión particular y visión personal de Doña Sofía.
Era de suponer que toda la tribu mariconoide y sus amigüitos presionarían, tal y como al parecer han debido hacer y así se nos relata en todos los canales de la "caja subnormal profunda". Pero el "rebollo" de la estulticia llevada a la enésima potencia, se lo ha llevado un personaje al que más o menos lo conocen en su casa cuando va a comer. Así, un tal Esteban González Pons, Secretario de Comunicación de los "PePeillos" ha soltado perlas como estas: "Ha ofendido a media España, claro que la otra media piensa como ella"; y más o menos que "piensa como una señora de 70 años, y recordando su condición católica. Pero no contento "el gachó" con su verborrea, aún dijo esto otro en relación a los miembros de la Familia de Don Juan Carlos: "Son como la bandera, y a la bandera la vemos cumpliendo su papel en los actos oficiales pero no haciendo declaraciones."
Respecto a esta cuestión, no le vendría nada mal a este personaje aprender a tener la boquita cerrada, pues es el único modo de que no se te llene de moscardas:
1.- Yo pensaba que media España es republicana de nuevo cuño y de unos escasos años, los zapateriles, a esta parte. Por tanto, que Doña Sofía diga lo que piensa no creo que les vaya a molestar.
Lo que no quiero ni imaginar es que la mitad de los "presuntos españoles" sean maricones de tanga aleopardada y nalga operada. Por tanto, yo creo que "menos lobo, caperu".
2.- Pero sí que es cierto que la otra media estamos hasta los mismísimos cojones de tanta basura, de tanta mierda, de tanta hez.
3.- Y llama la atención la escasa capacidad del "pinche de comunicación pepero" cuando al hacer tales declaraciones parece ponerse del lado de lo impresentable. Me pregunto cuántos votos espera sacar de ahí, mientras que les faltan inteligencia y "güevos", para ganar a ese 12-15% de electorado que jamás les votamos, porque sería hacerlo contra nuestra conciencia y contra-natura visto lo visto desde hace demasiados años ya y muy cansinos.
4.- Como le ha faltado tiempo para meditar un poco lo que decía, en vez de callar, ha tenido que arreglar el asunto utilizando un sofisma de lo más burdo, de los de nivel de secundaria: ha asociado ser mujer católica con tener 70 años. Vamos, que las mujeres de este país, para ser católicas, han de ser viejas es lo que ha venido a decir. ¿A ver cómo justifica semejante disparate?
5.- Independientemente de las consideraciones o reparos que se quieran poner, lo cierto es que "el gachó" se ha cubierto de gloria con sus palabritas. O sea, que estas personas, son como mucho no ya convidados de piedra, sino algo similares a un paño. Además, la bandera, ¡ Bandera de España!, señor Esteban González, pese al escudito-reinterpretación del republicanoide que no figura en el texto constitucional por ninguna parte, pues el auténtico es el del Aguila de San Juan que está siendo retirado de los últimos reductos que aún lo conservaban y que ustedes del PP son incapaces de defender, ¡cobardes!, no es una banderita para actos oficiales y para sus "manifas". Es el símbolo de todos los españoles y cualquiera debería poder lucirlo sin temor alguno.
6.- Resulta que Doña Sofía, además de desempeñar el papel que le ha tocado en esta tragicomedia institucional de teatrillo de barrio en el que han convertido a España, también es una ciudadana con sus derechos, ¿acaso no son esas cosas que tanto les gustan a ustedes? y los ha ejercido, por una vez tan sólo, pero los ha ejercido. ¿Hablaría usted como lo ha hecho si las palabras de Doña Sofía hubieran sido justo las contrarias? Seguro que no, pero ya sabemos que "por los hechos los conocereis".
Luego se quejan de que cada vez pierden más votos. Sigan, sigan así, y acabarán yéndose a su casa, ¿tiene usted ya algún trabajo en el campo laboral privado? No. Pues búsquese alguno porque a este paso...
Última edición por Valmadian; 01/11/2008 a las 04:12
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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