Re: 20-N etarra
Evidentemente lo que propugnan es una realidad no sólo absurda, bestial e injusta a todas luces. Propugnan un Estado brutal disfrazado de bucólicas estampas pastoriles de individuos disfrazados con pellizas de lana virgen deambulando por los montes, mezcladas con el "txistu" y la "sardinita regalada" en los puertos para alimentar al pueblo a la vista de los turistas. Y eso no me lo ha contado nadie, lo he visto yo personalmente, la última vez en San Sebastián con motivo de las fiestas de La Asunción en agosto. Allí estaban usurpando espacio en el puerto con sus puestecitos, dando sardinas a troche y moche, cantando sus "baladas comunistoides" para pasmo de todo guiri foráneo o nacional que los quisiera escuchar con la boca abierta
y tan satisfechos, tan pagados de sí mismos pese a que eran cuatro monas y tres monos, tan "hombre-masa" en términos orteguianos... de naúsea
¡Menuda Arcadia de bomba, metralleta, y alambrada de espinos iban a preparar éstos si se les dejase! Son el ENEMIGO, con mayúsculas, del pueblo vasco.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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