Ni siquiera eso. El problema es la falta de principios y los complejos de la derecha postfranquista en España (al margen de lo nefasto que en si mismo resulta ya de por si la distinción derecha/izquierda). Esta derecha cobarde y carente de identidad lo que hace es copiar torpemente las políticas culturales de izquierdistas y nacionalistas. Se puede ver mucho mejor en el antiguo Reino de Valencia, con una inmersión lingüística e histórica siguiendo directamente los criterios de Barcelona. Otras derechas, como la italiana, no tienen estos complejos y desarrollan una política cultural con una identidad propia. Por más que no sea tradicionalista.
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