Gracias Hyeronimus
Triste, pero así andamos.
Confió en que tan solo sea algo pasajero
La tragedia de la escuela católica
JUAN MANUEL DE PRADA
Lunes , 26-04-10
«COLEGIOS católicos, cantera de líderes», rotulaba ayer este periódico un magnífico -y, acaso sin pretenderlo, estremecedor- reportaje de Blanca Torquemada en el que se desempolva la infancia y adolescencia de diversos dirigentes políticos españoles que estudiaron con curas y monjas. En realidad, el rótulo que mejor hubiese casado con el reportaje hubiese sido: «Colegios católicos, cantera de líderes anticatólicos», a la vista del ganao que en él se concitaba; pero basta el eufemismo de «cantera de líderes» para designar la tragedia de la escuela católica, cuya razón de ser no es otra que la de erigirse en «cantera de discípulos»; y no del liberalismo, ni del socialismo, ni del feminismo, ni de cualquiera de los «ismos» o idolatrías políticas establecidas, sino discípulos de Cristo. «Dejad que los niños se acerquen a mí», dice Jesús en cierto pasaje muy divulgado del Evangelio; pero cuando se comprueba que muchos niños que pasan por la escuela católica son quienes luego, de adultos, más se alejan de Cristo y más afanosamente trabajan para que otros también se alejen, uno empieza a considerar que tal vez la escuela católica debería empezar a aplicarse la admonición que hallamos en el mismo pasaje evangélico: «Al que escandalizare a uno de estos pequeños, más le valdría encajarse una rueda de molino y arrojarse al mar».
En su reportaje, Blanca Torquemada afirma que las solicitudes de ingreso para los colegios católicos son «aluvión»; y ensalza el «predicamento de los colegios católicos, que consolidaron su prestigio y sus altos niveles de exigencia académica y se mantienen como referente de la educación de calidad en España». Pero si el prestigio de la escuela católica ha de justificarse por su nivel de exigencia académica y por el número de las solicitudes de ingreso es porque ha extraviado su razón de ser; pues, por mucho que fatiguemos el Evangelio, no encontraremos pasaje alguno en el que Cristo hable de exigencia académica o de aluvión de solicitudes. Más bien al contrario, descubrimos que a sus seguidores no los buscó precisamente entre los letrados; y, desde luego, tampoco puede decirse que hubiera un «aluvión de solicitudes» para incorporarse al número de sus discípulos. Una escuela católica en la que escasearan las solicitudes de ingreso y donde la exigencia académica fuese más bien escasa tendría razón de ser, con tal de que fuera verdadera «cantera de discípulos»; en cambio, una escuela católica convertida en cantera de líderes anticatólicos que luego se dedican a combatir el Evangelio de Cristo en la política, los medios de comunicación, la cultura o la empresa carece de razón de ser, por mucho que la desborden las solicitudes de ingreso y por elevada que sea su exigencia académica. Si la sal se vuelve sosa, ¿quién podrá salar el mundo?
El reportaje de Blanca Torquemada incluye declaraciones de los religiosos que se encargaron de la formación de estos líderes anticatólicos ante las cuales uno no sabe si reír (con una risa nerviosa y mohína) o llorar (con lágrimas como las de Getsemaní). La monja que enseñó Religión a Bibiana Aído, por ejemplo, asegura que la ministra que compara ponerse tetas con abortar y niega la pertenencia al género humano de los niños que se gestan en el vientre de sus madres quiere a las monjas con las que estudió «algo exagerao»; y que »los valores de la familia de Nazaret fueron el fundamento de su educación, y eso queda». Como hemos de suponer que la hermana en cuestión no es una cínica, tenemos que concluir que vive en la inopia. Que es, exactamente, lo contrario de lo que se nos reclama en el Evangelio: «Estad despiertos y vigilantes». Pero sospecho que la escuela católica lleva mucho tiempo viviendo como las vírgenes necias de la parábola; y así se ha convertido en cantera de líderes anticatólicos.
La tragedia de la escuela católica - Opinion_Colaboraciones - Opinion - abcdesevilla.es
Gracias Hyeronimus
Triste, pero así andamos.
Confió en que tan solo sea algo pasajero
La tragedia de la escuela católica no son los alumnos -anticatólicos- que, al término de su periplo por ella, la escuela católica puede expeler al mundo; eso, en el caso comentado por Juan Manuel de Prada, de Bibiana Aído, más que una tragedia, es un esperpento.
Más bien, pienso que la tragedia de la escuela católica consiste en haber querido y seguir queriendo contemporizar: bien por ser "concertada" (lo cual significa seguir al dictado lo que mande el "comisario político" de la Inspección Educativa) o bien por ser "privada", pero sin prescindir -por estúpida coquetería con la época- de las ínfulas de moderna y el falso marchamo de "estar al día".
La escuela católica se ha empapado de las tonterías de los nefastos pedagogos del buenismo antropológico, de los vesánicos psicologeros y del optimismo progresista, olvidando a sus eminentes cimas pedagógicas, traicionando en algunos casos incluso el carisma de los fundadores de escuelas católicas.
Me quedo con lo que De Prada dice al final: "las vírgenes necias de la parábola"... Pues, con todos mis respetos, hay que ser absolutamente necio, imbécil de guitarra y pandereta, para pensar que alguien "nos quiere exagerao" porque sepa fingir con zalamería, mientras ha olvidado y no ha tomado para sí, recibiéndolo en su justo valor, todo lo que presuntamente se le enseñó.
Última edición por tautalo; 26/04/2010 a las 12:03
3 ejemplos:
-En las escuelas "católicas" se celebra jalogüín.
-En las escuelas "católicas" se rinde culto a Blas Infante como padre de la patria y se saca a los niños con banderita musulmana a finales de febrero a cantar ese estúpido himno, con toda la parafernalia correspondiente.
-Yo, que he estudiado en "escuelas católicas", jamás oí hablar de ningún intelecto católico desde el Medioevo al distributismo en ellas; son cosas que he descubierto por mi cuenta y ya de mayor.
Pues nada, que aproveche. A dejarle la cultura a los progres y la economía a los protestantes, y la liturgia con guitarritas hippiescas. Así se han modernizado y acercado al pueblo. Por los cojones. Y en Semana Santa, a tocar las palmas y a gritar "¡guapa, guapa, guapa!", y a explotar a sus trabajadores más de lo que lo hace cualquier escuela laicista.
Vamos a ver. Creo que Juan Manuel de Prada ha confundio en su artículo dos ideas, y al final, en vez de exponer las dos por separado, las ha mezclado hasta más no poder, y tirando por la calle de enmedio le ha salido lo que le ha salido.
Si no me equivoco lo que quiere decir Juan Manuel de Prada es que mucha gente prefiere la educación PRIVADA a la PÚBLICA. Hoy por hoy la mayoría de los colegios privados son de carácter religioso y católicos, y aquí es donde le viene el barullo al periodista-escritor y en donde mezcla ambos conceptos hasta hartarse.
La educación PRIVADA, es, hoy por hoy, la salvagurada de los CONOCIMIENTOS educativos MÍNIMOS, pues la ENSEÑANZA PÚBLICA está por los suelos. En sus centros no se aprende nada y los pocos alumnos con aptitudes para aprender son dejados en barbecho y en baldío, desperdiciándose así sus talentos. Esos sujetos no podrán el día de mañana ni valerse por sí mismos, y me temo que ni con ayuda de otros como ellos serán capaces de llevar a cabo proyectos de envergadura. Son la carnaza perfecta para los políticos del futuro. Se está formando a gente sin voluntad, sin conocimientos, totalmente malebles y dóciles a sus consignas y sin capacidad de reacción. El votante perfecto. Un idiota.
El segundo punto del artículo, es decir, si la religión y valores que se enseñan en esos centros sirve para algo en el futuro, es harina de otro costal.
Una vez que el alumno sale del centro, y se va a la universidad pública..., es difícil que pueda prevalecer sus convicciones religiosas frente a sus hormonas y al contacto de ideologías seudo-políticas varias. El influjo del mundo laico es muy poderoso, incluso para el que tiene una sólida formación religiosa y unas profundas convicciones.
No olvidemos que en la universidad uno tiene 18 años (más o menos) y a esas edades tiran más las hormonas que las neuronas.
Juan Manuel puede que se queje "de vicio" sobre el particular de la religón impartida en los centros, pero la verdad es que si la semilla se siembra, nunca se sabe cuando podrá florecer, eso está en manos de Dios. Si nunca se siembra esa semilla en el corazón del hombre, lo que es seguro, es que nunca florecerá.
Última edición por Aquilífero; 26/04/2010 a las 12:39
Conócete, acéptate, supérate.(San Agustín)
Disiento en esto, Aquilífero. He estudiado la secundaria en un colegio concertado(en concreto de Maristas) y el bachillerato lo estoy haciendo es un instituto público y si te digo la verdad no he notado la diferencia e incluso prefiero el público. Los profesores de los públicos han pasado por más pruebas que los privados y no tienen porque ser peores, lo único que veo en los públicos es menos favoritismos y mucha más libertad(te tienes que buscar la vida). Los conocimientos se imparten de igual manera y los resultados en la selectividad son bastante parecidos.
En cuanto al cultivo de la excelencia, si es cierto que en el actual modelo no se fomenta la ordenación de los alumnos por notas tampoco. Estaría gracioso dividir las clases en romanos y cartagineses.
«Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.
Estimado Muñoz:
Existe mucha diferencia entre un colegio público y otro privado, mucha más de la que te imaginas. Eso no quiere decir que en los públicos se de mala formación a los alumnos, eso dependerá del docente y de la materia,- como en los privados- pero ojo, no confundamos el tocino con la velocidad.
Si verdaderametne los colegios públicos estuviesen en igualdad de condiciones que los privados ¿no llevarían los políticos a sus hijos a dichos centros y abandonarían los privados? el caso hoy por hoy es al revés.
Lo cierto es que las diferencias son muchas, y no sólo en lo referente a materia educativa. Aún el supuesto de igualdad a la hora de administrar conocimientos, el enfoque, la manera de darlos, el retorcimiento y tergiversación de la verdad (hablo de asignaturas de humanidades) en los públicos, es mucho más acusado y politizado que en los privados.
Lo que está ocurriendo últimamente es, que al hecho de no mentir en asignaturas como Historia, literatura, filosofía, etc, y al hecho de no falsear la verdad histórica, en la mayoría de los privados, a ese hecho se le llama "modelo fascista o conservador", mientras que seguir los libros y modelos públicos dictados por el gobierno, es ser muy progre y mejor.
Puedo decirte de memoria algunos autores que son obligatorios en determiandas disciplinas, y sé que en los públicos el profesor se limita a seguir el temario y punto. En los privados imparten el temario, pero además enseñan otros autores "para vacunar" y para no sesgar los conocimientos del alumno.
Un buen alumno en la pública, recibiendo educación en la privada se convierte en excelente (debido a la motivación, acceso a conocimientos, material, preocupación tanto del centro como de los tutores, etc) Un estudiante mediocre en la pública, es un buen estudiante en la privada. Uno malo en la pública, pude incluso aprobar en la privada con esfuerzo. Uno malo, malo en la pública, es malo en la privada, pues de donde no hay no se saca.
La politización de directores, jefes de estudio, inspectores y subinspectores en la pública es patente y da asco. En el alumnado no se notará mucho esa politización (supongo que en algunos centros como el tuyo por ejemplo, en otros te puedo dar hasta cifras) pero lo que es internamente a nivel claustro la cosa da miedo.
Por no hablar de la politización de los claustros y las aulas, de mano del propio alumnado, "niños de papá" que sirven en las juventudes de los diferentes partidos políticos y se llevan "tarea a clase", pegando pegatinas o convocando "manifas", y sus papás, concejales en sus respectivos pueblos o ciudades, aplaudiéndoles la gracia, pues están en el Cosnejo Escolar dando la vara. Eso en la privada está prohibido, pero en la pública, eso es harina de otro costal, porque los inspectores suelen hacer la vista gorda.
En fin, Muñoz. Me alegro un montón que tu educación no se vea truncada por los defectos de la enseñanza pública que padecemos. Me alegro de corazón, sigue así. Pero de ahí a vender públicamente que no existen diferencias entre los centros privados y los públicos media un abismo.
Ojalá hubiera podido estudiar yo en uno privado...
Conócete, acéptate, supérate.(San Agustín)
Bueno, no estoy de acuerdo en todas las cosas pero como veo que hablas desde el conocimiento y que además lo cuentas desde el punto de vista del profesor aceptaré la situación. Lo único ¿a qué te refieres con colegio privado: privado o concertado?
Saludos
El verdadero problema es el que comenta Aquilífero, que la pública está supeditada politicamente. Yo estudié EGB, BUP, COU y Licenciatura , todo ello en escuela, instituto y universidad Pública, soy funcionario público y mis padres también lo son...es decir, que aunque solo sea por defecto , soy un ferviente defensor de la enseñanza pública. Pero soy realista, desgraciadamente es cierto que el nivel de la privada es bastante más elevado, y , también por defecto, voy a ejercer en términos económicos, pues es cosa simple, la enseñanza privada funciona como negocio (sin menospreciar dicha palabra) y obviamente busca mejorar resultados del servicio prestado, logicamente como una empresa cualquiera del sector que sea. Pero no me tachen de materialista, pues también creo que los centros privados son instituciones que en muchos casos desean conservar una escala de valores propios y genuinos, por lo que paralelamente con el criterio puramente económico, se realiza un esfuerza que desgraciadamente la pública no tiene. La pública sufre el problema de cualquier elemento de la administración, que es la falta de incentivos al profesorado y al alumnado, la excesiva intromisión de los sindicatos y elementos foraneos al sector que politizan y corrompen la enseñanza.
Si me lo puedo permitir mis hijas estudiarán en privado, aunque lo dudo bastante ,de todas formas, sigo pensando que independientemente del colegio que sea o su naturaleza, la miga está en casa...incentiva a tus hijos, cúrratelo, anímales, edúcales, ejerce de padre, sacrifícate....y tus hijos se comerán el mundo.
Estimado Mefistófeles. En mi caso es exactamente el mismo. Estudié en la pública todo, EGB, BUP, COU y Universidad Pública. Y estoy de acuerdo con lo que indicas, lo más importante para los padres es intentar sacar tiempo de donde sea para motivar a los hijos e insuflarles, no solo valores educativos o morales, sino hábitos saludables, y conocimientos que están alejados de los planes de hoy en día. Luego, que Dios nos coja confesados, pues la influencia de los amigos en nuestros hijos, puede hacer que todo se vaya a la porra en unos años.
Estimado Muñoz. No soy docente, pero te hablo desde el conocimiento que me de el tener amigos que si lo son tanto en la pública como en la privada. Es más, amigos (ambos profesores de bachillerato) llevan a sus hijos a los colegios privados, y sus comentarios sobre la educación pública..., te asustarían.
En los colegios concertados existe algo de ese "espíritu" que se da en los privados, aunque la diferencia con los privados totales estriba en que, al recibir subvenciones del Estado, están internamente más intervenidos y atrapados. Lo mismo con el seguimiento de otras materias y disciplinas. El alumno, el que vive el curso académico, no pude darse cuenta de esos detalles, pero los que han visto pasar varias promociones, pueden indicarte las diferencias que hay entre lo que ellos aprendieron en determianda materia, y lo que se les obliga a dar ahora. Además internamente están más "topados políticamente" que los privados y tienen menos márgen de maniobra ante las instituciones públicas o municipales.
Lo más importante de todo esto, Muñoz y Mefistófeles, es el saber calibrar el potencial que tenemos como persona o en nuestros hijos. Si no cultivamos otras disciplinas intelecutales. Sino leemos, reflexionamos o ampliamos nuestros conocimientos (por nosotros mismo o mediante nuestros mayores) nos convertiremos, pese a terminar estudios universitarios, en analfabetos funcionales. Es decir, individuos que ostentan un título universitario, pero que no saben ni que río pasa por su provincia, ni serán capaces de escribir su nombre sin faltas de ortografía. A eso ha quedado relegada la educación en nuestros días. Eso es lo patético. Ese es el problema.
Última edición por Aquilífero; 27/04/2010 a las 10:15
Conócete, acéptate, supérate.(San Agustín)
Pues, amigos míos, estoy de acuerdo con todos vosotros, incluso allí donde parece entrar en conflicto la tesis de uno con la de otro. Más que posturas contrapuestas, me parece que se está descuidando algo tan importante como el factor espacial.
La enseñanza -pública y privada- de ciertas comunidades autónomas (como Castilla y León) está prácticamente equiparada y tiene un nivel superior a la que puede notarse en otras comunidades como Andalucía, por ejemplo. Aquí Muñoz llevaría razón.
En gran medida, podemos aseverar que, como sostiene Aquilífero, en el resto de España la enseñanza privada parece que se muestra mejor que la pública.
Mefistófeles añade algo principal: la labor educativa más auténtica es la que se realiza en el hogar y son los padres los máximos responsables.
Para el caso de la educación en Andalucía, Ordóñez simplemente LO BORDA. Y lo ha dejado tan claro en su exposición que es para hacerle palmas.
De todas formas, creo que el debate propuesto por Hyeronimus con el artículo de Juan Manuel de Prada es otro que podría formularse con esta pregunta:
¿Transmite eficazmente la escuela católica (privada o concertada) el mensaje de Cristo? ¿Transmite eficazmente la enseñanza religiosa (privada, concertada o pública) el mensaje de la Iglesia?
Creo que, a la vista está, no lo hace con resultados óptimos: el caso de Aído, como el de tantos otros, es elocuente. Es un problema de transmisión -en definitiva, de tradición- que Juan Manuel de Prada ha tratado en muchas ocasiones, aunque él prefiere la palabra "transmisión" en lugar de la palabra "tradición".
Pensemos por un momento que esto es responsabilidad del clero que, en su día, elegía a los profesores de la asignatura de Religión (hoy no funciona así). Me acuerdo de escandalazos como el de profesoras de religión -en colegios públicos, sin ir más lejos- que vivían amancebadas o que eran miembros de partidos como Izquierda Unida. Esos "docentes" estaban contratados en aquel entonces por la Iglesia (por las respectivas Delegaciones Episcopales de Educación): ¿qué criterio seguían para colocar a una persona como profesor de Religión?
Las Delegaciones Episcopales de Educación (cuando podían hacerlo) cometieron muchos errores en la adjudicación de plazas. Ahora es el Estado el que selecciona a ese personal (y, por mucho que el Estado tenga fama de inepto, en esta cuestión no cometerá errores... No sé si se me entiende.)
Un saludo a todos. Es un debate que promete.
Última edición por tautalo; 27/04/2010 a las 19:19 Razón: negritas
A veces tengo la corazonada de que se nos lee, he aquí una curiosa prueba:
El Cardenal Cañizares denuncia que la escuela católica no ha ejercido bien su función educativa para mejorar la sociedad española
El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el cardenal Antonio Cañizares, afirmó ayer, durante la inauguración del III Congreso Internacional de Enseñanza y Educación Católica para el siglo XXI de la Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir» (UCV), que la escuela católica debe ser una «escuela revolucionaria y libre, en estos momentos porque el mundo necesita un cambio decisivo, sin el cual no tiene futuro» ante la «quiebra moral y la pérdida del horizonte humano, del sentido de la vida y el olvido de Dios».
27/04/10 9:14 AM | Imprimir | Enviar
(Sic/InfoCatólica) El purpurado describió la situación actual como "tiempos de indigencia", en los que frente a "la crisis de sentido y de verdad", la escuela catòlica "no puede ser neutral, tiene que ir contracorriente ya que todo lo que está en su fundamento no es lo que se lleva, no es lo que está, ni siquiera en las mismas legislaciones".
El peor mal de la sociedad actual, según el cardenal, es "no saber ya qué es moralmente bueno y moralmente válido". "Se debe notar en la sociedad que el 30 por ciento de los españoles han sido educados en la escuela católica".
El prelado llamó también a la autocrítica porque, "hemos de reconocer que en la escuela católica no hemos sabido presentar una alternativa y es necesario hacerlo porque la escuela católica tiene una visión del hombre y la mujer nuevos, en la que está el futuro y la esperanza".
El cardenal Cañizares invitó a hacer "examen de conciencia" teniendo en cuenta de que, pese a que el 30 por ciento de la sociedad española ha sido educada en la escuela católica, esto no tiene "una incidencia ante todo lo que está sucediendo en nuestra sociedad". Ese porcentaje, "debería contribuir a que nuestra cultura no sea la cultura de la muerte y la cultura relativista, sino la cultura del Amor y la Verdad que nos hace libres".
No se puede educar en una sociedad que admite el aborto, o con 17 planes educativos distintos
El cardenal subrayó, al analizar el actual momento educativo, que "no se puede educar en una sociedad que admite el aborto; no se puede educar si se están dictando leyes en contra de la familia; no se puede educar con una televisión como la que tenemos en estos momentos donde se difunde una visión del hombre totalmente contraria a la persona humana; ni se puede educar en un sistema social que sea injusto, con los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres; no se puede educar si en España estamos con 17 sistemas educativos por cada una de las autonomías; no puede haber un pacto educativo sino no hay una visión única de la nación".
La LOCE, el mayor fracaso educativo de la sociedad española
Durante su intervención, el purpurado valenciano constató el "fracaso" de los sistemas educativos actuales porque “no han respondido suficientemente a la demanda o exigencias de la educación”. En concreto, se ha referido a la LOCE (Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza) como "uno de los fracasos más grandes que ha tenido la sociedad española, por ese predominio de la razón instrumental, por no facilitar el ejercicio de la razón para buscar la verdad, y por ahogar, verdaderamente, las preguntas fundamentales del ser humano". De esta manera, "se genera una sociedad, como la que tenemos, acompañada de una cultura envolvente que está quebrando nuestra propia humanidad".
Los maestros no son sólo enseñantes sino testigos para evangelizar
La escuela católica "debe contribuir a esa humanidad nueva en esa síntesis entre razón y fe", según el cardenal Cañizares, que insiste que "en el centro de la concepción cristiana de la escuela católica está Jesucristo, su mensaje de salvación".
En esta situación, la escuela católica no deber ser sólo "enseñanza de valores" sino también del "arte de vivir" que está en la base de la evangelización.
"No hay que tener miedo a ser libres, porque la escuela católica tiene la vocación de transformar la sociedad", añadió el cardenal que además invitó a la "coherencia" de los maestros, porque "no son sólo enseñantes, sino testigos de lo que queremos ofrecer, el arte de vivir, la humanidad nueva". A este respecto, recordó la importancia de que "Jesucristo y la fe no sea un apósito, un añadido, algo complementario de nuestra existencia profesional, sino nuestro ser sustantivo de maestros que están en la escuela para evangelizar, lo que reclama una formación del profesorado de una manera muy concreta".
Al mismo tiempo aseguró que es fundamental en la escuela católica que la fe y la razón "no anden separadas".
El Cardenal Cañizares denuncia que la escuela católica no ha ejercido bien su función educativa para mejorar la sociedad española
Creo que al Cardenal le van sobrando ciertas palabras como "revolucionaria"... Lo que va haciendo falta a la escuela católica es una CONTRAREVOLUCIÓN en toda regla: ¡VOLVER A TRENTO, COÑO!
Última edición por tautalo; 27/04/2010 a las 15:17
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