El Humanismo Integral, de Jaques Maritain, una aventura que acabó en catástrofe
En 1936 se publica el libro del filósofo francés Jaques Maritain: Humanismo Integral. El filósofo y teólogo argentino Julio Meinvielle iniciará una viva polémica contra las tesis maritenianas. En su libro De Lamennais a Maritain, expuso la siguiente tesis: el humanismo integral de Maritain se asienta en las doctrinas de Lamennais, Marc Sagnier y Le Sillon, el catolicismo liberal, el intento de conciliación entre catolicismo y liberalismo, repetidamente condenado por los papas desde Gregorio XVI. Recomendamos la lectura de los capítulos VI a VIII de El liberalismo es pecado, del P. Sardá y Salvany, para conocer el catolicismo liberal, sus peligros y las condenas de la Iglesia.
Hemos encontrado una buena descripción del Humanismo Integral en palabras de H. Le Caron:
"El humanismo integral de Maritain es una fraternidad de hombres de buena voluntad pertenecientes a distintas religiones o a ninguna, incluyendo hasta a los que rechazan la idea del Creador. Dentro de esta fraternidad la Iglesia debería ejercer una influencia de fermento sin imponerse a sï misma y sin exigir ser reconocida como la única Iglesia verdadera. El cemento de esta fraternidad es la virtud de hacer el bien, y la comprensión basada en el respeto de la dignidad humana. Esta idea de fraternidad universal no es nueva. Fue ya adelantada por los filósofos del siglo XVIII y por los revolucionarios de 1789. Es también la fraternidad querida por la masonería. Lo que distingue el humanismo integral de Maritain es el papel que asigna a la Iglesia. Dentro de esta fraternidad universal la Iglesia deberá ser la "emperatriz", la hermana mayor. No necesitamos explicar que para que la hermana mayor se granjee la simpatía de los "hermanitos" no debe ser ni intransigente ni autoritaria. Debe saber como hacer la religión aceptable. Y para que las verdades de fe y moral sean aceptables el cristianismo debe ser práctico y pastoral más que dogmático."
Maritain creía ver que la fraternidad humana se reconciliaría en el amor, la justicia y la paz, a pesar de sus distintas creencias, encontrándose en una democracia universal y los derechos del hombre.
Mons. Montini, futuro Pablo VI quedó muy impresionado por este libro que llegó a impregnar su pensamiento. Si añadimos a esto el optimismo antropológico de las años 60 nos metemos en una aventura que acabó en catástrofe según los propios protagonistas. En 1966 Maritain publica El campesino del Garona donde describe a la Iglesia como "arrodillada ante el mundo". El cardenal Journet dice a Pablo VI en aquellos años que la situación de la Iglesia es "trágica" y el teólogo Louis Bouyer publica en 1969: La descomposición del catolicismo, un libro demoledor.
Muertos los protagonistas, el humanismo integral se ha instalado de tal forma en las mentalidades que parece no haber nada más, incluso para los conservadores.
Dios quiera que la crisis sistémica actual nos muestre la ingenuidad del optimismo antropológico y volvamos los ojos a las fuentes sanas de la doctrina tradicional.
Fray Jerónimo
El Matiner
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