La Lealtad jurada


"Ante la voz de mi conciencia afligida por los males de la nación, ante tantos desastres, tanta ignominia y mengua tanta, todo lo abandono, a todo renuncio, honores, dignidades, posición, hogar y familia, y voy a buscar bajo los pliegues de una noble bandera que tiene por lema "Dios, Patria y Rey"; es decir, mi creencia religiosa, mi madre España y el mandatario de la Ley, el custodio de mi libertad, de esa libertad que yo quiero y ansío para todos los fines honestos de la vida, la posible salvación de mi patria, pidiendo a Dios me perdone no haberlo hecho antes, y a la Historia, que, si se ocupa en mis faltas, se acuerde también de mi arrepentimiento y de mi pública confesión.

Voy allá, a la Covadonga de la monarquía y del honor castellano, porque quiero tener un Rey, hijo y nieto de reyes, y no un millar de tiranuelos que por turno me vejen y opriman; voy allá, donde se halla, no el señor absoluto, como se pregona para extraviar incautos, sino el representante de la tradición nacional y de las viejas libertades españolas; voy allá, porque se proclama un absolutismo noble y grande, el absolutismo de la Ley, que guarda lo mismo el palacio del magnate que la choza del mendigo, y mide por igual al prócer y al menesteroso; voy allá, para encontrarme en medio de la antigua España, entre un ejército de bravos que pelean desinteresada y espontaneamente para probar al mundo que aun alentamos, y voy allá, porque un príncipe honrado y caballero, que nunca ha faltado a su palabra y lealmente cumple hasta ahora sus promesas, me garantiza todo esto, y no es locura dar crédito a un vástago de estirpe regia, aquí donde todos nos hemos sucesivamente entregado a tanto aventurero engrandecido".

Barón de Bretauville

Fidelidad con amor, valor con honor, perjurio con venganza. Señor, sea yo si se muestra en mi, la lealtad jurada.



EL BANDIDO REALISTA