Re: Vox
Personalmente no simpatizo nada con el Sr. Jiménez Losantos, pero en esta ocasión en su columna de Libertad Digital considero que está acertado. El problema que tenemos es doble, de una parte no queda otro remedio que fomentar un sentimiento nacional español -nacionalista, si se quiere-, respecto a la Europa mercachifle, o sea la actual, y respecto a la inmigración, especialmente a la islámica la cual engloba en ella a la "islamista". Respecto a la primera medida no cabe sino un euroescepticismo militante que abogue por la salida de España de la UE; y, respecto a la segunda, abrir un inmediato proceso de expulsiones de aquellos elementos que estén llevando a cabo acciones contrarias a nuestros intereses. Pero para ambas medidas hay que tener un gobierno de verdad, no una copia mercantilista que, parafraseando a Jiménez Losantos, es el actual "gobierno de la señorita Pepis" de pantalones y faldas caídas.
Si España tuviera un Gobierno digno de ese nombre y no ese gallo que parlotea de política interior en Uzbekistán, aprovecharía al máximo la información publicada esta semana por El Mundo sobre los islamistas radicales que Artur Mas ha llevado en sus listas y tiene como recogevotos entre los cientos de miles de musulmanes instalados en Cataluña. Es tan inequívoca la información, es tan evidente la relación del islamismo radical con el tráfico de drogas a gran escala –costumbre habitual entre los que piensan que los vicios de Occidente hay que explotarlos, sea el de la democracia, sea el de consumir opiáceos- que bastaría con una información exhaustiva ante las cancillerías europeas para que en Francia, Alemania, Holanda e Inglaterra, países con un grave problema islamista en su población, se alzara un muro de prevención contra el separatismo catalán.
Hay además un precedente que supone un aval importantísimo: el reciente informe del Departamento de Estado de los USA que considera a Cataluña como el núcleo más peligroso del islamismo en toda Europa. No Londonistán, ni los turcos en Alemania, ni los quemallantas de la banlieue en las grandes ciudades francesas, sino Barcelona en particular y Cataluña en general. La razón es que en esa desventurada región todavía española se ha instalado –nada menos que en las listas electorales del partido gobernante- el sector paquistaní, que es el más duro dentro del islamismo, el más irreductible, el más ideologizado, el mejor organizado y el que acolchona y fertiliza mejor las actividades terroristas, sea enviando mujaidines a matar infieles en Oriente sea preparando fechorías desde las mezquitas que disfrutan en Occidente de la libertad que los países islámicos niegan a las demás religiones, sobre todo a la cristiana.
No es la primera vez que un proyecto totalitario y antioccidental ve en el separatismo catalán una herramienta favorable a la destrucción de una de las más antiguas naciones-estado de Europa. Stalin diseñó el PSUC como un factor de desintegración de España que favorecía las posibilidades revolucionarias auspiciadas por Moscú. Dada la disciplina existente en los partidos de la Komintern, nadie puede dudar de que si Stalin no hubiera visto en el nacionalismo un factor que debilitaba a las fuerzas políticas democráticas españolas, jamás habría permitido la existencia del PSUC, amalgama de cuatro partiditos, entre ellos una sección del PSOE. Hubiera corrido la misma suerte del POUM, que era un partido comunista de raíz genuinamente catalana y cuyos líderes –especialmente el traductor Nin- sí tenían una predisposición catalanista, al menos en el ámbito cultural, si bien no llegaron nunca al separatismo. Eran también "internacionalistas".
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Para el islamismo, una balcanización de España gracias al separatismo catalán supone una plataforma extraordinaria como retaguardia del islam combatiente en toda Europa. El caos previsible en una república catalana independiente sería un caldo de cultivo ideal para el radicalismo islamista, terrorismo incluido. Para el Islam, cualquier Estado es impuro y todos pueden ser unidos, separados o destruidos para favorecer la Yihad, la única política legítima en nombre de Alá.
Para España, este factor supone una baza diplomática de primera magnitud, que acaba de un plumazo con todas las campañas de "internacionalización del conflicto". ¿Pero la utilizará Rajoy o va a seguir aspirando a pactar con Mas, el político amigo del islamismo, si aplaza el referéndum? El Rey, que se pasa el día en el Golfo, podría igualmente alertar del peligro en los países islamistas conservadores. Para el Jefe del estado y del Gobierno, la ocasión es perfecta. Es muy de temer que la dejarán pasar, como todas.
Federico Jimnez Losantos - El factor islamista en el separatismo cataln - Libertad Digital
Y es que si en Europa están deseando deglutir la realidad histórico-política de España, habría que recordarles aquello de "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". Ya es una vieja aspiración, independentista y secesionista, la llamada "Europa de las regiones", me pregunto que "Land" le quedaría a la Merkel.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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